viernes, 16 de noviembre de 2012

Medjugorje: Invitación de la Virgen a formar grupos de oración



Grupos de Oración “María Reina de la Paz”

I.    INVITACIÓN DE LA VIRGEN A FORMAR GRUPOS DE ORACIÓN

La Virgen en Medjugorje ha pedido que se establezcan grupos de oración. Según el Padre Slavko Barbaric, director espiritual de los niños al inicio de las apariciones, la finalidad de los grupos de oración es que sean como una cadena de eslabones en todo el mundo para que los planes de Dios puedan verse cumplidos. También es deseo de la Virgen que entremos en una vida de oración compartida, en comunión, que nos ayude a crecer espiritualmente.

El primer grupo de oración se inició en Medjugorje el 4 de julio de 1982 con la participación de Ivan y se sigue reuniendo en la colina de las apariciones. Más tarde se creó el grupo de oración de Jelena. María lo dirigió a través de las locuciones interiores que Ella misma le transmitía. Sin lugar a dudas estos dos grupos han servido y sirven de modelo para muchos peregrinos de todo el mundo cuando regresan a sus hogares.

Hay varios mensajes de la Virgen que nos invitan a crear grupos de oración. En el mensaje del 25 de septiembre del año 2000 dado a la vidente Marija Pavlovic, se ve muy clara esa invitación y además nos explica sus maravillosos frutos:

“¡Queridos hijos! Hoy os invito a abriros a la oración. Que la oración se convierta en gozo para vosotros. Renovad la oración en vuestras familias, formad grupos de oración, y así, experimentaréis el gozo en oración y comunión. Todos los que oráis y sois miembros de grupos de oración, estáis abiertos a la voluntad de Dios en el corazón y testimoniáis gozosamente el amor de Dios. Yo estoy con vosotros y os llevo a todos en mi corazón y os bendigo con mi bendición materna. Gracias por haber respondido a mi llamada”

II.   CÓMO FORMAR UN GRUPO DE ORACIÓN

El Padre Slavko nos dice: “…es muy fácil formar un grupo de oración, la clave es una persona que se decida a orar, y luego busque a otra persona para que se le una. Si después de preguntar a nuestro alrededor nadie quiere añadirse al grupo de oración, entonces debemos acudir a los ancianos o a los enfermos y preguntarles si nos permiten visitarlos quizás una vez por semana para rezar el Rosario con ellos…”

El Padre Slavko en su libro 'Oren con un corazón gozoso', nos recomienda que en los grupos de oración, además de rezar el Rosario y leer las Sagradas Escrituras, se hable abiertamente sobre nuestras experiencias con Dios en la oración. Una vez que se ha construido esta confianza, se puede hablar libremente sobre lo que sucede en nuestros corazones, y entonces se produce ese gozo y comunión. Así los carismas tienen la oportunidad de crecer.

Los grupos de oración son necesarios para aprender a orar, y ayudan a permanecer en el camino correcto. También es importante contar si es posible con la presencia de un sacerdote o que por lo menos acompañe ocasionalmente al grupo para que éste no se desvíe en su proceder.

Es recomendable reunirse en el mismo lugar y fijar un día y una hora que convenga a la mayoría. En esos grupos no se deben incluir mensajes o revelaciones privadas o personales de los miembros del grupo ni de otras personas o videntes que no cuenten con la debida aprobación de la Iglesia.

Finalmente, para que el grupo de oración crezca en compromiso y profundidad, es imprescindible la oración personal diaria de cada uno de los miembros y la ayuda de unos por otros.

El mismo Catecismo de la Iglesia Católica en el número 2689 comenta que “los Grupos de oración, o escuelas de oración, son hoy uno de los signos y uno de los acicates de la renovación de la oración en la Iglesia”

Y el Papa Benedicto XVI en  su encuentro con los Obispos de Suiza el 9 de noviembre del 2006 comentó “Debemos multiplicar esas escuelas de oración, donde se enseñe a orar juntos, donde se pueda aprender la oración personal en todas sus dimensiones: como escucha silenciosa de Dios, como escucha que penetra en su Palabra, que penetra en su silencio, que sondea su acción en la historia y en mi persona; comprender también su lenguaje en mi vida y luego aprender a responder orando con las grandes plegarias de los Salmos del Antiguo y del Nuevo Testamento”.

III.  TIPOS DE GRUPOS DE ORACIÓN

Como explica el Padre Francisco A. Verar, se pueden formar diversos tipos de grupos de oración y cada uno puede ver a cuál de ellos va a formar parte:

Grupo de oración en familia

-  El primer grupo de oración es el que se crea en la familia. Esto sucede cuando los padres oran con los hijos y los hijos con los padres. La oración por la paz, el amor y la reconciliación dentro de la familia es absolutamente necesaria.

-  Si la familia quiere ser una verdadera familia cristiana, rezará junta el Rosario y también leerá las Sagradas Escrituras. Sin la oración en familia, los hijos nunca podrán crecer en la Fe, y es una gran responsabilidad de los padres encontrar el lugar correcto para la oración en familia. Todos sabemos cuán difícil puede ser crear este tiempo, y todos conocemos perfectamente las excusas. El trabajo de los padres, la agitación constante, la televisión y todas las otras excusas, no son una razón válida para no dedicar un tiempo a la oración. Existe en verdad una sola razón por la que uno no ora en familia, y es la falta de amor a Dios y la falta de Fe en los corazones.

-  Las familias con hijos pequeños pueden orar inclusive cuando los pequeños aún no son capaces de sentarse quietos durante todo un Rosario, pero sí pueden hacerlo por un rato. Uno puede esperar que estén quietos por un rato, pero luego hay que dejarlos que jueguen con algo, siempre que sean conscientes de que uno está orando o leyendo las Sagradas Escrituras. Esta experiencia es muy importante para los hijos más pequeños y nunca debemos decir que los niños pequeños no entienden, porque ellos entienden muy, pero muy bien cuando sus padres y hermanos mayores están juntos en paz y en oración. Por eso hay que empezar a orar y así el resto de la familia eventualmente se abrirá a la oración. (P. Savko – Comentario del mensaje 25 septiembre 2000)

Grupo de oración en la parroquia

-  Este grupo está abierto a todos los fieles, sin límite de participantes. A diferencia de los otros dos grupos de oración, es recomendable que haya Adoración Eucarística.

-  Hay que solicitar el permiso del párroco. Si es en la Iglesia, se deberá recordar que están en la casa de Dios y el grupo debe actuar reverentemente en todo momento.

-  Cuando se le preguntó a la Virgen si era necesario formar un grupo de oración en la parroquia de Santiago Apóstol de Medjugorje ella respondió: “Es necesario. Pero no sólo aquí. Las comunidades de oración son necesarias en todas las parroquias” (Mensaje del 11 de abril de 1982)

Grupo de oración con los amigos

-  El sentido de este grupo, es poder crecer en oración, en amistad y conocimiento de Dios, y así poderse ayudar mutuamente entre sus integrantes. Esta oración compartida les hará crecer espiritualmente dando la posibilidad de hacer algún servicio a la Iglesia y al prójimo.

-  No hay un número concreto para la formación de este tipo de grupo de oración, pero lo ideal sería que no sobrepasara las 10 personas. Es importante entender que no se trata de una reunión social.

IV.  ESTRUCTURA ELEMENTAL DE UN GRUPO DE ORACIÓN

Aquí presentamos la estructura del grupo de oración propuesta por el P. Slavko que os invitamos a seguir. Aunque ésta no debe ser rígida, es conveniente que contenga todas las partes que se proponen. Según el tiempo que se disponga, se puede extender más en una parte o en otra. Por ejemplo, en el compartir ideas, en la reflexión del mensaje, en los cantos… También es preferible, que lo que se haga sea con el corazón, por lo tanto mejor empezar con poco y bien, que hacer mucho y mal.

a.  Invocación al Espíritu Santo. El Espíritu Santo es quien nos guía siempre en el camino de la Santidad. San Pablo nos explica que no puede haber autentica oración sin la presencia del Espíritu en nosotros. En efecto, escribe: “El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables…” (Rm 8, 26-27)


“Lo más importante es orar al Espíritu Santo para que descienda sobre vosotros. 
Cuando uno lo posee lo tiene todo. 
La gente se equivoca al invocar solamente a los Santos cuando piden algo” (Mensaje del 21 de octubre de 1983)


b. Purificación del corazón: perdón y arrepentimiento. La participación debe ser espontánea y voluntaria. Presentemos todos los problemas y dificultades que sintamos en esos momentos y que nos impiden entrar en oración. Entreguemos al Señor nuestro desánimo o nuestra aridez espiritual y todo nuestro cansancio físico o mental. Pidamos al Señor nos ilumine para abrirle completamente nuestros corazones.

“Queridos hijos, hoy también deseo mostraros cuánto os amo. Me duele no poder ayudaros a cada uno a comprender mi amor. Por tanto, queridos hijos, os invito a la oración y al abandono total a Dios, porque Satanás quiere alejarlos de Dios por medio de las cosas de todos los días y tomar el primer lugar en sus vidas. Por eso queridos hijos, orad continuamente.¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (Mensaje del 16 de octubre de  1986)

c.  Oración con el corazón; Adoración, Alabanza, Gracias. Oración espontánea y voluntaria de Adoración, Alabanza y Acción de Gracias. Con nuestros corazones abiertos, expresemos a nuestro Dios nuestro amor por Él y lo que Él representa para nosotros. En este momento podemos aprovechar para darle gracias por todos los favores recibidos.

“¡Queridos hijos! Hoy os invito a todos a regocijarse continuamente por la vida que Dios os concede. Mis queridos hijos, regocijaos en Dios el Creador, porque Él os ha creado de manera tan maravillosa. Orad para que vuestras vidas estén llenas de una gozosa acción de gracias que brote desde vuestro corazón, como un río de alegría. Mis queridos hijos, dad incesantemente gracias a Dios por todo lo que poseemos, por cada pequeño don que Dios os ha concedido. De esa forma, la bendición gozosa de Dios descenderá siempre sobre vuestras vidas. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (Mensaje 25 de agosto de 1988)

d.  Santo Rosario meditado (abierto a la oración de petición y de intercesión). El Rosario, precisamente a partir de la experiencia de María, es una oración marcadamente contemplativa. Sin esta dimensión se desnaturalizaría. Como subrayó Pablo VI: Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas y de contradecir la advertencia de Jesús: “Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud a su locuacidad” (Mt 6,7).

Por su naturaleza, el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso que favorezca, en quien ora, la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza”. El Rosario es a la vez meditación y súplica. La plegaria insistente a la Madre de Dios se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón de su Hijo.

“¡Queridos hijos! Hoy os invito a comenzar a rezar el Rosario con una Fe viva, así podré ayudaros. Vosotros, queridos hijos, deseáis recibir gracias pero no oráis. Yo no puedo ayudaros porque vosotros no decidís actuar. Queridos hijos, os invito a rezar el Rosario de tal manera, que se convierta para vosotros en un compromiso que estéis dispuestos a cumplir con alegría. Así podréis comprender por qué estoy desde hace tanto tiempo con vosotros. Yo deseo enseñaros a orar. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (Mensaje del 12 de junio de 1986)

e.  Lectura del Mensaje del mes de nuestra Madre María. Se lee el mensaje del mes -preferentemente el último o del mes anterior- y después se hace una reflexión comunitaria, donde cada miembro voluntariamente puede compartir lo que le inspira o suscita el mensaje, o una parte de él que le haya conmovido especialmente.

“¡Queridos hijos! Hoy os bendigo de una manera especial con mi bendición maternal e intercedo ante Dios por vosotros, para que Él os conceda el regalo de la conversión del corazón. Desde hace años, Yo os llamo y os exhorto a una vida espiritual profunda y a la simplicidad, pero vosotros sois tan fríos. Por eso, queridos hijitos, tomad en serio los mensajes y vividlos, para que vuestra alma no se entristezca cuando Yo no esté ya más con vosotros y cuando ya no os guíe como a niños indecisos en vuestros primeros pasos. Por eso, queridos hijos, leed cada día los mensajes que Yo os he dado y transformadlos en vida. Yo os amo y por eso os invito a todos al camino de la salvación con Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (Mensaje del 25 de diciembre de 1989)

f.   Lectura del Santo Evangelio. Se lee la lectura del domingo siguiente para así prepararse durante el resto de la semana, pero también puede escogerse la lectura del día. Se puede hacer una reflexión comunitaria, donde cada miembro voluntariamente comparte lo que le inspira el Santo Evangelio.

“¡Queridos hijos! Quiero que vosotros entendáis que Yo soy vuestra Madre, que Yo quiero ayudaros y llamaros a la oración. Sólo por medio de la oración vosotros podéis entender y aceptar mis mensajes y ponerlos en práctica en vuestras vidas. Leed la Sagrada Escritura, vividla y orad para entender los signos de los tiempos. Estos son tiempos especiales. Por eso, Yo estoy con vosotros para atraeros a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo Jesús. Queridos hijos, Yo quiero que vosotros seáis hijos de la luz y no de la oscuridad. Por tanto, vivid lo que Yo os estoy diciendo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” (Mensaje del 25 de agosto de 1993)

g.  Oración Final. Podemos hacer una oración final o canto a la Virgen. También podemos hacer la consagración a María Santísima o al Sagrado Corazón de Jesús.

Agradezcamos por fin, la posibilidad de participar en un grupo de oración, tal como se ha hecho desde las primeras comunidades cristianas. De esta manera podemos hacer experiencia de lo que Jesús dijo en el evangelio, “donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mt 18, 20)

Àngel Blanch
Equipo de la Asociación Cultural Amor de Déu

Fuente: http://www.virgendemedjugorje.org/grupos-de-oracion/

jueves, 15 de noviembre de 2012

LA ACCIÓN DE SATANÁS CONTRA LOS PLANES DIVINOS EN LAS APARICIONES

"Por sus frutos los conoceréis"




Dos aspectos interesan en el presente tema. Primero, que la acción del demonio es opositiva, está siempre en contra de Dios y de su obra. En segundo lugar, el demonio, en su naturaleza caída, es sabio y poderoso, mucho más que los humanos, y utiliza sus poderes de mil maneras en el intento de desviar las voluntades libres de los hombres del camino trazado por Dios. Pero no es ni omnipotente ni omnisciente.

De ahí la fuerza que tiene para engañar al hombre, y la debilidad del hombre, si (el hombre) no recurre a la omnipotencia, sabiduría, bondad divinas.

Proponemos una ordenación sistemática útil en cuatro apartados sobre la acción satánica donde hay apariciones.

ACCIÓN DESTRUCTIVA EXTERNA

Los contrarios son hombres que, de múltiples formas —por su actuación y tendencia—, caen dentro del círculo de acción del diablo, y por ello son llamados «hijos de las tinieblas». Desde la persecución más solapada a la más burda y manifiesta, desde los procedimientos más finos, legales y sociales, hasta las destrucciones más violentas, se expanden en una extensa gama.

Son conocidas las dificultades y las persecuciones que agitaron la causa de Lourdes y que tuvo que soportar Bernardette Soubirous, hasta su definitiva aprobación. De modo semejante, no fue fácil para la causa de Fátima superar las muy graves contradicciones que se presentaron desde el comienzo: arresto y prisión de los videntes, mítines de propaganda subversiva, profanación del sagrado lugar y saqueo sacrílego, persecución contra el clero, mandatos perentorios a los párrocos, medidas gubernamentales contrarias, prohibiciones y cinco bombas en el lugar de las apariciones. Son destrucciones fundamentalmente antirreligiosas, aunque a veces se presentan so capa de utilidad pública o interés social.

Otros casos más específicos de actuación destructiva de Satanás, en el campo de las apariciones, se dan en lo que podríamos llamar una acción interior.

CONFUSIÓN, DESVIACIÓN Y DESTRUCCIÓN DEL VIDENTE

Si hay alguna cosa que respete más el Cielo es la libertad humana. No vayamos a creer que, por el mero hecho de aparecerse la Santísima Virgen a un vidente determinado y encargarle la realización de un mensaje, éste ya tenga asegurada su correspondencia, su santidad y su misma salvación. Un alma puede tener carismas, incluso para bien de otros, haberlos aplicado correctamente y llegar a frustrar los planes divinos y a perderse. «La corrupción de lo mejor es la peor» (corruptio optimi pessima). La acción divina en el campo sobrenatural, suele tener la misma generosidad o mayor, que en el campo natural, donde tantas oportunidades se pierden.

Precisamente, en este hecho se basa la posibilidad destructiva del demonio. Sus asedios se dirigen a corromper la voluntad humana en la respuesta a las gracias divinas.

La acción de Dios suele proceder de modo que, a mayor correspondencia del alma agraciada, siguen mayores dones; a menor, menos; a ninguna, la retirada divina, como en el caso de Saúl.

De ahí que no pocos casos que al principio eran buenos, se han frustrado por la mala correspondencia del hombre. Algunas apariciones marianas que fueron auténticas al principio, concluyeron mal. De ahí también la prudencia de la Jerarquía en no precipitarse, y la importancia de un competente director espiritual que asista al (o la) vidente.

Sin embargo, no creamos que la Virgen Santísima siempre fracasa. Como una buena madre que no retrocede, cueste lo que cueste, para arrancar a su hijo o a su hija de una difícil situación, muchas veces protege, ayuda y vigila, encamina, enseña, castiga y trata del modo más conveniente al vidente, para que al fin, respetando siempre su libertad, triunfe en él su amor de Madre.

Por tanto, un modo interior de actuación del demonio sería la intención de confundir, desviar y destruir al vidente:

a) Primero, cuando un vidente ha sido movido y agraciado con dones del Cielo, especialmente con apariciones, el demonio se le puede presentar en figura horrenda y espantosa para asustarle y anularle. Los éxtasis del buen espíritu conservan y respetan siempre la libertad del vidente en todo el momento extático. Los falsos éxtasis del diablo pueden anular momentáneamente la libertad del individuo, como una droga.

b) Un caso más sutil se da cuando el demonio se aparece al vidente transfigurado en «ángel de luz». Suele ser al principio de sus experiencias extáticas, cuando no sabe todavía distinguir ni analizar las visiones que recibe. Pero siempre, en estos casos, la engañosa visión, que guarda cierta analogía o paralelismo con las del buen espíritu, ofrece rasgos incongruentes e ilógicos, posibles de detectar. Los videntes, en su experiencia incipiente, llegan a descubrir el engaño y piden ardientemente la protección celeste para no sucumbir.

DESTRUCCIÓN DEL LUGAR DE LAS APARICIONES

Avanzando un grado más, la acción satánica puede centrarse en destruir el lugar de las apariciones, convertido ya en un centro de oración. No tiene prisa. Intenta conseguirlo de este modo.

Cuando hay fenómenos de apariciones, se forman en seguida grupos de personas piadosas o curiosas, venidas de todas partes. Entre ellas, hay un porcentaje reducido que empieza a sentir, o creer que siente, carismas de todas clases, como si estuvieran en consonancia con los acontecimientos. En la inmensa mayoría son ilusiones, sugestiones, engaños, puramente en el terreno psíquico natural, y es fácil descubrirlos y evitarlos.

Otro aspecto más grave, en esta línea, es que hay personas, generalmente sencillas y muy devotas, que, por su origen o por su idiosincrasia, admiten como verdadero cualquier fenómeno de carácter visional y creen lo que se les dice sin el menor asomo de duda. Para ellos, cuantas más personas celestes vea el vidente, mejor es, y quieren llevar a la práctica cualquier aviso, encargo, consejo o mensaje que reciben, por costoso que sea, sin capacidad de discernimiento. Esta actitud cerrada, mental y anímica, va acompañada de un frío rechazo absoluto de las advertencias o consejos de los prudentes directores espirituales. Les puede llevar a graves equivocaciones.

Pero además, se da otro caso mucho más serio, en que es difícil descubrir la acción satánica. Cuando hay un vidente movido por el buen espíritu, aparecen cerca de él otro u otros videntes falsos con fenómenos maravillosos, que buscan relacionarse con el verdadero. Invocando la caridad fraterna universal, quieren tener «sus visiones» en el lugar donde va ordinariamente el buen vidente. A la larga, sin embargo, aparecerá la falsedad de esos videntes, que habrán atraído grupos de admiradores; desde luego con espíritu de oración y sacrificios, no raramente excesivos. Es muy posible, en este estadio, que ni ellos mismos se den cuenta de la naturaleza de sus experiencias. Mucho peor si obran conscientes de la falsedad de sus fenómenos. Con su caída, o descrédito posterior, querrán arrastrar, como el río diabólico del Apocalipsis ( Ap 12, 15-16), a los auténticos videntes.

Más aún: los videntes falsos, conscientes o inconscientes, tienen una marcada inclinación a acudir al sitio donde hay grupos de oración o a otros lugares de apariciones, para tener allí sus falsos éxtasis y crear un clima de confusión y perturbaciones. El remedio está en separar totalmente el lugar de oración de la presencia de otros videntes advenedizos. Insistimos en que ellos, a veces, no son conscientes de que sus visiones sean falsas. No raramente lo ignoran por largo tiempo. Son juguete e instrumento del espíritu destructor.

René Laurentin les llama «epidemia de visionarios», al tratar de los falsos videntes que proliferaron en torno a Bernardette, en Lourdes. En el segundo volumen de su obra “Lourdes. Documents authentiques” consigna un repertorio de visionarios que incluye setenta y cuatro; cuarenta y ocho de ellos individuales, los otros en grupos.

Otro procedimiento para destruir un lugar de apariciones es el de «la competencia». Supongamos un lugar auténtico, como Lourdes, donde la piedad, la oración, el sacrificio y la caridad para con los enfermos, no solamente se mantienen, sino que crecen con multitudes que acuden de todas partes y de varias naciones, y que de repente se dice que cerca, a unos cien o doscientos kilómetros, se aparece la Virgen Santísima, que hay prodigios espectaculares; pero que, a la vez, hay concelebraciones y alianzas colectivas con la participación de incautos sacerdotes y que acuden turbas copiosas, y también hay obras de caridad. ¿Es posible que la Virgen Santísima, tan discreta, tan humana, prudentísima, haya escogido otro centro de apariciones competencial, junto a uno que Ella ha fundado? ¿No se trata, en cambio y en realidad, de una treta del Enemigo para restar importancia y destruir, si fuera posible, el verdadero?

ACCIÓN DESTRUCTORA ENTRE LOS QUE ACUDEN A LOS LUGARES DE APARICIONES Y RESPONDEN A SUS MENSAJES

Otro capítulo de la acción satánica destructora es la que se dirige principalmente a las personas que responden a la acción divina realizada en lugares de apariciones verdaderas o en movimientos originados por ellas.

Fracasados los otros intentos, le queda todavía al Destructor el método más eficaz: pervertir la convivencia humana con la desunión de las voluntades, para lograr la destrucción de la obra de Dios. El demonio es maestro en indisponer los ánimos en grupos bien avenidos. Con el agravante que, una vez producida la escisión, es muy difícil lograr su compostura.

Pero hay todavía otra particularidad, y es que, transcurrido un tiempo que no suele ser muy largo, si el Maligno no ha logrado sus propósitos, pasa a perturbar a otro del grupo según el mismo procedimiento, pero por otras causas concretas; y luego a otro, y así sucesivamente. Su fin inmediato es la desunión de las voluntades y el mediato la destrucción de la obra de Dios.

CONCLUSIÓN

Se puede afirmar, como principio general, que Satanás acude siempre donde está María Santísima para deshacer su obra, si puede. La razón teológica es porque María es la única pura criatura humana que nunca ha tenido parte alguna con el diablo. Por consiguiente, el que cierra las puertas a María Santísima, las abre a Satanás.

Este hecho puede ser contraprueba válida de la verdad de unas apariciones concretas de la Virgen Santísima. Donde esté María, habrá señales evidentes de la intención y acción destructiva de Satanás. Y al revés: en lugares de apariciones en que sucedan maravillas espectaculares con afluencia de muchedumbres como espectáculo o, simplemente, un lugar que no tenga contradicción alguna desproporcionada, difícilmente será obra del buen espíritu.

En último término, en el discernimiento de espíritus en las apariciones es decisivo el criterio que el mismo Jesús nos indicó en el Evangelio: «Por sus frutos los conoceréis». Estos frutos pueden tardar en aparecer, pero aparecerán...

P. Jesuita P. Sebastián Bartina


Fátima, 1917