jueves, 19 de diciembre de 2013

Hay que juntar el rebaño antes que oscurezca


La presente aparición mariana así como los presuntos mensajes de la Virgen están siendo objeto de análisis desde el año 2003 por la iglesia católica. Cualquiera que sea la decisión final, la administración de este blog la acepta total y completamente por adelantado y en total obediencia a la misma.

***

Procesión en la fiesta de la Inmaculada Madre 
del Divino Corazón Eucarístico de Jesús

Apariciones en Salta (Argentina)

-8 de Diciembre de 2013-


Video grabado con cámaras de alta resolución HD en distintos planos incluyendo vista aérea.

(Recomendamos poner la opción de resolución HD 1080)




Más información de la Aparición:

miércoles, 18 de diciembre de 2013

San Juan Diego: Su Historia - Festividad: 9 de diciembre




Un "macehualli", es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio ¿Por qué se le apareció la Virgen?

El Beato Juan Diego

- Nació en 1474.

- Originario del barrio de Tlayácac en Cuautitlán.

- Su nombre pagano fue Cuauhtlatóhuac que con terminación tzin (Cuauhtlatoatzin) en náhuatl significa un trato reverencial.

- Su esposa se llamaba María Lucía, quien falleció en 1529.

- No tuvieron hijos Juan Diego y María Lucía, pero adoptaron un hijo.

- En 1526, junto con su esposa María Lucía y su tío Juan Bernardino, recibió el sacramento del Bautismo en el Templo de Santiago Tlaltelolco.

-A la muerte de su esposa, en 1529, Juan Diego decidió trasladarse a Tulpetlac para vivir con su tío Juan Bernardino.

-En la presentación que se hace de Juan Diego, se dice de él: "Ce Ma-cehualtzintli", es decir que era un "macehualli" que bien puede traducirse como un "indiecito", o mejor aún, como "un honorable hombre de pueblo".

-Su trabajo consistía en tejer petates que vendía junto con otros productos elaborados con Tule.

-Tenía algunas propiedades, entre ellas la casa donde habitaba con su tío (hoy Templo de Nuestra Señora de la Salud) y otros bienes los cuales regaló después de su encuentro con María en el Tepeyac.

-Las tradiciones refieren que el mismo día que se trasladó la Sagrada Imagen a la primitiva Ermita, Juan Diego dejó su casa y su pueblo y, con licencia del Obispo se trasladó a vivir y a servir en la de María Santísima.

-Desempeñó los oficios de cuidar, barrer, cargar y llevar todo lo necesario para la Ermita; todo con humildad, prontitud y devoción.

-Ocupaba largos ratos de tiempo en oración ante la Santa Imagen.

-Con permiso del Obispo comulgaba tres veces por semana, cosa muy rara entonces, y se ejercitaba en la mortificación y en ayunos. Además, atendía con gran amabilidad a los peregrinos a hora y deshora.

-Llevó Juan Diego sobre sí una manta con una copia de la Imagen original de la Vírgen de Guadalupe, "de una tercia de larga y una cuarta de ancha; hasta que a su muerte se la dejó a su hijo adoptivo, quien a su vez la dió a su nieto y fue a parar a un sacerdote de Querétaro" y luego se perdió.

-Falleció el día 12 de junio de 1548, a la edad de 74 años.

- Fue sepultado junto con su tío Juan Bernardino en la primera ermita dedicada a la Vírgen de Guadalupe.

-Desde antes de las apariciones ya era tenido Juan Diego entre los que le conocían como un hombre bueno y justo. Después de sus encuentros con la Vírgen llevó una vida muy ejemplar y las gentes lo tenían por santo.

-A partir de su muerte y hasta nuestros días se ha extendido el culto y veneración. Muchas familias han puesto a sus hijos el nombre de Juan Diego por la devoción que le tienen. Y algunos padres al bendecir a sus hijos, todavía dicen: "Que Dios te haga como Juan Diego".

-El día 9 de abril de 1990, en el Palacio Apostólico de Roma, en presencia del Papa Juan Pablo II, de varios cardenales y de muchos Prelados, se aprobó públicamente el Decreto de la Congregación de las Causas de los Santos "de culto inmemorial" por el que se declaraba que Juan Diego había vivido las virtudes cristianas en grado heroico.

-El Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, en una solemne ceremonia en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe de México, lo reconoció oficial y solemnemente como Beato el día 6 de mayo de 1990.

-El 9 de diciembre ha sido declarado como fiesta del Beato Juan Diego. Inicialmente se le había pedido al Papa que eligiera el 12 de junio (aniversario de su muerte y día de su nacimiento al Cielo) como fiesta litúrgica, pero el Papa Juan Pablo II dijo: "No; que sea el 9 de diciembre, porque fue el día en que vio el Paraíso", es decir la primera aparición.

"desde que el indio Juan Diego hablara de la dulce Señora del Tepeyac, Tú, Madre de Guadalupe, entras de modo determinante en la vida cristiana del pueblo de México." (Juan Pablo II, 27 de enero de 1979,en su primer viaje a México).

Juan Pablo II en el día de su beatificación hacía resaltar "su fe sencilla, nutrida de la catequesis y acogedora de los misterios, su esperanza y confianza en Dios y en la Vírgen; su caridad, su coherencia moral, su desprendimiento y pobreza evangélica".

Conocer a Juan Diego "puede servir a todos nuestros hermanos de México, aún a los no católicos o no creyentes, para conocer mejor y amar más las raíces de nuestra Patria". (Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, 12 de julio de 1991).

"Desde este lugar privilegiado de Guadalupe, corazón de México siempre fiel, deseo convocar a todo el laicado mexicano a comprometerse más activamente en la reevangeliza-ción de la sociedad…" (Juan Pablo II, el día de la beatificación de Juan Diego, 6-V-1990).

"Hombres y mujeres católicos de México, vuestra vocación cristiana es por su misma naturaleza vocación al apostolado (…) No podéis por tanto permanecer indiferentes ante el sufrimiento de vuestros hermanos: ante la pobreza, la corrupción, los ultrajes a la verdad y a los derechos humanos. Debéis ser sal de la tierra y luz del mundo (cfr. Mt. 5, 13-14)". (Juan Pablo II, el día de la beatificación de Juan Diego, 6-V-1990).

El milagro de San Juan Diego

Del Proceso de Beatificación y Canonización de Juan Diego
P. Dr. Eduardo Chávez Sánchez, postulador oficial de la Causa de Juan Diego

Juan Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548) sigue intercediendo por su pueblo. Dentro del proceso para la Canonización de Juan Diego era indispensable constatar un milagro efectuado por intercesión del Beato Juan Diego.

Desde el 20 de noviembre de 1990, en la Curia del Arzobispado de México, se abrió el proceso canónico para recoger las pruebas sobre el milagro realizado por el Beato Juan Diego, concluyendo el 31 de marzo de 1994.

No cabe duda, que Dios aprobaba la canonización de Juan Diego al realizar un milagro por medio de la intercesión de este indio humilde y sencillo, mensajero fiel de Santa María de Guadalupe. El caso en cuestión tuvo lugar en la Ciudad de México el 3 de mayo de 1990, cuando un joven de 20 años de edad, llamado Juan José Barragán Silva, cayó de una altura de 10 metros aproximadamente sobre terreno sólido, con un fuerte impacto valorado en 2,000 kg., con fractura múltiple del hueso craneal, y fuertes hematomas. Según la valoración de los médicos, la mortalidad superaba el 80%. Fue la mamá del muchacho quien le pidió a Juan Diego por la vida de su hijo.

Al llegar al Sanatorio, intervino el Dr. Homero Hernández Illescas y su equipo de médicos, encontrando que las lesiones que presentaba el muchacho eran terribles y se esperaba lo peor; nuevamente aquí la madre del muchacho confirmó su confianza en Juan Diego. Después de dos días, los médicos le tuvieron que dar la mala noticia a la madre, de que su hijo tenía muy pocas esperanzas de vida y que esperaban sólo su fallecimiento. El 6 de mayo de 1990, exactamente cuando el Santo Padre Juan Pablo II estaba celebrando la misa de Beatificación de Juan Diego, en el Sanatorio se operó un verdadero prodigio, el joven que había sido desahuciado se incorporó y, como tenía hambre, comió de lo que encontró en una charola [Bol., Hond., Méx. y Perú. bandeja (pieza para servir)] que se había colocado cerca de él; todo esto ante la admiración de propios y extraños. Los médicos no podían creer lo que estaban contemplando, obviamente los exámenes de todo tipo fueron muy exhaustivos para tratar de dar una respuesta racional a lo que estaban contemplando; el muchacho no tenía ya ni fracturas, ni contusiones, ni sangrado, absolutamente nada... tan admirable fue este prodigio, que a los pocos días salió del hospital por su propio pie. Más de 15 médicos especialistas analizaron este caso, conformando un gran expediente que será de gran importancia para el proceso del milagro.

En primer lugar, se realizó un proceso diocesano para analizar este caso prodigioso y constatar que se podía integrar al proceso de canonización del Beato Juan Diego, todos los testimonios de los especialistas coincidían que no había una explicación racional sobre este caso; además fueron claros los testimonios de quienes supieron que la madre del muchacho había invocado a Juan Diego para que intercediera por la salud de su hijo.

La Congregación para la Causa de los Santos confirmó que el proceso diocesano fue muy bien llevado; el caso disponía de una sólida base probatoria. El decreto de Validez de los actos del proceso es del 11 de noviembre de 1994. En la misma Congregación, el 26 de febrero de 1998, los médicos especialistas nombrados por la Santa Sede para analizar de manera meticulosa este caso, lo aprobaron por unanimidad (cinco sobre cinco), sorprendidos de que en el lapso de pocos días la fractura estuviera totalmente soldada y sin manifestar ningún signo de complicación y con una modalidad de curación rápida, completa y duradera, siendo que la caída que había sufrido el muchacho era de fatales consecuencias; era una inexplicable curación según el conocimiento de la ciencia médica.

Por otro lado, la Congregación para la Causa de los Santos también recibió el resultado del proceso de parte de los teólogos que analizó con minuciosidad si este milagro se había realizado por intercesión del Beato Juan Diego. El 11 de mayo de 2001, en Congressus Peculiaris super Miro, los Consultores Teólogos, presididos por el Promotor de la Fe, aprobaron el milagro hecho por intercesión del Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin, con voto afirmativo por unanimidad (Congregatio de Causis Sanctorum, Canonizationis Beati Ionnis Didaci Cuautlatoatzin, viri laici [1474-1548] Relatio et Vota, Congressus Peculiaris super Miro, 11 de mayo de 2001, Mexicana, P. N. 1408, Tip. Guerra, Roma 2001). Sin duda alguna, el humilde Juan Diego es un ejemplo de santidad y un fuerte intercesor de su pueblo.

Pero todavía faltaban pasos por dar dentro de este proceso de Canonización.

El 21 de septiembre de 2001 se realizó la «Sesión Ordinaria» integrado por Obispos y Cardenales quienes aprobaron todos los resultados. Y el 20 de diciembre del mismo año se Proclamó el Decreto del Milagro realizado bajo la intercesión del Beato Juan Diego ante la presencia del Papa Juan Pablo II. Con ello se dispone a Juan Diego a ser canonizado. Pero todavía el proceso no concluía, ya que el Santo Padre tenía que consultar a todos los cardenales del mundo para que dieran libremente su opinión; disponiendo la celebración de un Consistorio para el día 26 de febrero de 2002 en donde el Papa Juan Pablo II, después de la consulta a los cardenales, proclamaría su resolución.

Por fin, llegó el día tan esperado, el 26 de febrero del 2002, en donde, en una liturgia solemne el Santo Padre Juan Pablo II proclamó que canonizaría al Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin el 30 de julio de este mismo año. Por cuestiones prácticas, el día fue cambiado para el 31 de julio y se confirmó que el lugar en donde se celebraría la Solemne Ceremonia sería en la Insigne y Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, y que el Papa en persona vendría a presidirla.

ORACIÓN IV

¡Oh, Padre Celestial! que concediste a Juan Diego ser el confidente de la Virgen de Guadalupe y asistir al nacimiento de la fe en nuestra Patria, te pedimos, por su intercesión, que socorras a los más necesitados.

Consuela a los enfermos de alma y cuerpo y concede que el Pueblo Mexicano, unido por la fuerza del amor a nuestra Dulce Madre del Tepeyac, haga de cada uno de sus hogares un templo vivo en donde adoremos a Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

Pbro. Dr. Eduardo Chávez Sánchez
Postulador Oficial de la Causa de Canonización de Juan Diego

San Juan Diego intercede por nosotros.
Santa María de Guadalupe ruega al Señor Jesús por nosotros.

(3 Credos a Nuestra Señora de Guadalupe en honor y por todas las intenciones de San Juan Diego).

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, y nacido del Padre antes de todos los siglos; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; por quien fueron hechas todas las cosas; quien, por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó de los cielos; Y se encarnó por obra del Espíritu Santo, de María Virgen; y se hizo hombre. Fue crucificado, también por nosotros; bajo el poder de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado; y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió a los cielos; está sentado a la diestra del Padre; y ha de venir, segunda vez, con gloria a, juzgar a los vivos y a los muertos; cuyo reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificador, que procede del Padre y del Hijo; el que juntamente con el Padre y el Hijo es adorado y conglorificado; que habló por los profetas. Y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para remisión de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos y la vida perdurable. Amén.

En abril de 1990 Juan Diego fué beatificado por el papa Juan Pablo II en el Vaticano. Al siguiente mes, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de México, durante su segunda visita al Santuario, Su Santidad presidió la solemne ceremonia de beatificación.

El Beato Juan Diego: Un modelo de humildad
¿Quién era este Juan Diego?

La mayoría de los estudiosos concuerdan que Juan Diego nació en 1474 en el calpulli de Tlayacac en Cuauhtitlán, el que fué establecido en 1168 por la tribu nahua y posteriormente conquistado por el jefe Azteca Axayacatl en 1467; y estaba localizado 20 kilómetros al norte de Tenochnitlán (ciudad de México).

Su nombre de nacimiento fue Cuauhtlatoatzin, que podría ser traducido como "el que habla como águila" o "águila que habla".

El Nican Mopohua lo describe como un "macehualli", o "pobre indio", es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio, como funcionarios, sacerdotes, guerreros, mercaderes, etc., es decir que pertenecía a la mas numerosa y baja clase del Imperio Azteca, pero no a la clase de los esclavos. Hablándole a Nuestra Señora él se describe como "un hombrecillo" o un don nadie, y atribuye a ésto su falta de credibilidad ante el Obispo.

El trabajaba duramente la tierra y fabricaba matas las que luego vendía. Era dueño de su pedazo de tierra y tenía una pequeña vivienda en ella. Estaba casado pero no tenía hijos.

En los años 1524 o 1525 se produce su conversión al cristianismo y fue bautizado, así como su esposa, recibiendo el nombre cristiano de Juan Diego y su esposa el nombre de María Lucía. Fueron quizás bautizados por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente, llamado por los indios "Motolinia" o "el pobre" por su extrema gentileza y piedad y las ropas raídas que vestía.

De acuerdo a la primera investigación formal realizada por la Iglesia sobre los sucesos, las Informaciones Guadalupanas de 1666, Juan Diego parece haber sido un hombre muy devoto y religioso, aún antes de su conversión. Era muy reservado y de un místico carácter, afecto a largos silencios y frecuentes penitencias, y que solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir instrucción religiosa.

Su esposa María Lucía enferma y luego fallece en 1529. Juan Diego entonces se translada a vivir con su tío Juan Bernardino en Tolpetlac, que le quedaba mas cerca de la iglesia en Tlatilolco – Tenochtitlán, solo 14 kilómetros.

El caminaba cada sábado y domingo a la iglesia, partiendo a la mañana muy temprano, antes que amaneciera, para llegar a tiempo a la Santa Misa y a las clases de instrucción religiosa. Caminaba descalzo, como la gente de su clase macehualli, ya que solo los miembros de las clases superiores de los aztecas usaban cactlis, o sandalias, confeccionadas con fibras vegetales o de pieles. En esas frías madrugadas usaba para protegerse del frío una manta, tilma o ayate, tejida con fibras del maguey, el cactus típico de la región. El algodón era solo usado por los aztecas mas privilegiados.

Durante una de sus caminatas camino a Tenochtitlán, caminatas que solían tomar unas tres horas y medias a través de montañas y poblados, ocurre la primera aparición de Nuestra Señora, en el lugar ahora conocido como "Capilla del Cerrito", donde la Santísima Virgen le habló en su idioma, el náhuatl. Ella se refirió a él con grandísimo cariño, llamándolo "Juanito, Juan Dieguito", "el mas pequeño de mis hijos", "hijito mío".

Juan Diego tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una edad avanzada en un lugar y época donde la expectativa de vida masculina apenas sobrepasaba los 40 años.

Luego del milagro de Guadalupe Juan Diego fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, luego de dejar todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino, pasando el resto de su vida completamente dedicado a la difusión del relato de las apariciones entre la gente de su pueblo.

Juan Diego muere el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años.

Juan Diego amaba de sobremanera la Sagrada Eucaristía, y por permiso especial del Obispo recibía la Comunión tres veces por semana, algo completamente inusual en aquellos tiempos.

Su Santidad Juan Pablo II alabó en Juan Diego su simple fé enriquecida por la catequesis y lo definió (a aquél que le dijo a la Santísima

Virgen: "soy solo un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda..") como un modelo de humildad para todos nosotros.