domingo, 20 de noviembre de 2022

12º día Consagración al Inmaculado Corazón de María

 


Día 12

Texto para meditar: Imitación de Cristo, libro I, cap. 25

Mas si vieres alguna cosa digna de reprensión, guárdate de 

hacerla; y si alguna vez la hiciste, procura enmendarte luego.

Así como tú miras a los otros, así los otros te miran a ti. 

¡Oh! ¡Cuán alegre y dulce cosa es ver los devotos y 

fervorosos hermanos con santas costumbres y en 

observante disciplina!

¡Cuán triste y penoso es verlos andar desordenados, y que 

no hacen aquello a que son llamados por su vocación!

¡Oh! ¡Cuán dañoso es ser negligentes en el propósito 

de su llamamiento, y ocuparse en lo que no les mandan!

Acuérdate de la profesión que tomaste, y proponte por 

modelo al Crucificado.

Bien puedes avergonzarte mirando la: vida de Jesucristo, 

porque aún no estudiaste a conformarte más con Él, 

aunque ha muchos años que estás en el camino de Dios.

El religioso que se ejercita intensa y devotamente en la 

santísima vida y pasión del Señor, halla allí todo lo útil 

y necesario y cumplidamente para sí; y no hay necesidad 

que busque cosa mejor fuera de Jesús.

¡Oh! ¡Si viniese a nuestro corazón Jesús crucificado, cuán 

presto y cumplidamente seríamos enseñados!

El hombre fervoroso y diligente, a todo está dispuesto.

Mayor trabajo es resistir a los vicios y pasiones, que sudar 

en los trabajos corporales.

El que no evita los defectos pequeños, poco a poco cae 

en los grandes.

Te alegrarás siempre a la noche, si gastares bien el día.

Vela sobre ti, despiértate a ti, amonéstate a ti, y sea de los 

otros lo que fuere, no te descuides de ti.

Tanto aprovecharás cuanto más fuerza te hicieres. Amén.

Oraciones del día

VENI, CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de tus siervos,

llena de la gracia de lo alto los pechos que Tú creaste.

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo, 

fuente viva, fuego, amor, y unción espiritual.

Tú septiforme en el don, dedo de la paterna diestra, 

Tú, auténtica promesa del Padre, que enriqueces las 

lenguas con palabras.

Enciende lumbre en los sentidos, infunde amor en los 

corazones, corroborando con vigor constante la fragilidad 

de nuestro cuerpo.

Rechaza más y más lejos al enemigo, concede 

prontamente la paz, yendo así Tú delante como guía, 

evitemos todo mal.

Haz que por ti conozcamos al Padre y conozcamos 

también al Hijo y por ti, Espíritu de entrambos, 

creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria y al Hijo, que entre los muertos 

resucitó, y al Paráclito por los siglos de los siglos. Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, 

quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, 

ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, 

ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras 

plegarias el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de 

culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para 

que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo y al Espíritu Santo: 

a los tres un solo honor. Amén.

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi 

espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la 

humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 

porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí 

y su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en 

generación sobre los que le temen.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios 

de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece 

a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y 

a los ricos los despide vacíos.

Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia 

como la había prometido a nuestros padres en favor de 

Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en 

el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. 

Amén.



Fuente: www.matercoeli.com


2 comentarios:

  1. Hola Mónica, Garcías por este blog, porque despierta cosas. Aunque no te ponga siempre comentarios leo cada entrega.
    Un abrazo

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    1. Hola, Jesús.
      Tu comentario anima a continuar con mayor entusiasmo si cabe, en la entrega de los maravillosos tesoros que nuestra fe católica dispone para guía, protección y consuelo de esta, su iglesia peregrina y militante en la tierra, donde no tenemos vivienda permanente.
      Muchas gracias.
      Un abrazo, querido amigo.

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