Promesa de Jesús dada a Santa Faustina Kowalska:
"Antes de
venir como el Juez Justo, vengo como el Rey de Misericordia.
Antes de que
llegue el día de la justicia, les será dado a los hombre este signo en el
cielo.
Se apagará toda luz en el cielo y habrá una gran oscuridad en toda la
tierra.
Entonces, en el cielo aparecerá el signo de la cruz y de los orificios
donde fueron clavadas las manos y los pies del salvador, saldrán grandes luces
que durante algún tiempo iluminaran la tierra.
Eso sucederá poco tiempo antes
del último día."
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.
El viernes, después de
"Escribe en seguida lo que
vas a oír: Soy el Señor en Mi Esencia y no conozco mandatos ni necesidades. Si
llamo a las criaturas a la vida, esto es el abismo de Mi misericordia".
En aquel mismo momento me vi en nuestra capilla, como antes en mi
reclinatorio. La Santa Misa
terminó. Ya tenía escritas estas palabras.
Nota: atento las inusuales señales del signo de los tiempos que estamos presenciando, no esperemos a la Semana Santa para rezar esta Novena. Podemos empezarla inmediatamente luego de Navidad, o en cualquier momento. Las graves circunstancias que se abaten sobre una humanidad de corazón endurecido y oídos sordos a la Misericordia Divina así lo justifican. Hermanos, no dejemos de orar, de bendecirnos unos a otros y de dar gracias. Sumerjámonos en la insondable Misericordia del Todopoderoso.
Novena a la
Divina Misericordia
(Jesús me ordenó escribir y hacer antes de
"Deseo que durante esos nueve días lleves a las almas a
Contesté: Jesús, no sé cómo hacer esta novena y qué almas
introducir primero en Tu muy misericordioso Corazón. Y Jesús me contestó que me
diría, día por día, qué almas debía introducir en Su Corazón.
"Hoy, tráeme a toda la
humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de Mi
misericordia. De esta forma Me consolarás de la amarga
tristeza [en] que Me sume la pérdida de las almas".
Jesús tan misericordioso, cuya naturaleza es la de tener
compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la
confianza que depositamos en Tu bondad
infinita. Acógenos en la morada de Tu muy compasivo Corazón y nunca nos dejes
salir de Él. Te lo suplicamos por Tu amor que Te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre
eterno, mira con misericordia a toda la humanidad, y especialmente a los pobres
pecadores que están encerrados en el Corazón de Jesús lleno de compasión, y por
su dolorosa Pasión muéstranos Tu misericordia para que alabemos su omnipotencia
por los siglos de los siglos. Amen.
Oh omnipotencia de la
Divina Misericordia
Salvación del hombre pecador,
Tú [eres]
la misericordia y un mar de compasión,
Ayudas a quien Te ruega con humildad
"Hoy, tráeme a las almas de
los sacerdotes y las almas de los religiosos, y sumérgelas en Mi misericordia
insondable. Fueron ellas las que Me dieron fortaleza para soportar Mi amarga
Pasión. A través de ellas, como a través de canales, Mi misericordia fluye
hacia la humanidad."
Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta
Tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de
manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia
que está en el cielo.
Padre eterno, mira con misericordia al grupo
elegido de Tu viña, a las almas de los sacerdotes y alas almas de los
religiosos; otórgales el poder de Tu bendición. Por el amor del Corazón de Tu
Hijo, en el cual están encerradas,
concédeles el poder de Tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación, y a una
sola voz canten alabanzas a Tu misericordia sin limite por los siglos de los
siglos. Amen.
La fuente del amor de Dios,
Vive en los corazones
limpios,
Purificados en el mar de misericordia,
Resplandecientes como las
estrellas,
Claros como la aurora.
Tercer día
"Hoy, tráeme a todas las
almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de Mi misericordia. Estas almas
Me consolaron a lo largo del Vía Crucis. Fueron una gota de consuelo en medio
de un mar de amargura".
Jesús infinitamente compasivo, que desde el tesoro de Tu
misericordia les concedes a todos Tus gracias en gran abundancia, acógenos en
la morada de Tu clementísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de Él. Te lo
suplicamos por el inconcebible amor Tuyo con que Tu Corazón arde por el Padre celestial.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de
Tu Hijo y por su dolorosa Pasión, concédeles Tu bendición y rodéalas con Tu
protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe,
sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen Tu
infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Son impenetrables las maravillas de la misericordia,
No alcanza sondearlas ni
el pecador ni el justo,
Miras a todos con compasión,
Y atraes a todos a tu
amor.
Cuarto día
"Hoy, tráeme a los paganos*
y aquellos que todavía no Me conocen. También pensaba en ellos durante Mi
amarga Pasión y su futuro celo consoló Mi Corazón. Sumérgelos en el mar de Mi misericordia".
Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge
en la morada de Tu piadosísimo Corazón a las almas de los paganos que todavía
no Te conocen. Que los rayos de Tu gracia las iluminen para que también ellas
unidas a nosotros, ensalcen Tu misericordia admirable y no las dejes salir de
la morada de Tu compasivísimo Corazón.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio.
La luz de Tu amor
Ilumine las tinieblas
de las almas.
Haz que estas almas Te conozcan,
Y junto con nosotros glorifiquen
Tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los paganos y de los que todavía no Te conocen, pero que están encerrados en el muy compasivo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio.
Quinto día
"Hoy, atráeme a las almas
de los herejes y de los cismáticos*, y sumérgelas en el mar de Mí misericordia.
Durante Mi amarga Pasión, desgarraron Mi cuerpo y Mi Corazón, es decir, Mi Iglesia.
Según regresan a la Iglesia ,
Mis llagas cicatrizan y de este modo alivian Mi Pasión".
También para aquellos que rasgaron
la vestidura de Tu unidad
Brota
de tu Corazón la fuente de piedad.
La omnipotencia de Tu misericordia, oh Dios,
Puede sacar del error también a estas almas.
Jesús sumamente misericordioso, que eres la bondad misma, Tú
no niegas la luz a quienes Te la piden. Acoge en la morada de Tu muy compasivo
Corazón a las almas de los herejes y las almas de los cismáticos y llévalas con
Tu luz a la unidad con la
Iglesia ; no la dejes alejarse de la morada de Tu compasivísimo
Corazón, sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de Tu
misericordia. Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los herejes y
de los cismáticos que han malgastado Tus bendiciones y han abusado de Tus
gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino
el amor de Tu Hijo y su amarga Pasión que sufrió por ellos ya que también ellos
están acogidos en el sumamente compasivo Corazón de Jesús. Haz que también
ellos glorifiquen Tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
* Nuestro
Señor originalmente usó las palabras “los paganos”. Desde el pontificado del
Papa Juan XXIII, la Iglesia
ha juzgado apropiado el reemplazo de este término por la denominación “los que
no creen en Cristo” y “los que no conocen a Dios” (ver el Misal Romano, 1970).
(Este párrafo resaltado aparece ubicado en el libro después del párrafo 1217)
NormaIris -** Las palabras originales de Nuestro Señor son aquí “herejes y
cismáticos”, ya que Él habló a Sor Faustina según el contexto de su tiempo.
Desde el Concilio Vaticano II, las autoridades eclesiásticas han considerado
impropio usar esas denominaciones según las explicaciones expuestas en el
Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo (No. 3). Es apropiado usaren su lugar el
término “los hermanos separados”. Sin embargo con el tiempo la Iglesia ha decidido usar
todavía otra denominación: “los hermanos que creen en Cristo” (ver el Misal
Romano, 1970).
Sexto día
"Hoy, tráeme a las almas
mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños, y sumérgelas en Mí
misericordia. Éstas son las almas más semejantes a Mi Corazón. Ellas Me
fortalecieron durante Mí amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que
velarían al pie de Mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de
gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir Mi gracia; concedo Mi
confianza a las almas humildes".
Jesús misericordioso, Tu Mismo has dicho: Aprendan de Mí que soy manso y humilde de corazón.
Acoge en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y
humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el
cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete
perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios Mismo. Estas
almas tienen una morada permanente en Tu compasivísimo Corazón y cantan sin
cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.
De verdad el alma humilde y mansa
Ya aquí en la tierra respira
el paraíso,
Y del perfume de su humilde corazón
Se deleita el Creador Mismo.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas mansas y
humildes y a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el muy
compasivo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a Tu Hijo. Su
fragancia asciende desde la tierra y alcanza Tu trono. Padre de misericordia y
de toda bondad, Te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que
Te proporcionan, bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas
las alabanzas de Tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Séptimo día
"Hoy, tráeme a las almas
que veneran y glorifican Mi misericordia de modo especial y sumérgelas en Mi
misericordia. Estas almas son las que más lamentaron Mi Pasión y penetraron más
profundamente en Mi espíritu. Ellas son un reflejo viviente de Mi Corazón
compasivo. Estas almas resplandecerán con un resplandor especial en la vida
futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial
a cada una en la hora de la muerte".
Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge
en la morada de Tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de
modo particular la grandeza de Tu misericordia. Estas almas son fuertes con el
poder de Dios Mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades
siguen adelante confiadas en Tu misericordia, y unidas a Ti, cargan sobre sus hombros
a toda la humanidad. Estas almas no serán juzgadas severamente, sino que Tu
misericordia las protegerá en la hora de la muerte.
Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran
Tu mayor atributo, es decir, Tu misericordia insondable y que están encerradas
en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente,
sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones, desbordantes
de gozo, Te cantan, oh Altísimo, un cántico de misericordia. Te suplico, oh
Dios, muéstrales Tu misericordia según la esperanza y la confianza que han
puesto en Ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo: A las almas que veneren
esta infinita misericordia Mía, Yo Mismo las defenderé como Mi gloria durante
sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.
El alma que ensalza la
bondad de su Señor
Es por Él particularmente amada.
Está siempre al lado de la
fuente viva
Y saca gracias de la Divina Misericordia.
Octavo día
"Hoy tráeme a las almas que
están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia.
Que los torrentes de Mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas
almas son muy amadas por Mi. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a
Mi justicia. Está en tu poder llevarles alivio. Haz uso de todas las
indulgencias del tesoro de Mi Iglesia y ofrécelas en su nombre…. Oh, si
conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas
las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con Mi justicia."
Jesús misericordiosísimo, Tu Mismo has dicho que deseas la
misericordia; heme aquí que llevo a la morada de Tu muy compasivo Corazón a las
almas del purgatorio, almas que Te son muy queridas, pero que deben pagar su
culpa adeudada a Tu justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron
de Tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea
glorificado el poder de Tu misericordia.
Padre eterno, mira con
misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el
muy compasivo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, Tu
Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada,
muestra Tu misericordia a las almas que están bajo Tu justo escrutinio. No las
mires sino a través de las heridas de Jesús, Tu amadísimo Hijo, ya que creemos
que Tu bondad y Tu compasión no tienen limites. Amén.
Del tremendo ardor del fuego del
purgatorio
Se levanta un lamento a Tu misericordia.
Y reciben consuelo, alivio
y refrigerio
En el torrente de Sangre y Agua derramado.
Noveno día
"Hoy, tráeme a las almas
tibias y sumérgelas en el abismo de Mi misericordia. Estas almas son lasque mas
dolorosamente hieren Mi Corazón. A causa de las almas tibias, Mi alma
experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de
ellas dije: Padre, aleja de Mí este cáliz, si es Tu voluntad. Para ellas, la
ultima tabla de salvación consiste en recurrir a Mi misericordia".
Jesús piadosísimo, que eres la compasión misma, Te traigo a
las almas tibias a la morada de Tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas
que se parecen a cadáveres y Te llenan de gran repugnancia se calienten con el
fuego de Tu amor puro. Oh, Jesús tan compasivo, ejercita la omnipotencia de Tu
misericordia y atráelas al mismo ardor de Tu amor y concédeles el amor santo, porque
Tú lo puedes todo.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas
tibias que, sin embargo, están acogidas en el piadosísimo Corazón de Jesús.
Padre de la misericordia, Te suplico por la amarga Pasión de Tu Hijo y por su
agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el
abismo de Tu misericordia….*
El fuego y el hielo no pueden estar juntos,
Ya que se apaga
el fuego o se derrite el hielo.
Pero Tu misericordia, oh Dios,
Puede socorrer
las miserias aún mayores.
Oh día eterno, oh día deseado, Te espero con anhelo e
impaciencia.
Ya dentro de poco el amor soltará el velo, Y tú te volverás mi
salvación. Oh día esplendido, momento incomparable, En que veré por primera vez
a mi Dios, Esposo de mi alma y Señor de los señores, Siento que el temor no
abrazará mi alma. Oh día solemnísimo, o día resplandeciente, En que el alma
conocerá a Dios en su poder, Y se sumergirá entera en su amor, Y conocerá que
han pasado las miserias del destierro. Oh día feliz, oh día bendito, En que mi
corazón se incendiará de ardor eterno hacia Ti, Porque ya ahora Te siento,
aunque a través del velo, Tú, oh Jesús, en la vida y en la muerte eres mi
éxtasis y encanto. Oh día, que espero durante toda mi vida. Y Te espero a Ti,
oh Dios, Ya que deseo solamente a Ti, Sólo Tú estás en mi corazón y lo demás es
nada. Oh día de delicias, de eternas dulzuras. Oh Dios de gran Majestad, Esposo
mío, Tú sabes que nada satisface el corazón de una virgen, Apoyo mi sien sobre
Tu dulce Corazón.
* La Novena
ha sido traducida siguiendo textualmente el manuscrito de Sor Faustina, y por
tratarse de un Documento Válido, su Diario difiere del Devocionario traducido y
preparado especialmente para uso de los fieles.
Ref: (Diario de la Divina Misericordia de mi alma, por Santa María Faustina Kowalska, ap. 1209/1229)
JESÚS, YO CONFÍO EN TI
Ref: (Diario de la Divina Misericordia de mi alma, por Santa María Faustina Kowalska, ap. 1209/1229)