"Ven Espíritu Santo, ven.
Espíritu de Dios, ven y cúbrenos con tu amor, con tu poder, dándonos todo aquello de lo cual tenemos gran necesidad.
Padre Celestial, de ti proceden todas las bendiciones que se derraman a lo largo y a lo ancho de toda la tierra. Por lo cual, hoy te pedimos que todas tus bendiciones se derramen en nuestra vida, para recibir la transformación espiritual, emocional y psicológica que cada uno de nosotros está necesitando.
Hoy, Señor, te pedimos humildemente que tomes todo nuestro ser y que podamos experimentar la presencia intercesora dela Virgen Santísima, Hija del Padre, Madre del Hijo, Esposa del Espíritu Santo.
Hoy, Señor, te pedimos humildemente que nos ayudes con la intercesión de todos los santos, especialmente con la intercesión de aquellos que han experimentado, en esta vida, la gracia de una transformación espiritual y psicológica profunda, y de quienes tuvieron el carisma de la sanación interior y física.
Gracias, Señor, porque tú vienes a tocar con delicadeza nuestras historias y a sanar las heridas que están enterradas vivas en nuestras almas.
Gracias, Señor, porque tú vienes con tu amor infinito a sanar nuestros corazones.
Ahora, Jesús, te pedimos que, con tu santo Espíritu nos reveles lo que necesitamos conocer para que puedas, así, restaurar los fragmentos perdidos de nuestras historias de vida y seguir transformando nuestro universo emocional y todas las áreas de nuestras vidas.
Sana y purifica, Señor, nuestro entendimiento, memoria, imaginación y voluntad para que puedas obrar en ellos y a través de ellos.
Toma, entre tus benditas manos, esas pequeñas criaturas, desde el mismo momento en que fueron concebidas en en vientre materno, arrancando de sus corazones, cualquier residuo de contaminación y negatividad y poniendo a cambio, Señor todo lo bueno que viene de ti.
Bendice esos pequeños óvulos fecundados que fuimos al comienzo de nuestra existencia y cólmanos de tu amor, sanándonos de las heridas de rechazo, y de cualquier intento de aborto.
(Hoy, Jesús, yo perdono a ...)
Llévate, Señor, el malestar que se haya producido por experiencias traumáticas recibidas durante el tiempo en que estuvimos en el vientre materno.
Colócanos, espiritualmente, en el vientre purísimo de la Virgen María; y que tu sangre preciosa nos libere de todo mal recibido durante esos meses.
Toma, Señor, el momento de nacer y sánanos de la angustia que nuestras madres o nosotros mismos sentimos en el momento del parto.
Cólmanos, Padre, de tu contacto divino y de las caricias de María, de manera especial, si mamá no pudo recibirnos entre sus brazos y nos colocaron en la incubadora.
Sánanos, si nuestros padres o abuelos se sintieron decepcionados porque querían una criatura de otro sexo. Cúranos de las consecuencias que estos rechazos pudieron haber dejado en nosotros.
También te entregamos, Señor, la etapa de la niñez para que tú, con tu gran ternura, sanes a esos niños heridos por los golpes, por los abusos, por los insultos que les mutilaron la autoestima. Seca esas lágrimas lloradas en soledad y sana a esos niños abandonados y temerosos que puede haber en el corazón de muchos de nosotros.
Sana, Señor, las heridas ocultas y toda esa humillación que sigue produciendo, hoy, tristeza y bloqueando muchas de nuestras capacidades, aún no desarrolladas plenamente.
Sana esos abandonos y tantos pequeños detalles que ya no recordamos, pero ue producen una gran tendencia a la nostalgia, ala melancolía o la depresión.
Toma esas situaciones de conflicto no resueltas en el fondo de nuestros corazones y que nos llevan a sentir los problemas de manera desproporcionada, es decir, más grande que lo que son en realidad y a vivir en conflicto con quienes nos rodean.
Hoy, Señor, perdonamos a todos aquellos que, durante la niñez, nos hicieron sufrir, nos abandonaron, n os rechazaron, nos maltrataron.
(Yo te perdono, de todo corazón, en el nombre de Jesús .... )
Gracias, Señor, por lo que estás haciendo en nosotros. Por tu obra de restauración y transformación, te alabamos, te bendecimos y te damos gracias".
Luego, recitar el salmo 33, 18-22