martes, 8 de julio de 2014

Novena a Nuestra Señora del Carmen


Novena  a la Virgen del Carmen, desde el 8 al 16 de julio 


Invocaciones

Desbordo de gozo con el Señor y 
me alegro con Dios, mi Salvador, 
porque me ha dado por Madre, a Su Madre,
Reina y Flor del Carmelo. 
(Ave María).

Señora, tráeme a tu Monte Santo
y alégrame en tu casa de oración. 
Condúceme, Virgen María, a la 
Tierra del Carmelo, para que 
pueda comer sus mejores frutos. 
(Ave María).
Madre, que tu blanca sombra 
invisible acompañe mis pasos,
llevándome hacia Cristo, mi origen y meta.
(Ave María).

Madre, que siempre me mantenga
unido a tí con lazos irrompibles, 
practicando seriamente las virtudes. 
(Ave María).


ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

POR LA SEÑAL, ✞ de la Santa. Cruz, de nuestros ✞ enemigos líbranos, Señor, ✞ Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo ✞ y del Espíritu. Santo. Amén.


ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.


ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.


Rezar a continuación la oración del día que corresponda:



DÍA PRIMERO 

Comenzar con el acto de contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.


DÍA SEGUNDO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.


DÍA TERCERO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.



DÍA CUARTO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.



DÍA QUINTO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.



DÍA SEXTO

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.



DÍA SÉPTIMO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.



DÍA OCTAVO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.


DÍA NOVENO 

Comenzar con el Acto de Contrición y la Oración Inicial.

ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.

Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la Oración Final.



domingo, 6 de julio de 2014

ELIGIENDO CRUCES

P. Mamerto Menapace



Este cuento relata la historia de un hombre que hacía ya unos años había abandonado a su familia y a sus amigos, y se había largado a linyerear.

Cierto día de fea llovizna, amargado y cansado, llegó nuestro amigo a la estación de ferrocarril, donde consiguió un permiso para pasar la noche. Comió un poco de estofado que le dio el sereno de la estación, y reconfortado preparó su cama: un trozo de plástico negro como colchón que evitaba la humedad. Se tapó con unas bolsas, se hizo la señal de la cruz y rezó el Padrenuestro, tal como se lo enseñara su madre. Tal vez fue el recuerdo de su madre el que lo hizo pensar en Dios, y como no tenía otro a quien quejarse, se las agarró con el Todopoderoso reprochándole su mala suerte. A él tenían que tocarle todas, parecía que el mismo Dios se las había agarrado con él haciéndolo cargar con todas las cruces del mundo. Y con estos pensamientos se quedó dormido. En un sueño, Dios le dijo: vea amigo, estoy cansado de que los hombres se me anden quejando siempre, parece que nadie está conforme con lo que yo le he destinado, así que desde ahora dejo que cada uno elija la cruz que quiera llevar, pero que después no me vengan con quejas, la que agarren la van a tener que llevar sin protesta. Acabo de recorrer el mundo quitando todas las cruces, y ya que está usted acá va a ser el primero en tener la oportunidad de elegir.

El hombre quedó sorprendido al ver que el galpón estaba lleno de cruces, de todos los tamaños, pesos y formas.

Miró primero para el lado que estaban las más chiquitas, pero le dio vergüenza pedir una tan chiquita, Buscó entonces entre las grandes, pero se desanimó enseguida porque se dio cuenta que no le daba el hombro para tanto. Fue entonces y se decidió por un tamaño medio, ni muy grande ni tan chica. Pero resulta que entre estas había unas muy pesadas de quebracho, y otras livianitas de cartón. Le dio no sé que agarrar una de juguete y tuvo miedo de no poder cargar una de las pesadas. Se quedó con una de peso regular. Pero todavía faltaba tomar otra decisión porque no todas las cruces tenían la misma terminación. Había lisitas y parejas, que se acomodaban perfectamente al hombro y había otras llenas de rugosidades y nudos que al menor movimiento podían sacar heridas.

Se decidió por fin y, tomando una de las medianas en tamaño, la que era regular de peso y tamaño, se dirigió a Dios diciéndole que elegía para su vida aquella cruz.

Dios lo miró a los ojos, y le preguntó si estaba seguro de su elección, que lo pensara bien para luego no arrepentirse y venir otra vez con quejas.

Pero el hombre se afirmó en lo hecho y garantizó que lo había pensado muy bien, que aquella cruz era justa para él.

Dios, casi riéndose, le dijo: esa cruz que usted eligió es la que ha venido llevando hasta el presente. Así que de ahora en adelante cargue su cruz y sígame, y déjese de protestas que yo sé bien lo que hago y lo que a cada uno le conviene para llegar bien a mi casa.