viernes, 31 de mayo de 2013

NUESTRA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS: PROCLAMACION DEL QUINTO DOGMA MARIANO

LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS

Será un día 31 de mayo cuando la Iglesia oficialmente proclame el 5º y último dogma mariano (Profecía CLIC AQUI PARA VER).

Por la proclamación del dogma de María como Corredentora, abogada y mediadora 

LA ORACIÓN PARA QUE VENGA EL ESPÍRITU SANTO DICTADA POR LA SANTÍSIMA VIRGEN: 

"Señor Jesucristo, Hijo del Padre,

manda ahora tu Espíritu sobre la tierra.

Haz que el Espíritu Santo habite 

en el corazón de todos los pueblos, 

para que sean preservados de la corrupción, 

de las calamidades y de la guerra.  

Que la Señora de todos los Pueblos, María Santísima,

sea nuestra Abogada. 

Amen."

La Stma. Virgen dictó con insistencia a la vidente esta breve y potente oración para que se proclame a María Corredentora cuanto antes y de ese modo el Espíritu Santo descienda con una nueva plenitud, como ha sido prometido. 

(La oración) "ha sido dada para pedir que el verdadero Espíritu venga al mundo" (20.09.195l). María insiste: "No eres capaz de comprender la importancia esta oración. Tú no sabes lo que el futuro reserva" (15.04.1951). Ella incluso llega a prometer: 'Por medio de esta oración la Señora salvará el mundo. Una vez más repito la promesa" (10.05.1953). "No sabes qué gran valor y fuerza esta oración tendrá ante Dios" (31.05.1955). Dirigiéndose al Papa, la Stma. Virgen dijo que había sido "mandada por su Señor y Creador, para que, mediante esta oración y este título, pueda salvar el mundo de una gran catástrofe mundial" (10.05.1953). ¡cuida que se haga conocer esta oración a todo el mundo, a todos las naciones. Todos tienen derecho. Te aseguro que el mundo cambiará" (29.04.1951).

Viendo que se duda en difundir esta oración, la Stma. Virgen anima diciendo: "Que los hombres digan cada día esta sencilla oración. Es tan sencilla y breve, que todos pueden recitarla en este mundo moderno. Ha sido dada para pedir que el verdadero Espíritu venga al mundo" (20.09.195 l).


LA IMAGEN: INTERPRETACIÓN E ILUSTRACIÓN DEL DOGMA

Durante varias visiones, la Stma. Virgen describe a la vidente la milagrosa imagen que representa el triple dogma y por eso la imagen "...ha de preceder un dogma, un nuevo dogma" (15.04.1951).

La Corredentora está de pie sobre el globo terrestre delante de la Cruz luminosa de la Redención de su Hijo. Alrededor de Ella está reunido el rebaño de Cristo, iluminado por tres rayos, la Gracia, la Redención y la Paz, provenientes de las manos de la Medianera de todas las Gracias. 

El 15 de noviembre de 1951 la Madre de Dios pide directamente a la vidente: "Diles a todos que difundan la oración y la imagen en el mundo". El 29 de abril de ese año la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS había prometido: "Te aseguro que el mundo cambiará."

LA ACCION MUNDIAL: LA IMAGEN Y LA ORACIÓN HAN DE LLEVARNOS AL DOGMA

Muchos escucharon la oración de Amsterdam por primera vez durante la Primera Jornada Internacional de Oración, que tuvo lugar el 31 de mayo de 1997. En su corazón comprendieron la ansiedad de María por difundir ahora esta potente oración en muchas lenguas, juntamente con su imagen milagrosa. María expresamente llama a una acción de redención y de paz (a 01.04.1951) a la difusión de su oración, juntamente con su imagen, a la que deberían tomar parte todos los hombres. "Esta acción no tiene que ver sólo con un país, sino con todos los pueblos" (11.10.1953).

La SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS hace una consoladora promesa para esta acción: "¿Tienes miedo? ¡Yo te ayudo! Ya verás cómo la difusión se hará por sí sola" (15.04.1951). "María se asume toda la responsabilidad" (04.04.1954). Hace ya casi cincuenta años que la vidente vio caer la nieve como un símbolo del maravilloso efecto de la acción: "Al igual que los copos de nieve caen sobre la tierra, cubriéndola con una capa espesa, así se extenderá la oración y la imagen por todo el mundo y penetrará en el corazón de todos los pueblos" (01.04.1951). María hace una promesa magnífica: "Comiencen esta obra de redención y de paz con ardor y celo y verán el milagro" (0 1.04.195 l).


¿QUÉ PODEMOS HACER PARA ESTA ACCIÓN MUNDIAL DE LA SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS?

¡El tiempo apremia! Dios desea que todas las naciones conozcan a María como su Madre. Por tanto, todos  debemos colaborar ahora en esta Acción mundial. Es sencillo y al alcance de todos. 

El primer paso, el más sencillo, es dar con amor la estampita de la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS con su oración a todas las personas que conozcamos y también a quienes no conocemos. 

Además, quienquiera que esté dispuesto a responsabilizarse y a recibir en custodia un cuadro de la imagen peregrina por un año, podrá solicitar más información a una de las direcciones mencionadas al final o al Santuario de Ámsterdam. 

"Así se llevará la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS al mundo entero, ¡nación en nación, de ciudad en ciudad. El mundo llegará a ser una unidad mediante esa sencilla oración"'(I 7.02.1952).




Las apariciones de la Santísima Virgen María como "La Señora de todos los Pueblos" se sucedieron en Amsterdam entre los años 1945 - 1959 a través de la vidente Ida Peerdeman, una sencilla mujer holandesa. 

Nuestra Señora se aparece a Ida de pie con los brazos y las manos extendidos hacia abajo, de sus palmas salen tres rayos que Ella denomina de "Gracia, Redención y paz" para todas las naciones. Aparece vestida de túnica blanca traslúcida hasta los pies, con un paño amarillo alrededor de su cintura y otro igual sobre su cabeza, mostrando sus ondulados y oscuros cabellos sobre los hombros. Sus pies se ven descalzos posados sobre la esfera del mundo, que aparece rodeado de corderos. A su espalda y a la altura de su cabeza, la Cruz de su Hijo Jesucristo. Y entre una gran luminosidad, formando un arco de un extremo a otro de la Cruz, se leen en holandés las palabras

"La Señora de todos los Pueblos" 

La Señora y Madre de todos los Pueblos da mensajes de vital importancia para la humanidad, cargados con advertencias y exhortaciones. Al mismo tiempo nos habla de esperanza y nos ofrece la promesa de la salvación.

Tras 50 años de investigación exhaustiva, el 31 de mayo del año 2002, las apariciones de "La Señora de todos los Pueblos" recibieron la aprobación eclesiástica oficial y el reconocimiento de su origen sobrenatural, por el obispo de la diócesis local de Haarlem en Holanda.

jueves, 30 de mayo de 2013

LETANÍAS LAURETANAS A LA VIRGEN MARÍA - EXPLICACIÓN DE LAS LETANÍAS



Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-súplica. Las invocaciones, generalmente muy breves, constan de dos partes: la primera de alabanza ("Virgo Clemens"), la segunda de súplica ("ora pro nobis"). Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia, II, 5, 203  


EXPLICACIÓN DE LAS LETANÍAS 
por el P. Daniel Barrera H.,msp.

La letanía del Rosario es una serie de títulos e invocaciones a la Madre de Dios, ricos en contenido bíblico, doctrinal y espiritual. Pero desgraciadamente esta riqueza se nos escapa por desconocer el origen y el contenido de estos símbolos, a veces de no fácil comprensión. Por ello conviene hacer, aunque sea brevemente, un estudio serio de esta oración para desarrollar y fortalecer una auténtica piedad mariana.

¿QUÉ ES UNA LETANÍA?

Una letanía es una plegaria formada por una serie de cortas invocaciones, que los fieles rezan o cantan en honor a Dios, de la Virgen o de los santos. Tiene un origen muy antiguo, pues encontramos vestigios de ellas en los textos de los padres apostólicos del siglo II, al parecer siguiendo la recomendación de San Pablo: “Recomiendo, ante todo, que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por los hombres de toda clase, por los jefes de estado y todos los gobernantes, para que podamos llevar una vida tranquila y de paz, con toda piedad y dignidad” (1 Tim 2, 1-2).

Estas fórmulas de invocación tienen un carácter eminentemente popular, por lo que son muy abundantes y de estilos diversos, algunas en verso y otras en prosa. Se usaban en procesiones, en la Vigilia Pascual, en las ordenaciones, en las oraciones por los enfermos y los difuntos. Es hasta el siglo XII donde encontramos unas primeras letanías de la Virgen que recogieron los principales títulos tributados a la Madre de Dios, del modo análogo al que se habían recogido en la antigüedad tantas alabanzas a Cristo.

La colección más famosa de estas letanías de la Virgen María es conocida como “lauretana”, por proceder del Santuario de la Virgen de Loreto en Italia. Procede de los siglos XVI y XVII aunque con el tiempo esta letanía fue enriqueciéndose con nuevos títulos que por decreto los papas añadían al texto tradicional que tenía como base de 50 invocaciones.

La estructura del texto tradicional es la siguiente: Comienza con las invocaciones tomadas de las letanías de los santos (Santa María, Santa Madre de Dios. Santa Virgen de las Vírgenes /1-3), luego María es considerada como Madre /4-15/, y después se pasa a considerar a la Virgen como virgen /16-21/, se enuncia una serie de títulos simbólicos de origen fundamentalmente bíblico /22-34/ y, finalmente se considera la Gloria de María, ayuda y consuelo de los que estamos en la tierra y Reina de cuantos están en el Cielo /34-50/.

Característica de la letanía lauretana es no solo quedarse en los elogios a la Madre de Dios sino encomendarse a su intercesión. Por ello después de cada invocación se añadió el “Ruega por nosotros”, “Intercede por mí” o “Apiádate de mí” o fórmulas semejantes, por las cuales el cristiano que sufre, que está en pecado o se encuentra en trance de muerte, se acerca a María para obtener su gracia mediadora ante el Hijo.

EXPLICACIÓN DE LA LETANÍA

SANTA MARÍA: La expresión “Santa María” resume la totalidad de la experiencia de aquella a quien todas las generaciones llaman bienaventurada, de aquella en quien el Todopoderoso realizó grandes cosas (cfr. Lc 1, 48). Decir Santa María es reconocer la obra admirable de Dios en esta pequeña mujer inmaculada, pero al mismo tiempo también es admirarnos de su trayectoria terrestre: su fe, su esperanza y su caridad. Proclamar a María “Santa” es alabar a Dios dador recibidos y tomar conciencia del llamado que tenemos todos los cristianos a la santidad (cfr. Mt 5, 48).

SANTA MADRE DE DIOS: La Iglesia confiesa que María es verdaderamente “Madre de Dios” (Theotokos) porque en el mismo instante en que fue concebida por obra del Espíritu Santo se convirtió en la Madre, según la carne, de la segunda persona de la Santísima Trinidad. Se trata de un título inefable que mas que ensalzar los méritos de la Virgen María, destaca el acontecimiento central de la vida y misión de Esta mujer sin la cual no hubiera sido posible la fe cristiana.

SANTA VIRGEN DE LAS VÍRGENES: Desde los primeros años del cristianismo, María fue llamada “La Virgen” porque de manera única y singular vivió totalmente para Dios en apertura constante a su plan salvífico. Desde entonces la virginidad ya no fue maldición ni soledad sino la señal divina (cfr. Is 7, 14). La prueba que demuestra efectivamente que Cristo es el Hijo de Dios que ha venido para salvar a los hombres.

MADRE DE JESUCRISTO: Es una invitación a meditar el misterio de la Encarnación, donde al tiempo que afirmamos la maternidad de María subrayamos la divinidad del hijo que en ella toma carne (cfr. Lc 1, 26-38). El Verbo altísimo asume una naturaleza como la nuestra, María tiene la misión de darle esa humanidad, no sólo en el aspecto carnal, sino sobre todo infundirle un alma que le genere actitudes y sentimientos humanos. Nosotros también somos llamados, en el plano de la Gracia, a ser “madres”, es decir a engendrar a Cristo, Hijo de Dios, entre los hombres que no lo conocen.

MADRE DE LA IGLESIA: En el Calvario, la maternidad de María cobra una nueva dimensión, la relativa a los discípulos de Cristo, comprendidos en el discípulo amado que representa a toda la Iglesia (cfr. Jn 19, 25-27). María engendra en el dolor de ese día de muerte a una nueva familia, un nuevo pueblo. Los últimos pontífices han proclamado a María Madre de la Iglesia: Paulo VI al terminar el Concilio Vaticano II y Juan Pablo II aumenta esta nueva invocación a las letanías lauretanas, aunque era ya un sentimiento latente en la Iglesia primitiva que tanto debe a María su Madre, modelo y prototipo.

MADRE DE LA DIVINA GRACIA: Dios ha dado a María una misión transcendental para la salvación de la humanidad. El texto de la “Anunciación” (Lc 1, 26-38) es el relato de una vocación, de una elección por parte de Dios para una misión de salvación a favor del pueblo. Las frases “Llena de gracia, el Señor es contigo” indican realmente la complacencia divina en María escogida para una tarea de liberación, y la asistencia necesaria para llevarla a cabo. La Gracia es la vida de Dios en nosotros, la gracia es el Amor de Cristo que se comparte. Llamamos a María Madre de la Divina Gracia, porque al ser Madre de Cristo está llena de este Amor de Dios y su mayor alegría consiste en participar a todos los hombres de esta plenitud de gracias con que Dios la ha colmado.

MADRE PURÍSIMA: La maternidad de María respecto de nosotros no es simbólica o puramente moral. Verdaderamente María es nuestra madre porque nos ha dado una vida nueva: la Vida de Cristo. Alabamos y exaltamos la pureza de María en superlativo, porque ésta no procede de ella misma sino de Dios que la hizo una criatura perfecta, sin sombra de pecado. Por eso Ella, por los méritos de Cristo, su Hijo, es capaz de regenerarnos en la virtud para que podamos vivir en armonía completa con Dios y nuestros hermanos.

MADRE CASTÍSIMA: La castidad es la virtud por la cual el hombre integra todas sus fuerzas de vida y de amor depositadas en él. Esta integridad asegura que el hombre pueda entregarse totalmente a Dios y servirle con todo su corazón. Llamamos a María “castísima” porque estuvo plenamente dispuesta para el trabajo del Reino, ella es el modelo por excelencia de la mujer consagrada que ama a Dios y a los demás con un corazón indiviso y libre. María nos descubre que la castidad no es virtud pasada de moda sino fuerza para conquistar los ideales.




LETANIAS LAURETANAS
-Señor, ten misericordia de nosotros,
-Cristo, ten misericordia de nosotros,
-Señor, ten misericordia de nosotros,
-Cristo óyenos,
-Cristo escúchanos,
Se repite
-Dios, Padre celestial,
-Dios Hijo, Redentor del mundo,
-Dios Espíritu Santo,
-Trinidad santa, un solo Dios,
Ten misericordia de nosotros.
-Santa María,
-Santa Madre de Dios,
-Santa Virgen de las vírgenes,
-Madre de Cristo,
- Madre de la Iglesia,
-Madre de la divina gracia,
-Madre purísima,
-Madre castísima,
-Madre virginal,
-Madre sin mancha de pecado,
-Madre inmaculada,
-Madre amable,
-Madre admirable,
-Madre del buen consejo,
-Madre del Creador,
-Madre del Salvador,
-Virgen prudentísima,
-Virgen digna de veneración,
-Virgen digna de alabanza,
-Virgen poderosa,
-Virgen clemente,
-Virgen fiel,
-Espejo de justicia,
-Trono de sabiduría,
-Causa de nuestra alegría,
-Vaso espiritual,
-Vaso digno de honor,
-Vaso insigne de devoción,
-Rosa mística,
-Torre de David,
-Torre de marfil,
-Casa de oro,
-Arca de la Alianza,
-Puerta del cielo,
-Estrella de la mañana,
-Salud de los enfermos,
-Refugio de los pecadores,
-Consuelo de los afligidos,
-Auxilio de los cristianos,
-Reina de los ángeles,
-Reina de los patriarcas,
-Reina de los profetas,
-Reina de los apóstoles,
-Reina de los mártires,
-Reina de los que confiesan su fe,
-Reina de las vírgenes,
-Reina de los santos,
-Reina concebida sin pecado original,
-Reina asunta al cielo,
-Reina del Santísimo Rosario,
-Reina de la familia,
-Reina de la paz,
Ruega por nosotros.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,Perdónanos, Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,Escúchanos Señor.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,Ten misericordia de nosotros.
-Jesús, óyenos.
-Jesús, escúchanos
Se repite

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestra necesidad, antes bien, sálvanos siempre de de todos los peligros Virgen gloriosa y bendita. 

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios 
R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesas de nuestro Señor Jesucristo. 


Oración: Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. 


El Papa León XIII prescribió finalizar el rezo del rosario durante el mes de octubre con las letanías. Ello ha inducido a considerar de forma errónea a las letanías como una parte o apéndice del rosario (Cfr. el documento "Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia", II, 5, nº 203). 

En realidad las letanías lauretanas constituyen una oración en si mismas cuyo origen se suele situar hacia el año 1500 en el santuario Loreto (de ahí su nombre de "lauretanas"). A lo largo de los siglos han sido muy apreciadas y recomendadas por los Papas.