martes, 29 de octubre de 2024

Novena a San Rafael Arcangel

 NOVENA A SAN RAFAEL ARCANGEL





Médico y medicina de los dolientes, guía y defensor de los caminantes, abogado y protector de los pretendientes y consuelo y alivio de los afligidos 

Levantando el corazón a Dios, procurando alentar la confianza y avivar la fe, haciendo presente con la consideración a toda la corte celestial y a la reina de los ángeles como especial abogada nuestra, en cuya presencia con humildad, dolor y arrepentimiento dirá de todo corazón

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Redentor Mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido, y propongo firmemente de nunca más pecar, de apartarme de toda ocasión de ofenderos, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta, y os ofrezco mi vida, obra y trabajo en satisfacción de todos mis pecados. Y como os suplico,   así confió en vuestra bondad y misericordia infinita, me los personareis por los merecimientos de vuestra preciosa sangre, pasión y muerte,  me daréis gracia para enmendarme y  para perseverar hasta la muerte Amen.

Glorioso Arcángel San Rafael, sagrado príncipe de los siete que asisten al trono supremo del mismo Dios, si es para gloria de su majestad divina y para honra de vuestra alteza que yo consiga lo que deseo y pido en esta Novena, alcanzadme esta gracia del señor, y si no, enderezad mi petición y pedid a Dios aquello que más me conviniere para mayor gloria suya , vida, salud y provecho de mi alma.

Día Primero

Dios y Señor de los Ángeles, a los cuales encomendáis la guarda de los hombres, yo os ofrezco los merecimientos de estos soberanos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael,  que siendo de los supremos bajó a ser guía, guarda y compañero de aquel piadoso Joven Tobías, librándole los caminos de los peligros de cuerpo y alma yo os suplico que me concedáis la guarda y protección de este Santo Arcangel, y la gracia que pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.


(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá a San Rafael lo siguiente.)

Santísimo Príncipe de la Gloria y poderoso Arcángel San Rafael, grande en los bienes de la naturaleza, grande en los dones de la gracia, grande en el ardor de la caridad, grande en el resplandor de la sabiduría, grande en la piedad con los hombres, grande en el poder contra los demonios, grande en la dignidad, grandísimo en la Humildad, Medicina de Dios, Médico de la salud, Príncipe de los Médicos, Prefecto de la curaciones, Salud de los enfermos, Luz de los ciegos, Gozo de los afligidos, Custodio de los caminantes, Guía de los peregrinos, Maestro de los que desean la perfección, Protector de la virtud, Celador de la gloria de Dios, Ensalzador de la limosna, del ayuno y de la oración: ruégote, piadosísimo Príncipe, por aquella caridad con que acompañaste a Tobías el mozo guardándolo de muchos peligros, librándole a él y a Sara su Esposa de aquel cruel demonio Asmodeo, sanando al anciano Tobías de la enfermedad que padecía en sus ojos, y llenándole su casa y familia de muchos bienes, me asistas en las enfermedades, me acompañes en los caminos y me defiendas del demonio y de la torpeza, para que viviendo castamente en esta vida, merezcamos ver la luz de Dios en la eterna: y también os suplico me alcancéis lo que pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén

(Alentando cuanto se pudiere la confianza, con las palabras que a cada uno le dictare su afecto se pedirá a San Rafael el favor especial que desea conseguir y luego para obligar más a Dios pondrá por intercesión a la Reina de los Ángeles diciendo esta)

O soberana Reina de los Cielos y Señora de todos los nueve Coros, María Santísima, digna Madre de mi Señor Jesucristo, Templo vivo de la Divinidad, depósito de los tesoros, de su gracia, principio de nuestro remedio, restauradora de la universal ruina de linaje humano, nuevo gozo de los Santos, gloria de las obras del altísimo y único instrumento de su omnipotencia: Confiesóte por Madre dulcísima de misericordia, refugio de los miserables, amparo de los pobres y consuelo de los afligidos, y todo los Espíritus Angélicos y los Santos, todo lo confieso; y lo que en tí y por tí alaban a la Divinidad y la Glorifican, todo lo alabo! todo lo glorifico! y por todo te bendigo! Magnifico, Confieso y Creo.  Y pues el poder divino convida a todos los pobres desvalidos, ignorantes, pecadores, grandes, pequeños, enfermos, flacos, y a todos los hijos de Adán de cualquier estado, condición y sexo, Prelado, Príncipes e inferiores para que vengan por su remedio a su infinita y liberal Providencia, por la intercesión de la que dio Carne humana al Verbo, porque sola ella es poderosa para solicitar nuestro remedio  y alcanzarle, por tanto, Sagrada Reina de todas las Jerarquías, os pido y suplico en nombre de todas ellas, nos alcancéis de vuestro querido Hijo la exaltación de su Santo nombre en todas las cuatro partes del mundo, la salud espiritual de todas las almas, la extirpación de las herejías, la ruina del soberbio príncipe de las tinieblas , la universal extensión de la santa iglesia, la paz y concordia entre los príncipes cristianos, para que todos eternamente alabemos el Santo Nombre  de Jesucristo, a quien sea gloria por infinitos siglos de los siglos amén.


Gozos

Pues que sois tan poderoso
En la Patria Celestial
                             Libradnos de todo mal,
                                 Arcángel Rafael Glorioso

Con milagros portentosos
Socorres necesidades,
Desterrando enfermedades
Dolores, males, tormentos
Llenas también de contento
A los que están sin reposo

                             Libradnos de todo mal,
                                 Arcángel Rafael Glorioso

Al pueblo de Israel Guiaste
Cuando de Egipto Salió,
Y en su congoja encontró
El gozo que le franqueaste
Con vuestro auxilio Precioso

                             Libradnos de todo mal,
                                 Arcángel Rafael Glorioso

¿Quién, Árcangel soberano,
Alcanzará a ponderar
Que a enfermos quieras curar
Como si fueras humano?
Pásmase todo cristiano
Al veros tan oficioso

                               Libradnos de todo mal,
                                 Arcángel Rafael Glorioso

Nos miras con rostro Afable
En todas necesidades,
Usáis de vuestra piedades
Con un amor admirable;
De este mundo miserable
Sacadnos con fin gozoso

                               Libradnos de todo mal,
                                 Arcángel Rafael Glorioso

Pues que sois tan poderoso
En la patria celestial

                               Libradnos de todo mal,
                                 Arcángel Rafael Glorioso


Seundo día

Dios y Señor de los Arcángeles a los cuales encomendáis los negocios, gravísimos de vuestra gloria y utilidad de los hombres: yo os ofrezco los merecimientos de estos diligentísimos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, a quien enviasteis como Ministro de vuestras piedades para asistir a los negocios y encargos de la cobranza y casamiento del obediente mancebo Hijo de Tobías, el cual logró por su medio con toda felicidad lo que deseaba; yo os suplico que me concedáis el acierto en todos los negocios que se encargaren a mi cuidado y el cumplimiento de mis obligaciones, y también la gracia que os pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y todo como en el primer día).


Día Tercero

Dios y Señor de los Principados, los cuales por medio de los Angeles y Arcángeles, alumbrando instruyendo y mandando cuidan de la salud de los hombres, según la disposición de vuestra divina voluntad: yo os ofrezco los merecimientos de estos celosísimos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, el cual instruyó al joven Tobías para que conociese la medicinal virtud de las entrañas de aquel pez, y le alumbró del modo perfecto y santo que había de tener con su Esposa Sara para lograr sin peligros el fruto de bendición; yo os suplico que me concedáis la instrucción y luz de este Santo Arcángel para conocer la espiritual medicina de mi alma y el acierto en el estado que me pusiere vuestra bendita mano, y la petición que os hago en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra Amén.


(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día)


Día Cuarto

Dios y Señor de las Potestades que tienes especial poder para refrenar los Demonios: yo os ofrezco los merecimientos de estos poderosísimos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, a quien disteis la singular potestad para que ligase y encadenase en el desierto del superior Egipto al cruel enemigo de la pureza y astuto demonio llamado Asmodeo, defendiendo por este medio a los hombres de sus abominables asechanzas: yo os suplico que me concedáis la gracia y virtud de la pureza, defendiendo mi alma de las tentaciones de este cruel enemigo, y me deis lo que os pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.


(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día).


Día Quinto

Dios y Señor de las Virtudes que hacéis milagros y prodigios, propios de vuestro soberano poder: yo os ofrezco los merecimientos de estos prodigiosos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, por quien obró vuestra poderosa mano los milagros de dar vista al anciano Tobías, librar del pez a su Hijo, defender a Sara de las calumnias de su criada y darle logro feliz de su matrimonio con dichosa sucesión: yo os suplico que por la mano de este Santo Arcángel ejecutéis en mí alma los prodigios de darme luz para conoceros, paso seguro para seguiros, tolerancia para sufrir las injurias y constancia para esperar el remedio y me deis lo que os pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.


(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día).


Día Sexto

Dios y Señor de las Dominaciones que presiden a todos los Espíritus inferiores, Ministros de vuestra Providencia, y ellos se sujetan a vuestra voluntad, prontos siempre para ejecutarla: yo os ofrezco los méritos de éstos excelentes Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que siendo de los supremos y superiores Espíritus se humilló y rindió, mostrándose como siervo para conducir al joven Tobías y restituirle a su casa después de haberle instruido en perfecta obediencia a su anciano Padre y pacífico gobierno con su Esposa y familia: yo os suplico que me concedáis una pronta y perfecta obediencia a todos mis mayores y superiores, y la petición que os hago en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.


(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día).


Día Séptimo

Dios y Señor de los Tronos, en que descansáis como en Trono de vuestra Gloria y asiento de vuestra Majestad: yo os ofrezco los merecimientos de estos altísimos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que después de los trabajos de aquel dilatado y peligroso camino en que acompañó a Tobías, le puso en el descanso y quietud de su familia, logrando con gran consuelo todos los bienes que por su dirección había conseguido: yo os suplico que me concedáis el descanso y la quietud de vivir siempre en el amparo de vuestra altísima providencia, y otorgadme la petición que os hago en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Am


(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día).


Día Octavo

Dios y Señor de los Querubines, que están adornados de perfectísima Sabiduría yo os ofrezco los merecimientos de estos sapientísimos Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que con admirable Sabiduría se dio a conocer, manifestando su excelentísima naturaleza a sus dos encomendados y amigos Tobías Padre e Hijo, y les reveló los soberanos secretos y maravillas de Dios, dejándolos muy ilustrados en su conocimiento y santo temor yo os suplico que por la ilustración de este Santo Arcángel alumbréis mi entendimiento para que yo logre la verdadera ciencia de saber serviros, agradaros y temeros, y también me otorguéis la gracia que os pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día).


Día Noveno

Dios y Señor de los Serafines que os aman con un amor ardientísimo: yo os ofrezco los merecimientos de estos abrasados Espíritus y los de vuestro Arcángel San Rafael, que con el fuego de su ardentísima caridad dejó encendidos los corazones de toda aquella familia del santo anciano Tobías en amor y deseo de servir a vuestra Soberana Majestad, con verdadero perseverante agradecimiento de los favores que recibieron de vuestra mano: yo os suplico que abraséis con vuestro divino amor el velo de mi tibia voluntad, encendáis mi apagado corazón en un perpetuo agradecimiento a vuestros beneficios, y continua perseverancia en el camino de la virtud, y me deis lo que pido en esta Novena, a mayor honra y gloria vuestra. Amén.

(Aquí se rezará tres veces el Padre nuestro y Ave maría y después se dirá todo como en el primer día).

lunes, 28 de octubre de 2024

San Judas Tadeo: 28 de octubre

 

Cuando se habla de los santos Simón y Judas Tadeo se entra en una dimensión íntima del Evangelio, en la que Jesús-Dios muestra su dimensión de Jesús-hombre. Porque los santos Simón y Judas Tadeo son dos de los Apóstoles menos conocidos, cuando, paradójicamente, se cuentan entre los más próximos al Maestro, pues son dos de sus primos. La tradición es bastante cierta en el caso de Judas Tadeo, ya que de las Escrituras se deduce que su padre, Alfeo, era hermano de San José; mientras que su madre, María de Cleofás, era prima de la Virgen. Por lo que se refiere a Simón, no existen certezas. 


Muchos rostros, un Apóstol


El Evangelio cita a Simón como el décimo Apóstol, precisamente delante de Judas Tadeo. Este es el único dato cierto. Muchos identifican a Simón con el homónimo primo de Cristo, hermano de Santiago el menor. Los bizantinos lo identificaron con Natanael de Caná, el mayordomo de las bodas de Caná.

San Fortunato de Poitiers afirma que Simón y Judas Tadeo fueron sepultados en Suanir, ciudad persa en la que padecieron el martirio. Según la tradición, es casi seguro que en esta zona del mundo Simón, llamado “el zelote” o “el cananeo” por los evangelistas Mateo y Marco, emprende el camino con su compañero de misión y de destino.


Judas, el discípulo fiel

Hubo dos Judas que siguieron a Jesús, de los cuales Tadeo es el menos conocido, al llamarse igual que el traidor. Cuando los Once salieron de Jerusalén para anunciar el Reino de Dios en otras tierras, Judas Tadeo pasó por Galilea y Samaria para dirigirse, con el paso de los años, a Siria, Armenia y la antigua Persia. En esta zona encontró a Simón. La predicación de ambos llevó al bautismo a miles de babilonios y de personas de otras ciudades.

Pero como siempre, el Evangelio suscita seguidores y enemigos, y a los dos Apóstoles les llegó la hora de ofrecer el supremo testimonio. Fueron arrestados y llevados ante el Templo del sol, donde se les ordenó dar culto a la diosa Diana, renegando a Cristo.


El valor de llamarse cristianos

Se narra que Judas Tadeo rechazó esta orden y declaró como falsos los ídolos paganos; y que en ese mismo instante, dos demonios horribles salieron del templo, destruyéndolo. La gente que asistía a la escena, asustada, se abalanzó con ferocidad sobre los dos apóstoles, que fueron asesinados brutalmente. Sus reliquias se custodian en la Basílica de San Pedro.


 ***


Judas Tadeo aparece último en la lista de los doce Apóstoles de Jesucristo (Mateo 10:3, Marco 3:18). No sabemos cuándo ni cómo entró a formar parte de los discípulos.  Lucas le llama "Judas de Santiago" (Hechos 1:13). Juan aclara: "Judas, no el Iscariote" (Juan 14:22).  Esta distinción es necesaria dado a que el Judas Iscariote fue quien traicionó a Jesús.


"Judas" es una palabra hebrea que significa: "alabanzas sean dadas a Dios".  Tadeo quiere decir: "valiente para proclamar su fe"

El Apóstol Judas Tadeo, "el hermano de Santiago", era probablemente el hermano de Santiago el Menor, se lo menciona así por la notoriedad de Santiago en la Iglesia primitiva "¿No es éste -se preguntan maravillados los habitantes de Nazaret, ante la fama que acompaña a Jesús- el carpintero… el hermano de Santiago y de Judas?".

Después de la Ultima Cena, cuando Cristo prometió que se manifestaría a quienes le escuchasen, Judas le preguntó porqué no se manifestaba a todos. Cristo le contestó que El y su Padre visitarían a todos los que le amasen: "Vendremos a él y haremos en él nuestra morada" (Juan, 14, 22-23). No sabemos nada de la vida de San Judas Tadeo después de la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo.

Se atribuye a San Judas una de las epístolas canónicas, que tiene muchos rasgos comunes con la segunda epístola de San Pedro. No está dirigida a ninguna persona ni iglesia particular y exhorta a los cristianos a "luchar valientemente por la fe que ha sido dada a los santos. Porque algunos en el secreto de su corazón son… hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Señor Dios en ocasión de riña y niegan al único soberano regulador, nuestro Señor Jesucristo". Es una severa amonestación contra los falsos maestros y una invitación a conservar la pureza de la fe. Termina su carta con esta bella oración: "Sea gloria eterna a Nuestro Señor Jesucristo, que es capaz de conservarnos libres de pecados, y sin mancha en el alma y con gran alegría".

San Judas Tadeo es uno de los santos más populares a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe, especialmente en cuanto a conseguir empleo o casa. San Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.

Con frecuencia se ha confundido a San Judas Tadeo con el San Tadeo de la leyenda de Abgar y se ha dicho que murió apaciblemente en Beirut de Edessa. Según la tradición occidental, tal como aparece en la liturgia romana, se reunió en Mesopotamia con San Simón y que ambos predicaron varios años en Persia y ahí fueron martirizados. Existe un presunto relato del martirio de los dos Apóstoles; pero el texto latino no es ciertamente anterior a la segunda mitad del siglo VI. Dicho documento se ha atribuido a un tal Abdías, de quien se dice que fue discípulo de Simón y Judas y consagrado por ellos primer obispo de Babilonia. Según dice la antigua tradición, a San Simón lo mataron aserrándolo por medio, y a San Judas Tadeo le cortaron la cabeza con un hacha y por eso lo pintan con un hacha en la mano. Por ello, la Iglesia de occidente los celebra juntos, en tanto que la Iglesia de oriente separa sus respectivas fiestas.

Hay varias leyendas sobre San Judas Tadeo propagadas por Eusebio que son poco confiables.

El devoto debe cuidarse de no caer ciertos abusos, como la "novena milagrosa" a Judas Tadeo que ofrece al devoto grandes recompensas económicas con la condición de que se hagan varias copias de ella y sean enviadas a un número de personas.  Esta novena raya en la superstición y está centrada más en interés económico que en la búsqueda de la santidad.


NOVENA A SAN JUDAS TADEO

Señal de la Cruz

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de Contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido. También me pesa porque puedes castigarme con las penas del infierno. Te ofrezco mis sufrimientos como expiación de mis pecados, propongo confesarme y cumplir la penitencia que me sea impuesta. Ayudado de tu gracia propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Oración a San Judas Tadeo

¡Oh gloriosísimo Apóstol San Judas! Siervo fiel y amigo de Jesús. El nombre del traidor que entregó a tu querido Maestro en manos de sus enemigos ha sido la causa de que muchos te hayan olvidado, pero la Iglesia te honra e invoca universalmente como patrón de los casos difíciles y desesperados. Ruega por mí que soy tan miserable y haz uso, te ruego, de ese privilegio especial a tí concedido de socorrer visible y prontamente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que reciba los consuelos y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquí cada una de sus súplicas especiales), y para que bendiga a Dios contigo y con todos los escogidos por toda la eternidad.

Te prometo, glorioso San Judas, acordarme siempre de este gran favor y nunca dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción. Amén.

Letanías de San Judas Tadeo

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

Oh Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Oh Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.

San Judas, pariente de Jesús y María (Ruega por nosotros).
San Judas, que viviendo en la tierra fuiste digno de ver a Jesús y María y de gozar de su compañía (Ruega por nosotros).
San Judas, elevado a la dignidad de Apóstol (Ruega por nosotros).
San Judas, que tuviste el honor de contemplar a tu Divino Maestro humillarse a lavar tus pies (Ruega por nosotros).
San Judas, que en la última cena recibiste la Sagrada Eucaristía de las manos de Jesús (Ruega por nosotros).
San Judas, que después del profundo dolor que te causó la muerte de tu querido Maestro, tuviste el consuelo de contemplarlo resucitado de entre los muertos y de asistir a su gloriosa Ascensión (Ruega por nosotros).
San Judas, que fuiste lleno del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Ruega por nosotros).
San Judas, que predicaste el Evangelio en Persia (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste grandes milagros con el poder del Espíritu Santo (Ruega por nosotros).
San Judas, que volviste la salud de alma y cuerpo a un rey idólatra (Ruega por nosotros).
San Judas, que hiciste callar a los demonios y confundiste sus oráculos (Ruega por nosotros).
San Judas, que pronosticaste a un príncipe débil una paz honrosa con su poderoso enemigo (Ruega por nosotros).
San Judas, que quitaste de las serpientes mortíferas el poder de dañar al hombre (Ruega por nosotros).
San Judas, que despreciando las amenazas de los impíos predicaste valerosamente la doctrina de Cristo (Ruega por nosotros).
San Judas, que sufriste gloriosamente el martirio por amor a tu divino Maestro (Ruega por nosotros).

¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!
¡Oh Apóstol Bendito con confianza te invocamos!

¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!
¡Oh San Judas, esperanza del desesperado, ayúdame en mi aflicción!

Que por tu intercesión, así los sacerdotes como el pueblo fiel de la Iglesia reciban un celo ardiente por la Fe de Jesucristo. (Te rogamos, óyenos).
Que defiendas al Soberano Pontífice y alcances la paz y la unidad a la Iglesia Santa. (Te rogamos, óyenos).
Que los paganos e incrédulos se conviertan a la verdadera fe. (Te rogamos, óyenos).
Que la fe, la esperanza y la caridad aumenten en nuestros corazones. (Te rogamos, óyenos).
Que nos veamos libres de todos los malos pensamientos y de todas las acechanzas del demonio. (Te rogamos, óyenos).
Que nos guardes de todo pecado y de toda ocasión de pecar. (Te rogamos, óyenos).
Que nos defiendas en la hora de la muerte contra la furia del demonio y de sus malvados espíritus. (Te rogamos, óyenos).

Ruega por nosotros, para que antes de la muerte expiemos todos nuestros pecados con sincero arrepentimiento y la recepción digna de los Santos Sacramentos.
Ruega por nosotros para que alcancemos un juicio favorable.
Ruega por nosotros para que seamos admitidos en la compañía de los bienaventurados para gozar de la presencia de Dios eternamente.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Óyenos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo. Ten piedad de nosotros.

Ruega por nosotros, San Judas Tadeo.
Para que seamos dignos de las promesas de Jesucristo.

Oración a Dios

Oh Dios, que nos concediste la gracia de que lleguemos a conocer tu santo nombre, mediante la predicación de tu Apóstol San Judas Tadeo, concédenos también que adelantemos en la virtud. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Novena

 

 

Novena Día 1

Vocación de San Judas Tadeo

El que me sigue, no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos exhorta a que imitemos su vida y costumbres, si queremos ser librados de la ceguera del corazón y alumbrados verdaderamente. (Imitación de Cristo, Capítulo I).

Qué tan pronta y generosamente siguió San Judas e imitó a Jesucristo, puede deducirse de su vida enteramente consagrada al servicio de Jesús, especialmente desde que fue llamado a ser uno de sus doce Apóstoles. Fue siempre fiel a Cristo, del cual era pariente y uno de sus más celosos apóstoles, predicando el reino de Dios y enseñando con toda libertad, sin que nadie se lo prohibiese, lo tocante a Nuestro Señor Jesucristo. (Hechos, Capítulos XXVII, 31).

También tú, oh cristiano, tienes una vocación aquí en la tierra, aunque no sea de predicador del Evangelio y de extender el reino de Dios como el sacerdote, el misionero y la religiosa en lejanas misiones; pero sí que eres llamado a ser buen cristiano, a dar buen ejemplo al prójimo con tu paciencia, humildad, obediencia y todas las demás virtudes cristianas.


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Novena Día 2

Amor de San Judas Tadeo

Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí mismo por Jesús. Conviene dejar un amor por otro amor, porque Jesús quiere ser amado, El sólo sobre todas las cosas. El amor de la criatura es falaz y mudable; el amor de Jesús es fiel y constante. "Ama y ten por amigo a Aquel que, aunque todos te desamparen, no te desamparará, ni te dejará perecer en el fin" (Kempis, Lib. II, Cap. VII). Grande fue el amor de San Judas a Jesús, y quería que todo el mundo le amase como le dio a entender después de la última cena al decirles Nuestro Señor (Evangelio de San Juan, Cap. XIV, 21) "El que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré, y yo mismo me manifestaré en él". Dice Judas, no el Iscariote, sino nuestro Santo: "Señor, ¿qué causa hay para que te hayas manifestado claramente a nosotros, y no al mundo?". Jesús le respondió así: "Cualquiera que me ama observará mi doctrina, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos mansión dentro de él". Este amor grande de San Judas a Jesús lo manifiesta en su carta al decirnos: "Manténganse constantes en el amor de Dios, esperando la misericordia de Nuestro Señor Jesucristo para alcanzar la vida eterna".

Pidámosle que nuestro corazón esté siempre inflamado del amor a Jesús.


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Novena Día 3

Celo de San Judas Tadeo

El verdadero celo es la más clara muestra y como resultado natural del amor a Jesucristo. Pues nada desea Jesús como la gloria de su Padre y la salvación de las almas. San Judas manifestó su amor a Jesús y su gran celo por la salvación de las almas, no sólo con la predicación del Evangelio hasta las más distantes naciones en donde por amor a Jesucristo dio su sangre y su vida, padeciendo glorioso martirio en Persia; sino que quiso dejarnos un recuerdo eterno al decirnos en su carta (17): "Ustedes, sin embargo, queridos míos, acuérdense de las palabras que les fueron antes dichas por los apóstoles de Nuestro Señor Jesucristo, las cuales les decían que en los últimos tiempos han de venir unos impíos, que seguirán sus pasiones llenas de impiedad. Estos son los que separan a sí mismos de la grey de Jesucristo, hombres sensuales, que no tienen el espíritu de Dios".

¿Imitamos a San Judas en el celo por la gloria de Dios y la salvación de nuestro prójimo con las palabras y el ejemplo de su vida consagrada al servicio de Jesús?


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Novena Día 4

Fe en San Judas Tadeo

"Fe se te pide, y vida recta, dice la Imitación de Cristo (Lib. IV, Cap. XVIII), no elevado entendimiento, ni el profundizar los misterios de Dios. Si no entiendes ni alcanzas las cosas que están debajo de ti, ¿cómo comprenderás las que están sobre ti? Sujétate a Dios y humilla tu razón a la fe". San Judas siguió con fidelidad y fe ardiente el llamamiento a la vida penosa del apostolado que le hizo su Santo Primo Nuestro Señor Jesucristo y aunque era pariente tan cercano de Jesucristo, le reconocía como su Maestro, Señor e Hijo de Dios, aunque hecho Hombre. El predicar la fe y la doctrina de Jesucristo fue su ocupación constante desde que fue llamado al apostolado, y por esa misma fe dio su vida. "Ustedes, queridos", dice en su carta, "elévense como un edificio espiritual de santísima fe, oren en el Espíritu Santo y manténganse constantes en el amor de Dios".

Y exhorta a los fieles a que no olviden los avisos y enseñanzas que les habían dado los apóstoles y que se guarden de los falsos profetas e impostores que habían de venir al mundo.

Devoto de San Judas, si quieres merecer la protección de este Santo, guarda firmemente tu fe, aún a costa de tu sangre si fuese necesario.


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Novena Día 5

Fortaleza de San Judas Tadeo

"Si como varones fuertes", dice la Imitación de Cristo (Lib. I, Cap. XI), "procurásemos permanecer firmes en el combate, veríamos, sin duda, bajar sobre nosotros desde el cielo el auxilio del Señor".

Pues el que nos da ocasiones de pelear para que salgamos victoriosos está pronto a ayudar a los que pelean, confiados en su gracia. Nuestro Santo, Judas, como se llama a sí mismo y es llamado en los Hechos de los Apóstoles, significa confesión, alabanza, esto es, hombre que confiesa y anuncia las alabanzas del Señor, lo cual requiere valor y mucha fortaleza.

La cual virtud manifiesta de un modo especial en su carta, la que, aunque una de las más cortas del Nuevo Testamento, es admirable por su lenguaje fuerte contra los herejes; y exhorta a los fieles a permanecer firmes en la fe y en la doctrina que habían recibido de los Apóstoles del Señor. Y con extraordinaria fortaleza reprende a los cristianos degenerados, y los llama nubes sin agua, llevados de aquí para allá por los vientos; árboles otoñales, infructuosos, dos veces muertos, sin raíces, prescindiendo de las amenazas de esos impíos, condenando valerosamente el error y defendiendo con gran fortaleza la doctrina de Cristo, sufriendo por defender la misma un glorioso martirio. Pidamos a este valeroso Santo que nos dé esa fortaleza tan necesaria en estos tiempos de cobardía para confesar, claramente, la doctrina santa del Evangelio.


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Novena Día 6

Humildad de San Judas Tadeo

"Dios derribó del solio a los poderosos", exclama María en su cántico del Magníficat, "y ensalzó a los humildes; y porque ha puesto Dios los ojos en la humildad de su esclava, he aquí que desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones". Dios protege y libra al humilde, al humilde ama y después de su abatimiento, lo eleva a la gloria. "Al humilde descubre sus secretos: le atrae suavemente a Sí", dice Kempis (Lib. II, Cap. 2). La profunda humildad de San Judas brilla de un modo muy especial en su Carta, pues en vez de empezarla llamándose pariente cercano del Redentor del mundo Cristo Jesús y de María Reina de los cielos y de la tierra, se titula Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago; por esto cumpliéndose la sentencia del Salvador, de que quien se humillare será exaltado, no es de maravillar que San Judas brille en el cielo como estrella de primera magnitud junto con los demás apóstoles, y que en la tierra, por su profunda humildad, Dios le haya dado gran poder de socorrer pronto y eficazmente a los devotos que con confianza y humildad le invocan.

¿Nos consideramos como San Judas, humildes siervos de Jesús? Entonces podemos acudir a la valiosa protección de San Judas, quien mirará nuestra pequeñez con ojos de misericordia y nos socorrerá en nuestras necesidades.


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Novena Día 7

Mansedumbre de San Judas Tadeo

Hija de la humildad es la mansedumbre de Tadeo. San Judas como apóstol tan humilde, no podía menos de imitar muy de cerca de su Primo y Maestro Jesús, quien nos dice: "Aprendan de mí a ser mansos y humildes de corazón. Miren que yo los envío como corderos entre lobos. Si alguno te hiere en la mejilla derecha, vuélvele la otra; y al que quiere armarte pleito para quitarte la túnica, alárgale también la capa. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra". Toda esa doctrina del Salvador sobre la necesidad que tenemos de mostrarnos mansos y amables con nuestros semejantes, la practicó San Judas Tadeo de un modo especial, no sólo en la bondad de su rostro, en lo amable de su vista y palabras, en lo alegre aún en los mayores desprecios y contradicciones que por Jesucristo padeció, sino resplandeciendo como el sol en presencia de Agábaro, admitiendo gustoso los cárceles, y halagando las fieras que los magos le arrojaron, por venganza de la victoria que de ellas, con solo la señal de la cruz, obtuvo. Pidamos a San Judas Tadeo que seamos lo que su nombre significa: dulces, misericordiosos, benignos, amables y mansos para que después de haber poseído la tierra de los corazones, prometida por Nuestro Señor a los mansos, lleguemos felizmente a la tierra prometida de la Gloria.


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Novena Día 8

Sabiduría de San Judas Tadeo

"Bienaventurado aquel a quien la verdad por sí misma enseña, no por medio de figuras y palabras pasajeras" dice la Imitación de Cristo. ¿Qué diremos, pues, de la sabiduría de San Judas Tadeo, pues quien es el Camino, la Verdad y la Vida, le iluminó con los rayos de su divina sabiduría? Y a su mismo nombre de Lebeo que se le da en el texto griego de San Mateo, significa, según San Jerónimo, hombre de sabiduría e inteligencia, la cual demostró a los herejes con fuertes epítetos y símiles, llamándoles meteoros errantes que parecen deslumbrar al mundo por unos instantes y después van a parar en la eterna obscuridad.

Nos enseña la grande obligación que tenemos de ir siempre creciendo en el amor de Dios y en conducir a nuestros hermanos por el verdadero sendero de la sabiduría celestial, iluminando a todos, especialmente a aquellos que todavía están sentados en las sombras de la muerte, de la ignorancia de las verdades salvadoras, de la verdadera religión de Jesucristo, la Iglesia Católica Apostólica, guiada por el sucesor del príncipe de los Apóstoles, el Vicario de Cristo en la tierra, el Pontífice de Roma, y que del sol del Evangelio que San Judas Tadeo llevó por tan lejanas regiones, vuelva a mostrarlo en estos tiempos de tanta incredulidad e ignorancia religiosa.


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Novena Día 9

Poder de San Judas Tadeo

Dice San Marcos que los apóstoles de Jesús fueron, y predicaron en todas partes, cooperando con el Señor, y confirmando su doctrina con los milagros que la acompañaban. Al predicar San Judas Tadeo el Evangelio por las apartadas regiones de Persia que le habían tocado en suerte, convirtió innumerables gentes a la Fe, entre ellos a Agábaro, Rey de Edesa, curado por San Judas en el cuerpo y en el alma, confundiendo a sus enemigos, magos e impostores, quitando el veneno mortal a las serpientes que ningún daño pudieron hacer a nuestro Santo, este milagroso poder de San Judas parece que Nuestro Señor ha querido en estos tiempos hacerlo revivir, sin duda por el olvido en que los fieles le han tenido a causa de su nombre, común con el del Traidor de Jesucristo.

San Judas Tadeo manifiesta su ayuda y protección especial en socorrer a sus devotos de aquellos casos en que toda esperanza humana parece faltar, y por eso el pueblo fiel le aclama con el título de Abogado especial de los casos difíciles y desesperados. Basta para convencerse de que nuestro Santo Apóstol alcance también a los que imploran su protección todo género de gracias, aún de aquellas que parecen cosas insignificantes, preguntarlo a quien le profese particular devoción, y basta para experimentarlo, acudir al mismo Santo Apóstol. Innumerables son los devotos que reconocidos de sus favores, envían cartas de agradecimiento al Santuario Nacional de San Judas Tadeo, en donde se venera con singular devoción una estatua y reliquia del Santo Apóstol. Si, pues, queremos su protección, acudamos con fé y confianza a San Judas Tadeo, quien después de habernos ayudado en este mundo, nos ayudará a alcanzar la gloria eterna.


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Oraciones Finales

Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Padre nuestro que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

Dios te salve María, llena eres de gracia; el Señor es contigo; bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.