Mostrando entradas con la etiqueta Consagraciónde 33 días al Inmaculado Corazón de María. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Consagraciónde 33 días al Inmaculado Corazón de María. Mostrar todas las entradas

domingo, 20 de noviembre de 2022

12º día Consagración al Inmaculado Corazón de María

 


Día 12

Texto para meditar: Imitación de Cristo, libro I, cap. 25

Mas si vieres alguna cosa digna de reprensión, guárdate de 

hacerla; y si alguna vez la hiciste, procura enmendarte luego.

Así como tú miras a los otros, así los otros te miran a ti. 

¡Oh! ¡Cuán alegre y dulce cosa es ver los devotos y 

fervorosos hermanos con santas costumbres y en 

observante disciplina!

¡Cuán triste y penoso es verlos andar desordenados, y que 

no hacen aquello a que son llamados por su vocación!

¡Oh! ¡Cuán dañoso es ser negligentes en el propósito 

de su llamamiento, y ocuparse en lo que no les mandan!

Acuérdate de la profesión que tomaste, y proponte por 

modelo al Crucificado.

Bien puedes avergonzarte mirando la: vida de Jesucristo, 

porque aún no estudiaste a conformarte más con Él, 

aunque ha muchos años que estás en el camino de Dios.

El religioso que se ejercita intensa y devotamente en la 

santísima vida y pasión del Señor, halla allí todo lo útil 

y necesario y cumplidamente para sí; y no hay necesidad 

que busque cosa mejor fuera de Jesús.

¡Oh! ¡Si viniese a nuestro corazón Jesús crucificado, cuán 

presto y cumplidamente seríamos enseñados!

El hombre fervoroso y diligente, a todo está dispuesto.

Mayor trabajo es resistir a los vicios y pasiones, que sudar 

en los trabajos corporales.

El que no evita los defectos pequeños, poco a poco cae 

en los grandes.

Te alegrarás siempre a la noche, si gastares bien el día.

Vela sobre ti, despiértate a ti, amonéstate a ti, y sea de los 

otros lo que fuere, no te descuides de ti.

Tanto aprovecharás cuanto más fuerza te hicieres. Amén.

Oraciones del día

VENI, CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de tus siervos,

llena de la gracia de lo alto los pechos que Tú creaste.

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo, 

fuente viva, fuego, amor, y unción espiritual.

Tú septiforme en el don, dedo de la paterna diestra, 

Tú, auténtica promesa del Padre, que enriqueces las 

lenguas con palabras.

Enciende lumbre en los sentidos, infunde amor en los 

corazones, corroborando con vigor constante la fragilidad 

de nuestro cuerpo.

Rechaza más y más lejos al enemigo, concede 

prontamente la paz, yendo así Tú delante como guía, 

evitemos todo mal.

Haz que por ti conozcamos al Padre y conozcamos 

también al Hijo y por ti, Espíritu de entrambos, 

creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria y al Hijo, que entre los muertos 

resucitó, y al Paráclito por los siglos de los siglos. Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, 

quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, 

ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, 

ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras 

plegarias el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de 

culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para 

que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo y al Espíritu Santo: 

a los tres un solo honor. Amén.

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi 

espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la 

humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 

porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí 

y su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en 

generación sobre los que le temen.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios 

de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece 

a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y 

a los ricos los despide vacíos.

Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia 

como la había prometido a nuestros padres en favor de 

Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en 

el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. 

Amén.



Fuente: www.matercoeli.com


jueves, 10 de noviembre de 2022

2do. día Consagración al Inmaculado Corazón de María

 


Día 2

Texto para meditar: Mt, 5, 48; 6, 1-15

Sed, pues, perfectos, como perfecto es vuestro Padre celestial.

Estad atentos a no hacer vuestra justicia delante de los hombres 

para que os vean; de otra manera no tendréis recompensa ante 

vuestro Padre, que está en los cielos.

Cuando hagas, pues, limosna, no vayas tocando la trompeta 

delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y 

en las calles, para ser alabados de los hombres; en verdad os 

digo que ya recibieron su recompensa.

Cuando des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace la derecha, 

para que tu limosna sea oculta, y el Padre que ve lo oculto, 

te premiará.

Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar 

en pie en las sinagogas y en los ángulos de las plazas, para ser 

vistos de los hombres; en verdad os digo que ya recibieron su 

recompensa. Tú, cuando ores, entra en tu cámara y, cerrada la 

puerta, ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve 

en lo escondido, te recompensará. Y orando, no seáis habladores, 

como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho 

hablar. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre 

conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se las pidáis. 

Así, pues, habéis de orar: Padre nuestro, que estás en el cielo, 

santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase 

tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro 

pan de cada día; perdona nuestras ofensas como también 

nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes 

caer en la tentación, y líbranos del mal.

Porque si vosotros perdonáis a otros sus faltas, también os 

perdonará a vosotros vuestro Padre celestial. Pero si no 

perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará 

vuestras faltas.

Oraciones del día

VENI, CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de tus siervos, llena de la gracia 

de lo alto los pechos que Tú creaste.

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, amor, y unción espiritual.

Tú septiforme en el don, dedo de la paterna diestra, Tú, 

auténtica promesa del Padre, que enriqueces las lenguas con 

palabras.

Enciende lumbre en los sentidos, infunde amor en los corazones, corroborando con vigor constante la fragilidad de nuestro cuerpo.

Rechaza más y más lejos al enemigo, concede prontamente la paz, 

yendo así Tú delante como guía, evitemos todo mal.

Haz que por ti conozcamos al Padre y conozcamos también al Hijo 

y por ti, Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria y al Hijo, que entre los muertos resucitó, 

y al Paráclito por los siglos de los siglos. Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, ahuyenta 

nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras 

plegarias el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de culpas, 

seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para que, 

viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo y al Espíritu 

Santo: a los tres un solo honor. Amén.

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, 

mi salvador, porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso 

ha hecho obras grandes en mí y su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación 

sobre los que le temen.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, 

derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia como 

la había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, 

ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.



Fuente: 
matercoeli.com

martes, 8 de noviembre de 2022

Mañana inicia: del 9 de noviembre al 11 de diciembre ofrecemos la preparación de 33 días para la Consagración al Inmaculado Corazón de María -según San Luis María Grignion de Montfort-, a efectuarse el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe


 

“Al final mi Inmaculado Corazón triunfará”

Conságrate a la Madre tal y como lo hizo San Juan Pablo II. 




A partir de mañana, 9 de noviembre, ofreceremos, día a día, las meditaciones y oraciones de preparación a la Consagración -según el "Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen" de San Luis María Grignion de Montfort- hasta el día de la Consagración que, en este caso, será el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe.




 La Iglesia recomienda que nos consagremos personalmente al Corazón Inmaculado de María? 

Sí, la Iglesia recomienda consagrarse personalmente al Corazón Inmaculado de María. Todos los Papas de los últimos tiempos han estado consagrados personalmente a María. Juan Pablo II llevaba en su escudo pontificio las palabras Totus Tuus para recordar precisamente esa consagración y nos lo ha recomendado en la Redemptoris Mater 38. Y Pablo VI, en la exhortación apostólica “Signum Magnum” de 13 de Mayo de 1967 decía: “exhortamos a todos los hijos de la Iglesia a que renueven personalmente la propia consagración al Corazón Inmaculado de la Madre de la Iglesia, y a que vivan este nobilísimo acto de culto con una vida cada vez más conforme a la Divina Voluntad, con espíritu de filial servicio y de devota imitación de su celestial Reina”.



"La verdadera devoción a la Santísima Virgen es santa. Es decir, te lleva a evitar el pecado e imitar  las virtudes de la Santísima Virgen y, en particular, su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su oración continua, su mortificación universal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina. Estas son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen(S. Luis M. Grignion de Montfort)







INFORMACIÓN BÁSICA
Historia del Tratado
El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen es, sin duda, la más excelente obra de San Luis María de Montfort.

Se estima que pudo ser escrita en torno al 1712 y, años después, permaneció sepultada en el silencio de un cofre escondido en una casita de campo cercana a la capilla de San Miguel, en San Lorenzo. Fue este escondite el que protegió esta obra maestra de las embestidas de la Revolución.

Al finalizar ésta, el Tratado fue llevado a la biblioteca de la Compañía de María, donde permaneció olvidado hasta 1842, comenzando a partir de entonces su divulgación.

¿Qué significa consagrarse?
Según San Luis de Montfort, nuestra Madre es aquel lugar donde habita el Señor en toda Su plenitud. La sencillez con la cual Dios Padre pensó a María es tan misteriosa que no somos dignos de comprenderla, pero podemos dejarnos llevar por Ella.

Ella te lleva 
Dejar que Ella te lleve
Consagrarse a María significa ponernos en sus manos sin condiciones, sabiendo que Ella conoce mejor el camino y que podemos dormir tranquilos en sus brazos de Madre.

Cristo en Ella - Conocer el Corazón de Cristo
Consagrarse a María significa vivir permanentemente en su Inmaculado Corazón en el interior del Divino Corazón de Cristo. Ella es el Sagrario perfecto donde reside el Señor.

Cristo en Ella - Unión total con María
Consagrarse es vivir en total unión con la Madre, de modo que Jesús viva en cada uno de nosotros por medio de Ella. ¿Quién conoce mejor al Hijo que su propia Madre?

Cristo en Ella -  Vivir por Él a través de Ella
Consagrarse a María es, en definitiva, obrar siempre por María, con María y para María. Es ser su esclavo y soldado. Es levantarte y ponerte al servicio de lo que Ella te ordene.

En caso de que tengas alguna duda, te recomendamos encarecidamente que preguntes a una persona formada en términos marianos; ya sea tu sacerdote, director espiritual o un consagrado. La consagración es un compromiso importante que adquieres con la Madre.

Santos que se han consagrado
Cientos de santos conocidos se habían consagrado a la Madre Santísima, entendiéndola siempre como el camino directo que les llevaría al Hijo. Aquí citamos algunos de los más destacados.

San Juan Pablo II 
« Al poner a la Madre de Cristo en relación con el misterio trinitario, Montfort me ayudó a comprender que la Virgen pertenece al plan de Salvación por voluntad del Padre, como Madre del Verbo Encarnado, que concibió por obra del Espíritu Santo. Toda intervención de María en la obra de regeneración de los fieles no está en competencia con Cristo, sino que deriva de Él y está a Su servicio.
La acción que María realiza en el plan de la Salvación es siempre Cristocéntrica, es decir, hace directamente referencia a una mediación que se lleva a cabo en Cristo. » San Juan Pablo II

San Pío X 
« María es el camino más seguro hacia Jesús. Pues ¿quién no ha experimentado que no hay un camino más seguro y más expedito para unir a todos con Cristo que el que pasa a través de María, y que por ese camino podemos lograr la perfecta adopción de hijos, hasta llegar a ser santos e inmaculados en la presencia de Dios?
En efecto, si verdaderamente a María le fue dicho: Bienaventurada tú que has creído, porque se cumplirá todo lo que el Señor te ha dicho, de manera que verdaderamente concibió y parió al Hijo de Dios; si realmente recibió en su vientre a aquel que es la Verdad por naturaleza, de manera que engendrado en un nuevo orden, con un nuevo nacimiento se hizo invisible en sus categorías, visible en las nuestras; puesto que el Hijo de Dios hecho hombre es autor y consumador de nuestra fe, es de todo punto necesario reconocer como partícipe y como guardiana de los divinos misterios a su Santísima Madre en la cual, como el fundamento más noble después de Cristo, se apoya el edificio de la fe de todos los siglos. » San Pío X

San Maximiliano Kolbe 
« Oh, Inmaculada, reina del cielo y de la tierra, refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima, a quien Dios confió la economía de la misericordia. Yo… pecador indigno, me postro ante ti, suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y posesión tuya. A ti, oh, Madre, ofrezco todas las dificultades de mi alma y mi cuerpo, toda la vida, muerte y eternidad. Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva, para cumplir lo que de ti ha sido dicho: ‘Ella te aplastará la cabeza’ (Gen 3:15), y también: ‘Tú has derrotado todas las herejías en el mundo’.
Haz que en tus manos purísimas y misericordiosas me convierta en instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo, aumente en cuanto sea posible el bienaventurado Reino del Sagrado Corazón de Jesús. Donde tú entras, oh, Inmaculada, obtienes la gracia de la conversión y la santificación, ya que toda gracia que fluye del Corazón de Jesús para nosotros, nos llega a través de tus manos. » San Maximiliano Kolbe

San Juan Damasceno 
«Oh Soberana, Madre de Dios y Virgen, unimos nuestras almas a la esperanza de que eres, para nosotros, como un ancla absolutamente firme e irrompible; te consagramos nuestro espíritu, nuestra alma, nuestro cuerpo, cada uno en toda su persona; queremos honrarte con salmos, himnos, cánticos inspirados tanto como esté en nosotros; porque rendirte honores según tu dignidad sobrepasa nuestras fuerzas. Si es cierto según la palabra sagrada, que el honor rendido a otros servidores es una prueba de amor hacia el Maestro común, el honor que se rinde a ti ¿puede ser ignorado? ¿No hay que buscarlo con celo? ¿No es preferible inclusive al aliento vital, y no da éste la vida? De esta manera indicamos mejor nuestra unión a nuestra propio Maestro. » San Juan Damasceno

San Efrén de Siria 
« Tú solo, ¡Oh Jesús!, y tu Madre sois puros bajo todos los aspectos, y vuestra pureza supera la de cualquier otro, pues en Ti no hay mancha alguna, ni tampoco en tu Madre. » San Efrén de Siria





La verdadera devoción a la Santísima Virgen es: 
1º interior; 
2º tierna; 
3º santa; 
4º constante 
5º desinteresada. 

  Devoción interior 
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es interior. Es decir, procede del espíritu y del corazón, de la estima que se tiene de Ella, de la alta idea que nos hemos formado de sus grandezas y del amor que le tenemos. 

Devoción tierna 
Es tierna, vale decir, llena de confianza en la Santísima Virgen, como la confianza del niño en su querida madre. Esta devoción hace que recurras a la Santísima Virgen en todas tus necesidades materiales y espirituales con gran sencillez, confianza y ternura e implores la ayuda de tu bondadosa Madre en todo tiempo, lugar y circunstancia: 
en las dudas, para que te esclarezca; 
en los extravíos, para que te convierta al buen camino; 
en las tentaciones, para que te sostenga; 
en las debilidades, para que te fortalezca; 
en los desalientos; para que te reanime; 
en los escrúpulos, para que te libre de ellos; 
en las cruces, afanes y contratiempos de la vida, para que te consuele, y finalmente, en todas las dificultades materiales y espirituales, María en tu recurso ordinario, sin temor de importunar a tu bondadosa Madre ni desagradar a Jesucristo. 

Devoción santa 
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es santa. Es decir, te lleva a evitar el pecado e imitar las virtudes de la Santísima Virgen y, en particular, su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su oración continua, su mortificación universal, su pureza divina, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su dulzura angelical y su sabiduría divina. Estas son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen. 

Devoción constante 
La verdadera devoción a la Santísima Virgen es constante. Te consolida en el bien y hace que no abandones fácilmente las prácticas de devoción. Te anima para que puedas oponerte a lo mundano y sus costumbres y máximas; a lo carnal y sus molestias y pasiones; al diablo y sus tentaciones. De suerte que si eres verdaderamente devoto de María, huirán de ti la veleidad, la melancolía, los escrúpulos y la cobardía. Lo que no quiere decir que no caigas algunas veces ni experimentes algunos cambios en tu devoción sensible. Pero, si caes, te levantarás, tendiendo la mano a tu bondadosa a Madre, si pierdes el gusto y la devoción sensible, no te acongojarás por ello. Porque, el justo y fiel devoto de María vive de la fe de Jesús y de María y no de los sentimientos corporales. 

Devoción desinteresada 
Por último, la verdadera devoción a la Santísima Virgen es desinteresada. Es decir, te inspirará no buscarte a ti mismo, sino sólo Dios en su Santísima Madre. El verdadero devoto de María no sirve a esta augusta Reina por espíritu tu lucro o interés, ni por su propio bien temporal o eterno, sino únicamente porque Ella merece ser servida y sólo Dios en Ella. Ama a María, pero no por los favores que recibe o espera recibir de Ella, sino porque Ella es amable. Por esto la ama y sirve con la misma fidelidad en los sinsabores y sequedades que en las dulzuras y fervores sensibles. La ama lo mismo en el Calvario que en las bodas de Caná. 

¡Ah! ¡Cuán agradable y precioso es delante de Dios y de su Santísima Madre el devoto de María que no se busca a sí mismo en los servicios que le presta! Pero, ¡qué pocos hay así! Para que no sea tan reducido ese número estoy escribiendo lo que durante tantos años enseñado en mis misiones pública y privadamente con no escaso fruto. 

Muchas cosas he dicho ya de la Santísima Virgen. Muchas más tengo que decir. E infinitamente más serán las que omita, ya por ignorancia, ya por falta de talento o de tiempo. Cuanto digo responde al propósito que tengo de hacer de ti un verdadero devoto de María y un auténtico discípulo de Jesucristo. 

¡Oh! ¡Qué bien pagado quedaría mi esfuerzo, si éste humilde escrito cae en manos de una persona bien dispuesta, nacida de Dios y de María y "no de la sangre ni de la carne ni de la voluntad de varón", le descubre e inspira, por gracia del Espíritu Santo, la excelencia y precio de la verdadera sólida devoción a la Santísima Virgen, que ahora voy a exponerte! Si supiera que mi sangre pecadora serviría para hacer penetrar en tu corazón, lector amigo, las verdades que escribo en honor de mi amada Madre y soberana Señora, de quien soy el último de los hijos y esclavos, con mi sangre en vez de tinta trazaría estas líneas. Pues ¡abrigo la esperanza de hallar personas generosas, que por su fidelidad a la práctica que voy a enseñarte, resarcirán a mi amada Madre y Señora por los daños que ha sufrido a causa de mi ingratitud e infidelidad! 

Hoy me siento más que nunca animado a creer y esperar aquello que tengo profundamente grabado en el corazón y que vengo pidiendo a Dios desde hace muchos años, a saber, que tarde o temprano, la Santísima Virgen tenga más hijos, servidores y esclavos de amor que nunca y que, por este medio, Jesucristo, reine como nunca en los corazones. 

Preveo claramente que muchas bestias rugientes llegan furiosas a destrozar con sus diabólicos dientes este humilde escrito y a aquel de quien el Espíritu Santo se ha servido para redactarlo o sepultar, al menos, estas líneas en las tinieblas o en el silencio de un cofre, a fin de que no sea publicado. Atacarán, incluso, a quienes lo lean y pongan en práctica. Pero, ¡Qué importa! ¡Tanto mejor! ¡Esta perspectiva me anima y hace esperar un gran éxito, es decir, la formación de un escuadrón de aguerridos y valientes soldados de Jesús y de María, de uno y otro sexo, que combatirán al mundo, al demonio y a la naturaleza corrompida, en los tiempos como nunca peligrosos que van a llegar! "¡Qué el lector comprenda!" "¡Entiéndalo el que pueda!" (Fragmento del "Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen" de San Luis María Grignion de Montfort).




A partir de mañana, 9 de noviembre, ofreceremos, día a día, las meditaciones y oraciones de preparación a la Consagración al Inmaculado Corazón de María -según el "Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen" de San Luis María Grignion de Montfort- hasta el día de la Consagración que, en este caso, será el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe.

Importante: esta Consagración, sin embargo, puede efectuarse en cualquier época del año, debiendo culminar en una fecha de fiesta Mariana. 

Dejamos un enlace para tal fin: https://www.matercoeli.com/


              Matercoeli.com


lunes, 30 de abril de 2018

¿Te has consagrado a la Virgen María? Aquí un “método” seguido por grandes santos

Resultado de imagen para san luis maria grignon de montfort y juan pablo II


San Luis María Grignon de Montfort en su “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” propone un método de consagración a María seguido por grandes santos. 
Dentro de los Papas y Santos que han destacado la Consagración a la Virgen María por el método de San Luis María G. de Montfort están el Beato Pío IX, quien afirmó que la verdadera devoción propuesta por San Luis es la mejor y más aceptable, mientras que San Pío X aprobó la fórmula de consagración del Santo.
San Juan Pablo II expresó en la encíclica Redemptoris Mater que le era grato recordar “la figura de San Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo”.

Resultado de imagen para san luis maria grignon de montfort y juan pablo II
Más adelante, al final de su vida, en una carta dirigida a la familia montfortiana (2004), contó que en su juventud la lectura del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” le ayudó mucho porque allí encontró la respuesta a sus dudas sobre el temor del culto excesivo a María que podría dejar de lado la supremacía del culto a Cristo.
“Bajo la guía sabia de San Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo ‘está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios’", señaló el Pontífice polaco.
Luego explicó que el lema “Totus tuus" que aparecía en su escudo episcopal se inspiraba en las enseñanzas de Montfort. “La doctrina de este Santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos”.


La página web matercoeli.com acerca toda la información necesaria a quienes deseen consagrarse a la Virgen María a través de su Inmaculado Corazón con el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen de San Luis de Montfort.

Dimitri Conejo es un laico que ha desarrollado esta web en la que se aglutinan de modo claro y ordenado los principales conceptos para quienes estén interesados en “ponerse en manos de María sin condiciones”; “vivir permanentemente en su Inmaculado Corazón” y “obrar siempre por  María, con María y para María”.

Según explica este joven, la idea de hacer una web para difundir la consagración a la Virgen María surgió después de que él mismo la hiciera y viera que se podía acercar esta devoción a través de internet.

Mater Coeli nace con la intención de acercar más a las personas al Corazón Inmaculado de María, para adquirir de esta forma un conocimiento más profundo de Cristo. “No hemos inventado nada, sencillamente nos hemos limitado a traducir al lenguaje web lo que un Santo ya escribió en su día”, afirma Conejo Sanz.

“Según San Luis de Montfort, nuestra Madre es aquel lugar donde habita el Señor en toda Su plenitud. La sencillez con la cual Dios Padre pensó a María es tan misteriosa que no somos dignos de comprenderla, pero podemos dejarnos llevar por Ella”, explica en la web.

El tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen escrito por San Luis de Montfort es la fórmula que San Juan Pablo II utilizó para entregarse a la Virgen.

Pero si surgen dudas, Dimitri recomienda “preguntar a una persona formada en términos marianos; ya sea tu sacerdote, director espiritual o un consagrado”. Porque, según subraya, “la consagración es un compromiso importante que adquieres con la Madre”.

Pasos a seguir

Una vez que se tiene la información sobre la consagración y su importancia, el proceso que se ofrece en matercoeli.com consiste en seguir el itinerario propuesto por San Luis María Grignon de Montfort.

Se debe elegir un día para la consagración que debe coincidir con una fiesta mariana. Para ello facilitan un listado con todas las festividades de la Virgen. Una vez inscrito en la página, 33 días antes de la fecha mariana se recibirá un email con lecturas y oraciones que facilitan conocer el Inmaculado Corazón de María, respetando siempre y al máximo el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen.

Se trata de un itinerario de preparación que “no puede tener interrupciones, en caso contrario quedaría anulada”. Por eso animan a fijar un momento al día para meditar los textos y rezar las oraciones.

Después de terminar la preparación, en el día 34, tendría lugar la consagración. En ese momento “en una parroquia, después de confesarte y comulgar, se lee delante de la Madre la fórmula de consagración”.

También animan a “invitar a tus seres queridos para que presencien tu entrega total a la Virgen Santísima”.

Más información sobre la web Mater Coeli y la consagración al Inmaculado Corazón de la Virgen María AQUÍ.

Web Mater Coeli. Foto: Matercoeli.com