RETIRO PADRE FELIPE SCOTT PARTE 5

sábado, 2 de junio de 2018
viernes, 1 de junio de 2018
Siete lecciones para crecer en intimidad con Jesús
Por P. Guillermo Serra,
Publicado originalmente en: http://www.laoracion.com
La oración es música callada y soledad sonora. Es un grito amoroso dicho en
silencio y manifestado con constancia. Es esperar para encontrar, hablar
para callar, decir para escuchar.
Pero, ¿cómo vivir este silencio que es preparación indispensable para la
oración? ¿cómo vivir este lenguaje durante mi diálogo con Dios? ¿y cómo
hacer para que sea realmente un ambiente espiritual constante para toda
nuestra vida espiritual?
Siete silencios, siete lecciones para crecer en intimidad con Jesús
1. El silencio del protagonismo: al acudir a la oración nos preparamos para
el encuentro con Dios sabiendo que lo importante no es tanto lo que
queramos decirle sino lo que Él nos quiere decir. Por eso, María, tras darse
cuenta en Canaán de que no había vino, dice a los sirvientes: "haced lo que
Él os diga" (Lc 2, 5). Escuchar al Maestro sabiendo que Él ya sabe lo que
necesitamos. Dejar que Él nos hable para nos sorprenda con su milagro de
amor y nos dé el vino que nos alegra el corazón.
2. El silencio de las quejas, aceptando la voluntad de Dios: el corazón entra
a la oración con una historia, una experiencia y unas heridas. Ese corazón es
como un mapa que Dios conoce y recorre. Deja que Él te descubra a dónde
te quiere llevar, qué quiere de ti. Deja que Él te explique el para qué y te
muestre su amor hecho sabiduría. Confía, escucha y camina.
3. El silencio de la razón: cuando parece no haber sentido en mi vida: la
pedagogía de Dios necesita siempre ser iluminada por la fe. La razón
necesita de esta luz. Por eso he de entrar a la oración buscando esa luz. Me
hará "salir del desierto del « yo » autorreferencial, cerrado en sí mismo, y
entrar en diálogo con Dios, dejándose abrazar por su misericordia para ser
portador de su misericordia. Así, la fe confiesa el amor de Dios, origen y
fundamento de todo, se deja llevar por este amor para caminar hacia la
plenitud de la comunión con Dios" (Papa Francisco, Encíclica Lumen Fidei 46)
4. El silencio de la seguridad humana: en nuestra inseguridad nos abrimos
a la amistad de Cristo, a su cercanía y a su misericordia. Escuchamos más
cuando no tenemos preguntas e inseguridades. Fijamos más la atención en
Él. Acudimos más a su corazón cuando nos sentimos indefensos. Mi
inseguridad en tu corazón para que tu corazón será mi seguridad: ésta tiene
que ser nuestra oración en este silencio.
5. El silencio del dolor: llegar a la cruz fijando la mirada en Él, aprender de
su silencio redentor. Pocas palabras nos dijo Jesús en la cruz. Caminó
sufriendo por amor; tuvo gestos salvíficos para los que le rodeaban. Su dolor
era para los demás porque vivía su unión con el Padre de manera constante.
El dolor es redentor cuando se silencia y se ofrece. Entra a la oración con un
sentido de ofrecimiento para que también, en silencio, puedas hacer esa
ofrenda uniéndola a la de Cristo.
6. El silencio de la humildad: de rodillas, más cerca de la tierra ("humus",
tierra en latín, origen etimológico de la palabra humildad). Somos polvo y al
polvo volveremos. Vivamos esta realidad con fe. Yo no soy nada Señor, pero
contigo soy todo porque te tengo a ti y esto me basta. Este silencio me hará
vivir en la verdad y caminar más cerca de Jesús. El que es humilde camina
por el camino estrecho, desconfiando de sí, pero confiando en Aquel que me
llevará a la puerta de la vida.
7. El silencio del abandono: la oración me tiene que llevar a un acto de
abandono que sintetiza los seis silencios anteriores. Es la actitud de la
infancia y sencillez espiritual. Lanzarse al vacío porque mi Padre siempre me
acoge, me protege y me cuida. Este silencio me llevará a descubrir la
ternura de Dios, quien con infinitos gestos me grita al oído: estoy locamente
enamorado de ti.
PARA LA ORACIÓN
¿Cómo vivo el silencio preparatorio para la oración, a lo largo del día?
¿Hay algo que tengo que evitar, dejar de hacer para aprender a hablar este
idioma del silencio que me abre a una experiencia más profunda, personal y
real de Dios?
¿Cuál de estos silencios me cuesta más? ¿Por qué?
Fuente: autores católicos
jueves, 31 de mayo de 2018
La Visitación y el Magníficat
La Visitación de la Virgen a Santa Isabel
Catequesis de Juan Pablo II
.
La Visitación y el Magníficat
Evangelio según San Lucas (Lc 1,39-56)
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» Y dijo María:
«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.»
María permaneció con ella unos tres meses y se volvió a su casa.
El misterio de la Visitación, preludio de la misión del Salvador
Catequesis de Juan Pablo II (2-X-96)
1. En el relato de la Visitación, san Lucas muestra cómo la gracia de la Encarnación, después de haber inundado a María, lleva salvación y alegría a la casa de Isabel. El Salvador de los hombres, oculto en el seno de su Madre, derrama el Espíritu Santo, manifestándose ya desde el comienzo de su venida al mundo.
El evangelista, describiendo la salida de María hacia Judea, usa el verbo anístemi, que significa levantarse, ponerse en movimiento. Considerando que este verbo se usa en los evangelios para indicar la resurrección de Jesús (cf. Mc 8,31; 9,9.31; Lc 24,7.46) o acciones materiales que comportan un impulso espiritual (cf. Lc 5,27-28; 15,18.20), podemos suponer que Lucas, con esta expresión, quiere subrayar el impulso vigoroso que lleva a María, bajo la inspiración del Espíritu Santo, a dar al mundo el Salvador.
2. El texto evangélico refiere, además, que María realiza el viaje «con prontitud» (Lc 1,39). También la expresión «a la región montañosa» (Lc 1,39), en el contexto lucano, es mucho más que una simple indicación topográfica, pues permite pensar en el mensajero de la buena nueva descrito en el libro de Isaías: «¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas nuevas, que anuncia salvación, que dice a Sión: "Ya reina tu Dios"!» (Is 52,7).
Así como manifiesta san Pablo, que reconoce el cumplimiento de este texto profético en la predicación del Evangelio (cf. Rom 10,15), así también san Lucas parece invitar a ver en María a la primera evangelista, que difunde la buena nueva, comenzando los viajes misioneros del Hijo divino.
La dirección del viaje de la Virgen santísima es particularmente significativa: será de Galilea a Judea, como el camino misionero de Jesús (cf. Lc 9,51).
En efecto, con su visita a Isabel, María realiza el preludio de la misión de Jesús y, colaborando ya desde el comienzo de su maternidad en la obra redentora del Hijo, se transforma en el modelo de quienes en la Iglesia se ponen en camino para llevar la luz y la alegría de Cristo a los hombres de todos los lugares y de todos los tiempos.
3. El encuentro con Isabel presenta rasgos de un gozoso acontecimiento salvífico, que supera el sentimiento espontáneo de la simpatía familiar. Mientras la turbación por la incredulidad parece reflejarse en el mutismo de Zacarías, María irrumpe con la alegría de su fe pronta y disponible: «Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,40).
San Lucas refiere que «cuando oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno» (Lc 1,41). El saludo de María suscita en el hijo de Isabel un salto de gozo: la entrada de Jesús en la casa de Isabel, gracias a su Madre, transmite al profeta que nacerá la alegría que el Antiguo Testamento anuncia como signo de la presencia del Mesías.
Ante el saludo de María, también Isabel sintió la alegría mesiánica y «quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno"» (Lc 1,41-42).
En virtud de una iluminación superior, comprende la grandeza de María que, más que Yael y Judit, quienes la prefiguraron en el Antiguo Testamento, es bendita entre las mujeres por el fruto de su seno, Jesús, el Mesías.
4. La exclamación de Isabel «con gran voz» manifiesta un verdadero entusiasmo religioso, que la plegaria del Avemaría sigue haciendo resonar en los labios de los creyentes, como cántico de alabanza de la Iglesia por las maravillas que hizo el Poderoso en la Madre de su Hijo.
Isabel, proclamándola «bendita entre las mujeres», indica la razón de la bienaventuranza de María en su fe: «¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!» (Lc 1,45). La grandeza y la alegría de María tienen origen en el hecho de que ella es la que cree.
Ante la excelencia de María, Isabel comprende también qué honor constituye para ella su visita: «¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?» (Lc 1,43). Con la expresión «mi Señor», Isabel reconoce la dignidad real, más aún, mesiánica, del Hijo de María. En efecto, en el Antiguo Testamento esta expresión se usaba para dirigirse al rey (cf. 1 R 1, 13, 20, 21, etc.) y hablar del rey-mesías (Sal 110,1). El ángel había dicho de Jesús: «El Señor Dios le dará el trono de David, su padre» (Lc 1,32). Isabel, «llena de Espíritu Santo», tiene la misma intuición. Más tarde, la glorificación pascual de Cristo revelará en qué sentido hay que entender este título, es decir, en un sentido trascendente (cf. Jn 20,28; Hch 2,34-36).
Isabel, con su exclamación llena de admiración, nos invita a apreciar todo lo que la presencia de la Virgen trae como don a la vida de cada creyente.
En la Visitación, la Virgen lleva a la madre del Bautista el Cristo, que derrama el Espíritu Santo. Las mismas palabras de Isabel expresan bien este papel de mediadora: «Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44). La intervención de María, junto con el don del Espíritu Santo, produce como un preludio de Pentecostés, confirmando una cooperación que, habiendo empezado con la Encarnación, está destinada a manifestarse en toda la obra de la salvación divina.
[L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 4-X-96]
En el Magníficat María celebra la obra admirable de Dios
Catequesis de Juan Pablo II (6-XI-96)
1. María, inspirándose en la tradición del Antiguo Testamento, celebra con el cántico del Magníficat las maravillas que Dios realizó en ella. Ese cántico es la respuesta de la Virgen al misterio de la Anunciación: el ángel la había invitado a alegrarse; ahora María expresa el jubilo de su espíritu en Dios, su salvador. Su alegría nace de haber experimentado personalmente la mirada benévola que Dios le dirigió a ella, criatura pobre y sin influjo en la historia.
Con la expresión Magníficat, versión latina de una palabra griega que tenía el mismo significado, se celebra la grandeza de Dios, que con el anuncio del ángel revela su omnipotencia, superando las expectativas y las esperanzas del pueblo de la alianza e incluso los más nobles deseos del alma humana.
Frente al Señor, potente y misericordioso, María manifiesta el sentimiento de su pequeñez: «Proclama mi alma la grandeza del Señor; se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava» (Lc 1,46-48). Probablemente, el término griego tapeinosis está tomado del cántico de Ana, la madre de Samuel. Con él se señalan la «humillación» y la «miseria» de una mujer estéril (cf. 1 S 1,11), que encomienda su pena al Señor. Con una expresión semejante, María presenta su situación de pobreza y la conciencia de su pequeñez ante Dios que, con decisión gratuita, puso su mirada en ella, joven humilde de Nazaret, llamándola a convertirse en la madre del Mesías.
2. Las palabras «desde ahora me felicitarán todas las generaciones» (Lc 1,48), toman como punto de partida la felicitación de Isabel, que fue la primera en proclamar a María «dichosa» (Lc 1,45). El cántico, con cierta audacia, predice que esa proclamación se irá extendiendo y ampliando con un dinamismo incontenible. Al mismo tiempo, testimonia la veneración especial que la comunidad cristiana ha sentido hacia la Madre de Jesús desde el siglo I. El Magníficat constituye la primicia de las diversas expresiones de culto, transmitidas de generación en generación, con las que la Iglesia manifiesta su amor a la Virgen de Nazaret.
3. «El Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación» (Lc 1,49-50).
¿Qué son esas «obras grandes» realizadas en María por el Poderoso? La expresión aparece en el Antiguo Testamento para indicar la liberación del pueblo de Israel de Egipto o de Babilonia. En el Magníficat se refiere al acontecimiento misterioso de la concepción virginal de Jesús, acaecido en Nazaret después del anuncio del ángel.
En el Magníficat, cántico verdaderamente teológico porque revela la experiencia del rostro de Dios hecha por María, Dios no sólo es el Poderoso, pare el que nada es imposible, como había declarado Gabriel (cf. Lc 1,37), sino también el Misericordioso, capaz de ternura y fidelidad para con todo ser humano.
4. «Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón; derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos» (Lc 1,51-53).
Con su lectura sapiencial de la historia, María nos lleva a descubrir los criterios de la misteriosa acción de Dios. El Señor, trastrocando los juicios del mundo, viene en auxilio de los pobres y los pequeños, en perjuicio de los ricos y los poderosos, y, de modo sorprendente, colma de bienes a los humildes, que le encomiendan su existencia (cf. Redemptoris Mater, 37).
Estas palabras del cántico, a la vez que nos muestran en María un modelo concreto y sublime, nos ayudan a comprender que lo que atrae la benevolencia de Dios es sobre todo la humildad del corazón.
5. Por ultimo, el cántico exalta el cumplimiento de las promesas y la fidelidad de Dios hacia el pueblo elegido: «Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre» (Lc 1,54-55).
María, colmada de dones divinos, no se detiene a contemplar solamente su caso personal, sino que comprende que esos dones son una manifestación de la misericordia de Dios hacia todo su pueblo. En ella Dios cumple sus promesas con una fidelidad y generosidad sobreabundantes.
El Magníficat, inspirado en el Antiguo Testamento y en la espiritualidad de la hija de Sión, supera los textos proféticos que están en su origen, revelando en la «llena de gracia» el inicio de una intervención divina que va mas allá de las esperanzas mesiánicas de Israel: el misterio santo de la Encarnación del Verbo.
[L'Osservatore Romano, edición semanal en lengua española, del 8-XI-96]
miércoles, 30 de mayo de 2018
martes, 29 de mayo de 2018
Sanación de la Herida Paterna/Materna – Retiro Espiritual – Padre Felipe Scott
Hoy comenzamos un retiro de sanación de las heridas paternas y maternas, durante siete días
Retiro Espiritual impartido por el padre Felipe Scott, “Sanación de la herida Paterna/Materna para vivir la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. La vida familiar está basada en la bendición del padre y de la madre y esta bendición tiene 5 aspectos que vamos a aprender y esto es lo que hace al corazón del joven (y eventualmente al adulto) ser eventualmente maduro y a vivir para dar amor, en lugar de solo vivir para recibir amor, y a vivir como adulto para entender a otros en lugar de que otros me entiendan a mí, y a vivir como adultos para escuchar a otros menos que alguien me escuche a mí, porque ya es maduro. Pero cuando no se ha recibido esto de la bendición la falta de amor genera heridas en el ser humano.
Si me hubiesen hecho una entrevista cuando yo era joven y cuando era adolescente, que yo estaría hablando aquí y que hubiese fundado una comunidad que se llama “Familia Jesús para Sanar la Familia” los hubiese, como se dice allá en el Perú, los hubiese mandado a freír papas, porque yo era un joven muy enojado, lleno de ira, de furia, y la razón era por esta herida (herida paterna/materna).
jueves, 24 de mayo de 2018
24 de mayo: María Auxiliadora, ruega por nosotros
"Propagad la devoción a María Auxiliadora
y veréis lo que son los milagros"
San Juan Bosco
El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".
San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".
En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos.
En el año 1572, el Papa San Pió quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.
En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos.
En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 paises.
En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.
En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.
Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
El nombre de Auxiliadora se le daba ya en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre.
Se tiene constancia de que hacia el año 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia.
Esta advocación se hizo fuerte ante la invasión de los turcos en 1571 donde San Pío V la invocó como María Auxiliadota de los Cristianos o con los Príncipes Católicos de Alemania fieles al catolicismo frente a las tesis protestantes o frente a las invasiones turcas sobre Viena en el siglo XVII o, incluso, como mano protectora frente a los caprichos de Napoleón Bonaparte que llevo al Papa Pío VII al destierro, y a su liberación, quiso en 1814 instituir en el 24 de mayo su fiesta litúrgica.
Pero sin duda fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad, "No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado"... "Cada ladrillo de esta iglesia - se refería a la gran Basílica que en su obsequio empezó el 1863 - es una gracia de la Virgen María"...
Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".
Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".
En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia".
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.
Fuente: ACIPrensa
Bendición de MAría Auxiliadora compuesta por Don Bosco
Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
Que hizo el cielo y la tierra.
(rezar un Ave María)
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desoigas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.
María Auxilio de los cristianos.
Ruega por nosotros.
Señor, escucha nuestra oración
Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que con la ayuda
del Espíritu Santo, preparaste el cuerpo y el alma
de María, la Virgen Madre, para ser digna morada
de tu Hijo; al recordarla con alegría, líbranos por su intercesión de los males presentes y de la muerte eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
miércoles, 23 de mayo de 2018
Venerable Concepción (Conchita) Cabrera de Armida
1928: "En esa maternidad espiritual o aceptación plena de los sacerdotes, para inmolarte en su favor, deben entrar también desde el Papa, los cardenales, arzobispos y obispos, párrocos y sacerdotes. Porque toda la jerarquía eclesiástica forman un solo sacerdocio con el Sacerdote eterno. Pero no te espantes, pues que esto es sólo una manera de exteriorizar mis planes en ti, acentuándolos; pero al recibirme tú en la encarnación mística en tu alma, me recibiste a Mí y en Mí a la Iglesia con todos sus sacerdotes" (Jesús a Conchita: CC 53,33-40: 29 noviembre 1928)
Concepción (Conchita) Cabrera de Armida
1862 - 1937
Fundadora de las Obras de la Cruz
México
Esposa, madre, viuda, abuela, fundadora... y por indulgencia de Pio X, murió canónicamente como religiosa en los brazos de sus hijos.
Por la profundidad de sus escritos, Conchita es reconocida como gran mística del siglo XX. Profundizó la espiritualidad de la Cruz, necesaria para una verdadera entrega a Dios por Jesús en el poder del Espíritu Santo. Profetizó un nuevo pentecostés que ocurrirá por la santificación de los sacerdotes. En sus escritos "A mis sacerdotes", Jesús guía a los sacerdotes a la santidad en unión con El.
Lema: Jesús, Salvador de los hombres, ¡Sálvalos!

Consagración a Maria
Diario Espiritual de una madre de familia (español e inglés)

Editorial La Cruz Obras de Conchita
El Apostolado de la Cruz (1894). Para laicos, sacerdotes religiosos, religiosas y obispos. Sencillas reglas de vida invitan a vivir plenamente el misterio de la fecundidad cristiana ejerciendo el sacerdocio bautismal. Descubrir en la vida diaria, el valor salvífico del dolor aceptado por amor.
Las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús (1897). Religiosas contemplativas. Adoración perpetua. Oran y se entregan por los sacerdotes. Su lema: Por ellos me consagro. Religiosas De La Cruz
La Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús (1909). Laicos con vida comprometida en la oración y las obras de misericordia, especialmente dirigidas en favor de los sacerdotes. Unidos a Jesús Sacerdote y Víctima, para consagrar el mundo a Dios.
La Fraternidad de Cristo Sacerdote (1912). Es una asociación de sacerdotes tanto seculares como religiosos que promueve la santidad del sacerdocio ministerial a través de la amistad, los encuentros y la vivencia común del espíritu de la Cruz.
Los Misioneros del Espíritu Santo Sacerdotes religiosos que tienen, entre otras tareas, la de animar a las cinco obras de la Cruz y hacer efectivo el carisma sacerdotal heredado de la Sra. Cabrera y de su fundador, el padre Félix Rougier. Lema: Ante todo contemplativos y después hombres de acción.
Encarnación Mística
Conchita escribió lo que Jesús le dijo:
Fuente:
Familia de la Cruz

Estando en la oración después de comulgar, (Jesús) me dijo así:
Prepárate para el día que la Iglesia celebra la Encarnación del Divino Verbo; en ese día bajé a unirme con María tomando carne en su purísimo seno, para salvar al mundo.
Ese día quiero unirme espiritualmente con tu alma y darte una nueva vida, vida divina e inmortal, en el tiempo y en la eternidad...
Prepárate, purifícate, límpiate, porque es muy grande, muy grande el beneficio que se te prepara. (CC 9,33-35: 17 febrero 1897)
El Espíritu Santo, en un acto de amor crecidísimo, engendra en el alma al Verbo... y entonces, hace verdaderamente de aquella alma sus delicias, habitando en ella y poseyéndola. (CC 23,35-45: 10 julio 1906)
Al encarnar el Verbo en las almas, la Trinidad antes las llena de gracias sobre gracias, de luces sobre luces, de amor y de dolor . ( CC 23,172-180: 23 julio 1906)
Para esta clase tan subida de gracias, Yo antes hago pasar al alma por mil crisoles; y bañándola con la superabundancia de mis gracias, la preparo a esta altísima unión en que la Pureza, no puede unirse con lo manchado . (CC 24,61-68: agosto 1906)
Encarnación mística, 25 de Marzo del 1906:
Antes de la Misa, postrada ante el Sagrario, me humillé cuanto pude, delante de mi Jesús; le pedí perdón, renové mis votos: le ofrecí no llenar mi corazón así de tierra como hasta aquí y así, VACÍA, lo recibí en la Comunión .
Conque, en los primeros «mementos» de la Misa, voy sintiendo la presencia de mi Jesús junto de mí, y escuchando su divina voz que me dijo :
- «Aquí estoy» (me dijo el Señor), «quiero encarnar en tu corazón místicamente. Yo cumplo lo que ofrezco; he venido preparándote de mil modos, y ha llegado el momento de cumplir mi promesa, RECÍBEME». (Y yo sentí un gozo con vergüenza indecible. Pensé que ya lo había recibido en la Comunión, pero Él, como adivinándome, continuó).
- No es así; de otro modo, además, hoy me has recibido. Tomo posesión de tu corazón; me encarno místicamente en él, para no separarme jamás.
Ésta es una gracia muy grande que te viene preparando mi bondad; humíllate y agradécela . (CC 22,167-177: 25 marzo 1906).
1906
Tienes contigo a la sacrosanta Víctima del Calvario y de la Eucaristía, la cual puedes ofrecer constantemente al Eterno Padre por la salvación del mundo. Éste es el fruto más precioso del grande favor que he obrado en ti al encarnar en tu corazón. Te he dado lo más grande del cielo y de la tierra, a Mí mismo, con este fin. Tú nada tienes de ti misma, pero Conmigo lo tienes todo. ¿Ahora entiendes el porqué de la gracia pasada?
Sí, mi Jesús adorado: ahora veo que para cumplir mi misión de salvar almas sólo teniéndote a Ti sólo ofreciéndote a Ti lo conseguiré.
Ahora sí, mi sed de salvar almas se saciará, al menos estaré cierta de que con ese PRECIO sí se compran las gracias para ellas. (...) Ahora sí, que soy feliz en mi misma miseria, porque no soy yo la que compra, la que obra, la que vive, sino JESÚS EN MÍ... el VERBO EN MÍ... Dios haciéndolo TODO en su pobre criatura. ¡Bendito mil veces sea! (CC 22,408-416: 21 julio 1906)
En mi unión ofrécete y ofréceme en cada instante al Eterno Padre con el fin tan noble de salvar a las almas, y darle gloria. ( CC 22,408-416: 21 julio 1906
1909
Hija mía, me dijo. Quiero que digas a menudo, y sobre todo en tus dolores, estas palabras, con una voluntad amorosa, «este es mi cuerpo, esta es mi sangre», ofreciéndote al Eterno Padre en mi unión. ¿No recuerdas que eres hostia y que debes ser víctima?
Mira, desde la encarnación mística, tu cuerpo es como mi Cuerpo y tu sangre como mi Sangre, porque Yo tengo la propiedad de transformar. (CC 32,119-126: 22 febrero 1909).
1917
María desde la Encarnación, repetía al Eterno Padre, en un acto continuado de amor, y refiriéndose a Mí en Ella, «Este es mi Cuerpo, esta es mi Sangre», clamando por la salvación del mundo. Que al repetir estas palabras, lo hagan en mi unión, sí, pero también pensando en mi Madre que me dio ese Cuerpo y esa Sangre: en mi Madre que desde la Encarnación, se ofrecía y me ofrecía . (CC 41,355-359: 8 julio 1917).
1924
La encarnación mística es una gracia transformativa, en el sentido de asimilar a la criatura con su Modelo, que soy Yo. Es gracia transformante, unitiva (CC 45,435: 11de diciembre de 1924)
1925
Al obrarse la transformación del alma en Jesús, (que para ayudar a esto es la encarnación mística) viene también a ser el Espíritu Santo, el espíritu de la criatura, en más o menos grados, según la intensidad y escala de la transformación, la cual, depende en mucho de la correspondencia del alma en las virtudes. Absorbiendo pues el Espíritu Santo al espíritu de la criatura en la transformación, la llena de ese amor purísimo que es Él y entonces, con ese amor mismo, ama la criatura al Divino Verbo, es decir, con el amor mismo con que lo ama y se ama el Padre, con la perfección del amor (CC 45,206-208: 3 Julio 1925).
1926
Tu amor para con las almas también debe ser el Espíritu Santo , que es Amor; y con Él, debes amarlas como a Mí; y con ese amor, amarme a Mí y a ellas, sin salir de Mí. Porque mi amor a las almas, es el mismo con que amo a mi Padre, y quiero que ese mismo amor sea el tuyo (CC 47,30-32: 18 julio 1926).
1927
Por la derivación de la gracia de la encarnación mística, participas en cierto sentido también de la Fecundación de la Iglesia, que también es Madre (CC 49,386: 3 diciembre 1927)
En el corazón de una madre, con todo derecho deben repercutir los latidos del corazón del hijo. Debe repercutir en tu alma, mi pureza, mi humildad, mis virtudes, mis sacrificios, pero también, ¿sabes qué? mis dolores por las ingratitudes del mundo, mis hondas penas por los pecados de mis sacerdotes: esta sí que es alianza entre tu corazón y el mío, de mis amores y de mis dolores, la más estrecha de hijo a madre ( CC 48,248-249: 10 septiembre 1927)
1928
En esa maternidad espiritual o aceptación plena de los sacerdotes, para inmolarte en su favor, deben entrar también desde el Papa, los cardenales, arzobispos y obispos, párrocos y sacerdotes. Porque toda la jerarquía eclesiástica forman un solo sacerdocio con el Sacerdote eterno. Pero no te espantes, pues que esto es sólo una manera de exteriorizar mis planes en ti, acentuándolos; pero al recibirme tú en la encarnación mística en tu alma, me recibiste a Mí y en Mí a la Iglesia con todos sus sacerdotes (CC 53,33-40: 29 noviembre 1928)
1935
Y ahora, sin quitarle un ápice a estas gracias, debes encaminarlo todo, a la gloria de mi Padre amado. Que todo en ti, en tu cuerpo y en tu alma, tenga este santo fin: la gloria de mi Padre.
Simplifica estos actos en un solo amor al ejecutarlos, con un solo colorido, de manera que, sin dejar de hacerlos, todos converjan a la unidad en su sustancia: ¡ la gloria de mi Padre ! (CC 64,94-95: 29 octubre 1935).
Por esto mismo, lo que ofrezcas en adelante para la gloria del Padre, vuelve a los sacerdotes, a quienes perteneces, convertido en gracias para sus almas.
Aquí tienes cómo una cosa no impide la otra. Tú, olvidada de ti y transformada en Mí por la Encarnación Mística, lo ofreces todo, lo sufres todo, perdida en Mí, por la gloria de mi Padre, y Yo mismo dorando esos actos, más o menos vivos, intensos y ardorosos, los convierto en gracias para los sacerdotes y para las almas (CC 62,54-56: 23 octubre 1935).
Oración
Padre Celestial, concédeme por tu bondad la gracia de . . . . , que confiadamente te pido por intercesión de la Venerable Concepción Cabrera de Armida, laica y mística. Glorifica en la tierra a tu Sierva y haz que a la luz de su vida aumente el número de laicos, religiosos y sacerdotes transformados en tu Hijo Jesucristo, Sacerdote y Víctima, para mayor gloria de la Trinidad, santidad de la Iglesia y construcción del Reino de Dios. Amén.
Escribe tu testimonio para documentar la Gracia recibida por la intercesión de Conchita. Envía un E-mail para informar al Postulador de la Causa de Canonización
Lugares Santos
Hay muchos lugares santos relacionados con la Espiritualidad de la Cruz. Aquí solo presento los que he visitado. - P. Jordi Rivero.
En Ciudad de México
Hogar donde murió Conchita, Altavista. hoy convento de las madres de la cruz. Visitar cuarto donde murió, capilla donde rezaba, la cual permanece intacta. Numerosas pertenencias de Conchita. En el jardín, la cruz del Apostolado. Tel: 55504614
Cripta con la tumba de Conchita, El Altillo. Centro de los Padres del Espíritu Santo. También una vasta Librería.
martes, 22 de mayo de 2018
Novena en honor a la Visitación de la Virgen María
Hoy inicia la novena por la Visitación de la Virgen María

El próximo 31 de mayo la Iglesia celebrará la Fiesta de la Visitación de la Virgen María a su prima Santa Isabel y de esta forma concluirá el mes mariano.
Según narran los evangelios, el ángel Gabriel le dijo a María que así como ella iba a ser la Madre de Jesús, su prima Isabel también estaba encinta de Juan el Bautista, y la Virgen fue en ayuda de su pariente durante tres meses.
Aquí te presentamos una novena de preparación:
- Primer Día de la Novena por la Visitación
- Segundo Día de la Novena por la Visitación
- Tercer Día de la Novena por la Visitación
- Cuarto Día de la Novena por la Visitación
- Quinto Día de la Novena por la Visitación
- Sexto Día de la Novena por la Visitación
- Séptimo Día de la Novena por la Visitación
- Octavo Día de la Novena por la Visitación
- Noveno Día de la Novena por la Visitación
Fuente: ACI prensa
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