viernes, 11 de mayo de 2018

Pentecostés: Consagración al Espíritu Santo - Novena al Espíritu Santo

El Espíritu Santo


La devoción al Espíritu Santo es de las más excelsas y preciosas entre todas las que puede practicar el cristiano. Él es Dios, es el Santificador. Él ha de alumbrarnos, vivificarnos, guiarnos, fortalecernos, abrasarnos con el fuego del amor divino. Él nos hace santos apóstoles.

Consagración al Espíritu Santo
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Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza, y todo el amor de mi Corazón.

Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús.

Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

Oración a María Santísima 
para pedir gracias al Espíritu Santo

¡Oh María, Hija humildísima del Padre, Madre Purísima del Hijo, Esposa amadísima del Espíritu Santo! Yo te amo y te ofrezco todo mi ser para que lo bendigas. Madre admirable, Consuelo del que llora, Abogada dulcísima de los pecadores, ten piedad de todos aquellos a quienes amo; y por tu Inmaculado Corazón, Sagrario de la Santísima Trinidad, Asiento de tu poder, Trono de Sabiduría y Piélago de bondad, alcánzanos que el Espíritu Santo forme en nuestro corazón un nido en que repose para siempre.

Alcánzame lo que con todo el fervor de mi alma te pido, por los merecimientos de Jesús y los tuyos, si es para gloria de la Trinidad Santísima y bien de mi alma, ¡Virgen Santa, Esposa del Espiritu Santo, acuérdate de que eres mi Madre! Amén.

Oración al Espíritu Santo
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Ven, Espíritu Santo, 
y envía del Cielo 
un rayo de tu luz.

Ven, padre de los pobres, 
ven, dador de gracias,
ven luz de los corazones.

Consolador magnífico, 
dulce huésped del alma, 
su dulce refrigerio.

Descanso en la fatiga, 
brisa en el estío, 
consuelo en el llanto.

¡Oh luz santísima! 
llena lo más íntimo 
de los corazones de tus fieles.

Sin tu ayuda, 
nada hay en el hombre, 
nada que sea bueno.

Lava lo que está manchado, 
riega lo que está árido, 
sana lo que está herido.

Dobla lo que está rígido, 
calienta lo que está frío, 
endereza lo que está extraviado.

Concede a tus fieles, 
que en Ti confían 
tus siete sagrados dones.

Dales el mérito de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.

¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortificame, consuélame, dime qué debo hacer, ordéname.

Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.

Siete ventajas preciosas para quien propaga 
la devoción al Espíritu Santo

1ª   Se crea un lazo de amor entre nuestra alma y la Tercera Persona de la Santísima Trinidad
2ª   Un aumento notable de todas nuestras devociones, especialmente a la Sagrada Eucaristía, al Corazón de Jesús y a la Santísima Virgen.
3ª   Una seguridad de recibir en el alma más inspiraciones del Espíritu Santo y la fuerza para ponerlas en práctica.
4ª   Procurar de una manera excelente la gloria de Dios, trabajando cada día en hacer conocer y amar al Santificador de las almas.
5ª   Trabajar muy especialmente por el advenimiento del reinado de Dios en el mundo, por la acción del Espíritu vivificante.
6ª   Ser verdadera y prácticamente apóstol del Espíritu Santo
7ª   Atraer sobre el alma auxilios espirituales del Espíritu Santo, más íntima unión con Dios por medio del Santificador, mayor progreso en la oración mental, más consuelo y hasta alegría en la hora de la muerte, después de tan sublime apostolado.
El invocar a menudo al Espíritu Santo es prenda segura de acierto en las situaciones variadas de nuestra vida.

Consagración de la Obra del Espíritu Santo

¡Oh Amor, centro y vida de la Trinidad Espíritu Santo!, ven a mí con tus dones y con tu Amor;me consagro totalmente a Ti para que obres en mí tu "Misterio de AMOR", el que empezaste a realizar el día de mi bautismo y que ahora quiero renovar en cada instante de mi vida.

Que tu gracia acompañe siempre todas mis acciones y las transforme en ofrenda permanente para gloria del Padre y bien de todos los hombres mis hermanos. Amen.



Creo en la tercera Persona de la Santísima Trinidad. El Espíritu Santo ha sido llamado por algunos autores "el gran desconocido". Porque, realmente, sabemos que es la tercera persona de la Santísima Trinidad, pero apenas sí lo tratamos.

Es preciso que nosotros, como cristianos, intentemos penetrar en el Misterio de Dios y sepamos agradecerle su ayuda amorosa y constante, debemos atenderlo en el fondo de nuestro corazón, y saber responderle con nuestro amor y nuestras obras a todas las inspiraciones y mociones que de él recibimos.

Hay una tradición en la antigüedad en la que se llama al Espíritu Santo "el Confortador". Y, realmente, en la práctica, ese nombre y otros muchos pueden aplicarse al Espíritu Santo.

Porque él nos conforta y nos consuela, nos da fortaleza para resistir la tentación. Nos ayuda y nos guía en el camino hacia Dios.

También la palabra Paráclito se refiere al Abogado, el que nos defiende ante los tribunales. Es quien puede rogar e interceder por nosotros. Quien nos defiende en la lucha contra el enemigo; quien nos inspira y nos enseña en el camino de la vida interior.

Pero realmente la palabra Paráclito significa "el amigo en la necesidad". Ya en los escritos de San Pablo vemos que no se limitaba a pensar que el Espíritu Santo ayudaría a defenderse ante los tribunales, sino que precisa: "El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables " (Rom 8, 26).
Es algo maravilloso ser conscientes de esto: el Espíritu ayuda a nuestra debilidad Si ayuda, ¿por qué no nos confiamos a él? Si ayuda, ¿por qué no le pedimos? Si ayuda, ¿por qué no descansamos en él, en vez de querer sacar fuerzas de nuestros medios humanos?

Los medios humanos no son despreciables, sino imprescindibles para todo. Pero tienen una medida, un peso, un contenido.

No podemos creernos superpotentes; no podemos creer que somos capaces de resolver y entender todo, lo divino y lo humano. No podemos pensar que la oración, el trato con Dios se realiza sólo a base de esfuerzo personal: es preciso ponerlo, ¡claro que sí!, pero conscientes de que, sin la ayuda del Espíritu Santo, nada podemos.

Y, si lo invocamos, si creemos en él y en su ayuda, tenemos que pensar en el Espíritu Santo que reza "en nosotros".

Es tan grande el misterio, que quizás nosotros sólo lo recordamos como algo extraordinario: las lenguas de fuego en el Cenáculo; los Apóstoles, entendiéndose en diversas lenguas; la frase evangélica en que se dice que no se preparen para defenderse, que ya el Espíritu pondrá palabras en sus labios...

Todo esto fue así, y es real. Pero también es real que ahora tenemos la atención directa del Espíritu Santo.

Cuando nos confirmamos nosotros, o cuando asistimos a la ceremonia de una confirmación, el Don que allí recibe quien se confirma es el mismo que recibieron los apóstoles en el cenáculo, en Pentecostés. Aunque no se vea ni se note nada, ¡es, existe, vive! Y nosotros hemos de recibirlo creyendo, valorando lo que es tener al Espíritu Santo a nuestro lado.

Somos templos del Espíritu Santo, se nos dice al parecer, no nos enteramos. Y de esto debe deducirse nuestra dignidad de hijos de Dios, el respeto a nuestro cuerpo y al cuerpo de los demás, el valor inmenso de saber que no estamos solos.

Al Espíritu Santo debemos invocarlo, rezarle, creer en él de una forma real y auténtica. No quiere decir esto que nos olvidemos de lo que tenemos que hacer como personas y seres racionales.

Rezar es lo primero. Esperarlo todo de él, también. Estar seguros, por fe, de su ayuda, también. Y luego.... no tirarnos por un precipicio, fiados del Espíritu Santo, ni acometer una empresa para la que no estamos humanamente preparados; ni "tentar a Dios " o pecar de soberbia, esperando y exigiendo milagros.

Los milagros se dan, hoy como ayer. El Espíritu Santo actúa hoy, como ayer, aunque no oigamos "el viento impetuoso" ni veamos "lenguas de fuego".

Pero nuestra fe, firme y segura, debe ir creciendo a base de pedirla, porque es un Don de Dios; y a base de acogerla y desarrollarla, con amor
Reflexión de Ángeles Linares

Los 7 dones del Espíritu Santo son:
Sabiduría, Inteligencia, Consejo, Fortaleza, Ciencia, Piedad y Temor de Dios

Oración para pedir los dones del Espíritu Santo

¡Oh Espíritu Santo!, humildemente te suplico que enriquezcas mi alma con la abundacia de tus dones.

Haz que yo sepa, con el Don de la Sabiduría, apreciar en tal grado las cosas divinas, que con gozo y facilidad sepa frecuentemente prescindir de las terrenas.

Que acierte con el Don de Entendimiento, a ver con fe viva la trascendencia y belleza de la verdad cristiana.

Que, con el Don de Consejo, ponga los medios más conducentes para santificarme, perseverar y salvarme.

Que el Don de Fortaleza me haga vencer todos los obstáculos en la confesión de la fe y en el camino de salvación.

Que sepa con el Don de Ciencia, discernir claramente entre el bien y el mal, entre lo falso y lo verdadero, descubriendo los engaños del demonio, del mundo y del pecado.

Que, con el Don de Piedad, os ame como a Padre, os sirva con fervorosa devoción y sea misericordioso con el prójimo.

Finalmente, que con el Don de Temor de Dios, tenga el mayor respeto y veneración a los mandamientos divinos, cuidando con creciente delicadez de no quebrantarlos lo más mínimo.

Llenadme sobre todo, de vuestro santo amor. Que ese amor sea el móvil de toda mi vida espiritual. Que lleno de unción, sepa enseñar y hacer entender, al menos con mi ejemplo, la sublimidad de vuestra doctrina, la bondad de vuestros preceptos, la dulzura de vuestra caridad. Amén.

Los doce frutos del Espíritu Santo
Caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad.

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martes, 8 de mayo de 2018

Hoy es la fiesta de Nuestra Señora de Luján, patrona de Argentina



Cada 8 de mayo se celebra a Nuestra Señora de Luján, Patrona de Argentina, quien además es la protectora de los transportistas y del camino, así como de la Policía Federal del país.

Corría el 1630 y el portugués Antonio Faría, hacendado de Sumampa en la jurisdicción de Córdoba del Tucumán, pidió a una amigo marino que le enviara de Brasil una imagen de la Concepción de María Santísima para venerarla en una capilla que estaba haciendo.

Es así que dos imágenes llegaron para aquel hombre: una según el pedido y la otra de la Madre de Dios con el niño en brazos. Ambas se colocaron en dos cajoncillos y subidas a una carreta. Al llegar a orillas del Río Luján, en la estancia de Rosendo, lo troperos pararon allí para pasar la noche.

Al día siguiente, una clara mañana de mayo, cuando se quiso continuar con el viaje no se pudo mover la carreta. Intentaron los carreteros hacerla avanzar de varias formas, pero fue inútil. Entonces retiraron una imagen y la carreta seguía sin moverse. Luego la subieron y bajaron la otra y la carreta marchó normalmente.

Al ver que la Virgen de la Inmaculada Concepción no quería irse de ese lugar, la llevaron a la casa de Don Rosendo, donde la familia la acogió con alegría. Esta noticia corrió por toda la región y empezó a crecer la devoción junto con los milagros.

El 8 de mayo de 1887 se realizó la coronación canónica de la imagen. Con el tiempo también se erigió una Basílica – Santuario a la Virgen de Luján.

San Juan Pablo II, en 1982, en una Misa en el Santuario de Luján dijo: “Ante esta bendita imagen de María, a la que mostraron su devoción mis predecesores Urbano VIII, Clemente XI, León XIII, Pío XI y Pío XII, viene también a postrarse, en comunión de amor filial con vosotros, el Sucesor de Pedro en la cátedra de Roma”.

Más información en el especial de Nuestra Señora de Luján

Fuente: ACI Prensa  


 ORACIÓN POR LA  PATRIA



jueves, 3 de mayo de 2018

El poder de la oración

¿Cómo orar cuando alguien te hace sufrir?
Al rezar por quienes te hacen sufrir, te das la oportunidad de desahogarte y de hacerlo con quien es todopoderoso y puede remediar las cosas.


Por: P Evaristo Sada LC | Fuente: www.la-oracion.com 



Hay personas que nos hacen sufrir. Sabiéndolo o no, queriéndolo o no, pero nos hacen pasar malos ratos. Nos duelen sus palabras hirientes, sus actitudes humillantes, sus tratos despóticos, su falta de responsabilidad, sus infidelidades, sus prontos temperamentales, sus olvidos y negligencias...

Ante personas así podemos reaccionar siendo con ellos de la misma manera que sonellos con nosotros: "para que se enteren", "para que vean lo que se siente". O bien podemos enfrentarlos, decirles sus verdades y ponerles un alto. O incluso evadir el problema ignorándolo y dejándolo a su suerte. Pero sabemos que estos recursos pocas veces funcionan.

Sin embargo, podemos también buscar el momento y las palabras más adecuadas para hacerle ver lo que está sucediendo. Podemos poner amor: "Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor" (San Juan de la Cruz). Y por fin, orar por ellos.
Orar por una persona querida es fácil, pero orar por una persona que te hace daño es difícil. Apenas lo traes a la memoria en la oración y se te retuerce el estómago. Y si llegas a formular una oración, lo más probable es que ésta sea para pedirle a Dios que lo parta un rayo, que le dé una buena lección o que lo cree de nuevo. Aún si te salen estos sentimientos, intenta de nuevo. Verás que la oración irá ablandando tu corazón, pues en la oración se hace presente el Espíritu de Dios que es amor, y Él, el Amor en persona, irá renovando tu corazón. Y te dirás: "pero de lo que se trataba era de que el otro cambiara". Sí, pero al orar por quien te hace sufrir te darás cuenta de que el primero que comienza a cambiar eres tú mismo.

Al rezar por quienes te hacen sufrir:

- Te das la oportunidad de desahogarte y de hacerlo con quien es todopoderoso y puede remediar las cosas. Desahogarse con Dios sana y libera. Poner en manos de Dios aquello que no puedes controlar ni remediar es de personas sensatas.

- Dios te hace ver que el rencor, la venganza, la falta de perdón, el resentimiento, el odio, no son virtudes cristianas, y que más bien debes aprender a ser como es Dios con nosotros: rico en misericordia, dispuesto aperdonarme siempre (aunque no lo merezca), tolerante, paciente, compasivo. “Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34) “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. (Lc 23, 43)

- Rezas con coherencia y sinceridad el padrenuestro y le das a tu Padre celestial excusa suficiente para perdonarte. “Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

- El Espíritu Santo comienza a modelar tu corazón conforme al Suyo. Verás que todo ese rencor que llevas dentro es veneno que intoxica, vinagre que amarga la vida, y que a medida que te purificas de él y lo suples con la miel de la caridad cristiana, la vida se te hace mucho más llevadera. Ya bastante mal te lo pasas con el sufrimiento que el otro te impone como para que lo amplifiques con el reflujo de tu propia amargura.

- Y no te quede la menor duda de que si rezas con fe y caridad por quienes tehacen sufrir, Dios actuará. No esperes resultados inmediatos, simplemente espera con absoluta confianza en que Dios obrará en el momento y de la manera que considere oportunas.

Tal vez te pueda servir esta oración de intercesión y sanación del P. Emiliano Tardif:

Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús.

Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu
comprendemos que él es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a). Tú lo(a) conoces por su nombre. Te lo(a) presento, Señor, para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso en su vida.

Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su historia.
Tú conoces todo lo que él ha querido hacer y no ha hecho.
Conoces también lo que hizo o le hicieron lastimándolo.
Tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado.

Conoces los traumas y complejos de su vida.
Hoy, Padre, te pedimos que por el amor que le tienes a tu Hijo, Jesucristo,derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a) para que el calor de tu amor sanador, penetre en lo más íntimo de su corazón.

Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sana a este hermano, Padre.
Entra en ese corazón, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo. Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste: "paz a vosotros". Entra en este corazón y dale tu paz. Llénalo de amor.

Sabemos que el amor echa fuera el temor.
Pasa por su vida y sana su corazón.
Sabemos, Señor, que Tú lo haces siempre que te lo pedimos, y te lo estamos pidiendo con María, nuestra madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino.

Cambia su corazón y dale un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dale un corazón nuevo.

Haz brotar, Señor, en este hermano(a) los frutos de tu presencia. Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor, la paz y la alegría. Haz que venga sobre él el Espíritu de las bienaventuranzas, para que él pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a su esposo(a), junto a su familia, junto a sus hermanos.

Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en su vida.
Te damos gracias de todo corazón porque Tú nos sanas, porque tu nos liberas, porque Tú rompes las cadenas y nos das la libertad.

Gracias, Señor, porque somos templos de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la Casa de Dios. Te damos gracias, Señor, por la fe. Gracias por el amor que has puesto en nuestros corazones.

¡Qué grande eres Señor!

Bendito y alabado seas, Señor

lunes, 30 de abril de 2018

¿Te has consagrado a la Virgen María? Aquí un “método” seguido por grandes santos

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San Luis María Grignon de Montfort en su “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” propone un método de consagración a María seguido por grandes santos. 
Dentro de los Papas y Santos que han destacado la Consagración a la Virgen María por el método de San Luis María G. de Montfort están el Beato Pío IX, quien afirmó que la verdadera devoción propuesta por San Luis es la mejor y más aceptable, mientras que San Pío X aprobó la fórmula de consagración del Santo.
San Juan Pablo II expresó en la encíclica Redemptoris Mater que le era grato recordar “la figura de San Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo”.

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Más adelante, al final de su vida, en una carta dirigida a la familia montfortiana (2004), contó que en su juventud la lectura del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” le ayudó mucho porque allí encontró la respuesta a sus dudas sobre el temor del culto excesivo a María que podría dejar de lado la supremacía del culto a Cristo.
“Bajo la guía sabia de San Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo ‘está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios’", señaló el Pontífice polaco.
Luego explicó que el lema “Totus tuus" que aparecía en su escudo episcopal se inspiraba en las enseñanzas de Montfort. “La doctrina de este Santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos”.


La página web matercoeli.com acerca toda la información necesaria a quienes deseen consagrarse a la Virgen María a través de su Inmaculado Corazón con el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen de San Luis de Montfort.

Dimitri Conejo es un laico que ha desarrollado esta web en la que se aglutinan de modo claro y ordenado los principales conceptos para quienes estén interesados en “ponerse en manos de María sin condiciones”; “vivir permanentemente en su Inmaculado Corazón” y “obrar siempre por  María, con María y para María”.

Según explica este joven, la idea de hacer una web para difundir la consagración a la Virgen María surgió después de que él mismo la hiciera y viera que se podía acercar esta devoción a través de internet.

Mater Coeli nace con la intención de acercar más a las personas al Corazón Inmaculado de María, para adquirir de esta forma un conocimiento más profundo de Cristo. “No hemos inventado nada, sencillamente nos hemos limitado a traducir al lenguaje web lo que un Santo ya escribió en su día”, afirma Conejo Sanz.

“Según San Luis de Montfort, nuestra Madre es aquel lugar donde habita el Señor en toda Su plenitud. La sencillez con la cual Dios Padre pensó a María es tan misteriosa que no somos dignos de comprenderla, pero podemos dejarnos llevar por Ella”, explica en la web.

El tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen escrito por San Luis de Montfort es la fórmula que San Juan Pablo II utilizó para entregarse a la Virgen.

Pero si surgen dudas, Dimitri recomienda “preguntar a una persona formada en términos marianos; ya sea tu sacerdote, director espiritual o un consagrado”. Porque, según subraya, “la consagración es un compromiso importante que adquieres con la Madre”.

Pasos a seguir

Una vez que se tiene la información sobre la consagración y su importancia, el proceso que se ofrece en matercoeli.com consiste en seguir el itinerario propuesto por San Luis María Grignon de Montfort.

Se debe elegir un día para la consagración que debe coincidir con una fiesta mariana. Para ello facilitan un listado con todas las festividades de la Virgen. Una vez inscrito en la página, 33 días antes de la fecha mariana se recibirá un email con lecturas y oraciones que facilitan conocer el Inmaculado Corazón de María, respetando siempre y al máximo el Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen.

Se trata de un itinerario de preparación que “no puede tener interrupciones, en caso contrario quedaría anulada”. Por eso animan a fijar un momento al día para meditar los textos y rezar las oraciones.

Después de terminar la preparación, en el día 34, tendría lugar la consagración. En ese momento “en una parroquia, después de confesarte y comulgar, se lee delante de la Madre la fórmula de consagración”.

También animan a “invitar a tus seres queridos para que presencien tu entrega total a la Virgen Santísima”.

Más información sobre la web Mater Coeli y la consagración al Inmaculado Corazón de la Virgen María AQUÍ.

Web Mater Coeli. Foto: Matercoeli.com

sábado, 28 de abril de 2018

San Luis María Grignon de Montfort

San Luis María
Grignon de Montfort

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"A quien Dios quiere hacer muy santo, 
lo hace muy devoto de la Virgen María".
                                 - San Luis de Montfort


El libro de San Luis, "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen María", se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. El Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho este gran santo:  

              "Soy todo tuyo Oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es".


SU VIDA

Es el fundador de los padres Montfortianos y de las Hermanas de la  Sabiduría. Nació en Montfort, Francia, en 1673. Era el mayor de una familia de ocho hijos. Desde muy joven fue un gran devoto de la Santísima Virgen. A los 12 años ya la gente lo veía pasar largos ratos arrodillado ante la estatua de la Madre de Dios. Antes de ir al colegio por la mañana y al salir de clase por la tarde, iba a arrodillarse ante la imagen de Nuestra Señora y allí se quedaba como extasiado. Cuando salía del templo después de haber estado rezando a la Reina Celestial, sus ojos le brillaban con un fulgor especial.

Luis no se contentaba con rezar. Su caridad era muy práctica. Un día al ver que uno de sus compañeros asistía a clase con unos harapos muy humillantes, hizo una colecta entre sus compañeros para conseguirle un vestido y se fue donde el sastre y le dijo: "Mire, señor: los alumnos hemos reunido un dinero para comprarle un vestido de paño a nuestro compañero, pero no nos alcanza para el costo total. ¿Quiere usted completar lo que falta?". El sastre aceptó y le hizo un hermoso traje al joven pobre.

El papá de Luis María era sumamente colérico, un hombre muy violento. Los psicólogos dicen que si Montfort no hubiera sido tan extraordinariamente devoto de la Virgen María, habría sido un hombre colérico, déspota y arrogante porque era el temperamento que había heredado de su propio padre. Pero nada suaviza tanto la aspereza masculina como la bondad y la amabilidad de una mujer santa. Y esto fue lo que salvó el temperamento de Luis. Cuando su padre estallaba en arrebatos de mal humor, el joven se refugiaba en sitios solitarios y allí rezaba a la Virgen amable, a la Madre del Señor. Y esto lo hará durante toda su vida. En sus 43 años de vida, cuando sea incomprendido, perseguido, insultado con el mayor desprecio, encontrará siempre la paz orando a la Reina Celestial, confiando en su auxilio poderoso y desahogando en su corazón de Madre, las penas que invaden su corazón de hijo.

Con grandes sacrificios logró conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París. Allí sobresalió como un seminarista totalmente mariano. Sentía enorme gozo en mantener siempre adornado de flores el altar de la Santísima Virgen.

Luis Grignon de Montfort será un gran peregrino durante su vida de sacerdote. Pero cuando él era seminarista concedían un viaje especial a un Santuario de la Virgen a los que sobresalieran en piedad y estudio. Y Luis se ganó ese premio. Se fue en peregrinación al Santuario de la Virgen en Chartres. Y al llegar allí permaneció ocho horas seguidas rezando de rodillas, sin moverse. ¿Cómo podía pasar tanto tiempo rezando así de inmóvil? Es que él no iba como algunos de nosotros a rezar como un mendigo que pide que se le atienda rapidito para poder alejarse. El iba a charlas con sus dos grandes amigos, Jesús y María. Y con ellos las horas parecen minutos.

Su primera Misa quiso celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio.

San Luis María de Montfort dedicó todas sus grandes cualidades de predicador y de conductor de multitudes a predicar misiones para convertir pecadores. Grandes multitudes lo seguían de un pueblo a otro, después de cada misión, rezando y cantando. Se daba cuenta de que el canto echa fuera muchos malos humores y enciende el fervor. Decía que una misión sin canto era como un cuerpo sin alma. El mismo componía la letra de muchas canciones a Nuestro Señor y a la Virgen María y hacía cantar a las multitudes. Llegaba a los sitios más impensados y preguntaba a las gentes: "¿Aman a Nuestro Señor? ¿Y por qué no lo aman más? ¿Ofenden al buen Dios? ¿Y porqué ofenderlo si es tan santo?".

Era todo fuego para predicar. Donde Montfort llegaba, el pecado tenía que salir corriendo. Pero no era él quien conseguía las conversiones. Era la Virgen María a quien invocaba constantemente. Ella rogaba a Jesús y Jesús cambiaba los corazones. Después de unos Retiros dejó escrito: "Ha nacido en mí una confianza sin límites en Nuestro Señor y en su Madre Santísima". No tenía miedo ni a las cantinas, ni a los sitios de juego, ni a los lugares de perdición. Allí se iba resuelto a tratar de quitarse almas al diablo. Y viajaba confiado porque no iba nunca solo. Consigo llevaba el crucifijo y la imagen de la Virgen, y Jesús y María se comportaban con él como formidables defensores.

A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de predicar por todas partes.

En cada pueblo o vereda donde predicaba procuraba dejar una cruz, construida en sitio que fuera visible para los caminantes y dejaba en todos un gran amor por los sacramentos y por el rezo del Santo Rosario. Esto no se lo perdonaban los herejes jansenistas que decían que no había que recibir casi nunca los sacramentos porque no somos dignos de recibirlos. Y con esta teoría tan dañosa enfriaban mucho la fe y la devoción. Y como Luis Montfort decía todo lo contrario y se esforzaba por propagar la frecuente confesión y comunión y una gran devoción a Nuestra Señora, lo perseguían por todas partes. Pero él recordaba muy bien aquellas frases de Jesús: "El discípulo no es más que su maestro. Si a Mí me han perseguido y me han inventado tantas cosas, así os tratarán a vosotros". Y nuestro santo se alegraba porque con las persecuciones se hacía más semejante al Divino Maestro.

Antes de ir a regiones peligrosas o a sitios donde mucho se pecaba, rezaba con fervor a la Santísima Virgen, y adelante que "donde la Madre de Dios llega, no hay diablo que se resista". Las personas que habían sido víctimas de la perdición se quedaban admiradas de la manera tan franca como les hablaba este hombre de Dios. Y la Virgen María se encargaba de conseguir la eficacia para sus predicaciones.

San Luis de Montfort fundó unas Comunidades religiosas que han hecho inmenso bien en las almas. Los Padres Montfortianos (a cuya comunidad le puso por nombre "Compañía de María") y las Hermanas de la Sabiduría.

Murió San Luis el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años, agotado de tanto trabajar y predicar.

ORACIÓN
San Luis Grignon de Montfort, ruega a la Virgen Santísima 
que nos envíe muchos apóstoles que, como tú, se dediquen 
a hacer y a amar más y más a Jesús.




Sobre la tumba de San Luis de Montfort dice:

¿Qué miras, caminante? Una antorcha apagada, un hombre a quien el fuego del amor consumió, y que se hizo todo para todos, Luis María Grignon Montfort.

¿Preguntas por su vida? No hay ninguna más íntegra, ¿Su penitencia indagas? Ninguna más austera. ¿Investigas su celo? Ninguno más ardiente. ¿Y su piedad Mariana? Ninguno a San Bernardo más cercano. 

Sacerdote de Cristo, a Cristo reprodujo en su conducta, y enseñó en sus palabras. Infatigable, tan sólo en el sepulcro descansó, fue padre de los pobres, defensor de los huérfanos, y reconciliador de los pecadores.


Su gloriosa muerte fue semejante a su vida. Como vivió, murió.

Maduro para Dios, voló al cielo a los 43 años de edad.

Fuente: EWTN

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jueves, 19 de abril de 2018

El corazón del Padre Pío en la Argentina

Todo listo para recibir el corazón del Padre Pío en la Argentina




Buenos Aires (AICA): El corazón de San Pío de Pietrelcina recorrerá la Argentina del 19 al 25 de abril. Se prevé que miles de fieles y devotos se acercarán a venerar la reliquia santo, en el marco del 50º aniversario de la muerte del santo y del centenario de la aparición de los estigmas de la Pasión de Jesucristo en su cuerpo. 

Devotos y fieles se preparan para recibir el corazón de San Pío de Pietrelcina que llegará a la Argentina desde san Giovanni Rotondo, Italia, el jueves 19 de abril. 

La reliquia, que será expuesta a la veneración hasta el 25 de abril, recorrerá diferentes lugares, en el marco del 50º aniversario de la muerte del santo y del centenario de la aparición de los estigmas de la Pasión de Jesucristo en su cuerpo. 

A continuación el cronograma: 

Desde su llegada y hasta el 20 de abril, la reliquia permanecerá en la catedral metropolitana de la Santísima Trinidad, en Buenos Aires. El jueves 19 será recibida con una misa a las 12.30. A las 16 se rezará el rosario con meditaciones del Padre Pío y, luego, a las 17.30, misa por los enfermos. El viernes 20 se celebrarán misan a las 7.45, 8.30, 12.30 y 17.30, con rosario meditado a las 16. 

El sábado 21 será expuesta en la basílica y santuario nacional Nuestra Señora de Luján. Será recibido con la celebración de la misa a las 10. Se podrá venerar en el altar del Sagrado Corazón. Se celebrarán misas a las 11, a las 15 y a las 17, de despedida. Al mediodía habrá bautismos y, a las 16, el rosario meditado. 

El domingo 22 de abril, el corazón del Padre Pío llegará al santuario Nuestra Señora del Rosario de Pompeya (avenida Sáenz y Esquiú). Se celebrarán misas a las 10, 11.30, 17.30. El rosario con meditaciones del Padre Pio se rezará a las 16.30. 



El lunes 23 estará expuesto en la basílica Nuestra Señora de la Piedad (Bartolomé Mitre 1524). Será recibido a las 9 con una misa. A las 10, se realizará una “plática para niños”, a cargo de la Animación Argentina de los grupos de oración del Padre Pío. Luego, se celebrarán misas a las 12 y las 19, y se rezará el rosario, a las 18. 

El martes 24 de abril la reliquia visitará la capilla Divino Niño del hospital de Pediatría “Profesor Doctor Juan Pedro Garrahan”, en la ciudad de Buenos Aires. Habrá misas a las 10, 12 y 17 y una “plática para niños” a las 11, a cargo de la Animación nacional, y una “plática para las familias”, a las 16, a cargo de Fray Carlos María Laborde OFMCap. 

Finalmente, el miércoles 25, último día de su estadía en el país, volverá a la catedral de Buenos Aires, donde se celebrarán misas a las 7.45, 8.30, 12.30 y 17.30, y se rezará el rosario meditado a las 16. 

Sobre la reliquia que visitará la Argentina 
La reliquia del corazón del Santo, una parte del miocardio venerado por separado desde la visita papal de Benedicto XVI a San Giovanni Rotondo, tiene un significado especial porque recuerda el fenómeno místico de transverberación, experimentado por San Pío en 1918. 

El religioso sintió que su corazón fue traspasado por un dardo encendido que dejó una "herida de amor", que fue el preludio de los estigmas. 

"Estaba yo confesando a nuestros muchachos en la tarde del día cinco, cuando, de repente, me sentí dominado por un extremo terror a la vista de un personaje celeste que se me presentaba ante la vista de la inteligencia", relató el Santo en su epistolario. "Tenía en su mano una especie de arnés, instrumento semejante a una larga lámina de hierro, con una punta muy afilada y que parecía que de esta punta saliese fuego. Ver todo esto y observar cómo dicho personaje lanzaba dicho arnés con gran violencia sobre el alma, fue todo una misma cosa. Lancé un muy apurado lamento; me sentí morir. Dije al niño que en aquellos momentos estaba confesando, que se retirase porque me sentía mal y no podía seguir las confesiones". 

San Pío de Pietrelcina, recordado devotamente como "Padre Pío", nació en Pietrelcina, Italia, el 25 de mayo de 1887. Vivió una vida religiosa discreta como capuchino, pero las manifestaciones sobrenaturales de diversos dones atrajeron numerosos fieles a quienes servía sobre todo en el Sacramento de la penitencia. Sufrió graves incomprensiones y acusaciones, pero finalmente la Iglesia reconoció la veracidad de sus dones. Su fiesta se celebra el 23 de septiembre. 

La reliquia será traída por el padre guardián de san Giovanni Rotondo, Fray Carlos María Laborde OFMCap. 

Los grupos del Padre Pío 
Estos grupos están en la Argentina desde hace 20 años. Se reúnen al menos una vez al mes para orar ante el Santísimo Sacramento por la Iglesia, el Santo Padre, los sacerdotes, las vocaciones, los enfermos y dolientes, por la Argentina y las intenciones de quienes se encomiendan por diversas vías. 

Informes, pedidos de oración y orientación para la formación de nuevos grupos a santopadrepio23@gmail.com o a través de la página de Facebook “Reliquias Padre Pio”. Página de internet: www.san-pio.org.+ 

Fuente: AICA