sábado, 18 de enero de 2014

LOS SIETE DOLORES DE MARÍA


Practicamos esta devoción rezando, todos los días, siete veces el Avemaría mientras meditamos los siete dolores de María (un Avemaría en cada dolor).

María quiere que meditemos en sus dolores. Por eso al rezar cada Avemaría es muy importante que cerrando nuestros ojos y poniéndonos a su lado, tratemos de vivir con nuestro corazón lo que experimentó su Corazón de Madre tierna y pura en cada uno de esos momentos tan dolorosos de su vida. Si lo hacemos vamos a ir descubriendo los frutos buenos de esta devoción: empezaremos a vivir nuestros dolores de una manera distinta y le iremos respondiendo al Señor como Ella lo hizo.

Comprenderemos que el dolor tiene un sentido, pues ni a la misma Virgen María, la Madre “tres veces admirable”, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y Esposa de Dios Espíritu Santo, Dios la libró del mismo.

Si María, que no tenía culpa alguna, experimentó el dolor, ¿por qué no nosotros?

PROMESAS DE LA VIRGEN A LOS DEVOTOS DE SUS DOLORES

Siete gracias que la Santísima Virgen concede a las almas que la honran diariamente (considerando sus lágrimas y dolores) con siete Avemarías. Santa Brígida.  

1º. Pondré paz en sus familias.

2º. Serán iluminados en los Divinos Misterios.

3º. Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.

4º. Les daré cuanto me pidan con tal que no se oponga a la voluntad de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.

5º. Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y los protegeré en todos los instantes de sus vidas.

6º. Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte: verán el rostro de su Madre.

7º. He conseguido de mi Divino Hijo que los que propaguen esta devoción (a mis lágrimas y dolores) sean trasladados de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos “su eterna consolación y alegría”.  

Coronilla de los siete dolores de María

LOS SIETE DOLORES DE LA VIRGEN  

1º. La profecía de Simeón (Lc. 2, 22-35) ¡Dulce Madre mía! Al presentar a Jesús en el templo, la profecía del anciano Simeón te sumergió en profundo dolor al oírle decir: “Este Niño está puesto para ruina y resurrección de muchos de Israel, y una espada traspasará tu alma”. De este modo quiso el Señor mezclar tu gozo con tan triste recuerdo. Rezar Avemaría.

2º. La persecución de Herodes y la huída a Egipto (Mt. 2, 13-15) ¡Oh Virgen querida!, quiero acompañarte en las fatigas, trabajos y sobresaltos que sufriste al huir a Egipto en compañía de San José para poner a salvo la vida del Niño Dios. Rezar Avemaría.

3º. Jesús perdido en el Templo, por tres días (Lc. 2, 41-50) ¡Virgen Inmaculada! ¿Quién podrá pasar y calcular el tormento que ocasionó la pérdida de Jesús y las lágrimas derramadas en aquellos tres largos días? Déjame, Virgen mía, que yo las recoja, las guarde en mi corazón y me sirva de holocausto y agradecimiento para contigo. Rezar Avemaría.

4º. María encuentra a Jesús, cargado con la Cruz (Vía Crucis, 4ª estación) Verdaderamente, calle de la amargura fue aquella en que encontraste a Jesús tan sucio, afeado y desgarrado, cargado con la cruz que se hizo responsable de todos los pecados de los hombres, cometidos y por cometer. ¡Pobre Madre! Quiero consolarte enjugando tus lágrimas con mi amor. Rezar Avemaría.

5º. La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor (Jn. 19, 17-30) María, Reina de los mártires, el dolor y el amor son la fuerza que los lleva tras Jesús, ¡qué horrible tormento al contemplar la crueldad de aquellos esbirros del infierno traspasando con duros clavos los pies y manos del salvador! Todo lo sufriste por mi amor. Gracias, Madre mía, gracias. Rezar Avemaría.

6º. María recibe a Jesús bajado de la Cruz (Mc. 15, 42-46) Jesús muerto en brazos de María. ¿Qué sentías Madre? ¿Recordabas cuando Él era pequeño y lo acurrucabas en tus brazos?. Por este dolor te pido, Madre mía, morir entre tus brazos. Rezar Avemaría.

7º. La sepultura de Jesús (Jn. 19, 38-42) Acompañas a tu Hijo al sepulcro y debes dejarlo allí, solo. Ahora tu dolor aumenta, tienes que volver entre los hombres, los que te hemos matado al Hijo, porque Él murió por todos nuestros pecados. Y Tú nos perdonas y nos amas. Madre mía perdón, misericordia. Rezar Avemaría.

María en San Nicolás, nos dio este mensaje sobre sus siete dolores de hoy:

15-09-89 (fiesta de Ntra. Señora de los Dolores)

“Hija mía, en estos días, son Mis Dolores: 
el rechazo hacia Mi Hijo, 
el ateísmo, 
la falta de caridad, 
los niños que no nacen, 
la incomprensión en las familias, 
el gran egoísmo de muchos hijos en el mundo, 
los corazones aún cerrados al Amor de esta Madre...”

En el libro "Las Glorias de María" de San Alfonso María de Ligorio se dice lo siguiente:

"El mismo Jesús reveló a la beata Mónica de Binasco que él se complace mucho en ver que se siente compasión por su Madre, y así le habló: Hija, agradezco mucho las lágrimas que se derraman por mi pasión; pero amando con amor inmenso a mi Madre María, me es sumamente grata la meditación en los dolores que ella padeció en mi muerte.

Por eso son tan grandes las gracias prometidas por Jesús a los devotos de los dolores de María. Refiere Pelbarto haberse revelado a Santa Isabel, que San Juan, después de la Asunción de la Virgen, ardía en deseos de verla; y obtuvo la gracia pues se le apareció su amada Madre y con ella Jesucristo. Oyó que María le pedía a su divino Hijo, gracias especiales para los devotos de sus dolores. Y Jesús le prometió estas gracias especiales:

1ª. Que el que invoque a la Madre de Dios recordando sus dolores, tendrá la gracia de hacer verdadera penitencia de todos sus pecados.

2ª. Que los consolará en sus tribulaciones, especialmente en la hora de la muerte.

3ª. Que imprimirá en sus almas el recuerdo de su Pasión y en el cielo se lo premiará.

4ª. Que confiará estos devotos a María para que disponga de ellos según su agrado y les obtenga todas las gracias que desee". 

Fuente: www.santisimavirgen.com.ar

martes, 7 de enero de 2014

El Reino de los Cielos está cerca

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: 7 de Enero (Feria del tiempo de Navidad)
Texto del Evangelio (Mt 4,12-17.23-25): En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a morar en Cafarnaún, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí. Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz».

Desde entonces comenzó Jesús a predicar y a decir: «Haced penitencia, porque el Reino de los cielos está cerca». Y andaba Jesús rodeando toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia del pueblo. Y corrió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían algún mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los lunáticos y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea, y de la otra ribera del Jordán.
Comentario: Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)
El Reino de los cielos está cerca
Hoy, por así decirlo, recomenzamos. El «Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz» (Mt 4,16), nos dice el profeta Isaías, citado en este Evangelio de hoy, y que nos remite al que escuchábamos en Nochebuena. Volvemos a comenzar, tenemos una nueva oportunidad. El tiempo es nuevo, la ocasión lo merece, dejemos —humildemente— que el Padre actúe en nuestra vida.

Hoy comienza el tiempo en que Dios nos da una vez más su tiempo para que lo santifiquemos, para que estemos cerca de Él y hagamos de nuestra vida un servicio de cara a los otros. La Navidad se acaba, lo hará el próximo domingo —si Dios quiere— con la fiesta del Bautismo del Señor, y con ella se da el pistoletazo de salida para el nuevo año, para el tiempo ordinario —tal y como decimos en la liturgia cristiana— para vivir in extenso el misterio de la Navidad. La Encarnación del Verbo nos ha visitado en estos días y ha sembrado en nuestros corazones, de manera infalible, su Gracia salvadora que nos encamina, nuevamente, hacia el Reino del Cielo, el Reino de Dios que Cristo vino a inaugurar entre nosotros, gracias a su acción y compromiso en el seno de nuestra humanidad.

Por esto, nos dice san León Magno que «la providencia y misericordia de Dios, que ya tenía pensado ayudar —en los tiempos recientes— al mundo que se hundía, determinó la salvación de todos los pueblos por medio de Cristo».

Ahora es el tiempo favorable. No pensemos que Dios actuaba más antes que ahora, que era más fácil creer cerca de Jesús —físicamente, quiero decir— que ahora que no le vemos tal como es. Los sacramentos de la Iglesia y la oración comunitaria nos otorgan el perdón y la paz y la oportunidad de participar, nuevamente, en la obra de Dios en el mundo, a través de nuestro trabajo, estudio, familia, amigos, diversión o convivencia con los hermanos. ¡Que el Señor, fuente de todo don y de todo bien, nos lo haga posible!
Fuente: encuentra.com

viernes, 3 de enero de 2014

3 de enero, día del culto al Santísimo y Dulce nombre de Jesús

El dulce nombre de Jesús
Por Jesús Villarroel Fernández, O.P.

       
   Al cumplirse los ocho días tocaba circuncidar al niño y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Una de las cosas que más preocupa a los santos es no morir en gracia o, con otras palabras, endurecerse en los últimos momentos. A los que no lo son les preocupa poco. Parece un contrasentido ya que, si toda la vida lo han deseado y lo han trabajado con violencia, como dice el evangelio, no van a fallar en la última hora. Sin embargo hay mucho en nosotros de bioquímica y nadie sabe hasta dónde podrá soportar sus dolores. Eso sin contar las asechanzas del demonio que se pueden recrudecer en esa hora. De hecho en la piedad cristiana y en la teología hay una preocupación real y se ora para alcanzar una buena muerte o la gracia de la perseverancia final.

            Esto que os cuento lo he visto en alguna persona y su mejor antídoto era pronunciar el nombre de Jesús. Mi maestro de novicios, que era un gran devoto, nos hablaba con frecuencia de la devoción al dulce nombre de Jesús, sobre todo el 3 de enero que es el día que tradicionalmente se viene celebrando la fiesta. Yo sentí mucho que despareciera después del Concilio en el calendario romano pero ha sido de nuevo reintroducida en la tercera edición del Misal romano actual. Siempre me cayó bien esta celebración, entre otras cosas porque me llamo Jesús. Sin embargo, el mayor aprecio y el descubrimiento vivencial de este nombre me ha llegado vía monjas contemplativas donde he dado muchos ejercicios espirituales. Son varias en las que he visto la conjunción de ciertas aprensiones y la pronunciación ungida del nombre de Jesús, según aquello que dice: El que invocare el nombre del Señor, se salvará (Rm 10, 13)   

En cierta ocasión me consultaba una sus ansiedades en este sentido. Le hablé de que eran escrúpulos hasta que me di cuenta de que era algo más. Su manera de conjurar el temor era repetir el nombre de Jesús. Me lo escenificó maravillosamente. Cuando estoy turbada repito rápido Jesús, Jesús, Jesús; cuando me voy calmando, lo hago más lento Jesús….. Jesús…… Jesús. A veces me acuesto y lo digo lentamente y cuando me despierto todavía lo sigo diciendo. ¿Habré estado toda la Noche? Me despierto con una placidez que no es mía… Este nombre maravilloso ha actuado dentro de mí. Yo le dije: claro, mujer, la alabanza y la unción liberan y pacifican y el salmo dice que el Señor lo da a sus amigos mientras duermen.

Esta monjita padecía de temor de Dios. A primera vista parece que estamos ante una arbitrariedad.  
Si estás toda la vida activando un deseo y una práctica ¿por qué te va a fallar el final? Yo le expliqué: mira lo que te pasa no es miedo a Dios sino más bien el don de temor de Dios que no es miedo servil a Dios sino miedo a perderlo. El miedo a la condenación de los que viven despreocupados es de otra índole. La Biblia no ve mal el temor bueno e, incluso, dice que es el principio de la sabiduría. Es un temor-don infundido por el  Espíritu Santo. Al suceder este don en nuestra psicología puede suscitar aprensión acerca del momento final. Suele ser un momento de gran purificación del espíritu para crecer en fe. El mejor, antídoto es la pronunciación ungida del nombre de Jesús. Si el Señor te lo ha dado, vive feliz pronunciando ese nombre y si no te lo ha dado vocalízalo todas las veces que puedas que te hará bien.

Ninguna Orden religiosa se puede adjudicar la devoción al nombre de Jesús. Desde que San Pedro le dijo al tullido: No tengo oro ni plata pero te doy lo que tengo: en el nombre de Jesús, el Nazareno, echa a andar (Hch,3, 6), desde ese momento, la pronunciación del nombre de Jesús no es una devoción, es un kerigma. Tiene un poder especial, que las devociones más bien rebajan. Jesús dijo: Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre os lo concederé para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Juan 14, 13). Estamos, pues, a nivel de kerigma, es decir, de anuncio básico en el que se basa el Cristianismo. Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel que Dios ha constituido Señor y Cristo a este Jesús a quien vosotros habéis crucificado (Hch 2, 36)

A mí el kerigma que más me llega sobre el nombre de Jesús es el de Pablo en la carta a los Filipenses 2, 9-11: Por lo cual Dios le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que está sobre todo nombre, para que al oír el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesús es el Señor, para gloria de Dios Padre”. La palabra identitaria y base de un gran movimiento actual como es la Renovación carismática es: El Señor, es el Señor, que toda rodilla se doble y confiese que Jesús es el Señor. No hay otra palabra que produzca más Espíritu Santo, que más unción derrame sobre cualquiera que la oiga con oídos de sencillez. Ninguna otra frase nos produce más contacto con el Espíritu Santo que decir: Jesús es el Señor y yo me arrodillo ante él. Haced la prueba y decid lentamente : “Jesús es el Señor”.

¿Qué temor o aprensión puede tener uno cuando oye decir a Pablo: El que invocare el nombre del Señor se salvará? (Rm 10, 13). No empieces a razonar diciendo: “Ya, pero para eso hay que estar preparado, hay que hacer muchos sacrificios y obras buenas”… Ya lo estás planteando mal. Primero invoca, coge confianza, no te mires a ti mismo, mírale a él. Jesús significa: Dios salva. No eres tú el que salvas ni el que te vas a salvar. Nadie puede decir Jesús es el Señor si no es movido por el Espíritu. Si, en verdad, el Espíritu Santo se mueve en ti y no debes dudarlo sino prestarle atención; a lo primero que va es a que tengas fe y ores desde ella.

El nombre en hebreo significa misión. La misión de Cristo es salvar y por eso le pusieron Jesús que significa salvador. Los cristianos han venerado siempre de una forma especial el «nombre» del Señor Jesús, proclamándolo en su vi­da y con su propia vida. En los monasterios desde el siglo XII se ha celebrado con gran sentimiento y fervor el nombre de Jesús. Hay un himno precioso “Jesu, dulcis memoria”, atribuido a San Bernardo, 1153, que canta con excelso lirismo el nombre de Jesús. Dice entre otras cosas:

Nil canitur suavius

Nil auditur profundius

Nil cogitatur dulcius

Quem Jesús, Dei Filius

O sea:

Nada más suave se canta

Nada más profundo se oye

Nada más dulce se piensa

Que Jesús, Hijo de Dios


            Más tarde con el advenimiento de los frailes, hubo entre los mendicantes una devoción explosiva hacia el nombre de Jesús. Los Franciscanos, más adaptados a las devociones, brillaron en este culto al nombre de Jesús. Destaca entre ellos San Bernardino de Siena (1444),  magnífico y ungido predicador del Nombre de Jesús. Incorporan esta fiesta a su calendario en el año 1530. Sin embargo es de notar que los pontífices encomiendan  la propagación de esta devoción a los dominicos como sucedió con el papa Gregorio X, que se había formado en París con los grandes maestros de la Orden dominicana. Con una bula del 20 de septiembre del año 1274, encargó oficialmente a los frailes Predica­dores la promoción de la alabanza y veneración del santísimo nom­bre de Jesús. A pesar de grandes devotos individuales no parece que la Orden en general hiciera mucho caso al Papa. Los dominicos siempre han sido muy reacios a cierto devocionismo. Crearon y propagaron el rosario porqué en él se anuncian los grandes misterios de la salvación más que como devoción a María. Pese a todo, la primera cofradía del Santísimo Nombre de Jesús es creación de los frailes dominicos. Se considera como primera la que fray Andrés Díaz fundó en Portugal el año 1423. No obstante, cuatro siglos más tarde, el papa Pío IV (1659-1665), tuvo que encargar de nuevo oficialmente a los dominicos la pro­moción del culto al santo nombre de Jesús. Entonces, ya coaccionados, sí que aumenta en la Orden la predicación y organización de esta devoción y ya en el año 1686 la admiten en el calendario de fiestas propias de la Orden.

   
  Desde los mismos inicios de la Orden de Predicadores se dan a ella muchos frailes que profesaron un amor especial al dulcísimo nombre del Salvador. Se cuenta que santo Domingo tenía siempre en sus labios este nombre tan santo y en sus viajes cantaba, otro de los bellos himnos medievales al nombre de Jesús: “Jesu, nostra redemptio”. El sucesor de Santo Domingo, beato Jordán de Sajonia escribe que fray Enrique, originario de Maastricht (Holanda) y amigo y compañero suyo en la vocación dominicana, siendo prior de Colonia el año 1229, predicaba la de­voción al nombre de Jesús de forma que, cuando los fieles le oían pronunciar este nombre les llevaba hasta las lágrimas. Del beato Enrique Susón, uno de los grandes místicos renanos, se cuenta que tatuó a fuego en su pecho el nombre de Jesús.

Hoy en día la devoción al Dulce Nombre de Jesús tiene que verse desde otro perfil. En tiempos de cristiandad en la que todos creían o, al menos, se vivía en una cultura cristiana, la devoción era devoción y el Espíritu Santo actuaba dando a cada uno su don correspondiente. Todo sobre la base de una fe común y generalizada. La devoción en este caso sirve para crecer, para intimar más y para aumento de gracia y de mérito. Es una forma de intensificar el amor a Dios.

Santo Tomás hace un análisis del poder del nombre de Jesús. En primer lugar dice que otorga el perdón de los pecados. Os escribo a vosotros hijos porque se os han perdonado los pecados por su nombre (1 Jn 2, 12). San Agustín añade: “Qué es Jesús sino salvador? Luego sé Jesús para mí. No, Señor, no quieras fijarte en mi mal de modo que olvides tu bien”. En segundo lugar da la gracia de la salud. Tu nombre, un ungüento que se vierte (Ct 1,3) El aceite es un lenitivo en el dolor; así también lo es el nombre de Jesús. De ahí que San Bernardo diga: “Tienes, alma mía, un antídoto escondido en un vasito de nombre Jesús, eficaz para toda suerte de venenos”.

En tercer lugar da la victoria a los que son tentados. El nombre del Señor es torre fuerte (Pr 18,10). Echarán demonios en mi nombre (Mc 16, 17) Y volvieron los discípulos contentos y dijeron a Jesús: “Señor, hasta los demonios se someten en tu nombre”. En cuarto lugar nos da fuerza y confianza para pedir la salvación. Se dice: Si pedís algo al Padre en mi nombre os lo dará (Jn 16, 23). Jesús es salvador y no sólo lo es cuando nos concede lo que pedimos sino también cuando no lo hace: pues también nos salva cuando nos niega lo que él ve que pedimos contrario a nuestra salvación. Bien conoce el médico si el enfermo pide algo contrario o favorable a su salud.

En los tiempos actuales hay menos fe; a la mayoría no les vale la catequesis sobre el nombre de Jesús. Lo consideran como parte de una cultura religiosa poco relacionada con la vida de ahora. El poder, la fuerza, la motivación la buscan en otra parte. Hablo de los que todavía conservan la fe. La catequesis procede con ideas y el convencimiento religioso está de baja. Santo Tomás estaba convencido de lo que decía y los que le escuchaban o leían, lo mismo. Hoy, necesitamos otro profetismo, otros carismas del Espíritu que puedan llevar a la gente no a un convencimiento sino a un quebrantamiento. La valoración del nombre de Jesús nos tiene que ser dada.

Hoy es el Espíritu quien tiene la palabra porque la cultura religiosa que tanto ayudaba a la fe se nos ha ido. Hoy tiene que ser fe a la intemperie. Tampoco será para mal ya que seguro que hay una gran necesidad de purificación. Lo que no podemos negar es la palabra de Dios. Vosotros los que lleguéis hasta aquí leyendo este artículo, seguro que deseáis de corazón experimentar el poder del nombre de Jesús. Pedidlo y lo disfrutaréis. Si no os interesa, no llegaréis hasta aquí. Si habéis llegado consideradlo una gracia. A mí me interesa mucho porque veo escondido en ese nombre un amor infinito. Como en la Renovación se canta, a veces, (con la música de Amazing Grace) el Jesús, Jesús, Jesús…… terminando en lenguas, que podamos hacerlo así en los momentos decisivos de nuestra vida.



miércoles, 1 de enero de 2014

Santa María, Madre de Dios: 1º de enero



Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

La Solemnidad de Santa María Madre de Dios es la primer Fiesta Mariana que apareció en la Iglesia Occidental, su celebración se comenzó a dar en Roma hacia el siglo VI, probablemente junto con la dedicación –el 1º de enero– del templo “Santa María Antigua” en el Foro Romano, una de las primeras iglesias marianas de Roma.

La antigüedad de la celebración mariana se constata en las pinturas con el nombre de “María, Madre de Dios” (Theotókos) que han sido encontradas en las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma, donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa en tiempos de las persecuciones.

Más adelante, el rito romano celebraba el 1º de enero la octava de Navidad, conmemorando la circuncisión del Niño Jesús. Tras desaparecer la antigua fiesta mariana, en 1931, el Papa Pío XI, con ocasión del XV centenario del concilio de Éfeso (431), instituyó la Fiesta Mariana para el 11 de octubre, en recuerdo de este Concilio, en el que se proclamó solemnemente a Santa María como verdadera Madre de Cristo, que es verdadero Hijo de Dios; pero en la última reforma del calendario –luego del Concilio Vaticano II– se trasladó la fiesta al 1 de enero, con la máxima categoría litúrgica, de solemnidad, y con título de Santa María, Madre de Dios.

De esta manera, esta Fiesta Mariana encuentra un marco litúrgico más adecuado en el tiempo de la Navidad del Señor; y al mismo tiempo, todos los católicos empezamos el año pidiendo la protección de la Santísima Virgen María.

El Concilio de Éfeso

En el año de 431, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, afirmando: “¿Entonces Dios tiene una madre? Pues entonces no condenemos la mitología griega, que les atribuye una madre a los dioses”. Ante ello, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso –la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años– e iluminados por el Espíritu Santo declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. Y acompañados por todo el gentío de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

Asimismo, San Cirilo de Alejandría resaltó: “Se dirá: ¿la Virgen es madre de la divinidad? A eso respondemos: el Verbo viviente, subsistente, fue engendrado por la misma substancia de Dios Padre, existe desde toda la eternidad... Pero en el tiempo él se hizo carne, por eso se puede decir que nació de mujer”.

Madre del Niño Dios

“He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra”

Es desde ese fiat, hágase que Santa María respondió firme y amorosamente al Plan de Dios; gracias a su entrega generosa Dios mismo se pudo encarnar para traernos la Reconciliación, que nos libra de las heridas del pecado.

La doncella de Nazareth, la llena de gracia, al asumir en su vientre al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo; vemos pues que todo en ella apunta a su Hijo Jesús.

Es por ello, que María es modelo para todo cristiano que busca día a día alcanzar su santificación. En nuestra Madre Santa María encontramos la guía segura que nos introduce en la vida del Señor Jesús, ayudándonos a conformarnos con Él y poder decir como el Apóstol:

“vivo yo más no yo, es Cristo quien vive en mí”

Fuente: aciprensa



Fuente: www.pueblodemaria.com

martes, 24 de diciembre de 2013

Angelus

Aférrate a ELLA,

para que Su NIÑO nazca en TI



El ángel del Señor anunció a María,
 y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

He aquí la esclava del Señor.
Hágase en mi según tu palabra

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Y el Verbo de Dios se hizo carne.
Y habitó entre nosotros

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Ruega por nosotros, santa Madre de Dios.
Para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.


Oremos: Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que hemos conocido, por el anuncio del ángel, la Encarnación de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo, seamos llevados por los méritos de su Pasión y Cruz a la Gloria de su Resurrección. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.




Fuente: inspirado en Pueblo de María.com

lunes, 23 de diciembre de 2013

Apariciones de María Rosa Mística

ROSA MÍSTICA


LAS APARICIONES
 
EL MENSAJE:


Pequeña descripción de las Apariciones de la Santísima Virgen Rosa Mística en Montichiari el año de 1947 y en Fontanelle el año de 1966.
Agradecemos a la Santísima Virgen Rosa Mística, Madre de Dios y Madre de la Iglesia Universal, porque en este segundo milenio cristiano, se tiene la oportunidad por esta primera edición registrada en Italia, de satisfacer a su deseo tantos años atrás, acariciado de que todos sus hijos pudiesen conocer sus Mensajes dados por Ella en Montichiari, provincia de Brescia.

Montichiari es una pequeña ciudad del norte de Italia a 20 km. de Brescia. La sede diocesana está al pie de los Alpes italianos. Montichiari significa “monte luminoso”. La vidente Pierina Gilli nació en Montichiari el 3 de agosto de 1911. Sus padres de condición humilde, eran jornaleros y trabajaban en los campos de los alrededores. Pierina era la mayor de 8 hermanos; solo cursó hasta el cuarto año de primaria. Siendo ya adulta se pone al cuidado de los enfermos en calidad de enfermera.
Por las condiciones precarias de su hogar ella estaba siempre en continua Oración, sufriendo en silencio y ofreciendo todo a Dios.

1) La primera Aparición a Pierina Gilli fue en la primavera de 1947 en una sala del hospital donde Pierina prestaba sus servicios como enfermera. Vio a la hermosísima Señora que vestía una túnica morada y cubría su cabeza un velo blanco, tres espadas atravesaban su pecho. Su rostro Celestial estaba triste; lágrimas corrían de sus ojos y caían hasta el suelo. La Virgen dice estas tres palabras:

ORACIÓN
PENITENCIA
REPARACIÓN

...y guarda silencio y desaparece.

2) La segunda Aparición aconteció nuevamente en el hospital el domingo 13 de junio por la mañana. La Madre de Dios se presenta vestida de blanco adornada con 3 rosas sobre su pecho: una blanca, una roja y una dorada, diciendo: “Yo soy la Madre de Jesús y la Madre de todos vosotros. Deseo ser llamada ROSA MÍSTICA. He sido enviada por Nuestro Señor para traer una nueva devoción mariana a las Comunidades Religiosas y a todos los Sacerdotes. Deseo que el día 13 de cada mes sea un día consagrado a mí y se hagan jornadas de Oración, y el 13 de julio de cada año sea celebrado en Honor de Rosa Mística”.

En las siguientes apariciones la Santísima Virgen se aparece en la Capilla del hospital y explica a Pierina el significado de las 3 espadas y de las 3 rosas:

1) La primera espada: simboliza la pérdida de la vocación religiosa y Sacerdotal.

2) La segunda espada: la vida pecaminosa de muchos Sacerdotes.

3) La tercera espada: la traición de Judas, el odio contra la Iglesia.


El significado de las 3 rosas:

1) La rosa blanca: simboliza el espíritu de Oración.

2) La rosa roja: el espíritu de Sacrificio y de abnegación.

3) La rosa amarilla: el espíritu de Penitencia.


En algunas otras apariciones, la Santísima Virgen pide ORACIÓN Y PENITENCIA como desagravio de los pecados de impunidad.

El día 8 de diciembre de 1947, en la Iglesia de Montichiari, ante una gran multitud, la Virgen apareció sonriente y, dijo: "¡Yo soy la Inmaculada Concepción! "Yo soy Maria de la Gracia, esto es, la llena de gracia, Madre de mi divino Hijo Jesucristo". "Por mi venida a Montichiari deseo ser invocada y venerada como "Rosa Mystica. Quiero que al mediodía de cada 8 de diciembre se celebre la hora de gracia para todo el mundo; mediante esta devoción se alcanzarán numerosas gracias para el alma y para el cuerpo. Nuestro Señor, mi divino Hijo Jesús, concederá copiosamente su misericordia, mientras los buenos recen por sus hermanos que permanecen en el pecado.

    Es preciso informar, cuanto antes, al Supremo Pastor de la Iglesia Católica, el Papa Pío XII, mi deseo de que esta hora de gracia sea conocida y extendida por todo el mundo. Quien no pueda ir a la iglesia, que rece en su casa al mediodía y conseguirá mis gracias; y si alguien viniera a orar con lágrimas de arrepentimiento sobre estas losas, encontrará una escala segura para ir al cielo, junto con la protección y los favores de mí Corazón maternal". Luego, mostrándole su purísimo Corazón, exclamó: "¡Mira este Corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría de ellos lo colman de vituperios!" Calló unos momentos y continuó: "Si todos, buenos y malos, se unen en la oración, obtendrán de este Corazón misericordia y paz. Los buenos acaban de alcanzar por mi mediación, la misericordia del Señor, que detuvo un gran castigo".

    Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta hora de gracia...
Tengo preparada una sobreabundancia de gracia para todos aquellos hijos que Rscuchan mi voz y toman a pecho mis deseos." Durante esta aparición ocurrieron varios milagros, no sólo en la Iglesia, sino en familiares de algunos que habían asistido a la Iglesia para pedir por sus seres queridos. 


Estuvieron presentes en esta Aparición más de 2,000 personas. En esta ocasión ocurrieron 3 milagros:

1) Un niño paralítico quedó instantáneamente curado y empezó a caminar,

2) Una sordomuda recupera su voz entonando un canto jubiloso,

3) Una joven gravemente enferma se queda en casa de su tía mientras sus padres se encuentran en la Iglesia ante la Aparición, y en esos momentos la jovencita se levanta del lecho y queda totalmente curada.

Estos milagros fueron una señal de que las apariciones eran auténticas y reales. Después de un prolongado silencio de 9 años, la Virgen nuevamente se aparece a Pierina Gilli estando ésta en su cuarto Orando en un Convento de Religiosas y le pide que vaya a Fontanelle. Fontanelle es un lugar en Montichiari donde se halla una fuente de agua escondida en una gruta.

Ahí le dará un Mensaje para toda la Iglesia. Pierina acude al lugar y al estar rezando el Rosario –después del toque del Angelus- la Madre de Dios se aparece y le dice: “En señal de penitencia, besa de rodillas cada peldaño”. La Virgen la siguió. Sus virginales pies descalzos eran perfectamente visibles al posarse en los escalones.


Al llegar a la gruta la Madre Celestial le pide a Pierina que se enlode sus manos y vaya a lavárselas a la fuente. Dice: “Esto debe demostrar cómo el pecado es lodo y suciedad en el corazón de mis hijos. Pero si se bañan con el agua de la Gracia que son los Sacramentos, las almas quedan purificadas”.

La Celestial Señora baja a la fuente, sumerge sus manos en el agua y la bendice: “Mi Divino Hijo Jesús me envío para dar un Poder milagroso de curación a esta fuente. Yo me llamo ROSA MÍSTICA, Madre de la Iglesia Universal y la fuente se llama «Fuente de la Gracia». Deseo que se haga una Cruz para que mis hijos –antes de beber el agua- pidan perdón y den un beso a Jesús en señal de amor”.

En Fontanelle el 13 de mayo la Virgen escogió el aniversario de las Apariciones de Fátima para manifestarse nuevamente a Pierina y dice: “Deseo que aquí se haga una pila cómoda, alimentada con esta agua de la fuente en donde se pueda sumergir a los enfermos, y reciban Gracias materiales y espirituales”.

Invita nuevamente a la ORACIÓN, al SACRIFICIO, y a la PENITENCIA.

Y en Fontanelle el 9 de junio, día de Corpus Christi, la Virgen se aparece llena de belleza y Majestad; se posa sobre un campo de trigo y dice a Pierina: “Deseo que este trigo sea amasado y convertido en pan eucarístico para muchas COMUNIONES REPARADORAS. Quiero también que este trigo –en forma de hostia- llegue a Roma, y el 13 de octubre también llegue a Fátima”.

Nuevamente en Fontanelle el 6 de agosto, en la Fiesta de la Transfiguración del Señor, la Santísima Virgen quiere que cada año, el día 13 de octubre se Celebre la LIGA MUNDIAL DE LA COMUNION REPARADORA. Todas nuestras Oraciones, Sacrificios, Misas y Comuniones se ofrezcan por esta intención.

La Virgen Santísima se aparece muchas veces en la casa de Pierina con continuos Mensajes de advertencia, haciéndole ver el futuro de la Iglesia con la visión de una gran Basílica, con 5 cúpulas y 12 puertas. Las cinco cúpulas significan los 5 Continentes y las doce puertas las 12 tribus de Israel, y María Santísima cubriendo con su enorme manto a Sacerdotes y fieles, o sea, a toda la Iglesia.

Estas Apariciones de Rosa Mística efectivamente son un verdadero regalo de la Santísima Virgen a sus hijos, que han experimentado de una manera excepcional su Poder y su maternal Intercesión –no solo en lo que respecta a las curaciones- sino a las numerosas conversiones y sus diversas Gracias espirituales concedidas a cada persona de diferentes edades y clases sociales; y estos son signos de la Omnipotencia y Misericordia Divina, y la poderosa intervención material de María Rosa Mística.

Indudablemente se puede decir que aquí está la mano de Dios, y la respuesta a estos signos es la fe de tantos peregrinos que visitan Montichiari a pesar de las miles de dificultades que tienen que afrontar. Llegan de diversos lugares del mundo como Italia, Alemania, Francia, Austria, Suiza, España, Portugal, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Yugoslavia, Hungría, y de otros Continentes, para pedir la Intercesión de la Madre Celestial.

El grandioso momento histórico del segundo milenio cristiano, es que mientras la Iglesia se debate con dolores internos y externos, y el mundo se ha tornado materialista, marxista y laicista, donde hay una gran pérdida de fe y de un rechazo absoluto a Dios, María Rosa Mística, desciende visiblemente a Montichiari poniendo sus pies al centro de la Basílica en 1947, y después en las gradas de la escalera de piedra que van a la Fuente de Gracia en Fontanelle, el 17 de abril de 1966. Ella desciende entre sus hijos como Madre de la Iglesia y de los hombres redimidos por su Hijo Jesús, como signo de Misericordia del Señor.

La visible intercesión por la humanidad pecadora que ha caído en la iniquidad e impiedad, y su Celestial Protección contra la siempre insidiosa acción de Satanás, la protección a la Iglesia, el salvar a los pobres, a los humildes, y para sanar a los enfermos del cuerpo y del espíritu.

María dice: “Mi amor universal unido a la Sangre Preciosísima de Jesús, salve a toda la humanidad, y una a todos los hombres bajo un solo rebaño y un solo Pastor”.

¡Gracias María Rosa Mística por todo esto!, y por pedirnos que OREMOS MUCHO por nuestro Sacerdote y almas Consagradas, sobre todo por el Vicario de Cristo, Su Santidad el Papa.

Imploremos profundamente porque este santo mensaje sea un instrumento de Luz, de Gloria, de amor y de salvación para la humanidad, a fin de que todos los corazones se llenen del Amor Infinito de Dios.

¡Gracias, oh amadísimo Padre del Cielo y de la Tierra, porque te has revelado a los pequeños! Amén. Aleluya.

Alabado sea el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.


 PLEGARIA A MARIA ROSA MISTICA:

OREMOS:


Virgen Inmaculada, Rosa Mística, en honor de tu divino hijo nos postramos delante de ti, implorando la misericordia de Dios. No por nuestros meritos sino por la bondad de tu corazón maternal, concédenos ayuda y gracia con la seguridad de escucharnos.

Dios Te salve María, llena eres de Gracia....

Rosa Mística, Madre de Jesús, Reina del Santo Rosario y Madre de la iglesia, del Cuerpo Místico de Cristo, te pedimos que concedas al mundo, rasgado por la discordia, la unidad y la paz y todas aquellas gracias que puedan cambiar los corazones de todos tus hijos.

Dios Te salve María, llena eres de Gracia....

Rosa Mística, Reina de los Apóstoles, has que alrededor de los altares eucarísticos, surjan muchas vocaciones sacerdotales y religiosas para difundir con la santidad de su vida y con celo apostólico el Reino de tu hijo Jesús por todo el mundo. Derrama sobre nosotros tus gracias celestiales.

Dios Te salve María, llena eres de Gracia....

Rosa Mística, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros, por los Sacerdotes y por los consagrados. Amén.


Algunos mensajes de la Virgen durante sus apariciones


13 de mayo 1996:  "Deseo que aquí se construya un baño cómodo, alimentado por esta agua, en donde se pueda sumergir a los enfermos... Esta otra parte de la fuente debe ser reservada para beber."

Año 1966: "Hija, mira aquí el Santo Rosario! Todos los que lo recen recibirán infinidad de gracias. El rosario establece una fuerte unión con mi Corazón y glorifica al Señor de los cielos y del Universo. Insta a todos los que me aman, que reparen los agravios que se infieren a mi Divino Hijo Jesucristo. Hijos míos, amaos mutuamente… haced sacrificios por amor. La oración es el amor que sube al cielo. Ojalá todos mis hijos comprendan mi deseo para cumplirlo. La bendición del Señor descienda sobre todos!".

6 de agosto de 1966: " Mi divino Hijo Jesús me envía nuevamente aquí para pedir La Liga Mundial de la Comunión Reparadora. Debe iniciarse y el 13 de octubre de cada año debe repetirse y extenderse por todo el mundo. Prometo sobreabundancia de gracias a los sacerdotes y fieles que promuevan este ejercicio eucarístico."

12 de octubre de 1968: "Anuncia a todos que concedo mi gracia copiosamente a quienes han cumplido mi petición acerca de la Comunión reparadora. A las personas que van a honrarme a la fuente que yo bendije, que atiendan mi deseo de rezar el rosario. Yo misma iré con los ángeles del cielo y ofreceré al Señor esas oraciones. Tantos corazones unidos en un sólo amor , también laten al unísono y estrechan al cielo con la tierra. ¡Cuantísimas gracias descienden allí; todo lo veo y lo bendigo."

17 de enero de 1971: "Un rosario bien rezado es la mejor oración imperatoria. Contiene la meditación de los misterios de la fe; el Padre Nuestro, la oración del Señor que une a todos los hijos; y la glorificación de la Santísima Trinidad con el Gloria. Repite a todos que recen el rosario porque es un anillo de fe y de luz y una prenda del poder de la intercesión".

5 de agosto de 1972: "Hija mía, no guardes en el silencio la súplica vehemente de la Madre del Cielo! Repite a todos que se necesita oración, para que los hombre vuelvan a la fe y al amor de Dios".

22 de julio de 1973: "…El milagro patente consistirá en la vuelta de los hijos a la verdadera fe y al amor de Dios".

12 de agosto de 1974: "¡ Pierina!, insiste en pedir, que al acompañar mi peregrinación, se invoque al arcángel San Rafael. Yo misma vendré con las gracias del cielo."

11 de mayo de 1975:
" Un nuevo regalo inapreciable de Rosa Mística son las vírgenes peregrinas." La madre de Dios dice, con respecto a ellas : "A donde quiera que llegue, traigo las gracias del señor."

5 de diciembre de 1975:
"Yo hago descender la bendición sobre estas estatuas que son mi imagen. A donde quiera que vaya llevaré conmigo alegría, paz y gracia para las almas. Yo estoy siempre cerca de vosotros con mi protección maternal y la especial bendición del Señor".

Año 1975: "Anuncia Pierina que traigo amor, paz y concordia para las almas y que de todo corazón prodigo las gracias sobreabundantes del Señor".



jueves, 19 de diciembre de 2013

Hay que juntar el rebaño antes que oscurezca


La presente aparición mariana así como los presuntos mensajes de la Virgen están siendo objeto de análisis desde el año 2003 por la iglesia católica. Cualquiera que sea la decisión final, la administración de este blog la acepta total y completamente por adelantado y en total obediencia a la misma.

***

Procesión en la fiesta de la Inmaculada Madre 
del Divino Corazón Eucarístico de Jesús

Apariciones en Salta (Argentina)

-8 de Diciembre de 2013-


Video grabado con cámaras de alta resolución HD en distintos planos incluyendo vista aérea.

(Recomendamos poner la opción de resolución HD 1080)




Más información de la Aparición:

miércoles, 18 de diciembre de 2013

San Juan Diego: Su Historia - Festividad: 9 de diciembre




Un "macehualli", es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio ¿Por qué se le apareció la Virgen?

El Beato Juan Diego

- Nació en 1474.

- Originario del barrio de Tlayácac en Cuautitlán.

- Su nombre pagano fue Cuauhtlatóhuac que con terminación tzin (Cuauhtlatoatzin) en náhuatl significa un trato reverencial.

- Su esposa se llamaba María Lucía, quien falleció en 1529.

- No tuvieron hijos Juan Diego y María Lucía, pero adoptaron un hijo.

- En 1526, junto con su esposa María Lucía y su tío Juan Bernardino, recibió el sacramento del Bautismo en el Templo de Santiago Tlaltelolco.

-A la muerte de su esposa, en 1529, Juan Diego decidió trasladarse a Tulpetlac para vivir con su tío Juan Bernardino.

-En la presentación que se hace de Juan Diego, se dice de él: "Ce Ma-cehualtzintli", es decir que era un "macehualli" que bien puede traducirse como un "indiecito", o mejor aún, como "un honorable hombre de pueblo".

-Su trabajo consistía en tejer petates que vendía junto con otros productos elaborados con Tule.

-Tenía algunas propiedades, entre ellas la casa donde habitaba con su tío (hoy Templo de Nuestra Señora de la Salud) y otros bienes los cuales regaló después de su encuentro con María en el Tepeyac.

-Las tradiciones refieren que el mismo día que se trasladó la Sagrada Imagen a la primitiva Ermita, Juan Diego dejó su casa y su pueblo y, con licencia del Obispo se trasladó a vivir y a servir en la de María Santísima.

-Desempeñó los oficios de cuidar, barrer, cargar y llevar todo lo necesario para la Ermita; todo con humildad, prontitud y devoción.

-Ocupaba largos ratos de tiempo en oración ante la Santa Imagen.

-Con permiso del Obispo comulgaba tres veces por semana, cosa muy rara entonces, y se ejercitaba en la mortificación y en ayunos. Además, atendía con gran amabilidad a los peregrinos a hora y deshora.

-Llevó Juan Diego sobre sí una manta con una copia de la Imagen original de la Vírgen de Guadalupe, "de una tercia de larga y una cuarta de ancha; hasta que a su muerte se la dejó a su hijo adoptivo, quien a su vez la dió a su nieto y fue a parar a un sacerdote de Querétaro" y luego se perdió.

-Falleció el día 12 de junio de 1548, a la edad de 74 años.

- Fue sepultado junto con su tío Juan Bernardino en la primera ermita dedicada a la Vírgen de Guadalupe.

-Desde antes de las apariciones ya era tenido Juan Diego entre los que le conocían como un hombre bueno y justo. Después de sus encuentros con la Vírgen llevó una vida muy ejemplar y las gentes lo tenían por santo.

-A partir de su muerte y hasta nuestros días se ha extendido el culto y veneración. Muchas familias han puesto a sus hijos el nombre de Juan Diego por la devoción que le tienen. Y algunos padres al bendecir a sus hijos, todavía dicen: "Que Dios te haga como Juan Diego".

-El día 9 de abril de 1990, en el Palacio Apostólico de Roma, en presencia del Papa Juan Pablo II, de varios cardenales y de muchos Prelados, se aprobó públicamente el Decreto de la Congregación de las Causas de los Santos "de culto inmemorial" por el que se declaraba que Juan Diego había vivido las virtudes cristianas en grado heroico.

-El Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, en una solemne ceremonia en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe de México, lo reconoció oficial y solemnemente como Beato el día 6 de mayo de 1990.

-El 9 de diciembre ha sido declarado como fiesta del Beato Juan Diego. Inicialmente se le había pedido al Papa que eligiera el 12 de junio (aniversario de su muerte y día de su nacimiento al Cielo) como fiesta litúrgica, pero el Papa Juan Pablo II dijo: "No; que sea el 9 de diciembre, porque fue el día en que vio el Paraíso", es decir la primera aparición.

"desde que el indio Juan Diego hablara de la dulce Señora del Tepeyac, Tú, Madre de Guadalupe, entras de modo determinante en la vida cristiana del pueblo de México." (Juan Pablo II, 27 de enero de 1979,en su primer viaje a México).

Juan Pablo II en el día de su beatificación hacía resaltar "su fe sencilla, nutrida de la catequesis y acogedora de los misterios, su esperanza y confianza en Dios y en la Vírgen; su caridad, su coherencia moral, su desprendimiento y pobreza evangélica".

Conocer a Juan Diego "puede servir a todos nuestros hermanos de México, aún a los no católicos o no creyentes, para conocer mejor y amar más las raíces de nuestra Patria". (Cardenal Ernesto Corripio Ahumada, 12 de julio de 1991).

"Desde este lugar privilegiado de Guadalupe, corazón de México siempre fiel, deseo convocar a todo el laicado mexicano a comprometerse más activamente en la reevangeliza-ción de la sociedad…" (Juan Pablo II, el día de la beatificación de Juan Diego, 6-V-1990).

"Hombres y mujeres católicos de México, vuestra vocación cristiana es por su misma naturaleza vocación al apostolado (…) No podéis por tanto permanecer indiferentes ante el sufrimiento de vuestros hermanos: ante la pobreza, la corrupción, los ultrajes a la verdad y a los derechos humanos. Debéis ser sal de la tierra y luz del mundo (cfr. Mt. 5, 13-14)". (Juan Pablo II, el día de la beatificación de Juan Diego, 6-V-1990).

El milagro de San Juan Diego

Del Proceso de Beatificación y Canonización de Juan Diego
P. Dr. Eduardo Chávez Sánchez, postulador oficial de la Causa de Juan Diego

Juan Diego Cuauhtlatoatzin (1474-1548) sigue intercediendo por su pueblo. Dentro del proceso para la Canonización de Juan Diego era indispensable constatar un milagro efectuado por intercesión del Beato Juan Diego.

Desde el 20 de noviembre de 1990, en la Curia del Arzobispado de México, se abrió el proceso canónico para recoger las pruebas sobre el milagro realizado por el Beato Juan Diego, concluyendo el 31 de marzo de 1994.

No cabe duda, que Dios aprobaba la canonización de Juan Diego al realizar un milagro por medio de la intercesión de este indio humilde y sencillo, mensajero fiel de Santa María de Guadalupe. El caso en cuestión tuvo lugar en la Ciudad de México el 3 de mayo de 1990, cuando un joven de 20 años de edad, llamado Juan José Barragán Silva, cayó de una altura de 10 metros aproximadamente sobre terreno sólido, con un fuerte impacto valorado en 2,000 kg., con fractura múltiple del hueso craneal, y fuertes hematomas. Según la valoración de los médicos, la mortalidad superaba el 80%. Fue la mamá del muchacho quien le pidió a Juan Diego por la vida de su hijo.

Al llegar al Sanatorio, intervino el Dr. Homero Hernández Illescas y su equipo de médicos, encontrando que las lesiones que presentaba el muchacho eran terribles y se esperaba lo peor; nuevamente aquí la madre del muchacho confirmó su confianza en Juan Diego. Después de dos días, los médicos le tuvieron que dar la mala noticia a la madre, de que su hijo tenía muy pocas esperanzas de vida y que esperaban sólo su fallecimiento. El 6 de mayo de 1990, exactamente cuando el Santo Padre Juan Pablo II estaba celebrando la misa de Beatificación de Juan Diego, en el Sanatorio se operó un verdadero prodigio, el joven que había sido desahuciado se incorporó y, como tenía hambre, comió de lo que encontró en una charola [Bol., Hond., Méx. y Perú. bandeja (pieza para servir)] que se había colocado cerca de él; todo esto ante la admiración de propios y extraños. Los médicos no podían creer lo que estaban contemplando, obviamente los exámenes de todo tipo fueron muy exhaustivos para tratar de dar una respuesta racional a lo que estaban contemplando; el muchacho no tenía ya ni fracturas, ni contusiones, ni sangrado, absolutamente nada... tan admirable fue este prodigio, que a los pocos días salió del hospital por su propio pie. Más de 15 médicos especialistas analizaron este caso, conformando un gran expediente que será de gran importancia para el proceso del milagro.

En primer lugar, se realizó un proceso diocesano para analizar este caso prodigioso y constatar que se podía integrar al proceso de canonización del Beato Juan Diego, todos los testimonios de los especialistas coincidían que no había una explicación racional sobre este caso; además fueron claros los testimonios de quienes supieron que la madre del muchacho había invocado a Juan Diego para que intercediera por la salud de su hijo.

La Congregación para la Causa de los Santos confirmó que el proceso diocesano fue muy bien llevado; el caso disponía de una sólida base probatoria. El decreto de Validez de los actos del proceso es del 11 de noviembre de 1994. En la misma Congregación, el 26 de febrero de 1998, los médicos especialistas nombrados por la Santa Sede para analizar de manera meticulosa este caso, lo aprobaron por unanimidad (cinco sobre cinco), sorprendidos de que en el lapso de pocos días la fractura estuviera totalmente soldada y sin manifestar ningún signo de complicación y con una modalidad de curación rápida, completa y duradera, siendo que la caída que había sufrido el muchacho era de fatales consecuencias; era una inexplicable curación según el conocimiento de la ciencia médica.

Por otro lado, la Congregación para la Causa de los Santos también recibió el resultado del proceso de parte de los teólogos que analizó con minuciosidad si este milagro se había realizado por intercesión del Beato Juan Diego. El 11 de mayo de 2001, en Congressus Peculiaris super Miro, los Consultores Teólogos, presididos por el Promotor de la Fe, aprobaron el milagro hecho por intercesión del Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin, con voto afirmativo por unanimidad (Congregatio de Causis Sanctorum, Canonizationis Beati Ionnis Didaci Cuautlatoatzin, viri laici [1474-1548] Relatio et Vota, Congressus Peculiaris super Miro, 11 de mayo de 2001, Mexicana, P. N. 1408, Tip. Guerra, Roma 2001). Sin duda alguna, el humilde Juan Diego es un ejemplo de santidad y un fuerte intercesor de su pueblo.

Pero todavía faltaban pasos por dar dentro de este proceso de Canonización.

El 21 de septiembre de 2001 se realizó la «Sesión Ordinaria» integrado por Obispos y Cardenales quienes aprobaron todos los resultados. Y el 20 de diciembre del mismo año se Proclamó el Decreto del Milagro realizado bajo la intercesión del Beato Juan Diego ante la presencia del Papa Juan Pablo II. Con ello se dispone a Juan Diego a ser canonizado. Pero todavía el proceso no concluía, ya que el Santo Padre tenía que consultar a todos los cardenales del mundo para que dieran libremente su opinión; disponiendo la celebración de un Consistorio para el día 26 de febrero de 2002 en donde el Papa Juan Pablo II, después de la consulta a los cardenales, proclamaría su resolución.

Por fin, llegó el día tan esperado, el 26 de febrero del 2002, en donde, en una liturgia solemne el Santo Padre Juan Pablo II proclamó que canonizaría al Beato Juan Diego Cuauhtlatoatzin el 30 de julio de este mismo año. Por cuestiones prácticas, el día fue cambiado para el 31 de julio y se confirmó que el lugar en donde se celebraría la Solemne Ceremonia sería en la Insigne y Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, y que el Papa en persona vendría a presidirla.

ORACIÓN IV

¡Oh, Padre Celestial! que concediste a Juan Diego ser el confidente de la Virgen de Guadalupe y asistir al nacimiento de la fe en nuestra Patria, te pedimos, por su intercesión, que socorras a los más necesitados.

Consuela a los enfermos de alma y cuerpo y concede que el Pueblo Mexicano, unido por la fuerza del amor a nuestra Dulce Madre del Tepeyac, haga de cada uno de sus hogares un templo vivo en donde adoremos a Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.

Pbro. Dr. Eduardo Chávez Sánchez
Postulador Oficial de la Causa de Canonización de Juan Diego

San Juan Diego intercede por nosotros.
Santa María de Guadalupe ruega al Señor Jesús por nosotros.

(3 Credos a Nuestra Señora de Guadalupe en honor y por todas las intenciones de San Juan Diego).

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, y nacido del Padre antes de todos los siglos; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; por quien fueron hechas todas las cosas; quien, por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó de los cielos; Y se encarnó por obra del Espíritu Santo, de María Virgen; y se hizo hombre. Fue crucificado, también por nosotros; bajo el poder de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado; y resucitó al tercer día, según las Escrituras; y subió a los cielos; está sentado a la diestra del Padre; y ha de venir, segunda vez, con gloria a, juzgar a los vivos y a los muertos; cuyo reino no tendrá fin. Y en el Espíritu Santo, Señor y vivificador, que procede del Padre y del Hijo; el que juntamente con el Padre y el Hijo es adorado y conglorificado; que habló por los profetas. Y en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para remisión de los pecados. Y espero la resurrección de los muertos y la vida perdurable. Amén.

En abril de 1990 Juan Diego fué beatificado por el papa Juan Pablo II en el Vaticano. Al siguiente mes, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de México, durante su segunda visita al Santuario, Su Santidad presidió la solemne ceremonia de beatificación.

El Beato Juan Diego: Un modelo de humildad
¿Quién era este Juan Diego?

La mayoría de los estudiosos concuerdan que Juan Diego nació en 1474 en el calpulli de Tlayacac en Cuauhtitlán, el que fué establecido en 1168 por la tribu nahua y posteriormente conquistado por el jefe Azteca Axayacatl en 1467; y estaba localizado 20 kilómetros al norte de Tenochnitlán (ciudad de México).

Su nombre de nacimiento fue Cuauhtlatoatzin, que podría ser traducido como "el que habla como águila" o "águila que habla".

El Nican Mopohua lo describe como un "macehualli", o "pobre indio", es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio, como funcionarios, sacerdotes, guerreros, mercaderes, etc., es decir que pertenecía a la mas numerosa y baja clase del Imperio Azteca, pero no a la clase de los esclavos. Hablándole a Nuestra Señora él se describe como "un hombrecillo" o un don nadie, y atribuye a ésto su falta de credibilidad ante el Obispo.

El trabajaba duramente la tierra y fabricaba matas las que luego vendía. Era dueño de su pedazo de tierra y tenía una pequeña vivienda en ella. Estaba casado pero no tenía hijos.

En los años 1524 o 1525 se produce su conversión al cristianismo y fue bautizado, así como su esposa, recibiendo el nombre cristiano de Juan Diego y su esposa el nombre de María Lucía. Fueron quizás bautizados por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente, llamado por los indios "Motolinia" o "el pobre" por su extrema gentileza y piedad y las ropas raídas que vestía.

De acuerdo a la primera investigación formal realizada por la Iglesia sobre los sucesos, las Informaciones Guadalupanas de 1666, Juan Diego parece haber sido un hombre muy devoto y religioso, aún antes de su conversión. Era muy reservado y de un místico carácter, afecto a largos silencios y frecuentes penitencias, y que solía caminar desde su poblado hasta Tenochtitlán, a 20 kilómetros de distancia, para recibir instrucción religiosa.

Su esposa María Lucía enferma y luego fallece en 1529. Juan Diego entonces se translada a vivir con su tío Juan Bernardino en Tolpetlac, que le quedaba mas cerca de la iglesia en Tlatilolco – Tenochtitlán, solo 14 kilómetros.

El caminaba cada sábado y domingo a la iglesia, partiendo a la mañana muy temprano, antes que amaneciera, para llegar a tiempo a la Santa Misa y a las clases de instrucción religiosa. Caminaba descalzo, como la gente de su clase macehualli, ya que solo los miembros de las clases superiores de los aztecas usaban cactlis, o sandalias, confeccionadas con fibras vegetales o de pieles. En esas frías madrugadas usaba para protegerse del frío una manta, tilma o ayate, tejida con fibras del maguey, el cactus típico de la región. El algodón era solo usado por los aztecas mas privilegiados.

Durante una de sus caminatas camino a Tenochtitlán, caminatas que solían tomar unas tres horas y medias a través de montañas y poblados, ocurre la primera aparición de Nuestra Señora, en el lugar ahora conocido como "Capilla del Cerrito", donde la Santísima Virgen le habló en su idioma, el náhuatl. Ella se refirió a él con grandísimo cariño, llamándolo "Juanito, Juan Dieguito", "el mas pequeño de mis hijos", "hijito mío".

Juan Diego tenía 57 años en el momento de las apariciones, ciertamente una edad avanzada en un lugar y época donde la expectativa de vida masculina apenas sobrepasaba los 40 años.

Luego del milagro de Guadalupe Juan Diego fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la capilla que alojaba la santa imagen, luego de dejar todas sus pertenencias a su tío Juan Bernardino, pasando el resto de su vida completamente dedicado a la difusión del relato de las apariciones entre la gente de su pueblo.

Juan Diego muere el 30 de mayo de 1548, a la edad de 74 años.

Juan Diego amaba de sobremanera la Sagrada Eucaristía, y por permiso especial del Obispo recibía la Comunión tres veces por semana, algo completamente inusual en aquellos tiempos.

Su Santidad Juan Pablo II alabó en Juan Diego su simple fé enriquecida por la catequesis y lo definió (a aquél que le dijo a la Santísima

Virgen: "soy solo un hombrecillo, soy un cordel, soy una escalerilla de tablas, soy cola, soy hoja, soy gente menuda..") como un modelo de humildad para todos nosotros.


jueves, 12 de diciembre de 2013

Virgen de Guadalupe - Solemnidad: 12 de diciembre

"¿No estoy Yo aquí que soy tu Madre?

¿No soy vida y salud?

¿No estás en mi regazo y corres por mi cuenta?"



¡Felicidades, Virgencita de Guadalupe!

¡Gracias, por tantas gracias recibidas!




Hoy, 12 de diciembre festejamos con gran alegría la gran fiesta de la Virgen de Guadalupe, recordando la ultima aparición de la Madre de Dios al indio Juan Diego en el cerro del Tepeyac, en México.

El 9 de diciembre se produce la primera aparición de María, por eso es que la Iglesia ha establecido la fiesta de San Juan Diego ese día, y hoy 12 de diciembre se desarrolla el extrordinario Milagro Guadalupano, fecha en la que celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe.

El Milagro Guadalupano fue recogido por Don Antonio Valeriano, probablemente de las palabras del mismo indio Juan Diego. El texto es reconocido como el Nican Mopohua, que en lengua Nahuatl significa "Aqui se narra". Son estas las palabras con las que se da comienzo a un extraordinario texto que reproduce el milagro ocurrido en el cerro del Tepeyac en aquel diciembre de 1531.
  
México nunca será lo mismo después de tan maravillosa jornada, ni tampoco América lo será. Muchos errores se cometieron durante la colonización de estas tierras, pero también es cierto que la Gracia de Dios envolvió América y la cubrió del Manto de la Madre de Dios desde entonces. Los pueblos honran a María, y la hacen Madre de sus hijos como Camino Perfecto a Jesucristo, nuestro Salvador.

Los invitamos a leer este texto único, el más importante que se refiera al Milagro del Tepeyac. En este camino a la Navidad, nada mejor que sumergirse en la escuela de María, escuela del amor a Jesús.



La Virgen bajó al Tepeyac por nuestra salvación

www.reinadelcielo.org



Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea 
pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. 
Y a a ti, Celestial Princesa,
¡oh, Virgen Sagrada María!, 
yo te ofrezco en este día 
alma, vida y corazón. 
Mírame con compasión, 
no me dejes Madre mía, 
morir sin tu bendición. 
Amen. 



martes, 10 de diciembre de 2013

Orando por los hijos a la Preciosa Sangre de Cristo

Orando por los hijos a la preciosa Sangre de Cristo parte I 


Orando por los hijos a la preciosa Sangre de Cristo parte II



Orando por los hijos a la preciosa Sangre de Cristo parte III