martes, 4 de enero de 2022

3 de enero: Santísimo Nombre de Jesús

 


EL SANTISIMO NOMBRE DE JESUS

El Santísimo Nombre de Jesús, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús: "Yahweh es salvación" con el monograma del Santo Nombre: IHS (abreviación del nombre de Jesús en Griego, ιησουσ, y añadiendo el nombre de Jesús al Ave María.  Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI. En 1530 el Papa Clemente VII concedió por vez primera a la Orden Franciscana la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.

EL FUNDAMENTO DE LA FE ES EL NOMBRE DE JESUS MEDIANTE EL CUAL SOMOS CONSTITUIDOS HIJOS DE DIOS - San Bernardino de Siena

 

Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los
patriarcas, esperado con ansiedad , demandado con
gemidos, invocado con suspiros, requerido con
lagrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia.

No pienses en un nombre de poder, menos en uno
de venganza, sino de salvación. Su nombre es
misericordia, es perdón. Que el nombre de Jesús
resuene en mis oídos, porque su voz es dulce y su
rostro bello.

No dudes, el nombre de Jesús es fundamento de la
fe, mediante le cual somos constituidos hijos de
Dios. La fe de la religión católica consiste en el
conocimiento de Cristo Jesús y de su persona, que
el luz del alma, franquicia de la vida, piedra de
salvación eterna. Quien no llegó a conocerle o le
abandonó camina por la vida en tinieblas, y va a
ciegas con inminente riesgo de caer en el precipicio,
y cuanto más se apoye en la humana inteligencia,
tanto más se servirá de un lazarillo también ciego,
al pretender escalar los recónditos secretos
celestiales con sólo la sabiduría del propio
entendimiento, y no será difícil que le acontezca,
por descuidar los materiales sólidos, construir la
casa en vano, y, por olvidar la puerta de entrada,
pretenda luego entra a ella por el tejado.
 
No hay otro fundamento fuera de Jesús, luz y
puerta, guía de los descarriados, lumbrera de la fe
para todos los hombres, único medio para encontrar
de nuevo al Dios indulgente, y, una vez encontrado,
fiarse de él; y poseído, disfrutarle. Esta base
sostiene la Iglesia, fundamentada en el nombre de
Jesús.
 
El nombre de Jesús es el brillo de los predicadores,
porque de Él les viene la claridad luminosa, la
validez de su mensaje y la aceptación de su palabra
por los demás. ¿De dónde piensas que procede tanto
esplendor y que tan rápidamente se haya propagado
la fe por todo el mundo, sino por haber predicado a
Jesús? ¿Acaso no por la luz y dulzura de este
nombre, por el que Dios nos llamó y condujo a su
gloria? Con razón el Apóstol, a los elegidos y
predestinados por este nombre luminoso, les dice:
en otro tiempo fuisteis tinieblas, mas ahora sois luz
en el Señor. Caminad como hijo de la luz.
 
¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre
amoroso y santo! Por ti las culpas se borran, los
enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los
atribulados y tentados se robustecen, y se sienten
gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú
el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los
que trabajan, tú el valor de los débiles. Con el fuego
de tu ardor y de tu celo se enardecen los ánimos,
crecen los deseos, se obtienen los favores, las almas
contemplativas se extasían; por ti, en definitiva,
todos los bienaventurados del cielo son
glorificados.
 
Haz, dulcísimo Jesús, que también nosotros
reinemos con ello por la fuerza de tu santísimo
nombre.
 
San Bernardino de Siena


Fuente: Corazones.org

sábado, 1 de enero de 2022

¡Feliz Solemnidad de María, Madre de Dios!

 

 

María, Madre de Dios
Catequesis de San Juan Pablo II (27-XI-96)

1. La contemplación del misterio del nacimiento del Salvador ha impulsado al pueblo cristiano no sólo a dirigirse a la Virgen santísima como a la Madre de Jesús, sino también a reconocerla como Madre de Dios. Esa verdad fue profundizada y percibida, ya desde los primeros siglos de la era cristiana, como parte integrante del patrimonio de la fe de la Iglesia, hasta el punto de que fue proclamada solemnemente en el año 431 por el concilio de Éfeso.

En la primera comunidad cristiana, mientras crece entre los discípulos la conciencia de que Jesús es el Hijo de Dios, resulta cada vez más claro que María es la Theotókos, la Madre de Dios. Se trata de un título que no aparece explícitamente en los textos evangélicos, aunque en ellos se habla de la «Madre de Jesús» y se afirma que él es Dios (Jn 20,28; cf. 5,18; 10,30.33). Por lo demás, presentan a María como Madre del Emmanuel, que significa Dios con nosotros (cf. Mt 1,22-23).

Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: «Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita» (Liturgia de las Horas). En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión Theotókos, «Madre de Dios».

En la mitología pagana a menudo alguna diosa era presentada como madre de algún dios. Por ejemplo, Zeus, dios supremo, tenía por madre a la diosa Rea. Ese contexto facilitó, tal vez, en los cristianos el uso del título Theotókos, «Madre de Dios», para la madre de Jesús. Con todo, conviene notar que este título no existía, sino que fue creado por los cristianos para expresar una fe que no tenía nada que ver con la mitología pagana, la fe en la concepción virginal, en el seno de María, de Aquel que era desde siempre el Verbo eterno de Dios.

2. En el siglo IV, el término Theotókos ya se usa con frecuencia tanto en Oriente como en Occidente. La piedad y la teología se refieren cada vez más a menudo a ese término, que ya había entrado a formar parte del patrimonio de fe de la Iglesia.

Por ello se comprende el gran movimiento de protesta que surgió en el siglo V cuando Nestorio puso en duda la legitimidad del título «Madre de Dios». En efecto, al pretender considerar a María sólo como madre del hombre Jesús, sostenía que sólo era correcta doctrinalmente la expresión «Madre de Cristo». Lo que indujo a Nestorio a ese error fue la dificultad que sentía para admitir la unidad de la persona de Cristo y su interpretación errónea de la distinción entre las dos naturalezas -divina y humana- presentes en él.

El concilio de Efeso, en el año 431, condenó sus tesis y, al afirmar la subsistencia de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la única persona del Hijo, proclamó a María Madre de Dios.

3. Las dificultades y las objeciones planteadas por Nestorio nos brindan la ocasión de hacer algunas reflexiones útiles para comprender e interpretar correctamente ese título. La expresión Theotókos, que literalmente significa «la que ha engendrado a Dios», a primera vista puede resultar sorprendente, pues suscita la pregunta: ¿cómo es posible que una criatura humana engendre a Dios? La respuesta de la fe de la Iglesia es clara: la maternidad divina de María se refiere sólo a la generación humana del Hijo de Dios y no a su generación divina. El Hijo de Dios fue engendrado desde siempre por Dios Padre y es consustancial con él. Evidentemente, en esa generación eterna María no intervino para nada. Pero el Hijo de Dios, hace dos mil años, tomó nuestra naturaleza humana y entonces María lo concibió y lo dio a luz.

Así pues, al proclamar a María «Madre de Dios», la Iglesia desea afirmar que ella es la «Madre del Verbo encarnado, que es Dios». Su maternidad, por tanto, no atañe a toda la Trinidad, sino únicamente a la segunda Persona, al Hijo, que, al encarnarse, tomó de ella la naturaleza humana.

La maternidad es una relación entre persona y persona: una madre no es madre sólo del cuerpo o de la criatura física que sale de su seno, sino de la persona que engendra. Por ello, María, al haber engendrado según la naturaleza humana a la persona de Jesús, que es persona divina, es Madre de Dios.

4. Cuando proclama a María «Madre de Dios», la Iglesia profesa con una única expresión su fe en el Hijo y en la Madre. Esta unión aparece ya en el concilio de Éfeso; con la definición de la maternidad divina de María los padres querían poner de relieve su fe en la divinidad de Cristo. A pesar de las objeciones, antiguas y recientes, sobre la oportunidad de reconocer a María ese título, los cristianos de todos los tiempos, interpretando correctamente el significado de esa maternidad, la han convertido en expresión privilegiada de su fe en la divinidad de Cristo y de su amor a la Virgen.

En la Theotókos la Iglesia, por una parte, encuentra la garantía de la realidad de la Encarnación, porque, como afirma san Agustín, «si la Madre fuera ficticia, sería ficticia también la carne (...) y serían ficticias también las cicatrices de la resurrección» (Tract. in Ev. Ioannis, 8,6-7). Y, por otra, contempla con asombro y celebra con veneración la inmensa grandeza que confirió a María Aquel que quiso ser hijo suyo. La expresión «Madre de Dios» nos dirige al Verbo de Dios, que en la Encarnación asumió la humildad de la condición humana para elevar al hombre a la filiación divina. Pero ese título, a la luz de la sublime dignidad concedida a la Virgen de Nazaret, proclama también la nobleza de la mujer y su altísima vocación. En efecto, Dios trata a María como persona libre y responsable y no realiza la encarnación de su Hijo sino después de haber obtenido su consentimiento.

Siguiendo el ejemplo de los antiguos cristianos de Egipto, los fieles se encomiendan a Aquella que, siendo Madre de Dios, puede obtener de su Hijo divino las gracias de la liberación de los peligros y de la salvación eterna.

El rostro materno de María en los primeros siglos
Catequesis de San Juan Pablo II (13-IX-95)

1. En la constitución Lumen gentium, el Concilio afirma que «los fieles unidos a Cristo, su Cabeza, en comunión con todos los santos, conviene también que veneren la memoria "ante todo de la gloriosa siempre Virgen María, Madre de Jesucristo nuestro Dios y Señor"» (n. 52). La constitución conciliar utiliza los términos del canon romano de la misa, destacando así el hecho de que la fe en la maternidad divina de María está presente en el pensamiento cristiano ya desde los primeros siglos.

En la Iglesia naciente, a María se la recuerda con el título de Madre de Jesús. Es el mismo Lucas quien, en los Hechos de los Apóstoles, le atribuye este título, que, por lo demás, corresponde a cuanto se dice en los evangelios: «¿No es éste (...) el hijode María?», se preguntan los habitantes de Nazaret, según el relato del evangelista san Marcos (6,3). «¿No se llama su madre María?», es la pregunta que refiere san Mateo (13,55).

2. A los ojos de los discípulos, congregados después de la Ascensión, el título de Madre de Jesús adquiere todo su significado.María es para ellos una persona única en su género: recibió la gracia singular de engendrar al Salvador de la humanidad, vivió mucho tiempo junto a él, y en el Calvario el Crucificado le pidió que ejerciera una nueva maternidad con respecto a su discípulo predilecto y, por medio de él, con relación a toda la Iglesia.

Para quienes creen en Jesús y lo siguen, Madre de Jesús es un título de honor y veneración, y lo seguirá siendo siempre en la vida y en la fe de la Iglesia. De modo particular, con este título los cristianos quieren afirmar que nadie puede referirse al origen de Jesús, sin reconocer el papel de la mujer que lo engendró en el Espíritu según la naturaleza humana. Su función materna afecta también al nacimiento y al desarrollo de la Iglesia. Los fieles, recordando el lugar que ocupa María en la vida de Jesús, descubren todos los días su presencia eficaz también en su propio itinerario espiritual.

3. Ya desde el comienzo, la Iglesia reconoció la maternidad virginal de María. Como permiten intuir los evangelios de la infancia, ya las primeras comunidades cristianas recogieron los recuerdos de María sobre las circunstancias misteriosas de la concepción y del nacimiento del Salvador. En particular, el relato de la Anunciación responde al deseo de los discípulos de conocer de modo más profundo los acontecimientos relacionados con los comienzos de la vida terrena de Cristo resucitado. En última instancia, María está en el origen de la revelación sobre el misterio de la concepción virginal por obra del Espíritu Santo.

Los primeros cristianos captaron inmediatamente la importancia significativa de esta verdad, que muestra el origen divino de Jesús, y la incluyeron entre las afirmaciones básicas de su fe. En realidad, Jesús, hijo de José según la ley, por una intervención extraordinaria del Espíritu Santo, en su humanidad es hijo únicamente de María, habiendo nacido sin intervención de hombre alguno.

Así, la virginidad de María adquiere un valor singular, pues arroja nueva luz sobre el nacimiento y el misterio de la filiación de Jesús, ya que la generación virginal es el signo de que Jesús tiene como padre a Dios mismo.

La maternidad virginal, reconocida y proclamada por la fe de los Padres, nunca jamás podrá separarse de la identidad de Jesús, verdadero hombre y verdadero Dios, dado que nació de María, la Virgen, como profesamos en el símbolo niceno-constantinopolitano. María es la única virgen que es también madre. La extraordinaria presencia simultánea de estos dos dones en la persona de la joven de Nazaret impulsó a los cristianos a llamar a María sencillamente la Virgen, incluso cuando celebran su maternidad.

Así, la virginidad de María inaugura en la comunidad cristiana la difusión de la vida virginal, abrazada por los que el Señor ha llamado a ella. Esta vocación especial, que alcanza su cima en el ejemplo de Cristo, constituye para la Iglesia de todos los tiempos, que encuentra en María su inspiración y su modelo, una riqueza espiritual inconmensurable.

4. La afirmación: «Jesús nació de María, la Virgen», implica ya que en este acontecimiento se halla presente un misterio trascendente, que sólo puede hallar su expresión más completa en la verdad de la filiación divina de Jesús. A esta formulación central de la fe cristiana está estrechamente unida la verdad de la maternidad divina de María. En efecto, ella es Madre del Verbo encarnado, que es «Dios de Dios (...), Dios verdadero de Dios verdadero».

El título de Madre de Dios, ya testimoniado por Mateo en la fórmula equivalente de Madre del Emmanuel, Dios con nosotros (cf. Mt 1,23), se atribuyó explícitamente a María sólo después de una reflexión que duró alrededor de dos siglos. Son los cristianos del siglo III quienes, en Egipto, comienzan a invocar a María como Theotókos, Madre de Dios.

Con este título, que encuentra amplio eco en la devoción del pueblo cristiano, María aparece en la verdadera dimensión de su maternidad: es madre del Hijo de Dios, a quien engendró virginalmente según la naturaleza humana y educó con su amor materno, contribuyendo al crecimiento humano de la persona divina, que vino para transformar el destino de la humanidad.

5. De modo muy significativo, la más antigua plegaria a María (Sub tuum praesidium..., «Bajo tu amparo...») contiene la invocación: Theotókos, Madre de Dios. Este título no es fruto de una reflexión de los teólogos, sino de una intuición de fe del pueblo cristiano. Los que reconocen a Jesús como Dios se dirigen a María como Madre de Dios y esperan obtener su poderosa ayuda en las pruebas de la vida.

El concilio de Efeso, en el año 431, define el dogma de la maternidad divina, atribuyendo oficialmente a María el título de Theotókos, con referencia a la única persona de Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Las tres expresiones con las que la Iglesia ha ilustrado a lo largo de los siglos su fe en la maternidad de María: Madre de Jesús, Madre virginal y Madre de Dios, manifiestan, por tanto, que la maternidad de María pertenece íntimamente al misterio de la Encarnación. Son afirmaciones doctrinales, relacionadas también con la piedad popular, que contribuyen a definir la identidad misma de Cristo.

María en el nacimiento de Jesús
Catequesis de San Juan Pablo II (20-XI-96)

1. En la narración del nacimiento de Jesús, el evangelista Lucas refiere algunos datos que ayudan a comprender mejor el significado de ese acontecimiento. Ante todo, recuerda el censo ordenado por César Augusto, que obliga a José, «de la casa y familia de David», y a María, su esposa, a dirigirse «a la ciudad de David, que se llama Belén» (Lc 2,4).

Al informarnos acerca de las circunstancias en que se realizan el viaje y el parto, el evangelista nos presenta una situación de austeridad y de pobreza, que permite vislumbrar algunas características fundamentales del reino mesiánico: un reino sin honores ni poderes terrenos, que pertenece a Aquel que, en su vida pública, dirá de sí mismo: «El Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza» (Lc 9,58).

2. El relato de san Lucas presenta algunas anotaciones, aparentemente poco importantes, con el fin de estimular al lector a una mayor comprensión del misterio de la Navidad y de los sentimientos de la Virgen al engendrar al Hijo de Dios.

La descripción del acontecimiento del parto, narrado de forma sencilla, presenta a María participando intensamente en lo que se realiza en ella: «Dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre» (Lc 2,7). La acción de la Virgen es el resultado de su plena disponibilidad a cooperar en el plan de Dios, manifestada ya en la Anunciación con su «Hágase en mi según tu voluntad» (Lc 1,38).

María vive la experiencia del parto en una situación de suma pobreza: no puede dar al Hijo de Dios ni siquiera lo que suelen ofrecer las madres a un recién nacido; por el contrario, debe acostarlo «en un pesebre», una cuna improvisada que contrasta con la dignidad del «Hijo del Altísimo».

3. El evangelio explica que «no había sitio para ellos en el alojamiento» (Lc 2,7). Se trata de una afirmación que, recordando el texto del prólogo de san Juan: «Los suyos no lo recibieron» (Jn 1,11), casi anticipa los numerosos rechazos que Jesús sufrirá en su vida terrena. La expresión «para ellos» indica un rechazo tanto para el Hijo como para su Madre, y muestra que María ya estaba asociada al destino de sufrimiento de su Hijo y era partícipe de su misión redentora.

Jesús, rechazado por los «suyos», es acogido por los pastores, hombres rudos y no muy bien considerados, pero elegidos por Dios para ser los primeros destinatarios de la buena nueva del nacimiento del Salvador. El mensaje que el ángel les dirige es una invitación a la alegría: «Os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2,10), acompañada por una exhortación a vencer todo miedo: «No temáis».

En efecto, la noticia del nacimiento de Jesús representa para ellos, como para María en el momento de la Anunciación, el gran signo de la benevolencia divina hacia los hombres. En el divino Redentor, contemplado en la pobreza de la cueva de Belén, se puede descubrir una invitación a acercarse con confianza a Aquel que es la esperanza de la humanidad.

El cántico de los ángeles: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace», que se puede traducir también por «los hombres de la benevolencia» (Lc 2,14), revela a los pastores lo que María había expresado en su Magníficat: el nacimiento de Jesús es el signo del amor misericordioso de Dios, que se manifiesta especialmente hacia los humildes y los pobres.

4. A la invitación del ángel los pastores responden con entusiasmo y prontitud: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado» (Lc 2,15).

Su búsqueda tiene éxito: «Encontraron a María y a José, y al niño» (Lc 2,16). Como nos recuerda el Concilio, «la Madre de Dios muestra con alegría a los pastores (...) a su Hijo primogénito» (Lumen gentium, 57). Es el acontecimiento decisivo para su vida.

El deseo espontáneo de los pastores de referir «lo que les habían dicho acerca de aquel niño» (Lc 2,17), después de la admirable experiencia del encuentro con la Madre y su Hijo, sugiere a los evangelizadores de todos los tiempos la importancia, más aún, la necesidad de una profunda relación espiritual con María, que permita conocer mejor a Jesús y convertirse en heraldos jubilosos de su Evangelio de salvación.

Frente a estos acontecimientos extraordinarios, san Lucas nos dice que María «guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19). Mientras los pastores pasan del miedo a la admiración y a la alabanza, la Virgen, gracias a su fe, mantiene vivo el recuerdo de los acontecimientos relativos a su Hijo y los profundiza con el método de la meditación en su corazón, o sea, en el núcleo más íntimo de su persona. De ese modo, ella sugiere a otra madre, la Iglesia, que privilegie el don y el compromiso de la contemplación y de la reflexión teológica, para poder acoger el misterio de la salvación, comprenderlo más y anunciarlo con mayor impulso a los hombres de todos los tiempos.

María, educadora del Hijo de Dios
Catequesis de San Juan Pablo II (4-XII-96)

1. Aunque se realizó por obra del Espíritu Santo y de una Madre Virgen, la generación de Jesús, como la de todos los hombres, pasó por las fases de la concepción, la gestación y el parto. Además, la maternidad de María no se limitó exclusivamente al proceso biológico de la generación, sino que, al igual que sucede en el caso de cualquier otra madre, también contribuyó de forma esencial al crecimiento y desarrollo de su hijo.

No sólo es madre la mujer que da a luz un niño, sino también la que lo cría y lo educa; más aún, podemos muy bien decir que la misión de educar es, según el plan divino, una prolongación natural de la procreación. María es Theotókos, Madre de Dios, no sólo porque engendró y dio a luz al Hijo de Dios, sino también porque lo acompañó en su crecimiento humano.

2. Se podría pensar que Jesús, al poseer en sí mismo la plenitud de la divinidad, no tenía necesidad de educadores. Pero el misterio de la Encarnación nos revela que el Hijo de Dios vino al mundo en una condición humana totalmente semejante a la nuestra, excepto en el pecado (cf. Hb 4,15). Como acontece con todo ser humano, el crecimiento de Jesús, desde su infancia hasta su edad adulta (cf. Lc 2,40), requirió la acción educativa de sus padres.

El evangelio de san Lucas, particularmente atento al período de la infancia, narra que Jesús en Nazaret se hallaba sujeto a José y a María (cf. Lc 2,51). Esa dependencia nos demuestra que Jesús tenía la disposición de recibir y estaba abierto a la obra educativa de su madre y de José, que cumplían su misión también en virtud de la docilidad que él manifestaba siempre.

3. Los dones especiales, con los que Dios había colmado a María, la hacían especialmente apta para desempeñar la misión de madre y educadora. En las circunstancias concretas de cada día, Jesús podía encontrar en ella un modelo para seguir e imitar, y un ejemplo de amor perfecto a Dios y a los hermanos.

Además de la presencia materna de María, Jesús podía contar con la figura paterna de José, hombre justo (cf. Mt 1,19), que garantizaba el necesario equilibrio de la acción educadora. Desempeñando la función de padre, José cooperó con su esposa para que la casa de Nazaret fuera un ambiente favorable al crecimiento y a la maduración personal del Salvador de la humanidad. Luego, al enseñarle el duro trabajo de carpintero, José permitió a Jesús insertarse en el mundo del trabajo y en la vida social.

4. Los escasos elementos que el evangelio ofrece no nos permiten conocer y valorar completamente las modalidades de la acción pedagógica de María con respecto a su Hijo divino. Ciertamente, ella fue, junto con José, quien introdujo a Jesús en los ritos y prescripciones de Moisés, en la oración al Dios de la alianza mediante el uso de los salmos y en la historia del pueblo de Israel, centrada en el éxodo de Egipto. De ella y de José aprendió Jesús a frecuentar la sinagoga y a realizar la peregrinación anual a Jerusalén con ocasión de la Pascua.

Contemplando los resultados, ciertamente podemos deducir que la obra educativa de María fue muy eficaz y profunda, y que encontró en la psicología humana de Jesús un terreno muy fértil.

5. La misión educativa de María, dirigida a un hijo tan singular, presenta algunas características particulares con respecto al papel que desempeñan las demás madres. Ella garantizó solamente las condiciones favorables para que se pudieran realizar los dinamismos y los valores esenciales del crecimiento, ya presentes en el hijo. Por ejemplo, el hecho de que en Jesús no hubiera pecado exigía de María una orientación siempre positiva, excluyendo intervenciones encaminadas a corregir. Además, aunque fue su madre quien introdujo a Jesús en la cultura y en las tradiciones del pueblo de Israel, será él quien revele, desde el episodio de su pérdida y encuentro en el templo, su plena conciencia de ser el Hijo de Dios, enviado a irradiar la verdad en el mundo, siguiendo exclusivamente la voluntad del Padre. De «maestra» de su hijo, María se convirtió así en humilde discípula del divino Maestro, engendrado por ella.

Permanece la grandeza de la tarea encomendada a la Virgen Madre: ayudó a su Hijo Jesús a crecer, desde la infancia hasta la edad adulta, «en sabiduría, en estatura y en gracia» (Lc 2,52) y a formarse para su misión. María y José aparecen, por tanto, como modelos de todos los educadores. Los sostienen en las grandes dificultades que encuentra hoy la familia y les muestran el camino para lograr una formación profunda y eficaz de los hijos.

Su experiencia educadora constituye un punto de referencia seguro para los padres cristianos, que están llamados, en condiciones cada vez más complejas y difíciles, a ponerse al servicio del desarrollo integral de la persona de sus hijos, para que lleven una vida digna del hombre y que corresponda al proyecto de Dios.

 

Mas sobre la Santísima Virgen María...


Fuente: Corazones.org

sábado, 25 de diciembre de 2021

CUÁNDO NACIÓ JESUCRISTO

 CUÁNDO NACIÓ JESUCRISTO

Como surgió el calendario que usamos en la actualidad
-Padre Jordi Rivero

Ver también: Origen de la fiesta de Navidad -Mercaba

25 de Diciembre: Origen de la fecha
Desde el 221 AD los cristianos en algunas regiones celebraban la Navidad el 25 de diciembre.

Se ha dicho que la fecha del 25 de diciembre fue tomada de la fiesta pagana del sol. Según esta teoría, la Iglesia escogió ese día para suplantar la fiesta pagana en que se celebraba al sol, conocida como "dies natalis Solis invicti". Es cierto que, según el calendario juliano, utilizado en el imperio romano a partir del 45 AD, el 25 de diciembre marca el día del solsticio de invierno (cuando comienza a alargarse la luz del día y reducirse la oscuridad). Sin embargo en ese día no se celebraba ninguna fiesta pagana hasta el 274 AD con el emperador Aurelio, es decir, más de cincuenta años después de que los cristianos celebrasen en ese día la Navidad. El culto al sol tenía poca importancia en Roma antes del 274 AD y no se celebraba el 25 de diciembre sino en agosto hasta ese año. De manera que parece ser que fue el emperador pagano Aurelio, conocido por su hostilidad al cristianismo, el que quiso suplantar la fiesta cristiana trasladando a ese día la fiesta pagana del sol.

Es cierto que la celebración de la Navidad en la ciudad de Roma esta comprobada solo a partir del 336 AD. Pero aun en el caso en que la Iglesia hubiese querido remplazar la fiesta pagana, lo cierto es que la Navidad es una fiesta radicalmente distinta a las paganas y los cristianos no las confundían. El verdadero Sol que nace de lo alto no es el astro sino Jesucristo. El es "la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo".  San Cipriano decía: "Él es el verdadero Sol" y San Agustín: "Él es el nuevo Sol". 

Por que el 25 de Diciembre
Esta fecha no pretende ser exacta desde el punto de vista histórico. Hay varias teorías sobre como se escogió.  En un antiguo tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirma que nuestro Señor fue concebido el 8 de las kalendas (hoy 25 de marzo), pensando que fuera el mismo día de la pasión del Señor. Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre. En la tradición oriental, apoyándose en otro calendario, la pasión y la encarnación del Señor se celebraban el 6 de abril, por lo que se fijó la celebración de la Navidad el 6 de enero.  Ver: Fluvium y Forum Libertas 

Como se calculó el año del nacimiento de Jesús
Cristo vino al mundo durante el Imperio romano. Los cristianos de los primeros siglos usaban los calendarios de su época que se referían a fechas de acontecimientos importantes para aquel mundo: fechas de emperadores, olimpiadas o el año de la fundación de Roma.

A comienzos del siglo VI AD el cristianismo se había propagado por todo el imperio. Uno de los hombres mas sabios de la época, el monje y astrónomo de Scythia (actual Suroeste de Rusia), Dionisio el Exiguo (el pequeño) recopiló una tabla de fechas para la Pascua utilizando el calendario del emperador Dioclesiano. Entonces, después de muchos estudios y cálculos, quiso reanudar el sistema de cuenta de los años tomando el nacimiento de Jesucristo, Señor y centro de la Historia, como punto de partida. Dionisio señaló el año 753 de la fundación de Roma como el año del nacimiento de Jesucristo. Tomó entonces este año como primero de la era cristiana. Paulatinamente este nuevo calendario fue tomando importancia primero entre los cristianos y después en el mundo secular. Es el calendario que hoy se reconoce universalmente, aunque en algunas regiones aun utilizan también otros calendarios. Es según este calendario que comenzamos el tercer milenio.

Aunque Dionisio hizo un buen trabajo, no pudo saber la fecha exacta del nacimiento de Cristo. Estudios posteriores indican que Cristo nació varios años antes de lo que calculó el monje Dionisio:

-Jesús nació durante el reinado de Herodes el Grande. Los Evangelios y el historiador Macrobio señalan que Herodes murió poco después de la masacre de los Santos Inocentes. También sabemos, según los datos del historiador Flavio Josefo, que Herodes el Grande murió en el año 750 de Roma. Por lo que se deduce que Jesús debe haber nacido antes de ese año.

-Según San Lucas, Jesús contaba con unos treinta años cuando fue bautizado. Ahora bien, como San Juan Bautista comenzó su ministerio el año 15 del reinado de Tiberio, tenemos un punto de referencia. El año 764 de Roma es la fecha más probable del principio del reinado de Tiberio. Si añadimos 15 años para llegar al ministerio de San Juan Bautista, estamos en el año 779 de la fundación de Roma. Si para entonces Jesús tenía 30 años, El nació el 749 de la fundación de Roma, es decir 4 años antes de lo calculado por Dionisio. La fecha del nacimientos de Jesús sería el año 4 AC.

La imprecisión de la fecha en ningún modo disminuye la importancia de celebrar el nacimiento de Jesús. No cambia la realidad histórica y trascendental de que el Verbo Eterno se hizo hombre y habitó entre nosotros para salvarnos. Lo importante no es la fecha del nacimiento sino el nacimiento en si mismo.

Pongamos un ejemplo. Los padres que adoptan a un bebe que fue abandonado no saben la fecha exacta de su nacimiento. ¿No sería lógico que, ante la carencia de datos, escogiesen una fecha aproximada para celebrar su cumpleaños?. ¿Qué tal si esos padres rehusaran celebrar apelando a que la fecha es incierta? ¿Acaso no sería un agravio contra ese hijo? Habría que preguntarles: ¿qué es lo mas importante, el día del calendario o la persona? Igualmente, lo importante no es la fecha exacta del nacimiento de Jesús sino el hecho de que el Verbo verdaderamente se hizo hombre y habitó entre nosotros, naciendo de María Santísima en el tiempo y en la historia.  Esa realidad es digna de la mayor de las celebraciones porque trae la salvación al mundo entero.  Para celebrar unidos, es razonable que, al no saber a ciencia cierta el día natalicio de Jesús, la Iglesia haya escogido una fecha con la mayor aproximación de que era capaz cuando se hizo el calendario.  

Entonces los Cristianos debemos celebrar la Navidad y celebrar el Gran jubileo de nuestra redención con todo el corazón porque celebramos a Jesucristo.

Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es Señor del cosmos y también Señor de la historia, de la que es « el Alfa y la Omega » (Ap 1, 8; 21, 6), « el Principio y el Fin » (Ap 21, 6). En El el Padre ha dicho la palabra definitiva sobre el hombre y sobre la historia. Esto es lo que expresa sintéticamente la Carta a los Hebreos: « Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas: en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo » (1, 1-2). Tertio Millennio Adveniente #5

Ver también:
-Llorca, G. Villoslada y Laboa, "Historia de la Iglesia Católica", BAC (Biblioteca de Autores Cristianos).

domingo, 12 de diciembre de 2021

12 de diciembre: Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América

 

recopilado por SCTJM

Historicidad

La Virgen Santísima se apareció en el Tepeyac, México, a Juan Diego el martes 12 de diciembre de 1531, apenas diez años después de la conquista de México. La madre de Dios viene para dar a conocer el evangelio a sus hijos nativos del nuevo continente y para "mostrar y dar" todo su "amor y compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa madre".

Como prueba de su visita la Virgen milagrosamente hizo que en aquel lugar aparecieran preciosas rosas de Castilla y que su imagen se quedara permanentemente en la tilma de su siervo. 

 Durante cuatro días la Virgen se había comunicado con Juan Diego hablándole en su propia lengua, el náhualtl. Al identificarse, María usó la palabra "coatlallope"; un sustantivo compuesto formado por "coatl" o sea, serpiente, la preposición "a" y "llope", aplastar; es decir, se definió como "la que aplasta la serpiente". Otros reconstruyen el nombre como "Tlecuauhtlapcupeuh" que significa: "La que precede de la región de la luz como el Aguila de fuego". De todas formas el vocablo náhualtl sonó a los oídos de los frailes españoles como el extremeño "Guadalupe", relacionando el prodigio del Tepeyac con la muy querida advocación que los conquistadores conocían y veneraban en la Basílica construida por Alfonso XI en 1340. En España existían dos advocaciones a la Virgen de Guadalupe, en Cáceres y en La Gomera. Sin embargo la Guadalupe Mexicana es original. ¡La Virgen se comunicó de manera que la entendiesen tanto los indios como los españoles!.

La Virgen de Guadalupe dio al indio Juan Diego un delicado trato de nobleza elevando proféticamente la condición de todo su pueblo. El Señor "derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes".  Al mismo tiempo, La Virgen trajo reconciliación y no división entre los nativos y los españoles. Les ayudó a ambos a comprender que la fe cristiana no es propiedad de nadie sino un don de amor para todos. La Virgen pide a Juan Diego que vaya al obispo. El obispo de México era Fray Juan De Zumárraga, franciscano. De esta manera la Virgen enseña que se debe someter a la autoridad legítima que Jesús estableció en la Iglesia.

Cuatrocientos años debieron pasar para que la cultura occidental reconociera admirada que la imagen impresa sobre el ayate indígena era un verdadero códice mexicano, un mensaje del cielo cargado de símbolos. Helen Behrens, una antropóloga norteamericana descubrió en 1945 lo que los ojos de los indios habían "leído" en la pintura de la "Madre del verdadero Dios por quien se vive" aquel diciembre de 1531.

La Virgen De Guadalupe Propicia La Evangelización Del Continente

Los misioneros tenían poco éxito a pesar de su intensa labor, en gran parte por el mal ejemplo de muchos que llamándose cristianos, abusaban de ellos. Pero la Virgen de Guadalupe se presenta como mujer nativa y les enseñó que el regalo de la fe es para todos sin distinción. La imagen de la tilma es toda una catequesis (ver abajo). Resultado: En los 7 años después de las apariciones 8 millones de nativos se convirtieron a la fe católica. Esto representa un promedio de 3000 conversiones diarias. Si recordamos que por la predicación de San Pedro el día de Pentecostés se convirtieron 3000 hombres, podemos apreciar que la Virgen inició un verdadero Pentecostés que duró 7 años.

La Virgen de Guadalupe continúa guiándonos a Jesús. Los milagros obtenidos por la Virgen son tan extraordinarios que no se puede menos que exclamar: "El poder divino está aquí". Dios Todopoderoso se complace en derramar sus dones por medio de aquella a quien El escogió para ser su madre.

El Santuario, Tepeyac El Tepeyac es el santuario mariano mas visitado del mundo, superando en visitas a Lourdes y Fátima. Cada año 20 millones de fieles se acercan a la venerada imagen para expresar a la Madre del Cielo el testimonio de su cariño y veneración. El día de la fiesta, el doce de diciembre, se calcula que casi tres millones de personas acuden al santuario. En la actualidad la imagen milagrosa está en la nueva basílica construida junto a la antigua que se ha hundido notablemente. Los fieles pueden contemplar el cuadro desde una estera móvil que a sus pies se desliza para movilizar a los fieles y dar cabida a las multitudes que desean venerarla. Como en todo santuario mariano, la basílica de Guadalupe cuenta con una capilla del Santísimo donde los fieles constantemente adoran al Señor.  La Basílica nueva tiene forma redonda que simboliza la tienda que albergaba el Arca de la Alianza en su marcha por el desierto; las lámparas interiores que cuelgan del techo recuerdan la nube que guiaba al pueblo de Dios día a día y la refulgente pared de oro que sostiene el cuadro, representa la columna de fuego y luz que indicaba el camino durante la noche.

Durante el proceso de estudio para para canonización de Juan Diego se estableció una comisión para estudiar su historicidad. El padre Fidel González fue asistido en esta labor por Eduardo Chávez Sánchez y José Luis Guerrero Rosado (Cf. «El encuentro de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego», Editorial Porrúa, México 1999, 564 pp.). Presentaron 27 documentos o testimonios indígenas guadalupanos y 8 de procedencia mixta indo-española. Entre todos ellos, destaca el «El Nican Mopohua» y el llamado Códice «Escalada». No se pueden explicar con elementos históricos algunos aspectos decisivos de la historia de México sin tener en cuenta el milagro de Guadalupe. Como, por ejemplo, el que, después una conquista dramática y tras dolorosas divisiones y contraposiciones en el seno del mundo político nahuatl, en un lugar significativo para el mundo indígena, en el cerro del Tepeyac, se levantara en seguida una ermita dedicada a la Virgen María bajo el nombre de Guadalupe. No explican tampoco cómo Guadalupe se convirtió en señal de una nueva historia religiosa y de encuentro entre dos mundos hasta ese momento en dramática contraposición. .... Existen otras muchas pruebas históricas sobre la existencia de Juan Diego, como, por ejemplo, la tradición oral, fuente decisiva al estudiar a los pueblos mexicanos, cuya cultura era principalmente oral. Esta tradición, en esos casos suele obedecer a cánones bien precisos y, en el caso de Guadalupe, siempre confirma la figura histórica y espiritual de Juan Diego. Quien quiera profundizar en el aspecto histórico del vidente de Guadalupe, puede leer a continuación el artículo inédito escrito por una de las personalidades más competentes en la materia, Fidel González, presidente de la Comisión histórica sobre Juan Diego constituida por la Santa Sede.

 

APARICIONES DE LA VIRGEN A JUAN DIEGO

PRIMERA APARICIÓN

6.- Era Sábado, Muy De Madrugada, Lo Movía Su Interés Por Dios [Respondiendo A] Su Insistente Llamada.

7.- Y Cuando Vino A Llegar Al Costado Del Cerrito, En El Sitio Llamado Tepeyac, Despuntaba Ya El Alba.

8.- Oyó claramente sobre el cerrito cantar, como cantan diversos pájaros preciosos. Al interrumpir su gorjeo, como que les coreaba el cerro, sobremanera suave, agradabilísimo, su trino sobrepujaba al del coyoltótotl y del tzinitzcan y al de otras preciosas aves canoras.

9.- Se detuvo a ver Juan Diego. Se dijo: ¿Por ventura es mi mérito, mi merecimiento lo que ahora oigo? ¿Quizá solamente estoy soñando? ¿Acaso estoy dormido y sólo me lo estoy imaginando?

10.- ¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo? ¿Acaso ya en el sitio del que siempre nos hablaron los ancianos, nuestros antepasados, todos nuestros abuelos: en su tierra florida, en su tierra de nuestro sustento, en su patria celestial?

11.- Tenía fija la mirada en la cumbre del cerrito, hacia el rumbo por donde sale el sol, porque desde allí algo hacía prorrumpir el maravilloso canto celestial.

12.- Y tan pronto como cesó el canto, cuando todo quedó en calma, entonces oye que lo llaman de arriba del cerrito, le convocan: "Mi Juanito, mi Juan Dieguito".

13.- En Seguida, Pero Al Momento, Se Animó A Ir Allá A Donde Era Llamado. En Su Corazón No Se Agitaba Turbación Alguna, Ni En Modo Alguno Nada Lo Perturbaba, Antes Se Sentía Muy Feliz, Rebosante De Dicha. Fue Pues A Subir Al Montecito, Fue A Ver De Dónde Era Llamado.

14.- Y Al Llegar A La Cumbre Del Cerrito, Tuvo La Dicha De Ver A Una Doncella, Que Por Amor A Él Estaba Allí De Pie, 15.- La Cual Tuvo La Delicadeza De Invitarlo A Que Viniera 'Juntito' A Ella. 16.- Y Cuando Llegó A Su Adorable Presencia, Mucho Se Sorprendió Por La Manera Que, Sobre Toda Ponderación, Destacaba Su Maravillosa Majestad: 17.- Sus Vestiduras Resplandecían Como El Sol, Como Que Reverberaban, 18.- Y La Piedra, El Risco En Que Estaba De Pie, Como Que Lanzaba Flechas De Luz; 19.- Su Excelsa Aureola Semejaba Al Jade Más Precioso, A Una Joya, 20.- La Tierra Como Que Bullía De Resplandores, Cual El Arco Iris En La Niebla. 21.- Y Los Mezquites Y Nopales, Y Las Otras Varias Yerbezuelas Que Ahí Se Dan, Parecían Esmeraldas. Cual La Más Fina Turquesa Su Follaje, Y Sus Troncos, Espinas Y Ahuates Deslumbraban Como El Oro. 22.- Ante Su Presencia Se Postró. Escuchó Su Venerable Aliento, Su Amada Palabra, Infinitamente Grata, Aunque Al Mismo Tiempo Majestuosa, Fascinante, Como De Un Amor Que Del Todo Se Entrega.

23.- Se Dignó Decirle: <<-Escucha Bien, Hijito Mío El Más Pequeño, Mi Juanito: ¿A Dónde Te Diriges?>> 24.- Y Él Le Contestó: <<-Mi Señora, Mi Reina, Mi Muchachita, Allá Llegaré A Tu Casita De México Tlatelolco. Voy En Pos De Las Cosas De Dios Que Se Dignan Darnos, Enseñarnos, Quienes Son Imágenes Del Señor, Nuestro Dueño, Nuestros Sacerdotes>>.

25.- Actocontinuo Con Él Dialoga, Le Hace El Favor De Descubrirle Su Preciosa Y Santa Voluntad, 26.- Le Comunica: <<-Ten La Bondad De Enterarte, Por Favor Pon En Tu Corazón, Hijito Mío El Más Amado, Que Yo Soy La PerFecta Siempre Virgen Santa María, Y Tengo El Privilegio De Ser Madre Del Verdaderísimo Dios, De Ipalnemohuani, (Aquel Por Quien Se Vive), De Teyocoyani (Del Creador De Las Personas), De Tloque Nahuaque (Del Dueño Del Estar Junto A Todo Y Del Abarcarlo Todo), De Ilhuicahua Tlaltipaque (Del Señor Del Cielo Y De La Tierra). Mucho Quiero, Ardo En Deseos De Que Aquí Tengan La Bondad De Construirme Mi Templecito, 27.- Para Allí Mostrárselo A Ustedes, Engrandecerlo, 28.- Entregárselo A Él, A Él Que Es Todo Mi Amor, A Él Que Es Mi Mirada Compasiva, A Él Que Es Mi Auxilio, A Él Que Es Mi Salvación. 29.- Porque En Verdad Yo Me Honro En Ser Madre Compasiva De Todos Ustedes, 30.- Tuya Y De Todas Las Gentes Que Aquí En Esta Tierra Están En Uno, 31.- Y De Los Demás Variados Linajes De Hombres, Mis Amadores, Los Que A Mí Clamen, Los Que Me Busquen, Los Que Me Honren Confiando En Mi Intercesión. 32.- Porque Allí Estaré Siempre Dispuesta A Escuchar Su Llanto, Su Tristeza, Para Purificar, Para Curar Todas Sus Diferentes Miserias, Sus Penas, Sus Dolores.

33.- Y Para Realizar Con Toda Certeza Lo Que Pretende Él, Mi Mirada Misericordiosa, Ojalá Aceptes Ir A Al Palacio Del Obispo De México, Y Le Narres Cómo Nada Menos Que Yo Te Envío De Embajador Para Que Le Manifiestes Cuan Grande Y Ardiente Deseo Tengo De Que Aquí Me Provea De Una Casa, De Que Me Levante En El Llano Mi Templo. Absolutamente Todo, Con Todos Sus Detalles, Le Contarás: Cuanto Has Visto Y Admirado, Y Lo Que Has Oído. 34.- Y Quédate Seguro De Que Mucho Te Lo Voy A Agradecer Y A Pagártelo, 35.- Pues Te Enriqueceré, Te Glorificaré, 36.- Y Mucho Merecerás Con Esto Que Yo Recompense Tu Cansancio, Tu Molestia De Ir A Ejecutar La Embajada Que Te Confiero.37.- Ya Has Oído, Hijo Mío El Más Amado, Mi Aliento, Mi Palabra: ¡Ojalá Aceptes Ir Y Tengas La Bondad De Poner Todo Tu Esfuerzo!>>

ENTREVISTA CON ZUMARRAGA

38.- E Inmediatamente En Su Presencia Se Postró, Respetuosamente Le Dijo: <<-Señora Mía, Mi Niña, Por Supuesto Que Ya Voy Para Poner Por Obra Tu Venerable Aliento, Tu Amada Palabra. Por Ahora De Ti Me Despido, Yo, Tu Humilde Servidor.>>

39.- En Seguida Bajó Para Ir A Poner Por Obra Su Encargo: Vino A Tomar La Calzada Que Viene Derecho A México. 40.- Y Cuando Hubo Llegado Al Interior De La Ciudad, De Inmediato Y Directo Se Fue Al Palacio Del Obispo Que Muy Recientemente Había Llegado De Jefe De Sacerdotes, Cuyo Reverendo Nombre Era D. Fray Juan De Zumárraga, Sacerdote De San Francisco. 41.- Y Al Llegar, De Inmediato Hace El Intento De Verlo, Rogando A Sus Servidores, Sus Domésticos, Que Vayan A Anunciarlo. 42.- Al Cabo De Una Espera Un Tanto Excesiva, Vienen A Llamarlo Cuando El Señor Obispo Tuvo A Bien Convocarlo Para Que Pasara.

43.- Y En Cuanto Entró, En Seguida En Su Presencia Se Arrodilló, Se Postró. Luego Ya Le Declara, Le Narra El Venerable Aliento, La Preciosa Palabra De La Reina Del Cielo, Su Mensaje, Y También Le Refirió Respetuosamente Todas Las Cosas Que Admiró, Que Miró, Que Escuchó. 44.- Y Cuando Hubo Escuchado Todas Sus Palabras, Su Mensaje, Como Que No Del Todo Le Dio Crédito. 45.- Le Respondió, Se Dignó Decirle: <<-Hijito Mío, Otra Vez Vendrás, Aún Con Calma Te Oiré, Muy Aun Desde El Principio Lo Miraré, Pensaré Lo Que Te Hizo Venir Acá, Tu Voluntad, Tu Deseo.>>

SEGUNDA APARICIÓN

46.- Salió, Pues, Abatido De Tristeza Porque Su Encomienda No Se Realizó De Inmediato. 47.- En Seguida Se Regresó. Poco Después, Ya Al Acabar El Día, Se Vino Luego En Derechura A La Cumbre Del Cerrito, 48.- Y Allí Tuvo La Grande Suerte De Reencontrar A La Reina Del Cielo, Allí Precisamente Donde Por Primera Vez La Había Visto. Lo Estaba Esperando Bondadosamente. 49.- Y Apenas La Miró, Se Postró En Su Presencia, Se Arrojó Por Tierra, Tuvo El Honor De Decirle: 50.- <<Dueña Mía, Señora, Reina, Hijita Mía La Más Amada, Mi Virgencita, Fui Allá Donde Tú Me Enviaste Como Mensajero, Fui A Cumplir Tu Venerable Aliento, Tu Amable Palabra. Aunque Muy Difícilmente, Entré Al Lugar Del Estrado Del Jefe De Los Sacerdotes. Lo Vi, En Su Presencia Expuse Tu Venerable Aliento, Tu Amada Palabra, Como Tuviste La Bondad De Mandármelo>>. 51.- <<Me Recibió Amablemente Y Me Escuchó Bondadosamente, Pero, Por La Manera Como Me Respondió, Su Corazón No Quedó Satisfecho, No Lo Estima Cierto. 52.- Me Dijo: Otra Vez Vendrás, Aún Con Más Calma Te Oiré, Muy Aun Desde El Principio Examinaré La Razón Por La Que Has Venido, Tu Deseo, Tu Voluntad.>>

53.- <<Me Di Perfecta Cuenta, Por La Forma Cómo Me Contestó, Que Piensa Que El Templo Que Tú Te Dignas Concedernos El Privilegio De Edificarte Aquí, Quizá Es Mera Invención Mía, Que Tal Vez No Es De Tus Venerados Labios. 54.-Por Lo Cual, Mucho Te Ruego, Señora Mía, Mi Reina, Mi Virgencita, Que Ojalá A Alguno De Los Ilustres Nobles, Que Sea Conocido, Respetado, Honrado, A Él Le Concedas Que Se Haga Cargo De Tu Venerable Aliento, De Tu Preciosa Palabra Para Que Sea Creído.>> 55.- <<Porque Yo En Verdad No Valgo Nada, Soy Mecapal, Soy Cacaxtle, Soy Cola, Soy Ala, Sometido A Hombros Y A Cargo Ajeno, No Es Mi Paradero Ni Mi Paso Allá Donde Te Dignas Enviarme, Virgencita Mía, Hijita Mía La Más Amada, Señora, Reina. 56.- Por Favor, Perdóname: Afligiré Tu Venerado Rostro, Tu Amado Corazón. Iré A Caer En Tu Justo Enojo, En Tu Digna Cólera, Señora, Dueña Mía>

57.- Y La Siempre Gloriosa Virgen Tuvo La Afabilidad De Responderle: 58.- <<-Escucha, Hijito Mío El Más Pequeño, Ten Por Seguro Que No Son Pocos Mis Servidores, Mis Embajadores Mensajeros A Quienes Podría Confiar Que Llevaran Mi Aliento, Mi Palabra, Que Ejecutaran Mi Voluntad; 59.- Mas Es Indispensable Que Seas Precisamente Tú Quien Negocie Y Gestione, Que Sea Totalmente Por Tu Intervención Que Se Verifique, Que Se Lleve A Cabo Mi Voluntad, Mi Deseo. 60.- Y Muchísimo Te Ruego, Hijito Mi Consentido, Y Con Rigor Te Mando, Que Mañana Vayas Otra Vez A Ver Al Obispo. 61.- Y De Mi Parte Adviértele, Hazle Oír Muy Claro Mi Voluntad, Mi Deseo Para Que Realice, Para Que Haga Mi Templo Que Le Pido. 62.- Y De Nuevo Comunícale De Que Manera Nada Menos Que Yo, Yo La Siempre Virgen María, La Venerable Madre De Dios, Allá Te Envío De Mensajero.>>

63.- Y Juan Diego Le Respondió Respetuosamente, Le Dijo Reverentemente: <<-Señora Mía, Reina, Virgencita Mía, Ojalá Que No Aflija Yo Tu Venerable Rostro, Tu Amado Corazón; Con El Mayor Gusto Iré, Voy Ciertamente A Poner En Obra Tu Venerable Aliento, Tu Amada Palabra; De Ninguna Manera Me Permitiré Dejar De Hacerlo, Ni Considero Penoso El Camino. 64.- Iré, Pues, Desde Luego, A Poner En Obra Tu Venerable Voluntad, Pero Bien Puede Suceder Que No Sea Favorablemente Oído, O, Si Fuere Oído, Quizá No Seré Creído; Pero 65.- Mañana, Por La Tarde, Cuando Se Ponga El Sol, Vendré A Devolver A Tu Venerable Aliento, A Tu Amada Palabra Lo Que Me Responda El Jefe De Los Sacerdotes>> 66.- <<Ya Me Despido, Hijita Mía La Más Amada, Virgencita Mía, Señora, Reina. Por Favor, Quédate Tranquila>>.
67.- Y, Acto Continuo, Él Se Fue A Su Casa A Descansar.

SEGUNDA ENTREVISTA CON ZUMARRAGA

68.- Al Día Siguiente, Domingo, Muy De Madrugada, Cuando Todo Estaba Aún Muy Oscuro, De Allá Salió De Su Casa Hacia Acá, A Tlaltelolco: Viene A Aprender Las Cosas Divinas, A Ser Pasado En Lista; Luego A Ver Al Gran Sacerdote.69.- Y Como A Las Diez De La Mañana Estuvo Dispuesto: Se Había Oído Misa, Se Había Pasado Lista, Se Había Dispersado Toda La Gente. 70.- Y Él, Juan Diego, Luego Fue Al Palacio Del Señor Obispo. 71.- Y Tan Pronto Como Llegó, Hizo Todo Lo Posible Para Tener El Privilegio De Verlo, Y Con Mucha Dificultad Otra Vez Tuvo Ese Honor.

72.- A Sus Pies Hincó Las Rodillas, Llora, Se Pone Triste, En Tanto Que Dialoga, Mientras Le Expone El Venerable Aliento, La Amada Palabra De La Reina Del Cielo, 73.- Para Ver Si Al Fin Era Creída La Embajada, La Voluntad De La Perfecta Virgen, Tocante A Que Le Hagan, Le Edifiquen, Le Levanten, Su Templo Donde Se Dignó Indicarlo, En Donde Se Digna Quererlo. 74.- Y El Señor Obispo Muchísimas Cosas Le Preguntó, Le EXaminó, Para Que Bien En Su Corazón Constase (Para Cerciorarse) Dónde Fue A Verla, Qué Aspecto Tenía. Todo Lo Narró Al Señor Obispo, Con Todos Sus Detalles, 75.- Pero, Pese A Que Todo Absolutamente Se Lo Pormenorizó, Hasta En Los Más Menudos Detalles, Y Que En Todas Las Cosas Vio, Se Asombró Porque Clarísimamente Aparecía Que Ella Era La Perfecta Virgen, La Venerable, Gloriosa Y Preciosa Madre De Nuestro Salvador Jesucristo, 76.- A Fin De Cuentas, No Estuvo De Acuerdo De Inmediato, 77.- Sino Que Le Dijo Que No Nada Más Por Su Palabra, Su Petición, Se Haría, Se Ejecutaría Lo Que Solicitaba, 78.- Que Era Todavía Indispensable Algo Como Señal Para Que Poder Creerle Que Era Precisamente Ella, La Reina Del Cielo, Quien Se Dignaba Enviarlo De Mensajero.

79.- Y Tan Pronto Como Lo Oyó, Juan Diego Dijo Respetuosamente Al Obispo: 80.- <<-Señor Gobernante, Por Favor Sírvete Ver Cuál Será La Señal Que Tienes A Bien Pedirle, Pues En Seguida Me Pondré En Camino Para Solicitársela A La Reina Del Cielo, Que Se Dignó Enviarme Acá De Mensajero>>.81.- Y Cuando Vio El Obispo Que Todo Lo Confirmaba, Que Desde Su Primera Reacción En Nada Titubeaba O Dudaba, Luego Lo Despidió; Pero 82.- Apenas Hubo Salido, Luego Ordenó A Algunos Criados, En Quienes Tenía Gran Confianza, Que Fueran Detrás De Él, Que Cuidadosamente Lo Espiaran A Dónde Iba, Y A Quién Veía O Hablaba. 83.- Y Así Se Hizo. Y Juan Diego En Seguida Se Vino Derecho, Enfiló La Calzada.

84.- Y Lo Siguieron, Pero Allí Donde Sale La Barranca, Cerca Del Tepeyac, Por El Puente De Madera, Lo Perdieron De Vista, Y Por Más Que Por Todas Partes Lo Buscaron, Ya En Ningún Lugar Lo Vieron, 85.- Por Lo Que Se Regresaron. Y Con Eso No Sólo Se Vinieron A Enfadar Grandemente, Sino También Porque Los Frustró, Los Dejó Furiosos, 86.- De Manera Que Le Fueron A Insistir Al Señor Obispo, Le Metieron En La Cabeza Que No Le Creyera, Le Inventaron Que Lo Que Hacía Era Sólo Engañarlo Deliberadamente, Que Era Mera Ficción Lo Que Forjaba, O Bien Que Sólo Lo Había Soñado, Sólo Imaginado En Sueños Lo Que Decía, Lo Que Solicitaba. 87.- Y En Este Sentido Se Confabularon Unos Con Otros, Que Si Llegaba A Volver, A Regresar, Allí Lo Habían De Agarrar Y Castigar Duramente Para Que Otra Vez Ya No Ande Contando Mentiras, Ni Alborotando A La Gente. 88.- Entre Tanto Juan Diego Estaba En La Presencia De La Santísima Virgen, Comunicándole La Respuesta Que Venía A Traerle De Parte Del Señor Obispo. 89.- Y Cuando Se Lo Hubo Notificado, La Gran Señora Y Reina Le Respondió: 90.- <<-Así Está Bien, Hijito Mío El Más Amado, Mañana De Nuevo Vendrás Aquí Para Que Lleves Al Gran Sacerdote La Prueba, La Señal Que Te Pide. 91.- Con Eso En Seguida Te Creerá, Y Ya, A Ese Respecto, Para Nada Desconfiará De Ti Ni De Ti Sospechará. 92.- Y Ten Plena Seguridad, Hijito Mío Predilecto, Que Yo Te Pagaré Tu Cuidado, Tu Servicio, Tu Cansancio Que Por Amor A Mí Has Prodigado. 93.- ¡Animo, Mi Muchachito! Que Mañana Aquí Con Sumo Interés Habré De Esperarte>>.

TERCERA APARICIÓN

EL TIO MORIBUNDO 94.- Pero A La Mañana Siguiente, Lunes, Cuando Juan Diego Debería Llevarle Alguna Señal Suya Para Ser Creído, Ya No Regresó, 95.- Porque Cuando Fue A Llegar A Su Casa, A Un Tío Suyo, De Nombre Juan Bernardino, Se Le Había Asentado La Enfermedad, Estaba En Las Últimas, 96.- Por Lo Que Se Pasó El Día Buscando Médicos, Todavía Hizo Cuanto Pudo Al Respecto; Pero Ya No Era Tiempo, Ya Estaba Muy Muy Grave. 97.- Y Al Anochecer, Le Rogó Instantemente Su Tío Que, Todavía De Noche, Antes Del Alba, Le Hiciera El Favor De Ir A Tlaltelolco A Llamar A Algún Sacerdote Para Que Viniera, Para Que Se Dignara Confesarlo, Se Sirviera Disponerlo, 98.- Porque Estaba Del Todo Seguro Que Ya Era El Ahora, Ya Era El Aquí Para Morir, Que Ya No Habría De Levantarse, Que Ya No Sanaría. 99.- Y El Martes, Todavía En Plena Noche, De Allá Salió, De Su Casa, Juan Diego, A Llamar Al Sacerdote, Allá En Tlatelolco. 100.- Y Cuando Ya Vino A Llegar A La Cercanía Del Cerrito Tepeyac, A Su Pie, Donde Sale El Camino, Hacia El Lugar Donde Se Pone El Sol, Donde Antes Él Pasara, Se Dijo: 101.- <<-Si Sigo De Frente Por El Camino, No Vaya A Ser Que Me Vea La Noble Señora, Porque Como Antes Me Hará El Honor De Detenerme Para Que Lleve La Señal Al Jefe De Los Sacerdotes, Conforme A Lo Que Se Dignó Mandarme. 102.- Que Por Favor Primero Nos Deje Nuestra Aflicción, Que Pueda Yo Ir Rápido A Llamar Respetuosamente El Sacerdote Religioso. Mi Venerable Tío No Hace Sino Estar Aguardándolo>>.

103.- En Seguida Le Dio La Vuelta Al Monte Por La Falda, Subió A La Otra Parte, Por Un Lado, Hacia Donde Sale El Sol, Para Ir A Llegar Rápido A México, Para Que No Lo Demorara La Reina Del Cielo. 104.- Se Imaginaba Que Por Dar Allí La Vuelta, De Plano No Iba A Verlo Aquella Cuyo Amor Hace Que Absolutamente Y Siempre Nos Esté Mirando. 105.- Pero La Vio Como Hacia Acá Bajaba De Lo Alto Del Montecito, Desde Donde Se Había Dignado Estarlo Observando, Allá Donde Desde Antes Lo Estuvo Mirando Atentamente. 106.- Le Vino A Salir Al Encuentro De Lado Del Monte, Vino A Cerrarle El Paso, Se Dignó Decirle: 107.- <<-¿Qué Hay, Hijo Mío El Más Pequeño? ¿A Dónde Vas? ¿A Dónde Vas A Ver?>>.

108.- Y Él, ¿Acaso Un Poco Por Eso Se Apenó, Tal Vez Se Avergonzó, O Acaso Por Eso Se Alteró, Se Atemorizó? 109.- En Su Presencia Se Postró, Con Gran Respeto La Saludó, Tuvo El Honor De Decirle: 110.- <<-Mi Virgencita, Hija Mía La Más Amada, Mi Reina, Ojalá Estés Contenta; ¿Cómo Amaneciste? ¿Estás Bien De Salud?, Señora Mía, Mi Niñita Adorada? 111.- Causaré Pena A Tu Venerado Rostro, A Tu Amado Corazón: Por Favor, Toma En Cuenta, Virgencita Mía, Que Está Gravísimo Un Criadito Tuyo, Tío Mío. 112.- Una Gran Enfermedad En Él Se Ha Asentado, Por Lo Que No Tardará En Morir. 113.- Así Que Ahora Tengo Que Ir Urgentemente A Tu Casita De México, A Llamar A Alguno De Los Amados De Nuestro Señor, De Nuestros Sacerdotes, Para Que Tenga La Bondad De Confesarlo, De Prepararlo. 114.- Puesto Que En Verdad Para Esto Hemos Nacido: Vinimos A Esperar El Tributo De Nuestra Muerte. 115.- Pero, Aunque Voy A Ejecutar Esto, Apenas Termine, De Inmediato Regresaré Aquí Para Ir A Llevar Tu Venerable Aliento, Tu Amada Palabra, Señora, Virgencita Mía. 116.- Por Favor, Ten La Bondad De Perdonarme, De Tenerme Toda Paciencia. De Ninguna Manera En Esto Te Engaño, Hija Mía La Más Pequeña, Mi Adorada Princesita, Porque Lo Primero Que Haré Mañana Será Venir A Toda Prisa>>.

117.- Y Tan Pronto Como Hubo Escuchado La Palabra De Juan Diego, Tuvo La Gentileza De RespOnderle La Venerable Y Piadosísima Virgen: 118.- <<-Por Favor Presta Atención A Esto, Ojalá Que Quede Muy Grabado En Tu Corazón, Hijo Mío El Más Querido: No Es Nada Lo Que Te Espantó, Te Afligió, Que No Se Altere Tu Rostro, Tu Corazón. Por Favor No Temas Esta Enfermedad, Ni En Ningún Modo A Enfermedad Otra Alguna O Dolor Entristecedor. 119.- ¿Acaso No Estoy Yo Aquí, Yo Que Tengo El Honor De Ser Tu Madre? ¿Acaso No Estás Bajo Mi Sombra, Bajo Mi Amparo? ¿Acaso No Soy Yo La Fuente De Tu Alegría? ¿Qué No Estás En Mi Regazo, En El Cruce De Mis Brazos? ¿Por Ventura Aun Tienes Necesidad De Cosa Otra Alguna? 120.- Por Favor, Que Ya Ninguna Otra Cosa Te Angustie, Te Perturbe, Ojalá Que No Te Angustie La Enfermedad De Tu Honorable Tío, De Ninguna Manera Morirá Ahora Por Ella. Te Doy La Plena Seguridad De Que Ya Sanó>>.

121.- (Y Luego, Exactamente Entonces, Sanó Su Honorable Tío, Como Después Se Supo).

LAS FLORES

122.- Y Juan Diego, Apenas Oyó El Venerable Aliento, La Amada Palabra De La Reina Del Cielo, Muchísimo Con Ello Se Consoló, Mucho Con Ello Quedó Satisfecho Su Corazón. 123.- Y Le Suplicó Instantemente Que De Inmediato Tuviera A Bien Enviarlo De Mensajero Para Ver Al Gobernante Obispo, Para Llevarle La Señal, Su Comprobación, Para Que Le Crea. 124.- Y La Reina Del Cielo De Inmediato Se Sirvió Mandarle Que Subiera Arriba Del Cerrito, Allí Donde Antes Había Tenido El Honor De Verla. 125.- Se Dignó Decirle: <<-Sube, Hijito Mío Queridísimo, Arriba Del Cerrito, Donde Me Viste Y Te Di Órdenes. 126.- Allí Verás Que Están Sembradas Diversas Flores: Córtalas, Reúnelas, Ponlas Juntas. Luego Bájalas Acá, Aquí Ante Mí Tráemelas>>.

127.- Y Acto Continuo, Juan Diego Subió Al Cerrito. 128.- Y Al Alcanzar La Cumbre, Quedó Mudo De Asombro Ante Las Variadas, Excelentes, Maravillosas Flores, Todas Extendidas, Cuajadas De Capullos Reventones, Cuando Todavía No Era Su Tiempo De Darse. 129.- Porque En Verdad Entonces Las Heladasson Muy Fuertes. 130.- Su Perfume Era Intenso, Y El Rocío De La Noche Como Que Las Cuajaba De Perlas Preciosas. 131.- En Seguida Se Puso A Cortarlas, Todas Absolutamente Las Juntó, Llenó Con Ellas El Hueco De Su Tilma. 132.- Y Conste Que La Cúspide Del Cerrito Para Nada Es Lugar Donde Se Den Flores, Porque Lo Que Hay En Abundancia Son Riscos, Abrojos, Gran Cantidad De Espinas, De Nopales, De Mezquites. 133.- Y Si Algunas Hierbezuelas Se Dan, Entonces Era El Mes De DiciembRe, En Que Todo Lo Devora, Lo Aniquila El Hielo.

134.- Bajó En Seguida Trayendo A La Reina Del Cielo Las Diversas Flores Que Le Había Ido A Cortar, 135.- Y Ella, Al Verlas, Tuvo La Afabilidad De Tomarlas En Sus Manecitas, 136.- Y Volvió Amablemente A Colocárselas En El Hueco De Su Tilma. Se Dignó Decirle:137.- <<-Hijito Queridísimo, Estas Diferentes Flores Son La Prueba, La Señal Que Le Llevarás Al Obispo. 138.- De Parte Mía Le Dirás Que Por Favor Vea En Ella Mi Deseo, Y Con Eso Ejecute Mi Deseo, Mi Voluntad. 139.- Y Tú... Tú Eres Mi Plenipotenciario, Puesto Que En Ti Pongo Toda Mi Confianza. 140.- Y Con Todo Rigor Te Ordeno Que Sólo Exclusivamente Frente Al Obispo Despliegues Tu Tilma Y Le Muestres Lo Que Llevas. 141.- Y Le Contarás Con Todo Detalle Cómo Yo Te Mandé Que Subieras Al Cerrito Para Cortar Las Flores, Y Todo Lo Que Viste Y Admiraste. 142.- Y Con Esto Le Conmoverás El Corazón Al Gran Sacerdote Para Que Interceda Y Se Haga, Se Erija Mi Templo Que He Pedido".

143.- Y Al Dignarse Despedirlo La Reina Del Cielo, Vino A Tomar La Calzada, Viene Derecho A México, Viene Feliz, Rebosante De Alegría, 144.- Ya Así Viene, Rebosante De Dicha Su Corazón, Porque Esta Vez Todo Saldrá Bien, Lo Desempeñará Bien. 145.- Pone Exquisito Cuidado En Lo Que Trae En El Hueco De Su Tilma, No Vaya A Ser Que Algo Se Le Caiga. 146.- Viene Extasiado Por El Perfume De Las Flores, Tan Diferentes Y Maravillosas.

CUARTA APARICIÓN TERCERA ENTREVISTA CON ZUMÁRRAGA

147.- Y Al Llegar Al Palacio Episcopal Le Salió Al Encuentro El Mayordomo E Incluso Otros Criados Del Señor Obispo. 148.- Y Les Rogó Que Por Favor Le Dijeran Que Quería Verlo; Pero Ninguno Accedió, No Querían Hacerle Caso, Quizá Porque Aún No Amanecía, 149.- O Quizá Porque Ya Lo Conocen, Que Sólo Los Fastidia, Que Les Es Insoportable, 150.- Y Porque Ya Les Habían Hablado De Él Sus Compañeros Que Lo Habían Perdido De Vista Cuando Pretendieron Seguirlo. 151.- Muy Largo Tiempo Estuvo Esperando La Respuesta, 152.- Y Cuando Vieron Que Llevaba Ahí Tan Largo Tiempo, Cabizbajo, Sin Hacer Nada, A Ver Si Era Llamado, Notaron Que Al Parecer Traía Algo En Su Tilma, Y Se Le Acercaron Para Ver Lo Que Traía, Para Dar Gusto A Su Corazón. 153.- Y Al Ver Juan Diego Que Era Imposible Ocultarles Lo Que Llevaba, Y Que Por Eso Lo Molestarían, Lo Expulsarían A Empellones O Lo Maltratarían, Un Poquito Les Mostró Que Eran Flores. 154.- Y Al Ver Que Se Trataba De Diversas Y Finísimas Flores, Siendo Que No Era Su Tiempo, Se Asombraron Muchísimo, Y Más Al Ver Cuán Frescas Estaban, Cuán Abiertas, Cuán Exquisito Su Perfume, Cuán Preciosas, 155.- Y Ansiaron Coger Unas Cuantas, Arrebatárselas. 156.- Y No Una, Sino Tres Veces Se Atrevieron A Agarrarlas, Pero Fracasaron, 157.- Porque Cuando Pretendían Tomarlas, Ya No Podían Ver Flores, Sino Las Veían Como Pinturas, Como Bordados O Aplicaciones En La Tilma.

158.- Con Eso, En Seguida Fueron A Decirle Respetuosamente Al Señor Obispo LO Que Habían Visto, 159.- Y Que Pretendía Verlo El Indito Que Ya Tantas Veces Había Venido, Quien Tenía Mucho Esperando El Recado, Porque Suplicaba Permiso Para Verlo. 160.- Y Tan Pronto Como El Señor Obispo Escuchó Eso, Captó Su Corazón Que Esa Era La Prueba Para Que Aceptara Lo Que Ese Hombre Había Estado Gestionando. 161.- De Inmediato Se Sirvió Llamarlo, Que En Seguida Entrara A Casa Para Verlo.162.- Y Cuando Entró, Se Prosternó En Su Presencia, Como Toda Persona Bien Educada. 163.- Y De Nueva Cuenta, Y Con Todo Respeto, Le Narró Todo Lo Que Había Visto, Admirado, Y Su Mensaje.

- Le Dijo Con Gran Respeto: <<-Mi Señor, Gobernante, Ya Hice, Ya Cumplí Lo Que Tuviste A Bien Mandarme, 165.- Y Así Tuve El Honor De Ir A Comunicarle A La Señora, Mi Ama, La Reina Del Cielo, Venerable Y Preciosa Madre De Dios, Que Tú Respetuosamente Pedías Una Señal Para Creerme, Y Para Hacerle Su Templecito, Allí Donde Tiene La Bondad De Solicitarte Que Se Lo Levantes. 166.- Y También Tuve El Honor De Decirle Que Me Había Permitido Darte Mi Palabra De Que Tendría El Privilegio De Traerte Algo Como Señal, Como Prueba De Su Venerable Voluntad, Conforme A Lo Que Tú Te Dignaste Indicarme>>. 167.- <<Y Tuvo A Bien Oír Tu Venerable Aliento, Tu Venerable Palabra Y Se Prestó Gustosa A Tu Solicitud De Alguna Cosa Como Prueba, Como Señal, Para Que Se Haga, Se Ejecute Su Amada Voluntad. 168.- Y Hoy, Siendo Aún Noche Cerrada, Se Sirvió Mandarme Que Tuviera El Honor De Venir De Nuevo A Verte. 169.- Y Yo Me Honré Pidiéndole Algo Como Su Señal Para Que Fuera Creído, Conforme A Lo Que Me Había Dicho Que Me Daría, Y De Inmediato, Pero Al Instante, Condescendió En Realizarlo, 170.- Y Se Sirvió Enviarme A La Cumbre Del Cerrito, Donde Antes Había Tenido El Honor De Verla, Para Que Fuera A Cortar Flores Diferentes Y Preciosas>>. 171.- <<Y Luego Que Tuve El Privilegio De Ir A Cortarlas, Se Las Llevé Abajo. 172.- Y Se Dignó Tomarlas En Sus Manecitas, 173.- Para De Nuevo Dignarse Ponerlas En El Hueco De Mi Tilma, 174.- Para Que Tuviera El Honor De Traértelas Y Sólo A Ti Te Las Entregara>>.

175.- <<Pese A Que Yo Sabía Muy Bien Que La Cumbre Del Cerrito No Es Lugar Donde Se Den Flores, Puesto Que Sólo Abundan Los Riscos, Abrojos, Espinas, Nopales Escuálidos, Mezquites, No Por Ello Dudé, No Por Eso Vacilé. 176.- Cuando Fui A Alcanzar La Cumbre Del Montecito, Quedé Sobrecogido: ¡Estaba En El Paraíso!. 177.- Allí Estaban Reunidas Todas Las Flores Preciosas Imaginables, De Suprema Calidad, Cuajadas De Rocío, Resplandecientes, De Manera Que Yo -Emocionado- Me Puse En Seguida A Cortarlas. 178.- Y Se Dignó Concederme El Honor De Venir A Entregártelas, Que Es Lo Que Ahora Hago, Para Que En Ellas Te Sirvas Ver La Señal Que Pedías, Para Que Te Sirvas Poner Todo En Ejecución. 179.- Y Para Que Quede Patente La Verdad De Mi Palabra, De Mi Embajada, 180.- ¡Aquí Las Tienes, Hazme El Honor De Recibirlas!>>


LA IMAGEN EN LA TILMA

181.- Y Enese Momento Desplegó Su Blanca Tilma, En Cuyo Hueco, Estando De Pie, Llevaba Las Flores. 182.- Y Así, Al Tiempo Que Se Esparcieron Las Diferentes Flores Preciosas, 183.- En Ese Mismo Instante Se Convirtió En Señal, Apareció De Improviso La Venerada Imagen De La Siempre Virgen María, Madre De Dios, Tal Como Ahora Tenemos La Dicha De Conservarla, 184.- Guardada Ahí En Lo Que Es Su Hogar Predilecto, Su Templo Del Tepeyac, Que Llamamos Guadalupe. 185.- Y Tan Pronto Como La Vio El Señor Obispo, Y Todos Los Que Allí Estaban, Se Arrodillaron Pasmados De Asombro, 186.- Se Levantaron Para Verla, Profundamente Conmovidos Y Convertidos, Suspensos Su Corazón, Su Pensamiento. 187.- Y El Señor Obispo, Con Lágrimas De Compunción Le Rogó Y Suplicó Le Perdonara Por No Haber Ejecutado De Inmediato Su Santa Voluntad, Su Venerable Aliento, Su Amada Palabra.

188.- Y Poniéndose De Pie, Desató Del Cuello La Vestidura, El Manto De Juan Diego, 189.- En Donde Se Dignó Aparecer, En Donde Está Estampada La Señora Del Cielo, 190.- Y En Seguida, Con Gran Respeto, La Llevó Y La Dejó Instalada En Su Oratorio. 191.- Y Todavía Un Día Entero Pasó Juan Diego En Casa Del Obispo, Él Tuvo A Bien Retenerlo. 192.- Y Al Día Siguiente Le Dijo: <<-¡Vamos! Para Que Muestres Dónde Es La Voluntad De La Reina Del Cielo Que Le Erijan Su Templecito>>. 193.- De Inmediato Se Convidó Gente Para Hacerlo, Para Levantarlo.

194.- Y Juan Diego, Una Vez Que Les Hubo Mostrado Dónde Se Había Dignado Mandarle La Señora Del Cielo Que Se Levantara Su Templecito, Luego Les Pidió Permiso. 195.- Aun Quería Ir A Su Casa Para Ver A Su Honorable Tío Juan Bernardino, Que Estaba En Cama Gravísimo Cuando Lo Había Dejado Y Venido Para Llamar A Algún Sacerdote, Allá En Tlatelolco, Para Que Lo Confesara Y Dispusiera, De Quien La Reina Del Cielo Se Había Dignado Decirle Que Ya Estaba Sano. 196.- Y No Solamente No Lo Dejaron Ir Solo, Sino Que Lo Escoltaron Hasta Su Casa. 197.- Y Al Llegar Vieron A Su Venerable Tío Que Estaba Muy Contento, Ya Nada Le Dolía. 198.- Y Él Quedó Muy Sorprendido De Ver A Su Sobrino Tan Escoltado Y Tan Honrado. 199.- Y Le Preguntó A Su Sobrino Por Qué Ocurría Aquello, Por Qué Tanto Lo Honraran.

QUINTA APARICIÓN: EL NOMBRE DE GUADALUPE

200.- Y Él Le Dijo Cómo Cuando Salió A Llamar Al Sacerdote Para Que Lo Confesara Y Preparara, Allá En El Tepeyac Bondadosamente Se Le Apareció La Señora Del Cielo, 201.- Y Lo Mandó Como Su Mensajero A Ver Al Señor Obispo Para Que Se Sirviera Hacerle Una Casa En El Tepeyac, 202.- Y Tuvo La Bondad De Decirle Que No Se Afligiera, Que Ya Estaba Bien, Con Lo Que Quedó Totalmente Tranquilo. 203.- Y Le Dijo Su Venerable Tío Que Era Verdad, Que Precisamente En Ese Momento Se Dignó Curarlo. 204.- Y Que La Había Visto Ni Más Ni Menos Que En La Forma Exacta Como Se Había Dignado Aparecérsele A Su Sobrino. 205.- Y Le Dijo Cómo A Él También Se Dignó Enviarlo A México Para Ver Al Obispo. 206.- Y Que, Cuando Fuera A Verlo, Que Por Favor Le Manifestara, Le Informara Con Todo Detalle Lo Que Había Visto, 207.- Y Cuán Maravillosamente Se Había Dignado Sanarlo, 208.- Y Que Condescendía A Solicitar Como Un Favor Que A Su Preciosa Imagen Precisamente Se Le Llame, Se Le Conozca Como La SIEMPRE VIRGEN SANTA MARÍA DE GUADALUPE.

INICIO DEL CULTO

209.- Y En Seguida Traen A Juan Bernardino A La Presencia Del Señor Obispo, Para Rendir Su Informe Y Dar Fe Ante Él. 210.- Y A Ambos, A Él Y A Su Sobrino, Los Hospedó El Obispo En Su Casa Unos Cuantos Días, 211.- Durante Todo El Tiempo Que Se Erigió El Templecito De La Soberana Señora Allá En El Tepeyac, Donde Se Dignó Dejarse Ver De Juan Diego. 212.- Y El Señor Obispo Trasladó A La Iglesia Mayor La Preciosa Y Venerada Imagen De La Preciosa Niña Del Cielo. 213.- Tuvo A Bien Sacarla De Su Palacio, De Su Oratorio, Donde Estaba, Para Que Toda La Gente Pudiera Ver Y Admirar Su Maravillosa Imagen. 214.- Absolutamente Toda La Ciudad Se Puso En Movimiento Ante La Oportunidad De Ver Y Admirar Su Preciosa Y Amada Imagen.

LA CONVERSIÓN DE MÉXICO

215.- Venían A Reconocer Su Carácter Divino, 216.- A Tener La Honra De Presentarle Sus Plegarias, 217.- Y Mucho Admiraban Todos La Forma Tan Manifiestamente Divina Que Había Elegido Para Hacerles La Gracia De Aparecerse, 218.- Como Que Es Un Hecho Que A Ninguna Persona De Este Mundo Le Cupo El Privilegio De Pintar Lo Esencial De Su Preciosa Y Amada Imagen.

 

DESCRIPCION DE LA IMAGEN

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó impresa en un tosco tejido hecho con fibras de maguey. Se trata del ayate, usado por los indios para acarrear cosas y no de una tilma, que usualmente era de tejido más fino de algodón. La trama del ayate es tan burda y sencilla, que se puede ver claramente a través de ella, y la fibra del maguey es un material tan inadecuado que ningún pintor lo hubiera escogido para pintar sobre el.

La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es una maravillosa síntesis cultural, una obra maestra que presentó la nueva fe de manera tal que pudo ser entendida y aceptada inmediatamente por los indios mexicanos. Es imposible de describir aquí la rica y complicada simbología que contiene este cuadro-códice porque cada detalle de color y de forma es portador de un mensaje teológico.

El rostro impreso en el ayate es el de una joven mestiza; una anticipación, pues en aquel momento todavía no habían mestizos de esa edad en México.

María asume así el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva raza, rechazados entonces tanto por los indios como por los conquistadores. El cuadro que se conserva en la moderna Basílica del Tepeyac mide aproximadamente 66 x 41 pulgadas y la imagen de la Virgen ocupa unas 56 pulgadas del mismo. La Virgen está de pié y su rostro se inclina delicadamente recordando un poco las tradicionales "Inmaculadas". Esta oportuna inclinación evita que el empate que une las dos piezas del tejido caiga dentro de la faz de la Virgen. El manto azul salpicado de estrellas es la "Tilma de Turquesa" con que se revestían los grandes señores, e indica la nobleza y la importancia del portador. Los rayos del sol circundan totalmente a la Guadalupana como para indicar que ella es su aurora. Esta joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo indican el lazo negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento debajo de este y la intensidad de los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre. Su pie esta apoyado sobre una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que la sostiene con gesto severo, lleva abiertas sus alas de águila.

La Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la Madre del Creador y conservador de todo el universo; que viene a su pueblo porque quiere acogerlos a todos, indios y españoles, con un mismo amor de Madre. Con la prodigiosa impresión en el ayate comenzaba un nuevo mundo, la aurora del sexto sol que esperaban los mexicanos.

La imagen ha sufrido serios atentados y ha salido incólume de ácidos corrosivos y hasta de una bomba de gran tamaño que, en 1921, un desconocido escondió entre flores que malvadamente le ofrecía. Al explotar la bomba, causó gran destrucción. El crucifijo de metal que estaba cerca de la Virgen quedó retorcido y sin embargo la imagen de la Virgen quedó intacta. El cristal del marco de su imagen no se rompió. 

ESTUDIOS HECHOS A LA IMAGEN DE NUESTRA SEÑORA

ver estudios de la Basílica de Guadalupe>>>

Los ojos
Estudios oftalmológicos realizados a los ojos de María han detectado que al acercarles luz, la pupila se contrae, y al retirar la luz, se vuelve a dilatar, tal cual como ocurre en un ojo vivo. ¡Los ojos de María están vivos en la tilma!.

También se descubre que los ojos poseen los tres efectos de refracción de la imagen que un ojo humano normalmente posee. Lograr estos efectos a pincel es absolutamente imposible, aún en la actualidad.

Temperatura
Al tomarse la temperatura de la fibra de maguey con que está construida la tilma, se descubre que milagrosamente la misma mantiene una temperatura constante de 36.6 grados, la misma que el cuerpo de una persona viva.

Incorruptibilidad de la tela
La fibra de maguey que constituye la tela de la imagen, no puede en condiciones normales perdurar más que 20 ó 30 años. De hecho, hace varios siglos se pintó una réplica de la imagen en una tela de fibra de maguey similar, y la misma se desintegró después de varias décadas. Mientras tanto, a casi quinientos años del milagro, la imagen de María sigue tan firme como el primer día. Se han hecho estudios científicos a este hecho, sin poder descubrirse el origen de la incorruptibilidad de la tela. No se ha descubierto ningún rastro de pintura en la tela. De hecho, al acercarse uno a menos de 10 centímetros de la imagen, sólo se ve la tela de maguey en crudo. Los colores desaparecen.

Coloración
Estudios científicos de diverso tipo no logran descubrir el origen de la coloración que forma la imagen, ni la forma en que la misma fue pintada. No se detectan rastros de pinceladas ni de otra técnica de pintura conocida. El Dr. Phillip S. Callaghan, del equipo científico de la NASA americana, biofísico de la Universidad de Kansas (EE.UU.), investigador, científico y técnico en pintura, y el Profesor Jody Brant Smith, «Master of Arts», de la Universidad de Miami, Catedrático de Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Pensacolla, afirmaron que el material que origina los colores no es ninguno de los elementos conocidos en la tierra. En su libro «La tilma de Juan Diego» exponen el estudio realizado por ellos a nivel particular. Se ha hecho pasar un rayo láser en forma lateral sobre la tela, detectándose que la coloración de la misma no está ni en el anverso ni en el reverso, sino que los colores flotan a una distancia de tres décimas de milímetro sobre el tejido, sin tocarlo.

Los colores flotan en el aire, sobre la superficie de la tilma. Varias veces, a lo largo de los siglos, los hombres han pintado agregados a la tela. Milagrosamente estos agregados han desaparecido, quedando nuevamente el diseño original, con sus colores vivos. En el año 1791 se vuelca accidentalmente ácido muriático en el lado superior derecho de la tela. En un lapso de 30 días, sin tratamiento alguno, se reconstituye milagrosamente el tejido dañado. Actualmente apenas se advierte este hecho como una breve decoloración en ese lugar, que testimonia lo ocurrido.

Las estrellas
Las estrellas visibles en el Manto de María responden a la exacta configuración y posición que el cielo de México presentaba en el día en que se produjo el milagro, según revelan estudios astronómicos realizados sobre la imagen.

Preservación milagrosa ante ataque con bomba
El 14 de noviembre de 1921, Luciano Pérez, un anarquista español, depositó un arreglo floral al lado de la Tilma de Juan Diego que contenía una bomba de alto poder. La explosión destruyó todo alrededor, menos la tilma, que permaneció en perfecto estado de conservación. Una Cruz de pesado metal que se encontraba en las proximidades fue totalmente doblada por la explosión, y se guarda como testimonio en el templo. Sin embargo, el cristal que protegía la Tilma no se rompió, teniendo en cuenta que en aquella época no había cristales antibala.

Conclusiones de un estudio basado en tecnología digital
El Dr. Enrique Graue, oftalmólogo de fama internacional, director de un hospital oftalmológico en México, afirma: «Examiné los ojos con oftalmoscopio de alta potencia, y pude apreciar en ellos profundidad de ojo como al estar viendo un ojo vivo». En estos ojos aparece el efecto Púrkinje-Sánsom: se triplica la imagen en la córnea y en las dos caras del cristalino. Este efecto fue estudiado por el Dr. Púrkinje de Breslau y Sánsom de París, y en oftalmología se conoce por el fenómeno Púrkinje-Sánsom. Este fenómeno, exclusivo del ojo vivo, fue observado también en el ojo de la Virgen de Guadalupe, por el Dr. Rafael Torija con la ayuda de un oftalmoscopio. Él lo certifica con estas palabras: «Los ojos de la Virgen de Guadalupe dan la impresión de vitalidad». Lo mismo afirman los doctores Guillermo Silva Ribera, Ismael Ugalde, Jaime Palacio, etc. Desde el año 1950, los ojos de la Virgen de Guadalupe han sido examinados por una veintena de oftalmólogos. 3ª parte: Conclusiones de un estudio basado en tecnología digital La tecnología digital da nueva luz a uno de los fenómenos que es todavía una incógnita para la ciencia: el misterio de los ojos de la Virgen de Guadalupe. Los resultados de esta investigación fueron revelados por el ingeniero José Aste Tonsman, del Centro de Estudios Guadalupanos de México, en el Ateneo pontificio "Regina Apostolorum", de Roma.

El doctor Aste, graduado en ingeniería en sistemas ambientales por la Universidad de Cornell, ha estudiado durante más de veinte años la imagen impresa de la Virgen en el burdo tejido hecho con fibras de maguey -una especie de cactus- de la tilma del beato Juan Diego, el indígena que recibió las apariciones que cambiaron decisivamente la historia de México. Se trata de una tela que no dura más de veinte años, pero la imagen se mantiene intacta como el primer día desde hace casi cinco siglos, después de haber permanecido más de un siglo sobre una pared húmeda, entre el humo de miles de velas, y manoseada por muchedumbres de indios.

En su conferencia, el doctor Aste insistió en que nos encontramos ante una imagen "que no ha sido pintada por mano de hombre". Ya en el siglo XVIII varios científicos realizaron pruebas científicas que mostraban cómo era imposible pintar una imagen así en un tejido de tal textura. Richard Jun, premio Nobel de Química -recordó el doctor Aste Tonsman-, hizo análisis químicos en los que se pudo constatar que la imagen no tiene colorantes naturales, ni animales, ni mucho menos minerales. Dado que en aquella época no existían los colorantes sintéticos, la imagen, en este aspecto, es inexplicable.

En 1979 los estadounidenses Philip Callahan y Jody B. Smith estudiaron la imagen con rayos infrarrojos y descubrieron con sorpresa que no había huella de pintura y que el tejido no había sido tratado con ningún tipo de técnica. Aste se pregunta: "¿Cómo es posible explicar esta imagen y su consistencia en el tiempo sin colores y con un tejido que no ha sido tratado? Es más, ¿cómo es posible que, a pesar de que no haya pintura, los colores mantengan su luminosidad y brillantez?". El ingeniero peruano añadió que "Callahan y Smith han mostrado cómo la imagen cambia ligeramente de color según el ángulo de visión, un fenómeno que se conoce con el término de iridiscencia, una técnica que no se puede reproducir con manos humanas". Pero, en particular, este prestigioso científico investigó el enigma de los ojos.´

El reflejo transmitido por los ojos de la Virgen de Guadalupe, es la escena en la que Juan Diego mostraba al obispo fray Juan de Zumárraga y a los presentes en la estancia, el manto con la misteriosa imagen el 9 de diciembre de 1531. Comenzó a desarrollar su estudio en 1979. Aumentó los iris de los ojos de la Virgen hasta alcanzar una escala 2.500 veces superior al tamaño real y, a través de procedimientos matemáticos y ópticos, logró identificar doce personajes impresos en los ojos de la Virgen. En los ojos de la Virgen -revela- se encuentran reflejados los testigos del milagro guadalupano, el momento en que Juan Diego mostraba el ayate al obispo.

Los ojos de la Virgen tienen así el reflejo que hubiera quedado impreso en los ojos de cualquier persona en esa posición. Se puede distinguir un indio sentado, que mira hacia lo alto; el perfil de un hombre anciano, con la barba blanca y la cabeza con calvicie avanzada, como el retrato de Juan de Zumárraga realizado por Miguel Cabrera para representar el milagro; un hombre más joven, con toda probabilidad el intérprete Juan González; un indio de rasgos marcados, con barba y bigote, que abre su propio manto ante el obispo, sin duda Juan Diego; una mujer de rostro oscuro, una sierva negra que estaba al servicio del obispo; un hombre de rasgos españoles que mira pensativo acariciándose la barba con la mano. En definitiva, en los ojos de la imagen de la Virgen de Guadalupe está impresa una especie de instantánea de lo que sucedió en el momento en que tuvo lugar el milagro.

En el centro de las pupilas, además, a escala mucho más reducida, se puede ver otra escena, totalmente independiente a la primera. Se trata de una familia indígena compuesta por una mujer, un hombre y algunos niños. En el ojo derecho, aparecen otras personas de pie detrás de la mujer. Hasta aquí llega la ciencia, fue la conclusión de Aste Tönsmann. El cómo se ha realizado algo tan maravilloso no es posible descifrarlo con métodos científicos. El investigador peruano, sin embargo, se aventura a ofrecer un por qué: considera que en los ojos de la Virgen hay un mensaje "escondido" reservado para nuestro tiempo en el que la tecnología es apta para descubrirlo, y cuando este mensaje es más necesario. "Este puede ser el caso de la imagen de la familia en el centro del ojo de la Virgen, en una época en que la familia está bajo un serio ataque en nuestro mundo moderno" .

Basilica de la Virgen de Guadalupe, México

Ver Tambien:
Página de la Basílica Nra. Sra. de Guadalupe
Nuestra página sobre San Juan Diego
Tour Virtual del Santuario de Guadalupe
Novena a Nuestra Señora de Guadalupe

B. JUAN PABLO II Y LA VIRGEN DE GUADALUPE
Ella es la Estrella de la Primera y la Nueva Evangelización!

 

Homilías del B. Juan Pablo II en México

1979
Santuario de la Virgen de Guadalupe, 27 de enero de 1979: "Deseamos poner en tus manos el porvenir de la Evangelización de América"
Encuentro con los sacerdotes y religiosos, en la Bas. de Nuestra Señora de Guadalupe Sábado 27 de enero de 1979: "bajo la mirada materna de la Virgen".
Encuentro con las religiosas en la Basilica de Guadalupe, Enero 1979: "Ante ella, modelo perfecto de mujer, el ejemplo mejor de vida dedicada enteramente a su Hijo"
Discurso a la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla, México Domingo 28 de enero de 1979: "Que la estrella de la Nueva Evangelización, sea vuestra guía"



1990

Homilía en Beatificación de Juan Diego,en Basílica de Guadalupe, 6 de Mayo de 1990: "la Iglesia debe ponerse en marcha para evangelizar"
Homilía en Misa con los Jóvenes, en explanada ¨del Rosario¨, 8 de mayo 1990: "María os pide vuestro sí. Os pide la entrega radical a Cristo"
A sacerdotes y religiosos, religiosas, 12 de mayo 1990:" la urgencia de entregarse a la Evangelización"

Fuente: Corazones.org