lunes, 19 de marzo de 2018

San José Patrono de las Familias

SAN JOSÉ
 Imagen relacionada

Afirma Santo Tomás de Aquino que "hay tres cosas que Dios no podría haber hecho más sublimes de lo que son: la Humanidad de Nuestro Señor Jesucristo, la gloria de los elegidos y la incomparable Madre de Dios, de quien se dice que Dios no pudo hacer ninguna madre superior. Podéis acrecentar una cuarta cosa, en loor de San José. Dios no pudo hacer un padre más sublime que el Padre adoptivo del Hombre-Dios".

A lo que agrega el melifluo San Bernardo: "Ya que todo lo que pertenece a la esposa pertenece también al esposo, podemos pensar que José puede distribuir como le parezca los ricos tesoros de gracia que Dios confió a María, su casta Esposa".

"Además, en el transcurso de los años pasados en Nazaret, Jesús colmó el corazón de San José con ternura de amor tal como jamás ningún padre creado la sintió ni sentirá, 'no sólo - como dice el Padre Huguet- para que José lo pudiese amar como Hijo, sino para que pudiese amar a todos los hombres como a sus hijos, pues, del mismo modo que todos somos hijos de María, así lo somos también de San José. (...) Y después de la devoción a la Santísima Virgen, nada hay más agradable a Dios ni más provechoso para nuestra almas que la devoción al santo Patriarca San José'".

"Habiéndosele concedido a Santa María Magdalena de Pazzis -una de las más gloriosas Santas hijas de Nuestra Señora del Escapulario- contemplar en un éxtasis la gloria de San José, exclamó: 'José, unido como está a Jesús y a María, es como una estrella resplandeciente que protege a las almas que bajo el estandarte de María, traban la batalla de la vida'".

"Cuando Santa Teresa fundó el primer monasterio de la Reforma del Carmelo, le dijo Nuestro Señor: 'Deseo que sea dedicado a San José y lleve su nombre. Este santo guardará una de las puertas y la Santísima Virgen la otra y Yo estaré entre vosotras'".

"Otra vez, se encontraba Santa Teresa en una sencilla iglesia de los Padres Dominicos, cuando sintió que alguien le colocaba sobre los hombros un hermosísimo manto. Durante unos instantes, no vio quién se lo ponía, pero poco después reconoció a la Santísima Virgen y a Su bendito Esposo San José. La Santa experimentó en su corazón una gran alegría. María habló y mientras Santa Teresa escuchaba esa voz celestial, tuvo la impresión de apretar en su mano la de la Virgen. 'Estoy tan satisfecha de que lo hayas consagrado a San José [a su primer convento de la reforma carmelitana] que puedes pedir lo que quieras para tu convento, con la certeza absoluta de que lo recibirás'. Los dos Santos Esposos colocaron entonces en las manos de Teresa una piedra preciosa de gran valor y dejaron a la Santa inundada de la más pura alegría y del más ardiente deseo de ser enteramente consumida por la fuerza del amor divino".

"Un día, al salir de su monasterio, dos religiosos carmelitas encontraron a un venerable anciano que avanzaba en dirección a ellos. Se puso entre los dos y les preguntó de dónde eran. El mayor respondió que eran Carmelitas.

-Padre- preguntó entonces el desconocido- ¿por qué vosotros, los Carmelitas, tenéis tanta devoción a San José?

El religioso dio varias razones, subrayando principalmente que Santa Teresa había tenido esa devoción y la había inculcado en aquellos que la siguieron. Cuando el padre terminó de hablar, el desconocido dijo:

-'Hacedme caso y tened a San José la misma devoción que tuvo Santa Teresa; todo cuanto le pidiereis, lo alcanzaréis'.

Y diciendo esto, desapareció".

No me acuerdo hasta ahora, decía Santa Teresa, de haberle suplicado cosa a San José que haya dejado de hacer.

Es cosa que espanta las grandes mercedes que me ha hecho Dios por medio de este Bienaventurado Santo.

No he conocido de persona que deveras le sea devoto que no la vea más aprovechada en virtud, porque aprovecha en gran manera a las almas que a él se encomiendan.

Sólo pido por amor de Dios que lo pruebe quien no lo creyere y verá por experiencia el gran bien que es encomendarse a este glorioso Patriarca y tenerle devoción.

ORACIÓN A SAN JOSÉ DE SANTA TERESA

Glorioso Patriarca San José, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, venid en mi auxilio en estos momentos de angustia y dificultad. Tomad bajo vuestra protección las situaciones tan serias y difíciles que os encomiendo, a fin de que tengan una feliz solución. Mi bienamado Padre, toda mi confianza está puesta en Vos. Que no se diga que Os he invocado en vano y puesto que Vos podéis todo ante Jesús y María, mostradme que vuestra bondad es tan grande como vuestro poder. Amén.

ORACIÓN PARA PEDIRLE UNA BUENA MUERTE

Poderoso patrono del linaje humano, amparo de pecadores, seguro refugio de las almas, eficaz auxilio de los afligidos, agradable consuelo de los desamparados, glorioso San José, el último instante de mi vida ha de llegar sin remedio; mi alma quizás agonizará terriblemente acongojada con la representación de mi mala vida y de mis muchas culpas; el paso a la eternidad será sumamente duro; el demonio, mi enemigo, intentará combatirme terriblemente con todo el poder del infierno, a fin de que pierda a Dios eternamente; mis fuerzas en lo natural han de ser nulas: yo no tendré en lo humano quien me ayude; desde ahora, para entonces, te invoco, padre mío; a tu patrocinio me acojo; asísteme en aquel trance para que no falte en la fe, la esperanza y en la caridad; cuando tú moriste, tu Hijo y mi Dios, tu Esposa y mi Señora, ahuyentaron a los demonios para que no se atreviesen a combatir tu espíritu. Por estos favores y por los que en vida te hicieron, te pido ahuyentes a estos enemigos, para que yo acabe la vida en paz, amando a Jesús, a María y a ti, San José. Así sea.

Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en la última agonía.
Jesús, José y María, recibid cuando muera, el alma mía.

sábado, 17 de marzo de 2018

Fátima - Garabandal - Akita - Medjugorje: NO ESPEREMOS MÁS PARA REGRESAR A DIOS

NUESTRA MADRE SANTÍSIMA NO SE CANSA 
DE AVISAR

EL ABOMINABLE CRIMEN DEL ABORTO

"Nada de mi ser se te ocultaba, 
cuando yo era formado en lo secreto, 
cuando era tejido en lo profundo de la tierra". 
Salmo 139


Cada aborto es una ofrenda a los demonios de las vidas soñadas y programadas por Dios. 


Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí. 
(Jeremías, 1)

Es el peor crimen contra Él, apunta derecho a su Corazón, ya horriblemente lacerado en la Cruz. Sin embargo esta matanza de los inocentes está amparada por regímenes legales.

“La sed de sangre del demonio no se ha apagado con la muerte del Hijo de Dios en el Calvario. Su odio al Hijo de Dios se extiende a los nuevos hijos de Dios y a las que pueden ponerlos en el mundo, las mujeres encintas". (Padre José Mª Montiu de Nuix)

Por cada aborto se multiplican los espíritus luciféricos. ¡Qué baratos le resultamos a Satanás! 


“Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento” 
(Oseas 4, 6). 

¿Sabemos realmente a qué conduce este crimen? Va directo contra la Divina Voluntad en la que fuimos amorosamente soñados antes de habitar el vientre materno: 


Escúchenme, islas lejanas, pongan atención, pueblos. Yavé me llamó desde el vientre de mi madre, conoció mi nombre desde antes que naciera. 
(Isaías, 49,1)

Nos rebelamos contra Dios temeraria y groseramente: 

“Después dijo Jesús a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado!” 
(Lucas 17, 1-3).

Terrible amonestación Divina. Igual marchamos contra Dios sin miramientos, anulando vidas indefensas, en una novedosa -nunca jamás vista- y más perversa crucifixión. 


“Por sus frutos los conoceréis” 
(Mateo 7, 16). 

Señor: tenemos que quitarte del medio a cualquier precio. A Vos, que sos Dios. 

A Vos, que si retirás tu aliento del orbe, fenecería al instante toda forma de vida conocida.

A semejanza de Juan el Bautista, que avanzó preparando el camino para Aquel de quien no se consideró digno de atarle las sandalias, en inversa e infernal imitación, despejamos el terreno a los espíritus malignos. De tal saña y resultado, que otorgamos a su psicópata príncipe Satanás, de quien Juan Evangelista afirma que es "homicida desde el principio", el control y derecho legal de nuestras almas.  

la Soberbia y la Desobediencia de hacer del don de la Vida un manejo a nuestro antojo y complacencia; he ahí los anchos senderos que patrulla el viejo Diablo. 


Ojalá nuestro último suspiro nos encuentre en la comprensión de que las cosas no son a nuestro capricho: Resultado de imagen para bebés no al aborto


Sino, A TU MANERA, SEÑOR:Resultado de imagen para bebés no al aborto


 "Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: 
 te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. 
¡Qué maravillosas son tus obras!  
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
 y nada de mi ser se te ocultaba, 
cuando yo era formado en lo secreto, 
cuando era tejido en lo profundo de la tierra. 

Tus ojos ya veían mis acciones, todas ellas estaban en tu Libro; 
mis días estaban escritos y señalados, 
antes que uno solo de ellos existiera. 

¡Qué difíciles son para mí tus designios! 
¡Y qué inmenso, Dios mío, es el conjunto de ellos!" 
(Salmo 139, 13,17)



viernes, 16 de marzo de 2018

Plegaria del bebé a punto de ser abortado

Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Angustioso llamado al Señor

Imagen relacionada
Dios mío, Dios mío, 
¿por qué me has abandonado? 
¿Por qué estás lejos 
de mi clamor y mis gemidos? 

Resultado de imagen para bebés adentro del vientre a punto de ser abortados

Te invoco de día, y no respondes, 
de noche, y no encuentro descanso; 


Vívida descripción de los sufrimientos

Resultado de imagen para bebes a punto de ser abortados
Pero yo soy un gusano, no un hombre; 
la gente me escarnece 
y el pueblo me desprecia; 
los que me ven, se burlan de mí,

Resultado de imagen para burlas a jesus en el calvario

Tú, Señor, me confiaste al regazo de mi madre; 
a ti fui entregado desde mi nacimiento, 
desde el seno de mi madre, tú eres mi Dios. 
No te quedes lejos, porque acecha el peligro 
y no hay nadie para socorrerme. 

Me rodea una manada de novillos, 
me acorralan toros de Basán; 
abren sus fauces contra mí 
como leones rapaces y rugientes. 
Imagen relacionada

Soy como agua que se derrama 
y todos mis huesos están dislocados; 
mi corazón se ha vuelto como cera 
y se derrite en mi interior; 
Resultado de imagen para ropa de bebes abortados

 mi garganta está seca como una teja 
y la lengua se me pega al paladar. 
Me rodea una jauría de perros, 
me asalta una banda de malhechores; 
Resultado de imagen para burlas a jesus en el calvario

taladran mis manos y mis pies 
y me hunden en el polvo de la muerte.  
Imagen relacionada

Yo puedo contar todos mis huesos; 
ellos me miran con aire de triunfo, 
se reparten entre sí mi ropa 
y sortean mi túnica.
Resultado de imagen para burlas a jesus en el calvario 


Súplica para alcanzar la liberación

Resultado de imagen para bebes abortados
 Pero tú, Señor, no te quedes lejos; 
tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme.
Libra mi cuello de la espada 
y mi vida de las garras del perro. 
Sálvame de la boca del león, 
salva a este pobre de los toros salvajes. 

Resultado de imagen para burlas a jesus en el calvario

Texto tomado del Salmo 22 




Documental sobre las Apariciones de Fátima y su contexto histórico: LA PESADA HERENCIA DE DESOBEDECER A DIOS

jueves, 8 de marzo de 2018

Hora Santa en honor a las Cinco Llagas de Jesús

Hora Santa en honor a las Cinco Llagas de Jesús

Resultado de imagen para adoración santísimo sacramento


         Inicio: ofrecemos esta Hora Santa y el rezo del Santo Rosario en honor a las Cinco Llagas de Jesús y en reparación y expiación por nuestros pecados, los de nuestros antepasados y los del mundo entero.
        
         Oración inicial: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

         “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón, y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”.

         Inicio del rezo del Santo Rosario Misterios Dolorosos. Enunciación del Primer Misterio del Santo Rosario

         Meditación

Jesús, un grueso clavo de hierro, duro y frío, atraviesa tus pies, colocados uno encima del otro, abriéndote profundas heridas en los empeines y haciendo brotar abundante sangre. El dolor que te produce el hierro que perfora tus pies, se agudiza a cada instante, tanto más, cuanto que, a pesar de estar crucificado, necesariamente debes utilizar los pies y elevarte, apoyándote en ellos, para no morir de asfixia, a causa de la crucifixión, y este movimiento aumenta el dolor de las heridas de los pies a una intensidad tal, que te da la sensación de que mueres a cada instante. Jesús, de esta manera reparas y expías por los que utilizan sus pies para cometer toda clase de pecados; por los que, utilizando los pies con los que fueron creados, se dirigen a cometer toda clase de crímenes. Jesús, por las sacrosantas heridas de tus pies, y por los dolores lancinantes que en ellas sufriste y por la Sangre Preciosísima que en por ellas derramaste, no permitas que nuestros pasos se dirijan en dirección al pecado; dirige sus pasos y los nuestros, por el Camino Real de la Cruz, el Camino del Calvario, el único camino que conduce al cielo. Amén.

Silencio para meditar.
Resultado de imagen para adoracion santísimo sacramento

Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.

Enunciación del Segundo Misterio del Santo Rosario.

Meditación

         Jesús, un grueso clavo de hierro, duro y frío, atraviesa tu mano derecha, de lado a lado, fijándola al madero de la cruz, abriendo una herida profunda y dolorosísima, y provocando la salida de abundante Sangre. El dolor se hace tanto más agudo, no solo porque el clavo ha desgarrado la piel y los músculos, sino porque ha tocado un nervio, el nervio mediano, lo cual te provoca un dolor similar a cuando se arroja agua a punto de ebullición sobre la piel sana. Pero además, la inflamación del nervio ha provocado la contracción de los dedos pequeño y anular, y la extensión de los dedos pulgar, índice y medio; con esto, indicas la sumisión de tu naturaleza humana, compuesta por alma y cuerpo, indicada por los dedos pequeño y anular, a la naturaleza divina, indicada en los dedos extendidos, al ser asumida hipostáticamente en tu Persona divina, la Segunda de la Trinidad. De esta manera, no solo expías los pecados de violencia irracional que el hombre ejerce contra su hermano, levantando sus manos para herirlo, para matarlo, para asesinarlo de las más diversas maneras, principalmente a través del aborto, de la eutanasia y de las guerras, sino que este gesto que realizas con tu mano derecha crucificada, es un gesto de bendición, con lo cual indicas que además de perdonarnos, nos bendices. Jesús, por la sacrosanta herida de tu mano derecha, por el dolor agudísimo que sufriste y por la Sangre Preciosísima que por ella derramaste, perdona los pecados de violencia cometidos en todo el mundo, especialmente el aborto, y haz que los hombres elevemos nuestras manos hacia nuestros hermanos, nunca para herirlos ni para hacerles daño, sino siempre y solo para hacerles el bien en tu Nombre. Amén.


Silencio para meditar.
Resultado de imagen para adoracion santísimo sacramento

Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.

Enunciación del Tercer Misterio del Santo Rosario.

Meditación

         Jesús, un grueso clavo de hierro, duro y frío, atraviesa tu mano izquierda, de lado a lado, fijándola al madero de la cruz; al tiempo que desgarra piel y músculos, hace salir con profusión Sangre Preciosísima en abundancia, mientras te provoca un dolor que, por la intensidad, te hace creer que mueres mil veces. Con tu mano izquierda crucificada, expías y reparas por los pecados de quienes, impía y sacrílegamente, elevan sus manos para atacar tu Presencia en la Eucaristía, provocando sacrilegios y ultrajes de todo tipo; expías los pecados de quienes elevan sus manos para profanar la Santa Misa, de diversas maneras; expías los pecados de quienes, movidos por un odio satánico, destruyen las imágenes que te representan a Ti, a la Virgen, a los santos, a los ángeles; expías por los pecados de quienes profanan, asaltan, roban y queman iglesias católicas; expías los pecados de los sectarios que, usando sacrílegamente el nombre de Dios, persiguen, secuestran, torturan, fusilan y degüellan a los cristianos, por el solo hecho de pertenecer “a la nación de la cruz”; expías por los pecados de quienes elevan sus manos para orar a ídolos satánicos, como el Gauchito Gil, la Difunta Correa, San La Muerte y muchos otros más; expías los pecados de quienes elevan sus manos para cometer toda clase de brujerías, de espiritismo, de ocultismo, de magia negra y realizan misas negras; expías los pecados de quienes atentan, de una y mil maneras, contra la religión verdadera, utilizando la razón, oponiendo la fe a la ciencia y esparciendo el ateísmo en todas sus formas. Jesús, por la sacrosanta herida de tu mano izquierda, por el dolor lacerante que en ella experimentaste, por la Sangre Preciosísima que a través de ella derramaste, te suplicamos que no les tengas en cuenta, a nuestros hermanos, el horrible pecado que significa levantar la mano con violencia contra la Eucaristía y la Religión revelada; te suplicamos, Jesús, que les perdones el pecado de violencia que cometen al perseguir y matar a los cristianos y profanar y quemar las iglesias y las imágenes sagradas, y les concedas la gracia de la contrición perfecta del corazón, para que te conozcan y te amen en la Eucaristía y así, conociéndote y amándote en la Eucaristía, salven sus almas. Amén.


Silencio para meditar.
Resultado de imagen para adoracion santísimo sacramento

Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.

Enunciación del Cuarto Misterio del Santo Rosario.

Meditación

         Jesús, una gran corona cubre tu Santa Cabeza, y esta corona está formada por gruesas, grandes, duras y filosas espinas, las cuales, penetrando profundamente en tu cuero cabelludo, llegan hasta los huesos del cráneo, provocándote dolores tan intensos, que la agonía es para Ti un estado continuo, segundo a segundo. Con la corona de espinas, expías nuestros pecados de pensamientos, nuestros malos pensamientos, nuestros pensamientos malos de todo tipo: de ira, de venganza, de odio, de lujuria, de pereza, de malicia, de usura, de vanidad, de soberbia, de traición, de envidia. Todo tipo de mal pensamiento, consentido, es decir, convertido en pecado por nuestro libre albedrío, que dice “sí” a la tentación, se materializa en las gruesas, duras y filosas espinas que forman la enorme corona que cubre tu Sagrada Cabeza, provocándote un dolor insoportable y haciendo salir un torrente inagotable de tu Sangre Preciosísima, que desde la coronilla de tu Cabeza, se desliza por tu Rostro, escurre por la barba, y cae en tu Sagrado Pecho. Si nuestros pensamientos malos, consentidos, es decir, convertidos en pecados, nos producen placer, por la concupiscencia, a Ti, oh Jesucristo, por el contrario, te producen los dolores más acerbos y lacerantes que puedan ser concebidos, y son los dolores producidos por tu coronación de espinas. Jesús, por las abundantes y dolorosísimas heridas que te provocaron las duras y filosas espinas que, desgarrando tu cuero cabelludo y llegando hasta los huesos del cráneo, hicieron brotar ríos abundantes de tu Sangre, más Preciosa que el oro, te suplicamos, amadísimo Jesús Eucaristía, que no solo impidas que jamás consintamos a ningún mal pensamiento de ningún tipo, por pequeño que sea, sino que tengamos tus mismos pensamientos, santos y puros, los pensamientos que Tú tienes, coronado de espinas. Te lo pedimos por los méritos, la intercesión y los dolores del Inmaculado Corazón de María. Amén.

                                                                Silencio para meditar.
Resultado de imagen para adoracion santísimo sacramento

Padre Nuestro, Diez Ave Marías, Gloria.

Enunciación del Quinto Misterio del Santo Rosario.

Meditación

         Jesús, una vez que expiraste en la cruz, un soldado romano atravesó tu Costado con el acero duro y frío de una lanza, haciendo brotar, al instante, Sangre y Agua, como un manantial de misericordia con el cual inundaste el mundo entero. Con el Agua de tu costado, lavas nuestros pecados; con tu Sangre; nos santificas; y esto sucede porque con la Sangre y el Agua, contenidos en tu Sagrado Corazón, brotó con ellos el Espíritu Santo, que nos perdona y nos santifica. Jesús, me arrodillo ante Ti, crucificado, y te adoro, y  beso tus sagrados pies clavados en la cruz y pido que tu Sangre caiga sobre mí, para que quite mis pecados, de una vez y para siempre, y para que, en lugar de los pecados, tu Sangre deje en mi alma tu gracia divina, gracia que me hace participar de la Vida de la Santísima Trinidad, la vida de los hijos de Dios. Jesús, por la lanza que atravesó tu Costado, provocándole a tu Madre, la Virgen, un dolor agudísimo, te suplico la gracia de no solo no tener malos deseos y sentimientos, sino de tener los mismos deseos y sentimientos del Sagrado Corazón y del Inmaculado Corazón de María. Amén.

         Meditación final
Imagen relacionada

Jesús, crucifícame contigo, para que mis pecados queden lavados con tu Sangre; Jesús, crucifícame contigo, para que Yo muera en Ti y así pueda nacer en Ti a la vida nueva de los hijos de Dios; Jesús, crucifícame contigo, para que yo sea, en Ti, una víctima de la Divina Justicia y de la Divina Misericordia, ofrecida al Padre, por manos de María Virgen, por la salvación de mis hermanos; Jesús, crucifícame contigo, para que las ofensas y ultrajes que te hacen en la cruz y en la Eucaristía, los reciba yo en lugar tuyo, y así al menos tengas un poco de descanso en tus dolores.

         Oración final: “Dios mío, yo creo, espero, te adoro y te amo. Te pido perdón, por los que no creen, ni esperan, ni te adoran, ni te aman” (tres veces).

         “Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo os adoro profundamente y os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, Presente en todos los sagrarios del mundo, en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias, con los cuales Él mismo es continuamente ofendido. Por los infinitos méritos de su Sacratísimo Corazón, y los del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén”

jueves, 1 de marzo de 2018

Mensaje de conversión

Señales




En varias apariciones la Santísima Virgen ha prometido señales que dejará en el mundo, en los lugares de sus manifestaciones, para que la gente se convierta. Pero también nos dice María que trabajemos ya desde ahora en nuestra conversión personal, porque cuando lleguen esas señales ya quedará muy poco tiempo a nuestra disposición para convertirnos.

Así que no perdamos tiempo ni esperemos esas señales pasivamente, porque, además, no sabemos si llegaremos a ver dichas señales. ¿Quién nos garantiza que no moriremos pronto, antes de ver alguna señal del cielo? Y sabemos que siempre debemos estar preparados, es decir, en gracia de Dios, para partir hacia la eternidad, porque en el momento de la muerte tenemos lo que se llama el juicio particular, donde somos juzgados por Jesucristo Juez, y allí se decide nuestro destino eterno.

Seamos prudentes como las cinco vírgenes de la parábola, y no como las vírgenes necias, sino hagamos acopio del aceite para nuestras lámparas, es decir, practiquemos alguna devoción que tenga promesas de vida eterna, para asegurarnos nuestra muerte en gracia de Dios, porque cuando llegue el momento, el caos reinante no nos dejará tiempo y modo de convertirnos. Ahora que todo está en relativa paz aún, no desperdiciemos este precioso tiempo de gracia y preparación que el Cielo nos regala a través de María, para acercarnos a Dios definitivamente.