jueves, 5 de febrero de 2015

Virgen de Medjugorje - Mensaje del 2 de febrero de 2015


Mensaje del 2 de febrero de 2015

“Queridos hijos, aquí me tenéis. Estoy aquí entre vosotros, os miro, os sonrío y os amo como solo una Madre puede hacerlo. A través del Espíritu Santo, que viene por medio de mi pureza, veo vuestros corazones y los ofrezco a mi Hijo. Desde hace tiempo, os pido que seáis mis apóstoles y que oréis por quienes no han conocido el amor de Dios. Pido la oración hecha con amor, que realiza obras y sacrificios. No perdáis el tiempo en pensar si sois dignos de ser mis apóstoles. El Padre Celestial juzgará a todos, pero vosotros amadle y escuchadle. Sé que todo esto os confunde, como también mi permanencia entre vosotros, pero aceptadla con gozo y orad para comprender que sois dignos de trabajar para el Cielo. Mi amor está en vosotros. Orad para que mi amor venza en todos los corazones, porque este es un amor que perdona, da y nunca termina. ¡Os doy las gracias!”


lunes, 2 de febrero de 2015

Virgen de la Candelaria: Mantén tu lámpara encendida.

"Cuando uno enciende una lámpara, no la esconde ni la cubre, 
sino que la pone sobre el candelero, 
para que los que entran vean la claridad.


La lámpara del cuerpo es tu ojo. 
Cuando tu ojo está sano, todo tu cuerpo está iluminado; 
pero si tu ojo está enfermo, también tu cuerpo estará en tinieblas. 
Ten cuidado de que la luz que hay en ti no se oscurezca. 
Si todo tu cuerpo está iluminado, sin nada de sombra, 
tendrá tanta luz como cuando la lámpara te ilumina con sus rayos". 
(Lucas 11,33-36; Mateo 6, 22-23).

Virgen de la Candelaria

La Virgen de la Candelaria o Nuestra Señora de la Candelaria es una de las advocaciones más antiguas de la Virgen María. Inicialmente la fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del "Encuentro", posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.

Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje biblíco de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).

La fiesta es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos estos nombres expresan el significado de la fiesta. 

Cristo la Luz del mundo presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o las candelas, de donde se deriva el nombre de "Candelaria".



Parábola de las diez vírgenes

Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.

Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes. 
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite, mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos. 
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas. 
Pero a medianoche se oyó un grito: "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro".
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?"
Pero estas les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado". 
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta. 
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: "Señor, señor, ábrenos", pero él respondió: "Les aseguro que no las conozco". 
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora". (Mateo 25, 1-13)



sábado, 31 de enero de 2015

Letanías al Espíritu Santo: Conocimiento de sí mismo por el Espíritu Santo (San Luis María de Montfort)


Las oraciones, exámenes, reflexiones, actos de renuncia de nuestra propia voluntad, de arrepentimiento por nuestros pecados, de desprecio propio, realizado todo a los pies de María, ya que por Ella esperamos la luz para conocernos a nosotros mismos. Junto a Ella, podremos medir el abismo de nuestras miserias sin desesperar. Debemos emplear todas nuestras acciones piadosas en pedir un conocimiento propio y el arrepentimiento de nuestros pecados: y debemos hacer esto con espíritu de piedad. Consideraremos tanto la oposición que existe entre el espíritu de Jesús y el nuestro, como el miserable y humillante estado en que nos han reducido los pecados. Además, siendo la verdadera devoción una manera fácil, corta, segura y perfecta para llegar a esa unión con Nuestro Señor, que es la perfección a la imitación de Cristo. Entraremos decididamente por este camino, firmemente convencidos de nuestra miseria e incapacidad. Pero, ¿cómo conseguir esto sin el conocimiento de sí mismo?



Letanías al Espíritu Santo


Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros

Cristo, óyenos 
Cristo, escúchanos 

Dios Padre Celestial,
Ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo
Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo,
Ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios,
Ten misericordia de nosotros.


Espíritu que procede del Padre y del Hijo,
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación planeando sobre las aguas las fecundaste,   Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas,
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que das testimonio de Cristo
Ilumínanos y santifícanos.                                                         
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosa,
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que sobreviene a María
Ilumínanos y santifícanos.                                                                     
Espíritu del Señor que llena todo el orbe
Ilumínanos y santifícanos.                                  
Espíritu de Dios que habita en nosotros
Ilumínanos y santifícanos.                                    
Espíritu de sabiduría y de entendimiento                                  
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de consejo y de fortaleza                                            
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de ciencia y de piedad                                                
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de temor del Señor                                                      
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de gracia y de misericordia                                          
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de fuerza, de dilección (amor reflexivo) y de sobriedad  
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz
Ilumínanos y santifícanos.   
Espíritu de humildad y de castidad
Ilumínanos y santifícanos.                   
Espíritu de benignidad y de mansedumbre
Ilumínanos y santifícanos.                                
Espíritu de multiforme gracia
Ilumínanos y santifícanos.                                                    
Espíritu que escrutas los secretos de Dios
Ilumínanos y santifícanos.                              
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables
Ilumínanos y santifícanos.        
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma
Ilumínanos y santifícanos.       
Espíritu en el cual renacemos
Ilumínanos y santifícanos.                                                                                                                               
Espíritu por el cual se difunde la caridad en  nuestros corazones
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu de adopción de los hijos de Dios
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos
Ilumínanos y santifícanos.
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres
Ilumínanos y santifícanos.

Sednos propicio, perdónanos, Señor.
Sednos propicio,  escúchanos, Señor.

De todo mal,
 líbranos, Señor
De todo pecado,
líbranos, Señor                             
De tentaciones e insidias del demonio
 líbranos, Señor               
De la presunción y desesperación                    
líbranos, Señor
De la resistencia a la verdad conocida                
líbranos, Señor
De la obstinación y de la impenitencia              
líbranos, Señor
De la impureza de la mente y del cuerpo            
líbranos, Señor
Del espíritu de fornicación                                
líbranos, Señor
De todo espíritu del mal
Líbranos, Señor

Por Tu eterna procesión del Padre y del Hijo
Te rogamos óyenos.
Por Tu descenso sobre Cristo en el Jordán
Te rogamos óyenos.                                 
Por Tu advenimiento sobre los discípulos
Te rogamos óyenos.                                     
En el día del juicio, nosotros pecadores
Te rogamos óyenos.                                     
Para que así como vivimos del Espíritu, obremos también por El
Te rogamos óyenos.  
Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos
Te rogamos óyenos.  .
Para que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne
Te rogamos óyenos.  
A fin de que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne                                      
Te rogamos óyenos.  
Para que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios
Te rogamos óyenos.                     
Para que seamos solícitos en guardar la  unidad del Espíritu en el vínculo de la paz        
Te rogamos óyenos.  
Para que no creamos a todo espíritu
Te rogamos óyenos.                                                                           
Para que probemos a los espíritus si son de Dios                                                        
Te rogamos óyenos.  
Para que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud
Te rogamos óyenos.  
Para que nos confirmes por tu Espíritu Soberano                                                    
Te rogamos óyenos.
  
Cordero de Dios, que quitas el pecado del Mundo, 
perdónanos,  Señor.  
Cordero de Dios, que quitas el pecado del Mundo, 
escúchanos, Señor. 
Cordero de Dios, que quitas el pecado del Mundo, 
ten piedad de nosotros.

Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, 
que purifique  clemente nuestros corazones 
y nos preserve de todo mal. 
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. 
Amen.



Invocación al Espíritu Santo


Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; 
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, 
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, 
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz
y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si Tú le faltas por dentro; 
mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, 
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, 
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
   salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. 
Amén


Consagración

  Oh Espíritu Santo, recibe la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, dígnate ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida y en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y el amor en mi corazón. Yo me abandono sin reserva a tus operaciones divinas y quiero ser siempre dócil a tus inspiraciones. Oh Espíritu Santo, transfórmame con María y en María en otro Cristo Jesús para Gloria del Padre y salvación del mundo. 
Amén

jueves, 29 de enero de 2015

Virgen de Medjugorje - Mensaje del 25 de enero de 2015


Mensaje del 25 de enero de 2015


“Queridos hijos, también hoy os invito a vivir en oración vuestra vocación. Ahora más que nunca, Satanás quiere sofocar, con su viento contagioso de odio y de inquietud, al hombre y su alma. En muchos corazones no hay alegría porque no está Dios ni la oración. El odio y la guerra crecen día a día. Os invito, hijos míos, a empezar de nuevo con entusiasmo el camino de la santidad y del amor, porque por eso Yo he venido entre vosotros. Juntos, seamos amor y perdón para todos aquellos que solo saben y quieren amar con el amor humano y no con el inmenso amor de Dios al cual Él os invita. Hijos míos, que la esperanza en un mañana mejor esté siempre en vuestro corazón. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

sábado, 10 de enero de 2015

Mira la Estrella, invoca a María

NO ERES MÁS SANTO 
PORQUE NO ERES MÁS DEVOTO DE MARÍA. 
(San Bernardo)

Mira la Estrella

¡Oh! tú, quien quiera que seas, que te sientes lejos de tierra firme, arrastrado por las olas de este mundo, en medio de las borrascas y tempestades, si no quieres zozobrar, no quites los ojos de la luz de esta estrella.

Si el viento de las tentaciones se levanta, si el escollo de las tribulaciones se interpone en tu camino, mira la estrella, invoca a María.

Si eres balanceado por las agitaciones del orgullo, de la ambición, de la murmuración, de la envidia, mira la estrella, invoca a María.

Si la cólera, la avaricia, los deseos impuros sacuden la frágil embarcación de tu alma, levanta los ojos hacia María.

Si, perturbado por el recuerdo de la enormidad de tus crímenes, confuso antes las torpezas de tu conciencia, aterrorizado por el miedo del Juicio, comienzas a dejarte arrastrar por el torbellino de tristeza, a despeñarte en el abismo de la desesperación, piensa en María.

Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María. 

Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María.

Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios. Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial".

Que su nombre nunca se aparte de tus labios, jamás abandone tu corazón; y para alcanzar el socorro de su intercesión, no descuides los ejemplos de su vida.

Siguiéndola, no te extraviarás, rezándole, no desesperarás, pensando en Ella, evitarás todo error.

Si Ella te sustenta, no caerás; si Ella te protege, nada tendrás que temer; si Ella te conduce, no te cansarás; si Ella te es favorable, alcanzarás el fin. Y así verificarás, por tu propia experiencia, con cuánta razón fue dicho: “Y el nombre de la Virgen era María”.

San Bernardo

martes, 6 de enero de 2015

Epifanía del Señor



 Los Reyes Magos siguen la estrella a Belén

La Epifanía es una de las fiestas litúrgicas más antiguas, más aún que la misma Navidad. Comenzó a celebrarse en Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó en el curso del IV. Epifanía, voz griega que a veces se ha usado como nombre de persona, significa "manifestación", pues el Señor se reveló a los paganos en la persona de los magos.

Tres misterios se han celebrado en esta sola fiesta, por ser tradición antiquísima que sucedieron en una misma fecha aunque no en un mismo año; estos acontecimientos salvíficos son la adoración de los magos, el bautismo de Cristo por Juan y el primer milagro que Jesucristo, por intercesión de su madre, realizó en las bodas de Canáa y que, como lo señala el evangelista Juan, fue motivo de que los discípulos creyeran en su Maestro como Dios.

Para los occidentales, que, como queda dicho más arriba, aceptaron la fiesta alrededor del año 400, la Epifanía es popularmente el día de los reyes magos. En la antífona de entrada de la misa correspondiente a esta solemnidad se canta: "Ya viene el Señor del universo. en sus manos está la realeza, el poder y el imperio". El verdadero rey que debemos contemplar en esta festividad es el pequeño Jesús. Las oraciones litúrgicas se refieren a la estrella que condujo a los magos junto al Niño Divino, al que buscaban para adorarlo.

Precisamente en esta adoración han visto los santos padres la aceptación de la divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos paganos. Los magos supieron utilizar sus conocimientos-en su caso, la astronomía de su tiempo- para descubrir al Salvador, prometido por medio de Israel, a todos los hombres.

 El sagrado misterio de la Epifanía está referido en el evangelio de san Mateo. Al llegar los magos a Jerusalén, éstos preguntaron en la corte el paradero del "Rey de los judíos". Los maestros de la ley supieron informarles que el Mesías del Señor debía nacer en Belén, la pequeña ciudad natal de David; sin embargo fueron incapaces de ir a adorarlo junto con los extranjeros. Los magos, llegados al lugar donde estaban el niño con María su madre, ofrecieron oro, incienso y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso) y de su humanidad (mirra).

A Melchor, Gaspar y Baltasar -nombres que les ha atribuido la leyenda, considerándolos tres por ser triple el don presentado, según el texto evangélico -puede llamárselos adecuadamente peregrinos de la estrella. Los orientales llamaban magos a sus doctores; en lengua persa, mago significa "sacerdote". La tradición, más tarde, ha dado a estos personajes el título de reyes, como buscando destacar más aún la solemnidad del episodio que, en sí mismo, es humilde y sencillo. Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la Escritura que describen el homenaje que el Mesías de Israel recibe por parte de los reyes extranjeros.

La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues, una fiesta de esperanza que prolonga la luz de Navidad.

Esta solemnidad debería ser muy especialmente observada por los pueblos que, como el nuestro, no pertenecen a Israel según la sangre. En los tiempos antiguos, sólo los profetas, inspirados por Dios mismo, llegaron a vislumbrar el estupendo designio del Señor: salvar a la humanidad entera, y no exclusivamente al pueblo elegido.

Con conciencia siempre creciente de la misericordia del Señor, construyamos desde hoy nuestra espiritualidad personal y comunitaria en la tolerancia y la comprensión de los que son distintos en su conducta religiosa o proceden de pueblos y culturas diferentes a los nuestros.

Sólo Dios salva: las actitudes y los valores humanos, la raza, la lengua, las costumbres, participan de este don redentor si se adecuan a la voluntad redentora de Dios, "nunca" por méritos propios. Las diversas culturas están llamadas a encarnar el evangelio de Cristo, según su genio propio, no a sustituirlo, pues es único, original y eterno.

Fuente: EWTN

sábado, 3 de enero de 2015

Virgen de Medjugorje - Mensaje del 2 de enero de 2015


Mensaje del 2 de enero de 2015

“Queridos hijos, estoy aquí entre vosotros como una Madre que desea ayudaros a conocer la verdad. Mientras vivía en la Tierra vuestra vida, yo tenía el conocimiento de la verdad y con eso, un pedacito del Paraíso en la Tierra. Por eso a vosotros, mis hijos, os deseo lo mismo. El Padre Celestial desea corazones puros, colmados del conocimiento de la verdad. Él desea que améis a todos aquellos que encontráis, porque yo también amo a mi Hijo en todos vosotros. Este es el inicio del conocimiento de la verdad. A vosotros os ofrecen muchas verdades falsas. Las podréis superar con un corazón purificado por medio del ayuno, la oración, la penitencia y el Evangelio. Esa es la única verdad y es la verdad que mi Hijo os ha dejado. No debéis analizarla mucho. Se pide de vosotros, como yo también lo hacía, que améis y deis. Hijos míos, si amáis, vuestro corazón será una morada para mi Hijo y para mí, y las palabras de mi Hijo, serán guía para vuestra vida. Hijos míos, me serviré de vosotros, apóstoles del amor, para ayudar a mis hijos a conocer la verdad. Hijos míos, yo siempre he orado por la Iglesia de mi Hijo, por eso, a vosotross os pido que hagáis lo mismo. Orad para que vuestros pastores resplandezcan con el amor de mi Hijo. ¡Os doy las gracias!”


jueves, 1 de enero de 2015

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios



La Iglesia Católica celebra hoy la solemnidad de SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS.
Para leer sobre el origen de esta festividad haga clic AQUI


Por su parte, la administración del blog desea compartir en esta esperanzadora fiesta de María, en tanto Madre nuestra, esta poesía de autor y título desconocidos:

¿Recuerdas cuando niño, postrado en tus altares,
mis súplicas te enviaba, dulce Madre de Dios,
y en dulce arrobamiento, sin cuitas ni pesares, 
te hablaba con fe ciega mi amante corazón?

Con la confianza ciega que inspiras Tú, María
de Madre de dulzura, de Madre de bondad
postrado ante tus plantas la mirra te ofrecía
de mi filial cariño, de mi inocente edad.

Tú no has olvidado, mi Madre de Ternura,
porque Tú el amor no pagas con negra ingratitud,
aquellas mis plegarias, sinceras y tan puras,
que siempre resbalaban de mi alma en la quietud.

Hoy todo ha cambiado celeste protectora.
Con lirios ya tu frente no puedo coronar,
de mi alma se ha eclipsado el sol de aquella aurora,
dejándome en tinieblas... Do marcho... ¡ya no sé!

Y cual dijo aquel niño arrodillado
junto a tu altar ya no volverá a rezar,
porque de negras penas, mi alma atribulada 
para implorar tu ayuda... ¡más bien he de llorar!

¡Oh, Madre! Tú conoces de mi alma las congojas
Tú has visto poco a poco marchita mi ilusión.
¡Qué fiero torbellino me arrebató sus hojas
dejándome sin flores, sombrío el corazón...

Tú sabes las tinieblas que envuelven ya mi alma
desde que el mundo infame me la propuso herir
que peregrina a solas, oscura y sin calma,
donde mi planta reposa me obliga a combatir.

¡Oh, Madre! ¡Cuántas veces ya dudo de mi vida,
del sol y las estrellas que plugo Dios crear!
Porque este mundo que jura fe mentida
 ¡me enseña hasta de todo, Dios mío, a desconfiar!

Perdóname, María, mi Madre de los Cielos,
si en los locos desvaríos contigo ingrato fui
si como en otros días, no te pedí consejo,
si en mis fatales ansias no me acordé de Ti.

Perdóname, María, si en ratos de locura
tu nombre sacrosanto mi espíritu olvidó
Tú sabes la terrible, la amarga desventura
que duerme aquí en mi pecho, ¡Tú sabes mi dolor!


Perdóname María y escúchame propicia
pues de tu amor precisa mi pobre corazón.
Perdóname que calmen mis ansias tus caricias
y en tu regazo duerma después de tu perdón.




miércoles, 31 de diciembre de 2014

ORACION PARA DESPEDIR EL AÑO


El mundo entero se prepara para recibir el nuevo año con fiestas y fuegos artificiales, pero muchos olvidan de celebrarlo con Dios, dueño de la vida y el tiempo. Por ello te compartimos esta oración para rezarla junto con tu familia y amigos antes de la medianoche del 31 de diciembre o en el primer día del nuevo año. 
Se recomienda estar alrededor del nacimiento o pesebre. Juntos comienzan diciendo: “En el nombre del Padre…”. 

Luego se hace la siguiente 
ORACION:

“Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, Señor, hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado.
Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.
También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios, nuevamente te pido perdón.
A pocos minutos de iniciar un nuevo año, detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.
Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.
Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso. Amén.”

Para terminar, los participantes se agarran de las manos y rezan un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. Luego, entre todos, se dan un abrazo diciendo: “la paz sea contigo”.


domingo, 28 de diciembre de 2014

SAGRADA FAMILIA DE NAZARETH




VATICANO, 29 Dic. 13 / 12:37 pm (ACI).- Tras culminar el rezo del Ángelus ante los miles de fieles y peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco dirigió una oración a la Sagrada Familia, al celebrarse hoy su fiesta.

Oración del Santo Padre a la Sagrada Familia de Nazaret

“Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.

Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.

Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.

Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.

Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. 
Amén”.