martes, 24 de septiembre de 2024

25 de Septiembre: Festividad de María del Rosario de San Nicolás: a 41 años de las apariciones de María



 MARIA DEL ROSARIO DE SAN NICOLAS

Argentina
Un llamando a la oración, a la conversión y a la consagración
1983

  Ver también:
 
Página del Santuario

  
Virgen de Luján
 Santa María de la Pampa

Reseña Histórica
Desde los orígenes de la parroquia de la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, Prov. de Buenos Aires, República Argentina, existió una profunda devoción a la Santísima Virgen, honrada bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, siendo ella la Primera Patrona del Curato de los Arroyos.

En el año 1884, se inauguró el actual templo parroquial de San Nicolás de Bari, y para dicha oportunidad fue donada una hermosa imagen de la Virgen del Rosario, que fue traída desde Roma donde el Papa León XIII la bendijo con una especial bendición para la feligresía de San Nicolás, En esos años se había creado en la Parroquia la Cofradía del Rosario, y se celebraba anualmente esta fiesta de la Virgen con su correspondiente novena preparatoria.

Ya en nuestros días, el 25 de Setiembre de 1983, en la ciudad de San Nicolás se comienza a asistir a un hecho de características particulares: Una sencilla mujer llamada Gladys Quiroga de Motta, esposa y madre de dos hijas, que solamente había podido cursar el cuarto grado y sin conocimientos teológicos ni bíblicos, manifiesta ver y oír a la Santísima Virgen. Mas tarde descubre que la Virgen se le aparece como la Virgen del Rosario, cuya imagen estaba relegada al campanario por su deterioro.

La Santísima Virgen, según la vidente, le había pedido la construcción de un templo en su honor, en el lugar de las apariciones. La Virgen comienza a darle una serie de mensajes, mayormente exhortativos, juntamente con citas bíblicas, llamando a la oración, a la conversión y a la consagración.

  
   Interior del Santuario: Oración ante Nra. Sra. del Rosario

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CRONOLOGIA DE LAS APARICIONES EN SAN NICOLAS

Seguidamente, se detallan cronológicamente, los hechos de San Nicolás.

AÑO 1983
25 de Septiembre 
Primera aparición de la Virgen a Gladys Quiroga de Motta.
28 de Septiembre 
Segunda aparición.
7 de Octubre Gladys pregunta a la Virgen que desea, y recibe la visión de una capilla.
12 de Octubre Gladys se confía a un sacerdote.
13 de Octubre La Virgen le habla por primera vez.
Octubre Audiencia con el entonces Obispo Diocesano, Mons. Antonio Rossi.
15 de Noviembre Gladys recibe el mensaje: "Soy Patrona de esta región. Haced valer Mis derechos".
Primer mensaje de Cristo. En el futuro Él aparecerá una vez por mes con un mensaje, que prolonga el de la Virgen.
19 de Noviembre La Virgen hace conocer a Gladys su misión: "Eres puente de unión". "Predicad mi Palabra".
24 de Noviembre Un rayo de luz indica a Gladys el emplazamiento del futuro Templo.
27 de Noviembre Reconoce la aparición al ver la Imagen de la Virgen del Rosario, relegada en el campanario a consecuencia de su deterioro. La Virgen le dice:"Quiero estar en la ribera del Paraná".

AÑO 1984

30 de Octubre 10,30 horas. Primera Comunión del pequeño Gonzalo y comienzo de su curación.
Noviembre Gladys es recibida por el nuevo Obispo de San Nicolás, Mons. Domingo Salvador Castagna (nacido en 1931, consagrado Obispo el 4 de Diciembre de 1978 y trasladado a San Nicolás el 20 de Octubre de 1984.)  Audiencia del nuevo Obispo de San Nicolás con el Papa Juan Pablo II.

AÑO 1985
Abril Nombramiento de la Comisión de Estudios.
25 de Agosto
 Donación de EL CAMPITO por parte del Municipio de San Nicolás.
25 de Octubre Declaración de la Comisión de Estudios.

AÑO 1986
25 de Febrero 
Primera Procesión y celebración de la Santa Misa en EL CAMPITO. Presidida por el Vicario General Monseñor Roberto Mancuso.
25 de Marzo Segunda Procesión y Santa Misa presidida, por primera vez, por el Obispo Diocesano, Monseñor Domingo Castagna.
25 de Mayo Divulgación de la Medalla ( Día de la "Santísima Trinidad")
25 de Agosto Mons. Castagna anuncia en su homilía la colocación de la Piedra Fundamental del Santuario.
10 de Septiembre Elección del anteproyecto.
23 de Septiembre Nombramiento y constitución de la Comisión "Pro Templo".
25 de Septiembre Colocación de la Piedra Fundamental.
Setiembre Aparece el primer número de la revista del Santuario: "María del Rosario de San Nicolás".
25 de Octubre Inauguración de la Casa del Peregrino y del nuevo edificio propio del Centro de Difusión del Movimiento Mariano.

AÑO 1987
11 de Abril 
Audiencia de Monseñor Castagna con el Santo Padre en Rosario, con ocasión de la visita del Papa a la Argentina. El Obispo promete al Papa los estudios de San Nicolás.
14 de Agosto Inauguración de la Imprenta del Centro de Difusión del Movimiento Mariano "San Maximiliano Kolbe".
8 de Octubre 
Firma del contrato con la Empresa constructora "Geriach & Campbell " para la construcción del Templo.
13 de Octubre Inicio de las obras de construcción del Santuario.

AÑO 1988
25 de Octubre Fin del trabajo de estructura del Santuario en su primera etapa,

AÑO 1989
19 de Marzo
 Traslado de la Imagen y bendición e inauguración del Santuario ( la primera parte construida hasta ese momento). Nombramiento del primer Rector del Santuario, Pbro. Carlos Perez 25 de Setiembre Mons. Castagna ordena sacerdote al diácono Carlos Coolican, el cual conjuntamente con el padre Carlos Pérez, el P. Pablo Montero (osb) y el P.Hugo Detto, forma parte de los sacerdotes del Santuario.
Noviembre Mons. Castagna tiene una nueva audiencia con el Papa Juan Pablo II y lo informa detalladamente sobre la acción pastoral asumida con respecto a esta manifestación de Dios en su Diócesis.

AÑO 1990
2 de Febrero 
Inicio de la segunda etapa de la construcción del Santuario
11 de Febrero Fin de la catequesis de Nuestra Señora de San Nicolás.
Marzo Aparece el primer número del Boletín del Santuario "María del Rosario de San Nicolás".
2 de Abril 
Peregrinación del Padre Gobbi, fundador del Movimiento Sacerdotal Mariano que reúne cerca de 60,000 sacerdotes en todo el mundo.
25 de Agosto Monseñor Castagna consagra el Santuario, San Nicolás y los Peregrinos a Dios, por intermedio del Corazón Inmaculado de María.
Octubre Monseñor Castagna, elegido por la Conferencia Episcopal, representa a la Iglesia Argentina en el Sínodo de Obispos en Roma.

Mensajes sobre la medalla

2/12/84 Me dice: Debéis hacer acuñar una medalla, con mi imagen de la advocación del Rosario de san Nicolás y en el reverso, la Santísima Trinidad con siete estrellas.

25-9-85 Hija mía: te diré el significado de las Siete estrella: son siete gracias, que mi hijo Jesucristo concederá, a quien la lleve sobre su pecho. Alabado sea el Señor.

Mensaje del escapulario

5-3-86 "Hija mía: Encárgate para que se haga un escapulario. Que sea de color blanco ya que el blanco es el símbolo de la pureza. Mi imagen llevará los colores celeste y rosado. Este escapulario deberá ser destinado a los enfermos del cuerpo y del alma y lo llevará aquel que realmente sienta esa necesidad en su corazón, porque con el escapulario, ira el compromiso de orar a María del Rosario. Este pedido mío apremia. Amén" 

"MENSAJES REFERIDOS A JESUS "

2-2-87      1089

(Festividad de la Presentación del Señor)

Hijos míos: vivid conmigo este día, experimentad en vuestros corazones, el gozo de sentiros muy cerca de Jesús, sentid vosotros también el amor a Jesús.
Id como El, en brazos de su Madre cuando fue llevado al templo.
Dejaos encontrar por Mí, dejaos conducir por Mí dejaos purificar por Mí.
Bendito sea el Santísimo.

3-2-85      465

Hija: Quiero que sepáis, el por qué de mi Imagen con el Niño y el Rosario.

El Niño, significa pureza y nueva vida, ya que Jesús Niño es el renacer a la vida, es la fuente salvadora de todo alma sedienta.
El Rosario os lo estoy ofreciendo como consuelo, para que, rezando el Santo Rosario, volquéis todos vuestros dolores, vuestras necesidades y súplicas.
Como Madre, os escucho queridos hijos, grande es mi amor por vosotros.

Hoy me dice la Virgen cómo era Jesús desde que era pequeño. Te diré: A los tres años tenía ya una gran inteligencia, tenía el entendimiento que Dios Padre le daba. Creció sabiendo que El era el Hijo de Dios. Fue siempre muy callado, siempre estaba meditando, mas cuando hablaba, lo hacía con humildad y una gran sabiduría, la gran sabiduría de Dios.
Hija, así era mi amado Hijo en la tierra. Fue el más fiel predicador y pastor del Rebaño de su Padre. Amén.

6-8-85     634

Hija mía: Quiero contarte algo más sobre Jesús y esta Madre que tanto padeció por El, algo de su niñez. Hija, mis pechos lo amamantaron, mis brazos lo acunaron, mis labios pronunciaban palabras, que contenían mucho amor a Dios, Su Padre. Mi esposo José, le tenía un entrañable amor, te diría que lo quería como a su verdadero hijo. Los dos amábamos y respetábamos a nuestro querido Jesús, mas, mí temor crecía a medida que pasaba el tiempo. El me consolaba diciendo: "Madre, estoy en el camino que me trazó mi Padre, pasaré por aquello que El me mande y se hará Su Voluntad". Hija, Jesús se entregó por el mundo para salvarlo. Ahora El llama al mundo para que medite, para que no se condene y en Dios halle la Vida que Dios promete. Amén.

11-9-86       964

Hija: Hoy te diré algo de Jesús cuando tenía doce años de edad, edad en que fue presentado en él Templo. Tenía lo Inocencio de niño y ya se reflejaba el amor hacía todo lo creado por el Todopoderoso.
En sus sensatos y sabios palabras, se podía percibir la sabiduría.
Con José mi esposo, solíamos quedarnos horas escuchándolo hablar lo que El con mucho amor nos decía.
Uno de las tantas frases que nos dijo: Jesús, vida nueva para el alma nueva, mucha sangre correrá para que esto se haga realidad.
Mi Hijo supo siempre el padecimiento que le esperaba. Que él cristiano sepa reflexionar cuanto te he dicho, son palabras de lo Madre de Jesucristo. Amén, amén.

17-2-87     1102

¡Es tan hermoso hija mía, todo lo que se refiere a mi Hijo, Cristo el Salvador! muy despacio te lo he de ir revelando.
¡Cuántas maravillas encierra su Vida Espiritual!
Porque así vivió, en oración, en continua comunicación con su Padre. Aunque El era Dios mismo, se sacrificaba por su Padre.
Jesús hacía grandes ayunos y pasaba largas horas en oración, en sucesivos meditaciones. Otros momentos los dedicaba con gran Amor al prójimo.
Hija, El desde siempre amó o los almas, tanto, que se dio por ellas y me encargó para siempre el cuidado de sus queridas almas.
Alabado sea mi amado Hijo.

12-5-87     1171

Gladys, nuevamente te hablaré de Jesús. Mí Hijo, estando en la tierra, vivió solamente las cosas del Cielo; nada material lo apegó a los cosas de la tierra. Sabía, sí, que tenía que vivir su tiempo junto a los hombres y fueron sus últimos años, los que dedicó enteramente a ser pastor a juntar el rebaño de Dios, su Padre.
Es necesario que aquellos, los que no han comprendido todavía lo importancia que tiene el rebaño del Señor, comprendan el valor de lo unión de ese rebaño tan querido por mi Hijo.
Cada vez deberá ser más numeroso y más fuerte; de esta manera, nada podrá debilitarlo. Hablo claramente a mis hijos, el Señor quiere recobrar a su rebaño. Amén, amén.

5-8-88       1480

Mi amado hija, codo hora que posa, más necesaria es Mi presencia para los hombres.
Esto Madre, mucho se preocupo por sus hijos. Así fue Mi preocupación cuando Jesús era pequeño. Era por Mí, cuidado en extremo, no me separaba de El, y no se separaba El, de Mí.
Era amado por José y por Mí, con dulcísimo Amor, Ya siendo grande, mucho tiempo pasaba sin regresar a Mi lado, su techo eran las estrellas, sus rodillas, su almohada. No le importaban las persecuciones, nada le preocupaba, excepto transmitir la promesa del Padre.
El mismo Jesús, recorría caminos, tratando de llegar a los corazones, de convertir almas.
Hoy es la Madre, que desciende del Cielo, para convertir a las almas; hoy es el corazón de la Madre, el que protege a los hijos; es el corazón de la Madre, El que amó y quiere ser amado, junto al Corazón del Hijo.
Bendito sea el Salvador.,

7-1-90      1784

Gladys, tu alma vive de mi sustento, te alimentas de lo que te doy.
Te diré: Cuando nació Jesús, tiempo después vinieron a adorarlo los reyes.
Luego sucedió la huida a Egipto. Mucho padecimos, ya que estábamos carentes de alimentos y de abrigos.
Mí Niño contaba con sólo 14 meses de edad y mucho cuidábamos de El, José y Yo, porque sabíamos que atentaban contra Jesús.
Nunca dejó de reinar la Paz en nuestros corazones, pero sólo volvió la tranquilidad, cuando volvimos a Nazaret.
Nada nos pesaba ya que la gracia de Dios, estaba con nosotros. Bendito y alabado sea El.


 Virgen del Rosario

Comenzar una novena el día 17 de cada mes, terminando el día 25. Es decir: rezar durante 9 días seguidos el Santo Rosario por la intención que la Stma. Virgen de cada mes.

ORACIONES A LA VIRGEN

MADRE, UNA GRACIA TE PIDO QUE ME SANES EN CUERPO Y ALMA. SE QUE DEBO DESPOJARME DE MI ORGULLO Y DE TODOS MIS PECADOS, QUE LEJOS ESTABA DE TI, QUE UN NEGRO VELO CUBRIA MI ALMA. HOY TE DESCUBRO Y QUIERO VIVIR. DETEN TU MANO Y PÓSALA EN MI CORAZON. AMEN

ORACION A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE SAN NICOLAS

Santa María, Madre nuestra que en cada misterio del Santo Rosario nos brindas al Salvador. Acudimos a ti necesitados. Nos alegramos que desde la cruz el señor te haya encomendado la misión de acercarnos a El y a su Iglesia por la conversión y la penitencia. Alentados por la confianza que nos inspiras ponemos en tus manos maternales nuestras preocupaciones y temores. Pero, deseamos imitar tu fidelidad a Dios, aceptando con amor y humildad todas las pruebas. ¡Madre nuestra del Rosario de San Nicolás! que tu presencia renueve nuestra vida, alivie nuestro ser agobiado por el sufrimiento y la enfermedad, sostenga nuestra docilidad a la gracia y fortalezca nuestro amor a los demás, convirtiéndonos así en testigos del amor del Padre que no vaciló, por tu intermedio, en darnos a Jesús. AMEN.

ORACION: Suplicámoste, Señor Dios, que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y de cuerpo y por la intercesión gloriosa de la bienaventurada Virgen María, líbranos de la tristeza presente, y gozar de la eterna alegría. Por Cristo Nuestro Señor Amén. 

Mas oraciones al final de esta página

 CONSAGRACION

¡OH MADRE QUIERO CONSAGRARME A TI!
VIRGEN MARIA HOY CONSAGRO MI VIDA A TI
SIENTO NECESIDAD CONSTANTE DE TU PRESENCIA EN MI VIDA.
PARA QUE ME PROTEJAS, ME GUIES Y ME CONSUELES.
SE QUE EN TI MI ALMA ENCONTRARA REPOSO
Y LA ANGUSTIA EN MI NO ENTRARA.
MI DERROTA SE CONVERTIRA EN VICTORIA
MI FATIGA EN TI FORTALEZA ES". AMEN.

 

jueves, 15 de agosto de 2024

Gloriosa Asunción de María

 

Gloriosa Asunción de María

15 de Agosto



"Toda espléndida, la hija del rey" (Sal 45, 14)

"Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza"(Ap 11, 19-12,1).
"La Asunción de María es una participación singular en la resurrección de Cristo" S.S. Juan Pablo II

 



 

Los dogmas marianos, hasta ahora, son cuatro: María, Madre de Dios; La Virginidad Perpetua de María, La Inmaculada Concepción y la Asunción de María.


 

FUNDAMENTO DE ESTE DOGMA

El Papa Pío XII bajo la inspiración del Espíritu Santo, y después de consultar con todos los obispos de la Iglesia Católica, y de escuchar el sentir de los fieles, el primero de Nov. de 1950, definió solemnemente con su suprema autoridad apostólica, el dogma de la Asunción de María. Este fue promulgado en la Constitución "Munificentissimus Deus":

"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo".

¿Cual es el fundamento para este dogma? El Papa Pío XII presentó varias razones fundamentales para la definición del dogma:

1-La inmunidad de María de todo pecado: La descomposición del cuerpo es consecuencia del pecado, y como María, careció de todo pecado, entonces Ella estaba libre de la ley universal de la corrupción, pudiendo entonces, entrar prontamente, en cuerpo y alma, en la gloria del cielo.

2-Su Maternidad Divina: Como el cuerpo de Cristo se había formado del cuerpo de María, era conveniente que el cuerpo de María participara de la suerte del cuerpo de Cristo. Ella concibió a Jesús, le dio a luz, le nutrió, le cuido, le estrecho contra su pecho. No podemos imaginar que Jesús permitiría que el cuerpo, que le dio vida, llegase a la corrupción.

3-Su Virginidad Perpetua: como su cuerpo fue preservado en integridad virginal, (toda para Jesús y siendo un tabernáculo viviente) era conveniente que después de la muerte no sufriera la corrupción.

4-Su participación en la obra redentora de Cristo: María, la Madre del Redentor, por su íntima participación en la obra redentora de su Hijo, después de consumado el curso de su vida sobre la tierra, recibió el fruto pleno de la redención, que es la glorificación del cuerpo y del alma.

La Asunción es la victoria de Dios confirmada en María y asegurada para nosotros. La Asunción es una señal y promesa de la gloria que nos espera cuando en el fin del mundo nuestros cuerpos resuciten y sean reunidos con nuestras almas.

Madre Adela Galindo SCTJM

 

 

La Asunción de la Virgen Santísima
De la constitución apostólica
Munificentíssimus Deus
del Papa Pío XII

Con esta constitución apostólica, el Papa Pío XII proclamó el dogma de la Asunción el 1ro de Noviembre de 1950.
Tomado de la Liturgia de las Horas del 15 de Agosto.  (AAS 42 [19501, 760-762. 767-769)

 

Tu cuerpo es santo y sobremanera glorioso

    Los santos Padres y grandes doctores, en las homilías y disertaciones dirigidas al pueblo en la fiesta de la Asunción de la Madre de Dios, hablan de este hecho como de algo ya conocido y aceptado por los fieles y -lo explican con toda precisión, procurando, sobre todo, hacerles comprender que lo que se conmemora en esta festividad es, no sólo el hecho de que el cuerpo sin vida de la Virgen María no estuvo sujeto a la corrupción, sino también su triunfo sobre la muerte y su glorificación, a imitación de su hijo único, Jesucristo.

    Y, así, san Juan Damasceno, el más ilustre transmisor de esta tradición, comparando la asunción de la santa Madre de Dios con sus demás dotes y privilegios, afirma, con elocuencia vehemente:

    "Convenía que aquella que en el parto había conservado intacta su virginidad conservara su cuerpo también después de la muerte libre de la corruptibilidad. Convenía que aquella que había llevado al Creador como un niño en su seno tuviera después su mansión en el cielo. Convenía que la esposa que el Padre había desposado habitara en el tálamo celestial. Convenía que aquella que había visto a su hijo en la cruz y cuya alma había sido atravesada por la espada del dolor, del que se había visto libre en el momento del parto, lo contemplara sentado a la derecha del Padre. Convenía que la Madre de Dios poseyera lo mismo que su Hijo y que fuera venerada por toda criatura como Madre y esclava de Dios."

    Según el punto de vista de san Germán de Constantinopla, el cuerpo de la Virgen María, la Madre de Dios, se mantuvo incorrupto y fue llevado al cielo, porque así lo pedía no sólo el hecho de su maternidad divina, sino también la peculiar santidad de su cuerpo virginal:

    "Tú, según está escrito, te muestras con belleza; y tu cuerpo virginal es todo él santo, todo él casto, todo él morada de Dios, todo lo cual hace que esté exento de disolverse y convertirse en polvo, y que, sin perder su condición humana, sea transformado en cuerpo celestial e incorruptible, lleno de vida y sobremanera glorioso, incólume y participe de la vida perfecta."

    Otro antiquísimo escritor afirma:

    "La gloriosísima Madre de Cristo, nuestro Dios y salvador, dador de la vida y de la inmortalidad, por él es vivificada, con un cuerpo semejante al suyo en la incorruptibilidad, ya que él la hizo salir del sepulcro y la elevó hacia si mismo, del modo que él solo conoce."

    Todos estos argumentos y consideraciones de los santos Padres se apoyan, como en su último fundamento, en la sagrada Escritura; ella, en efecto, nos hace ver a la santa Madre de Dios unida estrechamente a su Hijo divino y solidaria siempre de su destino.

    Y, sobre todo, hay que tener en cuenta que, ya desde el siglo segundo, los santos Padres presentan a la Virgen María como la nueva Eva asociada al nuevo Adán, íntimamente unida a él, aunque de modo subordinado, en la lucha contra el enemigo infernal, lucha que, como se anuncia en el protoevangelio, había de desembocar en una victoria absoluta sobre el pecado y la muerte, dos realidades inseparables en los escritos del Apóstol de los gentiles. Por lo cual, así como la gloriosa resurrección de Cristo fue la parte esencial y el ú1timo trofeo de esta victoria, así también la participación que tuvo la santísima Virgen en esta lucha de su Hijo había de concluir con la glorificación de su cuerpo virginal, ya que, como dice el mismo Apóstol: Cuando esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: "La muerte ha sido absorbida en la victoria."

    Por todo ello, la augusta Madre de Dios, unida a Jesucristo de modo arcano, desde toda la eternidad, por un mismo y único decreto de predestinación, inmaculada en su concepción, asociada generosamente a la obra del divino Redentor, que obtuvo un pleno triunfo sobre el pecado y sus consecuencias, alcanzó finalmente, como suprema coronación de todos sus privilegios, el ser preservada inmune de la corrupción del sepulcro y, a imitación de su Hijo, vencida la muerte, ser llevada en cuerpo y alma a la gloria celestial, para resplandecer allí como reina a la derecha de su Hijo, el rey inmortal de los siglos.

-Versión electrónica del documento realizada por las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María. SCTJM.


Que el Misterio de la Asunción Ilumine a la Iglesia y a la Humanidad Entera.
Catequesis mariana
S.S. Juan Pablo II
15 de agosto de 1995

1. "Una mujer, vestida del sol"(Ap 12, l).

Hoy, solemnidad de la Asunción, la Iglesia refiere a María estas palabras del Apocalipsis de san Juan. En cierto sentido, nos relatan la parte conclusiva de la "mujer vestida del sol" nos habla de María elevada al cielo. Por eso la liturgia las enlaza oportunamente con la parte inicial de la historia de María: con el misterio de la visitación a la casa de santa Isabel. Se sabe que la visitación tuvo lugar poco después de la anunciación, como leemos en el evangelio de san Lucas: "En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá" (Lc 1, 39). Según una tradición, se trata de la ciudad de Ain-Karim. María, habiendo entrado en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. ¿Acaso deseaba contarle lo que le había sucedido, cómo había acogido la propuesta del ángel Gabriel, convirtiéndose así, por obra del Espíritu Santo, en la Madre del Hijo de Dios? Sin embargo, Isabel la precedió y, bajo la acción del Espíritu Santo, continuó con palabras suyas el saludo del enviado angélico. Si Gabriel había dicho: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo" (Lc 1, 28), ella, como prosiguiendo, añadió: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno" (Lc 1, 42). Así pues, entre la anunciación y la visitación, se forma la plegaria mariana más difundida: el Ave María.

Amadísimos hermanos y hermanas: hoy, solemnidad de la Asunción, la Iglesia vuelve idealmente a Nazaret lugar de la anunciación; va espiritualmente hasta el umbral de la casa de Zacarías, en Ain-Karim, y saluda a la Madre de Dios con las palabras: "¡Ave, María!", y junto con Isabel, proclama: "¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!" (Lc 1, 45). María creyó con la fe de la anunciación, con la fe de la visitación, con la fe de la noche de Belén y de la Natividad. Hoy cree con la fe de la Asunción, o más bien, ahora en la gloria del cielo, contempla cara a cara el misterio que penetró toda su existencia terrena.

2. En el umbral de la casa de Zacarías, nace también el himno mariano del Magníficat. La Iglesia lo repite en la liturgia de este día, porque ciertamente María, con mayores motivaciones aún, lo proclamó en su Asunción al cielo: "Engrandece mi alma al Señor y mí espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, santo es su nombre" (Lc 1, 46-49).

María alaba a Dios, y él la alaba. Esta alabanza se ha difundido ampliamente en todo el mundo. En efecto, ¿cuántos son los santuarios marianos en todas las regiones de la tierra dedicados al misterio de la Asunción! Sería verdaderamente difícil enumerar aquí a todos.

"María ha sido llevada al cielo, se alegra el ejército de los ángeles", proclama la liturgia de hoy en el canto al Evangelio. Pero se alegra también el ejército de los hombres de todas las partes del mundo. Y numerosas son las naciones que consideran a la Madre de Dios como Madre y su Reina. En efecto el misterio de la Asunción está unido a su coronación como Reina del cielo y de la tierra; "Toda espléndida, la hija del rey" --como anuncia el salmo responsorial de la liturgia de hoy-- (Sal 45, 14) para ser elevada a la derecha de su Hijo: "De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir" (antífona del Salmo responsorial).

3. La Asunción de María es una participación singular en la resurrección de Cristo. En la liturgia de hoy san Pablo pone de relieve esta verdad, anunciando la alegría por la victoria sobre la muerte, que Cristo consiguió con su resurrección, "porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la muerte" (1 Cor 15, 25-26). La victoria sobre la muerte que se manifiesta claramente el día de la resurrección de Cristo, concierne hoy, de modo particular, a su madre. Si la muerte no tiene poder sobre él, es decir sobre su Hijo, tampoco tiene poder sobre su madre, o sea, sobre aquella que le dio la vida terrena.

En la primera carta a los Corintios, san Pablo hace como un comentario profundo del misterio de la Asunción. Escribe así: "Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que durmieron. Porque, habiendo venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán mueren todos, así también todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicias; luego los de Cristo en su venida» (1 Cor 15, 20-23). María es la primera que recibe la gloria; la Asunción representa casi el coronamiento del misterio pascual.

Cristo ha resucitado, venciendo la muerte, efecto del pecado original , y abraza con su victoria a todos los que aceptan con fe su resurrección. Ante todo a su Madre, librada de la herencia del pecado original mediante la muerte redentora del Hijo en la cruz. Hoy Cristo abraza a María, inmaculada desde su concepción, acogiéndola en el cielo en su cuerpo glorificado, como acercando para ella el día de su vuelta gloriosa a la tierra, el día de la resurrección universal que espera la humanidad. La Asunción al cielo es como una gran anticipación del cumplimiento definitivo de todas las cosas en Dios, según cuanto escribe el Apóstol: "Luego, el fin, cuando entregue (Cristo) a Dios Padre el Reino, para que Dios sea todo en todo" (1 Cor 15, 24, 28). ¿Acaso Dios no es todo en aquella que es la madre inmaculada del Redentor?

¡Te saludo, hija de Dios Padre! ¡Te saludo, madre del Hijo de Dios! ¡Te saludo, esposa mística del Espíritu Santo! ¡Te saludo, templo de la santísima Trinidad!

4. «Y se abrió el santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el santuario. "Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza"(Ap 11, 19-12,1). Esta visión del Apocalipsis, se considera, en cierto sentido, la ultima palabra de la mariología. Sin embargo, la Asunción que aquí se expresa magníficamente, posee al mismo tiempo su sentido eclesiológico. Contempla a María no solo como Reina de toda la creación, sino también como Madre de toda la Iglesia. Y como Madre de la Iglesia, María, elevada al cielo y coronada, no deja de estar implicada en la historia de la Iglesia, que es la historia de la lucha entre el bien y el mal. San Juan escribe: "Y apareció otra señal en el cielo: un gran dragón rojo" (Ap 12, 3). En la sagrada Escritura, ya desde los primeros capítulos del libro del Génesis (cf. Gn 3, 14), se conoce a este dragón como el enemigo de la mujer. En el Apocalipsis, el mismo dragón se pone delante de la mujer que está a punto de dar a luz, decidido a devorar al niño apenas nazca (cf. Ap 12, 4). El pensamiento va espontáneamente a la noche de Belén y a la amenaza contra la vida de Jesús, recién nacido, constituida por el perverso edicto de Herodes, que ordena "matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo" (Mt 2, 16).

De todo lo que el Concilio Vaticano II ha escrito, emerge de modo singular la imagen de la Madre de Dios, insertada vivamente en el misterio de Cristo y de la Iglesia. María, Madre del Hijo de Dios, es, a la vez, Madre de todos los hombres, quienes en el Hijo han llegado a ser hijos adoptivos del Padre celestial, Precisamente aquí se manifiesta la lucha incesante de la Iglesia. Como una madre a semejanza de María, la Iglesia engendra hijos a la vida divina, y sus hijos, hijos e hijas en el Hijo unigénito de Dios, están amenazados constantemente por el odio del "dragón rojo: Satanás".

El autor del Apocalipsis, al mismo tiempo que muestra el realismo de esta lucha que continúa en la historia, pone de relieve también la perspectiva de la victoria definitiva por obra de la mujer, de María que es nuestra abogada y aliada potente de todas las naciones de la tierra. El autor del Apocalipsis habla de esta victoria: "Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo" (Ap 12, 10).

La solemnidad de la Asunción pone ante nuestros ojos el reinado de nuestro Dios y el poder de Cristo sobre toda la creación.

5. ¡Cómo quisiera que por doquiera y en todas las lenguas se expresara la alegría por la Asunción de María! ¡Cómo quisiera que de este misterio surgiera una vivísima luz sobre la Iglesia y la humanidad! Que todo hombre y toda mujer tomen conciencia de estar llamados, por caminos diferentes, a participar en la gloria celestial de su verdadera Madre y Reina.

¡Alabado sea Jesucristo!
 


LA ASUNCIÓN DE MARÍA
Audiencia General
S.S. Juan Pablo II
9 de julio, 1997.
 

La tradición de la Iglesia muestra que este misterio "forma parte del plan divino, y está enraizado en la singular participación de María en la misión de su Hijo".

"La misma tradición eclesial ve en la maternidad divina la razón fundamental de la Asunción. (...) Se puede afirmar, por tanto, que la maternidad divina, que hizo del cuerpo de María la residencia inmaculada del Señor, funda su destino glorioso".

Juan Pablo II destacó que "según algunos Padres de la Iglesia, otro argumento que fundamenta el privilegio de la Asunción se deduce de la participación de María en la obra de la Redención".

"El Concilio Vaticano II, recordando el misterio de la Asunción en la Constitución Dogmática sobre la Iglesia (Lumen Gentium), hace hincapié en el privilegio de la Inmaculada Concepción: precisamente porque ha sido 'preservada libre de toda mancha de pecado original', María no podía permanecer, como los otros hombres, en el estado de muerte hasta el fin del mundo. La ausencia de pecado original y la santidad, perfecta desde el primer momento de su existencia, exigían para la Madre de Dios la plena glorificación de su alma y de su cuerpo".

El Papa señaló que "en la Asunción de la Virgen podemos ver también la voluntad divina de promover a la mujer. De manera análoga con lo que había sucedido en el origen del género humano y de la historia de la salvación, en el proyecto de Dios el ideal escatológico debía revelarse no en un individuo, sino en una pareja. Por eso, en la gloria celeste, junto a Cristo resucitado hay una mujer resucitada, María: el nuevo Adán y la nueva Eva".

Para concluir, el Papa aseguró que "ante las profanaciones y el envilecimiento al que la sociedad moderna somete a menudo al cuerpo, especialmente al femenino, el misterio de la Asunción proclama el destino sobrenatural y la dignidad de todo cuerpo humano".

Adaptado de: Vatican Information Services VIS 970709 (350)


En la Asunción, el cuerpo de María, cuerpo de mujer, es exaltado
La teóloga Cettina Militello explica implicaciones de esta verdad de fe
Zenit


El Papa recordó los 50 años de la proclamación del dogma de la Asunción el 1ro de Noviembre del 2000.  La teóloga Cettna Militello, en el Foro Internacional de Mariología en Roma acertó que se trata de una verdad de fe que tiene mucho que decir a nuestra cultura.  

«El lazo de unión entre el dogma de la Asunción y el Jubileo no es casual --indica la profesora Militello, catedrática en las facultades teológicas «Marianum» y «Teresianum» de Roma y presidente de la Sociedad Italiana Para la Investigación Teológica--. Ya en el 1950, el año en el que Pío XII lo proclamó, era un año santo. La misma constitución apostólica "Munificentisimus Deus", que proclama esta verdad de fe, tiene un tono doxológico, es un himno de alabanza a Dios por las maravillas realizadas en María. Y la alabanza es una dimensión típicamente jubilar».

--¿Pero qué puede decir la Asunción al hombre de hoy? 

--En el contexto de transición cultural en el que vivimos, con un hombre contemporáneo que cada vez más se enfrenta a la búsqueda de sentido, yo creo que el tema a subrayar es el de la corporeidad: este dogma dice que el cuerpo de María, cuerpo de mujer, es exaltado. Es un hecho que para nosotros es paradójico: justamente el cuerpo femenino, en nuestra cultura, ha sido durante mucho tiempo el emblema del desprecio. María, en cambio, exaltada en su Asunción, revoluciona esta idea: nuestra corporeidad, por muy enferma que esté, está llamada a la transfiguración en el diseño de Dios.

--María muestra, por tanto, lo que nos espera...

--Sí. Pero dice también algo sobre nuestra condición de hoy, sobre este cuerpo nuestro, lugar de la relación con el otro y con la creación. En el fondo de la Asunción está el misterio de la Encarnación que hay que tomarlo en serio: si Cristo se ha hecho carne, tampoco la dimensión corpórea es ya la de antes. El resucitado nos ha sumergido ya en la nueva realidad, nos lleva a interpretar el espacio y el tiempo en manera diversa. Lo que en María se ha cumplido ya en plenitud, también nosotros estamos llamados a experimentarlo en forma sacramental en la relación con nuestro cuerpo. 

--Pero, ¿qué tiene que decir el cuerpo de María elevado a los cielos sobre nuestro destino último? 

--Es para nosotros horizonte, meta, signo de esperanza. María nos muestra la plenitud de la carne: la salvación no es una dimensión desencarnada. Las imágenes de las que se sirve la Escritura, los bienes que se nos han prometido, lo dicen claramente. No se trata de hacer una física de las realidades últimas: todo queda en el misterio. Pero imágenes como las del Apocalipsis (la esposa, el banquete...) nos hacen intuir en forma simbólica que la plenitud no será sólo espiritual. 

--¿Por qué se hace memoria de este dogma justo en la fiesta de Todos los Santos?

--Hay un nexo profundo entre María y la comunión de los santos. Lo que contemplamos en la Asunción como un «privilegio» de la Madre de Dios, en la solemnidad de Todos los Santos se hace un hecho participado y común. Es un designio que implica a todos los redimidos: los del cielo y junto a ellos todos los que viven en gracia. La comunión de los santos, en efecto, no es sólo de los que nos han precedido: se relaciona, para usar la definición clásica, también con la Iglesia peregrinante, la que vive en el mundo. La Asunción, por tanto, es la primera, no la única. Y en la fiesta de Todos los Santos celebramos la coparticipación en todo lo que ella goza. Pío XII podía perfectamente promulgar este dogma el día de la Asunción. Al escoger como fecha el 1 de noviembre, en cambio, dio a esta verdad de fe una precisa impronta eclesiológica.
 

 


 Fuente: Corazones.org

viernes, 24 de mayo de 2024

24 de mayo: Solemnidad de María Auxiliadora

 





Historia de la devoción a María Auxiliadora

Los cristianos de la Iglesia de la antigüedad en Grecia, Egipto, Antioquía, Efeso, Alejandría y Atenas acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre de Auxiliadora, que en su idioma, el griego, se dice con la palabra "Boetéia", que significa "La que trae auxilios venidos del cielo". Ya San Juan Crisóstomo, arzobispo de Constantinopla nacido en 345, la llama "Auxilio potentísimo" de los seguidores de Cristo. Los dos títulos que más se leen en los antiguos monumentos de Oriente (Grecia, Turquía, Egipto) son: Madre de Dios y Auxiliadora. (Teotocos y Boetéia). En el año 476 el gran orador Proclo decía: "La Madre de Dios es nuestra Auxiliadora porque nos trae auxilios de lo alto". San Sabas de Cesarea en el año 532 llama a la Virgen "Auxiliadora de los que sufren" y narra el hecho de un enfermo gravísimo que llevado junto a una imagen de Nuestra Señora recuperó la salud y que aquella imagen de la "Auxiliadora de los enfermos" se volvió sumamente popular entre la gente de su siglo. El gran poeta griego Romano Melone, año 518, llama a María "Auxiliadora de los que rezan, exterminio de los malos espíritus y ayuda de los que somos débiles" e insiste en que recemos para que Ella sea también "Auxiliadora de los que gobiernan" y así cumplamos lo que dijo Cristo: "Dad al gobernante lo que es del gobernante" y lo que dijo Jeremías: "Orad por la nación donde estáis viviendo, porque su bien será vuestro bien". En las iglesias de las naciones de Asia Menor la fiesta de María Auxiliadora se celebra el 1º de octubre, desde antes del año mil (En Europa y América se celebre el 24 de mayo). San Sofronio, Arzobispo de Jerusalén dijo en el año 560: "María es Auxiliadora de los que están en la tierra y la alegría de los que ya están en el cielo". San Juan Damasceno, famoso predicador, año 749, es el primero en propagar esta jaculatoria: "María Auxiliadora rogad por nosotros". Y repite: "La "Virgen es auxiliadora para conseguir la salvación. Auxiliadora para evitar los peligros, Auxiliadora en la hora de la muerte". San Germán, Arzobispo de Constantinopla, año 733, dijo en un sermón: "Oh María Tú eres Poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda".

La batalla de Lepanto

En el siglo XVI, los mahometanos estaban invadiendo a Europa. En ese tiempo no había la tolerancia de unas religiones para con las otras. Y ellos a donde llegaban imponían a la fuerza su religión y destruían todo lo que fuera cristiano. Cada año invadían nuevos territorios de los católicos, llenando de muerte y de destrucción todo lo que ocupaban y ya estaban amenazando con invadir a la misma Roma. Fue entonces cuando el Sumo Pontífice Pío V, gran devoto de la Virgen María convocó a los Príncipes Católicos para que salieran a defender a sus colegas de religión. Pronto se formó un buen ejército y se fueron en busca del enemigo. El 7 de octubre de 1572, se encontraron los dos ejércitos en un sitio llamado el Golfo de Lepanto. Los mahometanos tenían 282 barcos y 88,000 soldados. Los cristianos eran inferiores en número. Antes de empezar la batalla, los soldados cristianos se confesaron, oyeron la Santa Misa, comulgaron, rezaron el Rosario y entonaron un canto a la Madre de Dios. Terminados estos actos se lanzaron como un huracán en busca del ejército contrario. Al principio la batalla era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta a la que ellos llevaban, y detenían sus barcos que eran todos barcos de vela o sea movidos por el viento. Pero luego - de manera admirable - el viento cambió de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos del ejército cristiano, y los empujó con fuerza contra las naves enemigas. Entonces nuestros soldados dieron una carga tremenda y en poco rato derrotaron por completo a sus adversarios. Es de notar, que mientras la batalla se llevaba a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría a cabo, el Papa Pío V, con una gran multitud de fieles recorría las calles de Roma rezando el Santo Rosario. En agradecimiento de tan espléndida victoria San Pío V mandó que en adelante cada año se celebrara el siete de octubre, la fiesta del Santo Rosario, y que en las letanías se rezara siempre esta oración: MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS.

El Papa y Napoleón

El siglo pasado sucedió un hecho bien lastimoso: El emperador Napoleón llevado por la ambición y el orgullo se atrevió a poner prisionero al Sumo Pontífice, el Papa Pío VII. Varios años llevaba en prisión el Vicario de Cristo y no se veían esperanzas de obtener la libertad, pues el emperador era el más poderoso gobernante de ese entonces. Hasta los reyes temblaban en su presencia, y su ejército era siempre el vencedor en las batallas.

El Sumo Pontífice hizo entonces una promesa: "Oh Madre de Dios, si me libras de esta indigna prisión, te honraré decretándote una nueva fiesta en la Iglesia Católica". Y muy pronto vino lo inesperado. Napoleón que había dicho: "Las excomuniones del Papa no son capaces de quitar el fusil de la mano de mis soldados", vio con desilusión que, en los friísimos campos de Rusia, a donde había ido a batallar, el frío helaba las manos de sus soldados, y el fusil se les iba cayendo, y él que había ido deslumbrante, con su famoso ejército, volvió humillado con unos pocos y maltrechos hombres. Y al volver se encontró con que sus adversarios le habían preparado un fuerte ejército, el cual lo atacó y le proporcionó total derrota. Fue luego expulsado de su país y el que antes se atrevió a aprisionar al Papa, se vio obligado a pagar en triste prisión el resto de su vida. El Papa pudo entonces volver a su sede pontificia y el 24 de mayo de 1814 regresó triunfante a la ciudad de Roma. En memoria de este noble favor de la Virgen María, Pío VII decretó que en adelante cada 24 de mayo se celebrara en Roma la fiesta de María Auxiliadora en acción de gracias a la madre de Dios.


San Juan Bosco y María Auxiliadora

El 9 de junio de 1868, se consagró en Turín, Italia, la Basílica de María Auxiliadora. La historia de esta Basílica es una cadena de favores de la Madre de Dios. su constructor fue San Juan Bosco, humilde campesino nacido el 16 de agosto de 1815, de padres muy pobres. A los tres años quedó huérfano de padre. Para poder ir al colegio tuvo que andar de casa en casa pidiendo limosna. La Sma. Virgen se le había aparecido en sueños mandándole que adquiriera "ciencia y paciencia", porque Dios lo destinaba para educar a muchos niños pobres. Nuevamente se le apareció la Virgen y le pidió que le construyera un templo y que la invocara con el título de Auxiliadora.

Empezó la obra del templo con tres monedas de veinte centavos. Pero fueron tantos los milagros que María Auxiliadora empezó a hacer en favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la gran Basílica. El santo solía repetir: "Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen". Desde aquel santuario empezó a extenderse por el mundo la devoción a la Madre de Dios bajo el título de Auxiliadora, y son tantos los favores que Nuestra Señora concede a quienes la invocan con ese título, que ésta devoción ha llegado a ser una de las más populares.

San Juan Bosco decía: "Propagad la devoción a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros" y recomendaba repetir muchas veces esta pequeña oración: "María Auxiliadora, rogad por nosotros". El decía que los que dicen muchas veces esta jaculatoria consiguen grandes favores del cielo.

Oración a Nuestra Señora María Auxiliadora

Madre amable de mi vida Auxilio de los Cristianos, La gracia que necesito Pongo en Tus benditas manos.
Dios te salve María…

Tú que sabes mis pesares Pues todos te los confío Da la paz a los turbados Y alivio al corazón mío.
Dios te salve María…

Y aunque Tu amor no merezco No recurriré a Ti en vano Pues eres Madre de Dios Y Auxilio de los Cristianos.
Dios te salve María…

Acuérdate, ¡Oh Madre Santa! Que jamás se oyó decir Que alguno te haya implorado Sin tu Auxilio recibir. Por eso con fe y confianza Lleno de amor y esperanza Este favor yo te pido... Dios te salve María… “Propaguen la devoción a Maria Auxiliadora, a Jesús sacramentado y veréis lo que son los milagros”
Don Bosco.