“Todo lo que quieras pedir, pídemelo por los méritos de mi infancia,
y tu oración será escuchada”.
Los Padres Carmelitas y las Hermanas Carmelitas, siguiendo el ejemplo de sus santos fundadores, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, se han propuesto propagar donde quiera que llegan, la devoción al Milagroso Niño Jesús, que consiste en honrar los 12 primeros años de Jesús en la tierra, los años de su infancia, y por los méritos que Jesús ganó en sus 12 años de niñez, pedir a Dios todos los favores que necesitamos.
Muchísimos devotos en el mundo entero han hecho el ensayo de pedir favores a Dios por los méritos de la infancia de Jesús, y han obtenido favores admirables.
NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS
Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.
CONSIDERACIÓN PARA CADA DÍA:
DÍA: Primero - Segundo - Tercero - Cuarto - Quinto -
Sexto - Séptimo - Octavo - Noveno
OREMOS
Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.
NOVENA DE LA CONFIANZA AL DIVINO NIÑO JESÚS
Por la señal de la Santa Cruz...
Acto de Contrición:
Jesús, mi Señor y Redentor. Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confío en que por Tu infinita misericordia y por los méritos de tu Santa Infancia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
¡Oh Divino Niño Jesús! Confiando en tu infinita misericordia y bondad, quiero hacer esta novena para presentarte con sencillez mis necesidades espirituales y materiales.
Cuando vivías entre los hombres, conversabas con tu Padre Celestial, en actitud confiada de adoración, alabanza, gratitud y petición. Así quiero que sea mi oración, especialmente en estos días de la novena.
Tú eres nuestro intercesor ante el Padre; Tú pediste por las necesidades de los hombres. Hoy te presento mis propias necesidades. Me acojo también a la intercesión de María, Madre tuya y también mi madre, para que, como Ella, me des fortaleza para aceptar y hacer siempre tu voluntad. Amén.
CONSIDERACIÓN PARA CADA DÍA:
DÍA: Primero - Segundo - Tercero - Cuarto - Quinto -
Sexto - Séptimo - Octavo - Noveno
OREMOS
Haz Señor,
que sepamos reconocer la divinidad de tu Hijo
en la humildad de su Encarnación,
y confesar su omnipotencia
en la debilidad de su infancia,
para que, siguiéndolo con sencillez de corazón,
acojamos como niños tu Reino,
y consigamos el premio prometido a los humildes.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que por ser Dios, vive y reina contigo,
en la unidad del Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.
NOVENA DE LA CONFIANZA AL DIVINO NIÑO JESÚS
Niño amable de mi vida, consuelo de los cristianos, la gracia que necesito, pongo en tus benditas manos.
Padre Nuestro...
Tú que sabes mis pesares, pues todos te los confío, da la paz a los turbados, y alivio al corazón mío.
Dios te salve María...
Y aunque tu amor no merezco, no recurriré a ti en vano, pues eres Hijo de Dios, y auxilio de los cristianos.
Gloria al Padre...
Acuérdate oh Niño Santo, que jamás se oyó decir, que alguno te haya implorado, sin tu auxilio recibir,
por eso con fe y confianza, humilde y arrepentido, lleno de amor y esperanza, este favor yo te pido:
Pedir la gracia que se desea
y decir siete veces:
DIVINO NIÑO JESÚS BENDÍCENOS.
CORONILLA DEL DIVINO NIÑO JESÚS
Esta devoción es debida a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, Carmelita Descalza de Beaune (Francia), devotísima del Niño Jesús, muerta en olor de santidad a la temprana edad de 27 años. El Niño Jesús le prometió otorgar gracias muy especiales de inocencia y de pureza a todas las personas que la rezasen con devoción.
He aquí dicha Coronilla:
Por la señal...
Adorada y glorificada sea la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Adorado y glorificado sea el Padre,
-El Verbo se hizo carne,
-Y habitó entre nosotros.
Padrenuestro...
Adorado y glorificado sea el Hijo,
-El Verbo se hizo carne,
-Y habitó entre nosotros.
Padrenuestro...
Adorado y glorificado sea el Espíritu Santo,
-El Verbo se hizo carne,
-Y habitó entre nosotros.
Padrenuestro...
1º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Encarnación.
-El Verbo se hizo carne,
-Y habitó entre nosotros.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo...
2º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de la Visitación. Gloria...
3º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestro Nacimiento. Gloria...
4º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de la Adoración de los Pastores. Gloria...
5º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Circuncisión. Gloria...
6º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Epifanía. Gloria...
7º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Presentación en el Templo. Gloria...
8º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Huida a Egipto. Gloria...
9º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Permanencia en Egipto. Gloria...
10º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestro Regreso a Nazaret. Gloria...
11º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Vida oculta en Nazaret. Gloria...
12º Dulcísimo Niño Jesús, os adoro en el misterio de vuestra Pérdida y Hallazgo en el Templo. Gloria...
ORACIÓN
Vos, oh Dios mío, que os dignasteis constituir a Vuestro Unigénito Hijo Salvador del género humano, y ordenasteis que se llamara Jesús, conceded propicio que, los que veneramos su Santo Nombre en la tierra, gocemos de su presencia en los cielos. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Historia de la devoción al Niño Jesús de Praga
Narran las antiguas tradiciones que en Andalucía, España, había hace varios siglos un santo religioso carmelita que se dedicaba a hacer imágenes, y que deseaba mucho hacer una estatua bien hermosa del Divino Niño Jesús. Y repetía una frase muy parecida a la de Santa Teresa: “Véante mis ojos, dulce Jesús bueno. Véante mis ojos. Muérame yo luego”. Y que tantas veces pidió a Nuestro Señor la gracia de poder contemplar cómo era el rostro del Divino Niño, que un día vio que se le aparecía el Niño Jesús, sonriendo y bendiciéndolo. El santo religioso procuró grabar en su memoria lo mejor que pudo el rostro del Divino Niño y se dedicó luego a fabricar la estatua que le quedó hermosísima. Murió después muy contento de haber podido contemplar el rostro de nuestro amable Redentor.
Esta bella imagen fue obsequiada por los Carmelitas a una princesa que se dirigía a Checoslovaquia a casarse con el Príncipe de Praga en 1556, y allá la llevó ella. Y le colocó después los vestidos más lujosos de su hijito el pequeño príncipe de Praga. Y allí empezó el Divino Niño a hacer maravillosos prodigios a quienes lo honraban y le tenían fe.
La princesa de Praga dejó al morir su bella estatua del Niño Jesús a los Padres Carmelitas recomendándoles mucho que honraran al Divino Niño porque ella había notado que las personas que le rezaban al Niño Jesús obtenían favores muy especiales.
Entonces un Padre Carmelita, el P. Cirilo de la Madre de Dios, se propuso honrar al Niño Jesús, y los prodigios comenzaron a multiplicarse. Su convento que estaba en ruinas empezó a recibir ayudas inesperadas. Una familia que se dedicó a honrar y hacer honrar por otros al Niño Jesús, recibió tantos favores y se les alejaron tantos problemas que no se cansaban de narrarlo a todos los que trataban con ellos. La ciudad de Praga rodeada por miles y miles de protestantes que deseaban destruirla se vio libre de una manera prodigiosa, después de haberle prometido al Niño Jesús hacerle un gran templo. Y así la devoción al Divino Niño Jesús se hizo sumamente popular y las gentes obtenían formidables ayudas del cielo al pedirlas por los méritos de la infancia de Jesús. La paz renacía en los hogares desunidos. Los hijos perdidos volvían a sus hogares. Los negocios que iban hacia el fracaso volvían a la prosperidad. Los pecadores sumidos en los vicios dejaban su vida de pecado y empezaban a ser buenos... Y por todas partes la gente entusiasmada narraba favores y más favores del Divino Niño, porque Jesús dijo: “Todo el que pide recibe”: Y el Niño Jesús apareciéndose en una visión al Padre Cirilo le dijo: “Si me honráis, Yo os honraré. Si sois generosos conmigo, Yo seré generoso con vosotros”.
ORACIÓN AL NIÑO JESÚS
Acuérdate, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijiste a la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y nada te será negado”. Lleno de confianza en Ti, ¡oh Jesús!, que eres la misma verdad, vengo a presentarte mis necesidades.
Ayúdame a llevar una auténtica vida cristiana, para conseguir una eternidad feliz. Por los méritos infinitos de tu encarnación y de tu infancia, concédeme la gracia que te estoy pidiendo (aquí se expresa el favor que se quiere alcanzar). Me entrego a ti, oh Niño Omnipotente, seguro de que escucharás mi súplica y me fortalecerás en la esperanza. Amén.
ORACIÓN REVELADA POR MARÍA SANTÍSIMA
Al V. P. Cirilo, Carmelita Descalzo
Oh Divino Niño Jesús, yo recurro a Ti y te ruego por la intercesión de tu Santa Madre, me asistas en esta necesidad (se la puede manifestar), porque creo firmemente que tu Divinidad me puede socorrer. Espero con toda confianza obtener tu santa gracia. Te amo con todo el corazón y con todas las fuerzas de mi alma. Me arrepiento sinceramente de todos mis pecados, y te suplico, oh buen Jesús, me des fuerzas para triunfar. Propongo no ofenderte, y me ofrezco a Ti dispuesto a sufrir antes que hacerte sufrir.
De ahora en adelante, quiero servirte con toda fidelidad, y por tu amor, ¡oh Divino Niño!, amaré a mi prójimo como a mí mismo.
Niño omnipotente, Señor Jesús, nuevamente te suplico me asistas en esta circunstancia (se manifiesta).
Concédeme la gracia de poseerte, eternamente con María y José y adorarte con los ángeles de la Corte del Cielo. Amén.
Nos dice la Santísima Virgen en San Nicolás:
23-12-85 Mensaje 759:
Veo a la Santísima Virgen y me dice, muy suavemente: Hija, hoy te revelaré el nacimiento de mi amado y dulcísimo Hijo.
Salió de mi vientre, de la misma manera que fue introducido, quiero decir, sin ser tocado.
Nació impulsado por el Espíritu del Señor Todopoderoso. No sentí ningún dolor, sólo sentí que mi vientre se abría y se cerraba, mas fue sólo una sensación, porque no me quedó rastro alguno, quedando Yo intacta como antes.
Ese fue su maravilloso nacimiento, por la Gracia de Dios Padre.
Amén.
2-5-85 Mensaje 546:
Hoy me dice la Virgen, cómo era Jesús desde que era pequeño.
Te diré: A los tres años tenía ya, una gran inteligencia, tenía el entendimiento que Dios Padre le daba, creció sabiendo que El, era el Hijo de Dios. Fue siempre muy callado, siempre estaba meditando, mas cuando hablaba, lo hacía con humildad y una gran sabiduría, la gran sabiduría de Dios.
Hija, así era mi amado Hijo en la tierra, fue el más fiel predicador y pastor del Rebaño de su Padre.
Amén.
11-9-86 Mensaje 964:
Hija: Hoy te diré algo de Jesús cuando tenía doce años de edad, edad en que fue presentado en el Templo. Tenía la inocencia de niño y ya se reflejaba el amor hacia todo lo creado por el Todopoderoso.
En sus sensatas y sabias palabras, se podía percibir la sabiduría.
Con José mi esposo, solíamos quedarnos horas escuchándolo hablar, lo que El con mucho amor nos decía.
Una de las tantas frases que nos dijo: "Jesús, vida nueva para el alma nueva, mucha sangre correrá para que esto se haga realidad".
Mi Hijo supo siempre el padecimiento que le esperaba. Que el cristiano sepa reflexionar cuanto te he dicho, son palabras de la Madre de Jesucristo.
Amén, amén.
Fuente: Santísima Virgen
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