Mensaje del 2 de diciembre de 2014
“Queridos hijos, recordad lo que os digo: ¡el amor triunfará! Sé que muchos de vosotros estáis perdiendo la esperanza porque veis junto a vosotros sufrimiento, dolor, celos y envidia… Sin embargo, yo soy vuestra Madre. Estoy en el Reino, pero también aquí con vosotros. Mi Hijo me envía nuevamente para ayudaros. Por lo tanto no perdáis la esperanza, al contrario, seguidme, porque el triunfo de mi Corazón es en el nombre de Dios. Mi amado Hijo piensa en vosotros como siempre ha hecho: ¡creedle y vividlo! Él es la vida del mundo. Hijos míos, vivir a mi Hijo significa vivir el Evangelio. Eso no es fácil. Conlleva amor, perdón y sacrificio. Eso purifica y abre el Reino. Una oración sincera, que no son solo palabras, sino oración que el corazón pronuncia, os ayudará. Como también el ayuno, porque ello conlleva ulterior amor, perdón y sacrificio. Por tanto no perdáis la esperanza, al contrario seguidme. Os pido nuevamente que oréis por vuestros pastores: para que tengan siempre la mirada en mi Hijo, que es el primer Pastor del mundo y cuya familia es el mundo entero. ¡Os doy gracias!
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