lunes, 31 de octubre de 2022

Triduo por las Benditas Almas del Purgatorio

 TRIDUO

EN SUFRAGIO DE LAS BENDITAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO

 

Con Licencia Eclesiástica

Guatemala, 1935

 


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Padre Eterno, que, para salvar a las almas, quisiste que vuestro Unigénito Hijo, hecho hombre, se sujetase a la vida más pobre y mortificada, y derramase en la cruz toda su sangre por nuestro amor, compadeceos de las pobrecitas Ánimas del Purgatorio, libradlas de aquellas horrorosas llamas. Por medio del Sagrado Corazón de Jesús y por los dolores de su Santísima Madre, os ofrezco en sufragio de todas ellas, las buenas obras y los actos heroicos de cuantos justos han existido en la tierra. Miradnos a todos con ojos de compasión y haced que celebremos un día vuestras misericordias en el eterno descanso de la gloria. Amén.

 

 

DÍA PRIMERO

ORACIÓN

¡Oh Señor y Dios Omnipotente, que contemplasteis a vuestro Hijo Santísimo, caminar hacia el Calvario con la Cruz a cuestas, en medio de dos malhechores, soldados y sayones en dos filas y entre oleadas de gente que de todas partes acudían a presenciar el sangriento espectáculo! Así, Jesús mío, quisiste expiar los malos pasos que yo di hacia el pecado con los dolorosos que Vos disteis hacia el sagrado monte, mis recaídas con vuestras lastimosas caídas, y mis liviandades con el sudor y sangre que derramasteis por nuestro amor. Aceptad ¡Oh Padre Eterno! Estos trabajos de vuestro dulcísimo Hijo, en satisfacción de mis pecados, y en sufragio de las benditas Ánimas del Purgatorio, y en particular de la más rica en méritos para con Vos, y llevadlas cuantos antes al descanso eterno. Amén.

Padre nuestro, Ave María y Gloria.

 

 

ORACIÓN FINAL

Oh Dios, que perdonas generosamente a los pecadores y deseas la salvación de los hombres, imploramos tu clemencia, a fin de que por la intercesión de la Virgen María y de todos los Santos, concedas a nuestros hermanos, parientes y bienhechores, que han salido de este mundo, llegar a la bienaventuranza. Amén.

  

DÍA SEGUNDO

ORACIÓN

¡Oh Señor y Padre mío amantísimo! Por el Precioso Cuerpo y Sangre de vuestro Santísimo Hijo, que, en la noche de su Pasión dolorosa, dio en comida y bebida a sus Apóstoles, y dejó a toda la Iglesia en sacrificio perpetuo y vivífico alimento de los fieles, os suplico humildemente que tengáis compasión de las pobrecitas almas del Purgatorio, y por las fervorosas oraciones de vuestros escogidos, las saquéis de aquellas voraces llamas, en especial a la que más se distinguió por su amor al Santísimo Sacramento, para que con vuestro Hijo Divino y el Espíritu Santo, os alaben y bendigan eternamente en la gloria. Amén.

  

DÍA TERCERO

ORACIÓN

¡Oh Dios de bondad y misericordia! ¡Que tormentos tan crueles fueron los de vuestro Santísimo Hijo en la cruz! Duros clavos taladraron sus pies y manos, agudas espinas traspasaron su sagrada cabeza, amargada con hiel la boca, abiertas cada vez más las heridas con el peso del sagrado cuerpo y hecho un retablo de dolores, fueronsele anublando los ojos y palideciendo el rostro con la palidez de la muerte, hasta que, por fin, exhalando un gran suspiro, entregó su espíritu en nuestras manos. Ahora, Dios mío, espero mas que nunca el perdón de mis pecados, y esperan las almas del Purgatorio su rescate y libertad. Concédesela Señor, y apagad la sed ardentísima que tienen de veros en el cielo, de reinar con Vos y bendeciros eternamente. Amén.

 Concedidos a las oraciones del Triduo, 100 día de indulgencia para cada día que lo conforma.

Fuente: apostoladopiedadpopular.blogspot.com/

La oración por las ánimas del purgatorio es, como varios santos atestiguan, sumamente efectiva para alcanzar las gracias que necesitamos, porque no solo nos vale la intercesión de cientos de almas a nuestro favor, sino que además es una práctica altamente premiada y alentada por Dios. Este triduo busca ser una forma breve de pedir la ayuda de la Iglesia Purgante para necesidades urgentes o importantes que tengamos.

Vi al Ángel de la Guarda que me ordenó seguirlo. En un momento me encontré en un lugar nebuloso, lleno de fuego y había allí una multitud de almas sufrientes. Estas almas estaban orando con gran fervor, pero sin eficacia para ellas mismas, solo nosotros podemos ayudarlas. Las llamas que las quemaban, a mí no me tocaban. Mi Ángel de la Guarda no me abandonó ni por un solo momento. Pregunté a estas almas ¿Cuál era su mayor tormento? Y me contestaron unánimemente que su mayor tormento era la añoranza de Dios.  -Santa Faustina Kowalska


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