Con deslumbrante humildad, Dios nos dio cuatro grandes lecciones en el “Milagro del Sol”
Pero entonces, el 13 de octubre, un milagro prometido, el “Milagro del Sol”, fue presenciado por 70.000 personas, incluyendo escépticos y científicos.
Después de aquello, todos creyeron.
“El sol pintó el mundo de diferentes colores”, describió Ti Marto, que debió de alegrarse tanto como los niños al verlo. “¡Se movió y bailó en el cielo!”.
A partir de entonces, las experiencias en Fátima se convirtieron en un elemento central definitorio de la Iglesia, incluyendo todos los papados hasta Francisco, que canonizó a los niños Marto.
La razón es que Dios gritó un mensaje aquel 13 de octubre que es imposible de ignorar.
Primero: El milagro habló al mundo de la inmensa humildad de Dios
Es difícil exagerar la extraña naturaleza del Milagro del Sol: un milagro público espectacular que fue anunciado con antelación.
Dios casi nunca obra de esa manera. Dios es todopoderoso, tiene toda la realidad en su mano. Él es el artista de todo atardecer, el inventor de toda maravilla de la naturaleza y el autor de la historia. No necesita hacer un gran despliegue para demostrar nada; el cosmos es bastante grande, gracias.
Pero a veces lo hace igualmente.
“El sol plateado (…) fue visto dando vueltas y revoloteando entre las nubes que lo rodeaban”, informó un periódico de Lisboa. “La gente lloraba y rezaba con la cabeza descubierta, en presencia de un milagro que habían esperado”.
El significado inconfundible de este milagro es que Dios es más grande que todo lo que conocemos. No solo es más grande que el sol, es más grande que las leyes que gobiernan el movimiento del sol.
Pero el milagro también deja claro que Dios es también el “sabueso del paraíso”, el Dios humilde que no se detendrá ante nada para ganar nuestro amor.
Él es el Dios que te ofrece la Estrella de Belén y el eclipse del Viernes Santo recogido en los Evangelios; y si no crees en los Evangelios, te ofrece el Milagro del Sol recogido en los periódicos.
Segundo: Dejó claro que podemos confiar en María
Fátima no es la primera vez que María mueve cielo y tierra.
En el Evangelio de Lucas, capítulo 1, el inicio de la redención de Dios del hombre depende de una palabra de María.
En el Evangelio de Juan, capítulo 2, es María quien da pie al primer milagro público de Jesús, el inicio de su ministerio. En Juan, capítulo 19, ese ministerio termina también con María.
Para la Iglesia, sucede lo mismo. En Hechos, capítulo 1, María está ahí cuando se forma la Iglesia. En Apocalipsis, capítulo 12, ella está ahí en su apogeo.
No debería sorprender que María permanezca en el centro de los planes de Dios hoy en día. Las consagraciones al Inmaculado Corazón de María, desde san Luis de Montfort al padre Michael Gaitley, han proliferado desde que María dijera al mundo en Fátima que “al final, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
Tercero: Dios mostró la importancia de la familia
Mientras lo testigos veían el Milagro del Sol, los tres niños pastores vieron algo diferente: vieron la imagen de un padre y un hijo. San José y el Niño Jesús aparecieron en el cielo, con Jesús bendiciendo al mundo entero.
Es como si María, después de atraer la atención del mundo al llamamiento de Dios al arrepentimiento y la oración, quisiera resaltar lo que es más importante. No ella, no el infierno y no el Santo Padre o la jerarquía, que aparecieron todos en anteriores visiones; lo más importante era Jesús, el hijo que Dios confió al cuidado de José. Lo más importante es la familia humana.
Según escribiría sor Lucía más tarde en una carta a un cardenal: “La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del Matrimonio y de la Familia. No teman, porque cualquiera que actúe a favor de la santidad del Matrimonio y de la Familia siempre será combatido y enfrentado en todas las formas, porque esta es la cuestión decisiva”.
Cuarto: Ella nos mostró que los niños, y también todos nosotros, podemos cambiar el mundo con el poder de la oración.
El Milagro del Sol quedará señalado por todo el mundo en grandes celebraciones como procesiones de luz de velas en muchísimas ciudades, cada año en torno al 13 de mayo.
Han pasado más de 100 años de la experiencia de Fátima, 100 años de católicos rezando por la conversión de Rusia y rezando para salvarse del “fuego del infierno”.
Todo comenzó porque Nuestra Señora de Fátima contactó con tres niños y ellos dijeron al mundo que el destino de la humanidad descansa no en los presidentes o los consejos internacionales, sino en cada uno de nosotros, en que recemos y nos sacrifiquemos por los pecadores.
Justo como ha sido desde el mismo comienzo.
LAS APARICIONES
En Fátima ocurrió una intervención divina a través del rostro materno de María que dio un mensaje de parte de Dios para la humanidad del siglo XX, un mensaje que es una palabra profética en sí mismo”.
Alrededor del mediodía, vieron una luz brillante; pensando que era un relámpago y decidieron marcharse, pero más abajo otro relámpago iluminó el espacio y vieron encima de una pequeña encina, donde se encuentra ahora la Capilla de las Apariciones, una “Señora más brillante que el sol”; que de sus manos pendía un rosario blanco.
Aquella brillante Señora dijo a los niños que era necesario rezar mucho y los invitó a volver a Cova da Iría durante otros cinco meses consecutivos, en los días 13 a la misma hora.
“Estas apariciones fueron preparadas por las apariciones de Anjo da Paz (ángel de la paz), como decía la hermana Lucía, preparó a los niños a entrar en el misterio de Dios y después comprenderían que de parte de Dios venía un mensaje encomendado a ellos”.
En la última aparición del 13 de octubre, estando presentes cerca de 70.000 personas, la Virgen les dijo que era la “Señora del Rosario” y que hicieran allí una Capilla en su honor.
En seguida, un fenómeno en el cielo convenció a los presentes del milagro prometido pues al sol, pareciéndose a un “disco” de plata, se le podía mirar sin dificultad alguna y giraba sobre sí mismo como si fuese una rueda de fuego que fuera a precipitarse sobre la tierra.
“El mensaje tiene muchos aspectos, pero ella sintetizó aquello que comúnmente es conocido como el secreto de Fátima”.
Según el obispo Marto el mensaje de Fátima tiene tres aspectos: la visión del infierno como advertencia a la humanidad de sacudir las conciencias, la devoción al inmaculado corazón de María, y la presencia de sufrimientos, persecuciones y martirios en la Iglesia.
«Es un mensaje de esperanza y perseverancia en medio de las dificultades en el mundo. De acuerdo al Documento oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Sor Lucía tenía claro que “el objetivo de todas las apariciones era el de hacer crecer siempre más en la fe, en la esperanza y en la caridad. Todo el resto era sólo para conducir a esto”. (Comentario teológico al tercer “secreto” de Fátima).
El 13 de octubre de1930 el obispo de Leiría declaró dignas de fe las apariciones y autorizó el culto de Nuestra Señora de Fátima.
El 28 de abril de 1919 se inició la Construcción de la Capilla de las Apariciones.
Este santuario también atrae a personas de otros credos. En el mundo islámico, por ejemplo, Fátima es la hija de Mahoma, de la cual el profeta escribe: “Tú serás la más bendita entre todas las mujeres del paraíso, después de María”.
Algunas interpretaciones aseguran que María escogió ser conocida como Nuestra Señora de Fátima para dar esperanza al pueblo musulmán, que ocupó los territorios de Portugal durante siglos.
Fue también un 13 de mayo de 1981 cuando Mehmet Ali Ağca atentó contra Juan Pablo II en Roma. El Papa ofreció la bala que le traspasó el cuerpo en señal de agradecimiento a la Virgen por salvarle la vida.
La beatificación de dos videntes de Fátima, Francisco y Jacinta Marto tuvo lugar el 13 de mayo de 2000 en Fátima. El apa Benedicto XVI autorizó abreviar el plazo canónico para el inicio de las diligencias para la apertura del proceso de beatificación de Lucía de Jesús, que tomó el nombre hermana Maria Lucia del Corazón Inmaculado.
El papa Francisco canonizó a los dos pastorcitos videntes en el Santuario de Fátima.
Oración
“Oh, Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra,Reina del Rosario, dulce Virgen de Fátimame consagro a tu Inmaculado Corazónpara estar plenamente disponible y consagrado al Señor.Acepta por favor, tenerme bajo tu protección maternal,defenderme contra los peligros,ayudarme a vencer las tentaciones, a huir de los pecados,y te suplico que veles de la pureza de mi cuerpo y de mi alma.Que tu Inmaculado Corazón sea mi refugioy el camino que conduce a Dios.Dame la gracia de rezar y sacrificarme por el amor de Jesús,por la conversión de los pecadoresy en reparación de los pecados cometidos en contra de tu Inmaculado Corazón.Confiando en ti y en unión con el Corazón de tu Divino Hijo,quiero vivir para la Santísima Trinidaden quien creo, adoro, espero y amo.Que así sea”.
Fuente: es.aleteia.org
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