miércoles, 9 de noviembre de 2022

1er. día Consagración al Inmaculado Corazón de María

Primera parte: Doce días preliminares

VACIADO DEL ESPÍRITU DEL MUNDO

Examina tu conciencia, reza, practica la renuncia 

a tu propia voluntad; mortificación, 

pureza de corazón. Esta pureza es la condición

indispensable para contemplar a Dios en el cielo, 

verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.

La primera parte de la preparación se deberá 

emplear en vaciarse del espíritu del mundo, 

que es contrario al espíritu de Jesucristo. 

El espíritu del mundo consiste, en esencia, 

en la negación del dominio supremo 

de Dios, negación que se manifiesta en 

la práctica del pecado y la desobediencia; 

por tanto, es totalmente opuesto al espíritu 

de Jesucristo, que es también el de María.

Esto se manifiesta por la concupiscencia 

de la carne, por la concupiscencia 

de los ojos y por el orgullo como norma 

de vida, así como por la desobediencia 

a las leyes de Dios y el abuso de las 

cosas creadas. Sus obras son el 

pecado en todas sus formas; en consecuencia, 

todo aquello por lo cual el demonio nos 

lleva al pecado; obras que conducen al error 

y oscuridad de la mente, y seducción y 

corrupción de la voluntad. 

Sus pompas son el esplendor y las artimañas 

empleadas por el demonio para hacer que 

el pecado sea deleitoso en las personas, sitios y cosas.



Día 1

Texto para meditar: Mt, 5: 1-19

Viendo a la muchedumbre, subió a un monte, 

y cuando se hubo sentado, se le acercaron 

los discípulos; y abriendo Él su boca, 

les enseñaba, diciendo:

Bienaventurados los pobres de espíritu

porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos

porque ellos poseerán la tierra.

Bienaventurados los que lloran

porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre 

y sed de justicia

porque ellos serán hartos.

Bienaventurados los misericordiosos

porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón

porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los pacíficos

porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los que padecen 

persecución por la justicia

porque suyo es el reino de los cielos.

Bienaventurados seréis cuando os insulten 

y persigan y con mentira digan contra vosotros 

todo género de mal por mí. Alegraos y regocijaos, 

porque grande será en los cielos vuestra 

recompensa, pues así persiguieron a los 

profetas que hubo antes de vosotros.

Vosotros sois la sal de la tierra

pero si la sal se desvirtúa, 

¿con qué se la salará? 

Para nada aprovecha ya, sino para tirarla 

y que la pisen los hombres.

Vosotros sois la luz del mundo. 

No puede ocultarse ciudad asentada 

sobre un monte, ni se enciende una lámpara 

y se la pone bajo el celemín, 

sino sobre el candelero, 

para que alumbre a cuantos hay en la casa. 

Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, 

para que, viendo vuestras buenas obras, 

glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.

No penséis que he venido a abrogar 

la Ley o a los Profetas

no he venido a abrogarla, sino a consumarla. 

Porque en verdad os digo que antes pasarán

el cielo y la tierra que falte una jota o una tilde 

de la Ley hasta que todo se cumpla. 

Si, pues, alguno descuidase uno de esos 

preceptos menores y enseñare así a los hombres, 

será tenido por el menor en el reino de los cielos; 

pero el que practicare y enseñare, 

éste será tenido por grande en el reino de los cielos.

Oraciones del día

VENI, CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de tus siervos, 

llena de la gracia de lo alto los pechos que Tú creaste.

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo, 

fuente viva, fuego, amor, y unción espiritual.

Tú septiforme en el don, dedo de la paterna diestra, 

Tú, auténtica promesa del Padre, que enriqueces 

las lenguas con palabras.

Enciende lumbre en los sentidos, 

infunde amor en los corazones, 

corroborando con vigor constante 

la fragilidad de nuestro cuerpo.

Rechaza más y más lejos al enemigo, 

concede prontamente la paz, 

yendo así Tú delante como guía, evitemos todo mal.

Haz que por ti conozcamos al Padre 

y conozcamos también al Hijo y por ti, 

Espíritu de entrambos, creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria y al Hijo, 

que entre los muertos resucitó, 

y al Paráclito por los siglos de los siglos. 

Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, 

que diste a luz a Dios, 

quedando perpetuamente Virgen, 

feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, 

ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, 

da lumbre a los ciegos, 

ahuyenta nuestros males, 

recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, 

reciba por tu mediación nuestras plegarias 

el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, 

haz que libres de culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, 

para que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo 

y al Espíritu Santo: a los tres un solo honor. 

Amén.

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, 

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, 

porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 

porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí 

y su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación 

en generación sobre los que le temen.

Él hace proezas con su brazo: 

dispersa a los soberbios de corazón, 

derriba del trono a los poderosos 

y enaltece a los humildes; 

a los hambrientos los colma de bienes 

y a los ricos los despide vacíos.

Acogió a Israel su siervo, 

acordándose de su misericordia 

como la había prometido a nuestros padres 

en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 

Como era en el principio, ahora y siempre, 

por los siglos de los siglos. Amén.





Fuente: www.matercoeli.com


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