miércoles, 16 de noviembre de 2022

8vo. día Consagración al Inmaculado Corazón de María

 


Día 8

CÓMO SE HA DE RESISTIR A LAS TENTACIONES

Texto para meditar: Imitación de Cristo, libro I, cap. 13

Mientras en el mundo vivimos no podemos estar sin 

tribulaciones y tentaciones.

Por lo cual está escrito en Job: Tentación es la vida del 

hombre sobre la tierra.

Por eso cada uno debe tener mucho cuidado acerca de la 

tentación, y velar en oración, porque no halle el demonio 

lugar de engañarle, que nunca duerme, sino busca por todos 

lados a quien tragarse.

Ninguno hay tan santo ni tan perfecto que no tenga algunas 

veces tentaciones, y no podemos vivir sin ellas.

Mas las tentaciones son muchas veces utilísimas al hombre, 

aunque sean graves y pesadas; porque en ellas es uno 

humillado, purgado y enseñado.

Todos los santos, por muchas tribulaciones y tentaciones 

pasaron, y aprovecharon.

Y los que no las quisieron sufrir y llevar bien, fueron tenidos 

por malos y desfallecieron.

No hay orden ni religión tan santa, ni lugar tan secreto, 

donde no haya tentaciones y adversidades.

No hay hombre seguro del todo de tentaciones mientras 

que vive; porque en nosotros mismos está la causa de 

donde vienen, pues que nacimos con la inclinación al 

pecado.

Pasada una tentación o tribulación sobreviene otra, y 

siempre tendremos que sufrir, porque se perdió el bien de 

nuestra primera felicidad.

Muchos quieren huir de las tentaciones, y caen en ellas 

más gravemente.

No se pueden vencer sólo con huirlas; con paciencia y 

verdadera humildad nos hacemos más fuertes que todos 

los enemigos.

El que solamente quita lo que se ve y no arranca la raíz, 

poco aprovechará; antes tornarán a él más presto las 

tentaciones, y se hallará peor.

Poco a poco, con paciencia y buen ánimo, vencerás 

(con el favor divino) mejor que no con tu propio conato 

y fatiga.

Toma muchas veces consejo en la tentación, y no seas 

desabrido con el que está tentado; antes procura 

consolarle como tú lo quisieras para ti.

El principio de toda tentación es la inconstancia del ánimo 

y la poca confianza en Dios.

Porque como la nave sin timón la llevan a una y otra parte 

las olas, así el hombre descuidado y que desiste de sus 

propósitos es tentado de diversas maneras.

ORACIONES DEL DÍA

VENI, CREATOR SPIRITUS

Ven, Espíritu Creador, visita las mentes de tus siervos, 

llena de la gracia de lo alto los pechos que Tú creaste.

Tú, que eres llamado Paráclito, don de Dios altísimo, 

fuente viva, fuego, amor, y unción espiritual.

Tú septiforme en el don, dedo de la paterna diestra, 

Tú, auténtica promesa del Padre, que enriqueces las 

lenguas con palabras.

Enciende lumbre en los sentidos, infunde amor en los 

corazones, corroborando con vigor constante la 

fragilidad de nuestro cuerpo.

Rechaza más y más lejos al enemigo, concede prontamente 

la paz, yendo así Tú delante como guía, evitemos todo mal.

Haz que por ti conozcamos al Padre y conozcamos 

también al Hijo y por ti, Espíritu de entrambos, creamos 

en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria y al Hijo, que entre los muertos 

resucitó, y al Paráclito por los siglos de los siglos. 

Amén.

AVE MARIS STELLA

Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, 

quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave de labios de Gabriel, 

ciméntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, 

ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre, reciba por tu mediación nuestras 

plegarias el que nacido por nosotros, se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave, haz que libres de 

culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para 

que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, a Cristo altísimo y al Espíritu 

Santo: a los tres un solo honor. Amén.

MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi 

espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la 

humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, 

porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí 

y su nombre es santo.

Y su misericordia llega a sus fieles de generación 

en generación sobre los que le temen.

Él hace proezas con su brazo: 

dispersa a los soberbios de corazón, derriba del 

trono a los poderosos y enaltece a los humildes; 

a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los 

despide vacíos.

Acogió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia 

como la había prometido a nuestros padres en favor 

de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en 

el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. 

Amén.



Fuente: matercoeli.com 

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